Capítulo treinta y dos: Golpe definitivo
La Soultaker, impulsada por los rayos que chisporroteaban a su alrededor, dio en el blanco. Penetrando lejos en el medio del pecho de Hal Jordan, se hundió directamente en la impureza amarilla que le dio a Parallax su poder.
Con un aullido de rabia y sí, miedo, Parallax desapareció instantáneamente y salió del cuerpo de Hal Jordan, su forma amarillenta en forma de insecto fue absorbida por la hoja de la Soultaker. Al mismo tiempo, los Yellow Lanterns restantes que flotaban en el aire perdieron sus anillos amarillos y cayeron al suelo sin poderes, pues ya no estaban sujetos al poder de Parallax. Por un instante, la Soultaker brilló de un amarillo vibrante, antes de ceder a las demandas de la gravedad y caer al suelo. Siguiéndola hacia la arena estaba la impureza amarilla del miedo, ahora separada del cuerpo de Hal Jordan y fusionado en una forma irregular, ni sólida ni gaseosa, que latía con energía maníaca.
Les tomó un minuto a todos darse cuenta de que acababan de derrotar a Parallax y que su esencia acababa de entrar a la espada que arrebataba almas.
-¿Acabamos de... ganar? – Chico Bestia, actualmente un águila respiró –
-Creo que lo hicimos – Cyborg estuvo de acuerdo Chico Bestia –
Uno por uno, los héroes se acercaron con cautela al sitio donde aterrizo la Soultaker y la impureza amarilla brillante, dejando huellas duras en la arena. El Flying Fox fue el último en aterrizar. Batman saltó de la cabina y tomó el anillo amarillo de su cinturón.
-Katana, el honor es tuyo – dijo Bruce mientras aun pensaba si ponerse el anillo o no –
Katana asintió y con cautela reconoció su espada.
-¿Sabes lo que estás haciendo? – preguntó Kilowog a Batman. Había recuperado la conciencia justo a tiempo para ver a la Soultaker derribando a Parallax. Katana solo lo miró y el Lantern bolovaxiano retrocedió sumisamente –
-Estoy lista – le dijo Katana a Batman –
-Todos retrocedan – ordeno el Caballero Oscuro; obedientemente, todos se alejaron unos pasos –
Batman se puso el anillo de Sinestro en el dedo, y por un instante junto todo el miedo que había sentido cuando sus padres murieron. Esa impotencia, esa ira... ese dolor.
Todo lo convirtió en algo lo suficientemente fuerte para rivalizar con la anergia de Parallax, y lo que hizo dio resultado. Su traje se convirtió en uno hecho de pura luz amarilla y sus ojos se volvieron del color del sol. Instantáneamente, Bruce Wayne creo un murciélago gigante hecho de luz amarilla en un estallido de continuos rayos de luz amarillo-blanco. Solo tenia que concentrarse lo suficiente como para atrapar a la energía del miedo en el anillo.
Katana tomó su señal. Envolviendo sus brazos alrededor de la empuñadura de la Soultaker de la manera correcta y colocándola directamente frente al murciélago de luz de Batman, entonó:
-Watakushi houmen anata...
Que en japonés significaba: "Te libero".
Una forma vagamente insectoide gigante de color amarillo enfermizo salió de la hoja de la Soultaker y fue succionada de inmediato por el murciélago hecho de luz de Batman. Un momento después, el justiciero de Gotham City batallo por mantener a raya a Parallax, pero la energía del miedo era necia y a pesar de que Batman infligía el mismo nivel de miedo que él, sus esfuerzos no fueron suficientes.
Sin que los demás héroes lo notaran, Kilowog fue hasta el cuerpo inerte de Hal Jordan en medio de las calles, pero antes, se detuvo al ver como el anillo del humano se desprendía de él y se quedaba brillando inmóvil en medio de la calle. Kilowog apenas y lo recogió en su camino a su antiguo amigo.
Hal un estaba desconcertado ante lo que había sucedido en su cuerpo y sobre quien lo había poseído, sin embargo, estaba consciente durante las atrocidades cometidas por Parallax y hasta estuvo satisfecho de cómo asesino al Doctor Polaris.
Al momento en que se puso de pie, su ropa de civil estaba en su lugar y aun pensaba en Carol Ferris.
En cómo le había fallado y había dejado que Sinestro la lastimara.
En como Parallax había usado esos sentimientos de impotencia en el para apoderarse de su alma, y en como gracias a su miedo, el lo había dejado.
La llegada repentina de Kilowog alejo esos pensamientos de su mente y poso su vista en el Lantern bolovaxiano.
Kilowog aun pensaba que tenía una posibilidad junto a Hal Jordan de destruir a Parallax.
-Hal... ¿Qué hiciste? – le dijo el Green Lantern a Hal Jordan – No es así como los Lanterns servimos a la Justicia. Protegemos a las personas, no las vengamos, ni usamos esos sentimientos – le dijo Kilowog, alistando su anillo para un ataque –
-Bueno, afortunadamente para mí, ya no soy un Green Lantern.
Al decir esto, Hal Jordan alzo sus manos y conjuro a los anillos amarillos de los Yellow Lanterns en el suelo. Diez anillos se posaron en sus dedos y este de nuevo creo un traje completamente amarillo hecho de luz. Ahora estaba listo para atacar a Kilowog, que al ver la hostilidad en Hal, creó un escudo verde y desvió la explosión amarilla del humano. Luego respondió con las suyas. Hal las esquivó y creó una espada. Kilowog lo igualó y ambos chocaron sus armas en un estruendo que se escuchó en todo el lugar.
-¡Aún puedes unirte a nosotros, Jordan! Solo necesitas rendirte... – Kilowog le dio una patada en el pecho y disparó un rayo, pero el Yellow Lantern desvió el golpe –
-¡Los guardianes no saben qué es lo mejor para el universo! ¡Tengo que hacer lo que creo que es correcto! – Hal creo un avión de combate y se lo tiró a Kilowog. El creó una maza con picos y tiró el avión amarillo hacia el suelo. Pero el Yellow Lantern se abalanzo contra el y lo golpeo con el puño en seco – Sinestro... Las Sapphires y los Guardianes... No puedo dejar este universo en sus manos por más tiempo – indico Hal Jordan. Disparó una docena de bolas de energía y Kilowog las rechazó – ¡El Yellow Lantern Corps se levantará y enderezaremos al Universo!
Sinestro se apresuró a golpear a Kilowog con todo lo que tenía, pero el Green Lantern respondió golpe por golpe sin que alguno de los dos acertara. Aparentemente, los dos estaban emparejados de manera uniforme en todos los sentidos. De repente, Hal aceleró sus ataques y atrapó al bolovaxiano con un gancho y lo golpeó en el pecho. Kilowog se estrelló contra un edificio en el centro de la ciudad mientras los civiles se alejaban despavoridos ante la batalla con los Lanterns.
-¡En el día más oscuro, en la noche más brillante...! – Kilowog escuchó a Hal comenzar a recitar una versión bizarra del juramento del Green Lantern Corps. Sintió que la energía amarilla de Parallax comenzaba a fluir sobre él. Kilowog no podía moverse – ¡Teme a tus miedos hechos luz...! – Hal proyectó su energía amarilla sobre Kilowog. El traje del Green Lantern comenzó a ponerse amarillo como el de su rival – Que los que intentan detener lo que es bueno se quemen con... ¡El poder de Parallax!
Y entonces en la batalla contra el justiciero de Gotham, Parallax parecía haber rompido su agarre e inundado de poder, canalizó todo hacia los héroes que tenía en frente.
Todos fueron presas de su miedo y Parallax los hizo levitar, extrayéndoles todo el miedo que tenían en si para que así el señor del miedo pudiera fortalecerse. El único que resistió al ataque fue Batman, que gracias a que poseía un anillo amarillo, pudo crear un escudo de energía que contrarresto el ataque de la impureza amarilla, aunque no por mucho tiempo.
-¡Sucumbirás ante tus miedos... Bruce Wayne! – le dijo Parallax a Batman mientras intentaba con sus garras espectrales romper su defensa –
Entonces le hizo ver una visión de el en un páramo desértico, donde todo estaba destruido y los cielos eran anaranjados. Ante los pies de Batman, se encontraban los cadáveres de Dick y Jason, mientras que Diana y Clark estaban a una distancia más larga pero igual muertos. A su derecha, estaba el cadáver de Alfred aun en descomposición, y en sus brazos... estaba Selina, muerta.
Bruce dejo todos esos pensamientos de lado y volvió a la concentración. Veía como Parallax se hacía gigantesco y tomaba su escudo con ambas manos para tratar de arrebatárselo.
-Aun eres digno de ese anillo, solo sucumbe a tus miedos y muéstrame obediencia.
La voz espectral el Parallax retumbo en los oídos de Bruce y este al fin se estremeció. Quería rendirse y dejarse llevar por sus emociones, pero luego vio a sus compañeros y recordó todo lo que le aguardaría a la Tierra si él se rendía.
-Yo... no sé cómo rendirme.
Dijo Bruce concentrando su miedo en el escudo y arreciando su defensa. Para ese punto solo actuaba por instinto y Batman pensó que solo un milagro los salvaría de tal desgracia.
Por otra parte en la calle principal de la ciudad, el traje de Kilowog se volvió casi completamente amarillo a excepción de su anillo, sin embargo, el resistió a la luz amarilla de Hal Jordan.
-¡Aléjate de mí! – Kilowog grito y luchó contra la energía del miedo – ¡En el día más brillante, en la noche más oscura! – la luz verde empezó a recuperar el cuerpo del bolovaxiano –
-Oh no, no lo harás – Hal Jordan disparó más y más energía amarilla sobre Kilowog sin éxito. La voluntad del Green Lantern se estaba haciendo cargo –
-Ningún mal se escapará de mi vista. Que los que adoran a la oscuridad teman a mi poder... ¡La luz de Green Lantern!
Y entonces Kilowog explotó a través de la energía amarilla y golpeó a Hal en el pecho. El humano cayó de rodillas jadeando y vio como Parallax estaba a punto de derrotar a Batman. A pesar de todo, vio como sus compañeros de la Justice League eran drenados de su miedo y que gracias a ello, Parallax recuperaría su poder. En todo el universo, solo existía otro hombre con una voluntad como para frenar a esa energía maligna. Era Hal Jordan el único que podía ayudarle a Kilowog a destruir a Parallax.
Hal luchó por ponerse de pie. Vio a Kilowog ir hacia el y de pronto recordó las glorias pasadas y todo por lo que orgullosamente había luchado.
Se sintió tan mal por tratar de ayudar a una energía maligna a esclavizar a su propia gente.
Y lo más importante, se sintió tan culpable por haber tratado de matar a aquellos a quienes alguna vez llamo hermanos de armas.
Ahora solo podía intentar arreglar las cosas de la forma en que pudiera.
-Es tu planeta... Hal. Por favor – Kilowog le suplico – Tienes que ayudarme a salvarlo. Hal Jordan... recuerda por que te volviste un Green Lantern.
-Quería proteger a mi planeta... hacer el bien – contesto el humano – Pero en mi camino... lo condene a la destrucción.
-Solo tienes que decir las palabras – y entonces Kilowog le tendió en la mano el antiguo anillo de Green Lantern que Hal Jordan había cargado con tanto orgullo desde hacía años – Tú las conoces...
-En el día más brillante... en la noche más oscura – y de pronto el anillo comenzó a brillar – Ningún mal escapara de mi vista. Que aquellos que adoran a la oscuridad teman a mi poder... ¡La Luz de Green Lantern!
Y solo así fue como Kilowog y Hal Jordan se unieron a la ofensiva de Batman contra Parallax en la calle principal de Coast City.
Los Green Lantern llegaron a lado del justiciero de Gotham y lucharon juntos contra la amenaza. Le quitaron de encima a la entidad del miedo, lo llevaron hacia el aire con ganchos de luz verde y como una unidad, el humano y el bolovaxiano dieron todo de sí. Hal creo una oleada de aviones de combate que impactaron en su masa y Kilowog creo una hilera de láseres que hicieron mella en él, pero Parallax era fuerte en todos los sentidos.
-Así que elegiste la muerte – dijo Parallax mientras se lanzaba a volar contra los Green Lanterns – Entonces muere, humano.
-Yo elegí patearte el trasero – respondió Hal mientras creaba una espada de energía verde y cortaba a Parallax en el rostro con ella –
El grito de Parallax fue un aullido infernal que se escuchó en toda la ciudad mientras que este soltaba a los miembros de la Justice League que tenía apresados.
Ambos Green Lanterns le lanzaron rayos y creaciones hechas con sus anillos, pero la entidad del miedo no podía ser vencida a partir de solo una pelea. A pesar de crear unas creaciones impresionantes, Parallax parecía no ceder. Hal comprendió que solo un sacrificio, la voluntad de un hombre podía parar al miedo.
-¿Algunas vez fuimos amigos, Kilowog? – pregunto el humano –
-Aun lo somos. A pesar de tus fallas, aun lo somos...
-Es más que suficiente.
Y sin decir más, Hal Jordan se lanzó al ataque. La voluntad de Hal era fuerte y ya no tenía miedo. Por su culpa, su mundo estaba en peligro de ser destruido. Su arrogancia lo llevo ahí y estaba dispuesto a enmendar sus errores.
Entonces rechazo la energía del miedo de Parallax e hizo que el insecto hecho de luz amarilla lo siguiera hacia la atmosfera.
-En el día más brillante...
Parallax no le temía a nadie, ellos le temían a él.
Siguió a través de Sinestro a ese molesto humano a través del espacio sobre ese miserable planeta llamado Tierra. El amado sucesor de Abin Sur caería ante él. Al igual que su mentor lo poseería se adueñaría de su alma.
Parallax era su nombre y se había convertido en el amo del miedo.
Le disparo un rayo al humano pero rápidamente lo esquivó. Lo vio volar hacia una próxima corriente de asteroides. Hal voló con gracia más allá de las grandes rocas.
Finalmente Parallax vio hacia dónde iba.
El sol...
¿Qué estaba pensando Hal Jordan? Sería quemado vivo.
Parallax voló hacia el sol y se postro frente a él. Sin pensarlo, el amo del miedo se acercó al humano; pudo sentir que todavía estaba lleno de dudas. Parallax quería liberarlo de toda esa duda.
Voló hacia él mirándolo a los ojos.
-Cuanto más grande eres, más rápido quemas Parallax – dijo Hal mientras lo miraba directamente –
Parallax se lanzó hacia él, pero luego... en el último minuto, se fue volando. La impureza amarilla redujo la velocidad pero sintió algo.
Fue un tirón. La gravedad del sol lo atraía hacia él.
Parallax se negó a ser derrotado de esa manera. Por ese patético humano que acababa de poseer. Después de que terminara con él, Parallax se vengaría del Green Lantern Corps, y entonces nadie se burlaría del miedo.
Parallax era lo suficientemente poderoso como para escapar del tirón y voló hacia el humano una vez más. Se acercó más y más a él y luego...
Un puñetazo verde golpeó golpeo con fuerza a la cabeza de la impureza del miedo y lo hizo volar hacia el sol.
Perdió mucha energía y sintió como se acercaba al calor.
Una vez más, el amo del miedo se negó a ser derrotado por ese humano. Intento en vano escapar del tirón, pero cayó muy fuerte.
Parallax sintió que el calor intenso quemaba todo su ser, y pronto estaba completamente sumergido en el sol de la Tierra.
Todo había terminado.
Parallax había dejado de existir y con el espectro emocional del miedo.
A través del Universo y de la Tierra, todo anillo amarillo fue destruido y sus portadores volvieron a su habitual mundanidad, sin poder alguno.
Hasta Batman ya se lo había quitado incluso antes de que este se desintegrara por completo.
Ya no había poder alguno... pero tampoco había miedo.
Sin embargo, Hal Jordan no regreso a la Tierra, pues no tenia cara para enfrentar a sus compañeros ni verlos a los ojos después de haber intentado asesinarlos.
Kilowog llego junto a él en el borde del sol y solo lo esposo con energía verde.
Hal no se resistió, y solo se mostró obediente y sumiso cuando el bolovaxiano abrió un portal hacia Oa.
Era hora de afrontar el juicio de los Guardianes.
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