Conector.

Okey, antes de comenzar, sé que es muy noche 04:19 a.m. para ser exacta, pero el día de ayer fue el cumpleaños de una de mis lectoras, a quien le quiero dedicar este pequeño conector que quisiera que lo viera al despertar, no es mucho, pero espero lo disfrutes.

Pd. No sé cómo aparezcas aquí en Wattpad, pero tú sabes quien eres, Jennifer. ✨

¡Felicidades, nuevamente!


Pocos segundos pasaron antes de que todos pusieran su vista y atención en la de cabellera gris que iba entrando al barco junto a la Bourgeois, quien sonrió levemente al ver a todos, notando como el par de hermanos se veían algo afligidos pese a sonreír, cosa que la hizo disminuir un poco su sonrisa hasta una casi imperceptible...

-Hola a todos...

-Hola Chloé...

-¿Qué tal?

-Amiga, pensamos que no ibas a venir... —habló la Raincomprix— ¿Cambiaste de opinión?

-Este... Si... Así es, Sabrina... Mi papá no me había contestado porque como lo pensé, estaba ocupado y bueno, llegando al hotel le pedí permiso y me dejó, así que aquí me tienen...

-¿Y tu mamá te dejó venir?

-A mi madre no le importa nada que no sea ella misma, así que ni siquiera le pregunté, ¿por qué tomaría en cuenta la decisión de alguien que solo se encarga en lastimar y herir a los demás?

Respondió de una manera cortante, molesta y decepcionada, cosa que todos captaron y no pudieron evitar poner una expresión de sorpresa mientras por su parte la mayor se acercaba a ella y la abrazaba con un brazo, atrayendo la atención de la misma cuyo pecho comenzaba a subir y bajar notablemente...

-Hija, si quieres puedes ir a dejar tus cosas junto a la de tus amigos en la Sala...

-Lo lamento...

-Está bien... —le sonrió con angustia— Recuerda tratar de...

-Lo sé...

-Chloé... —habló el de mechas azules— No dejes tus cosas aquí, si quieres ponlas en mi camarote para que no se vea todo desordenado en la Sala...

-Yo...

-Está bien, Chloé... Luka, ayudala a llevar sus cosas a tu camarote en lo que sirvo la cena que seguramente ya está caliente en lo mientras, Juleka, pon Jailhouse Rock de Elvis...

-Claro mamá... —se acercó a ella y la ayudó con unas cosas— Vamos para que veas en donde las pondré...

-Con permiso, ahora venimos...

Mencionó antes de caminar en silencio detrás del joven hasta llegar al camarote en donde él acomodó las cosas antes de verla y sin decir nada, abrazarla con fuerza, pegándola a él, quien pronto sintió como ella se aferraba a él con necesidad y fuerza antes de comenzar a llorar, sin miedo de ser escuchada gracias a la música que segundos antes había puesto la de mechas moradas...

-¿Todo bien?

-Si, es solo que extraño mucho la tranquilidad del campo y quisiera regresar a allá...

-¿Qué más sucede?... Te conozco y sé que algo no está bien contigo...

-Luka... No sé que hacer...

-¿Qué pasa?

-Todo y a la vez nada...

-¿Es algo referente a tu madre?

-Si... Ella es una de las únicas personas capaces de romperme con acciones y palabras...

-¿Qué te dijo?

-No me dijo nada, eso hizo... Lleva toda una vida mintiendome y yo sintiéndome miserable por ella, perdiendo todo por ella...

-¿Quieres decirme lo que pasó?

-Si, pero cuando no esté Sabrina o Delmar aquí... No es que no confíe en ellos, pero Sabrina conoce a mi familia y pese a todo, no quiero que sepa las razones por las que estoy aquí... No aún...

-Comprendo...

-Luka...

-Dime...

-¿Tú también te irás de mi vida en algún momento?

Esa pregunta le dolió en el fondo de su corazón, no por sentir que ella dudara de su amor, sino porque pudo sentir el dolor y temor con el cual ella preguntó aquello y le dolía eso...

Le dolía ver mal a su niña.

-No, corazón... —besó la coronilla de su cabeza y dejó una lágrima salir— Jamás... Aquí estoy para ti y siempre lo estaré... La única manera de que me fuera, sería que tú me lo pidieras... Aún así, ahí estaría...

-Nunca te pediría que te fueras y si en algún momento lo hago, no me creas, por favor...

-¿A qué le estás temiendo?

-A caer... No quiero herirte o herir a alguien más, no me lo perdonaría...

-Tranquila... Estamos en la tormenta, pronto el sol volverá a salir, confía en mi...

-¿Podemos permanecer abrazados por siempre?...

-Por supuesto que si...

Pasaron un par de minutos y el de cabellera negra esperó pacientemente hasta que la de mirada azul zafiro se tranquilizara lo más que pudo, qué fue cuando la misma se separó lentamente de él para verlo, aún cuando él sentía la necesidad de seguir en ese abrazo para protegerla de todo lo que pudiera herirla más...

-Gracias...

-No tienes nada que agradecer... ¿Te sientes mejor?

-Si, creo que si... —limpió su rostro y sonrió un poco— Estoy más tranquila y tengo que permanecer así o Shadow Moth se va a aprovechar de la situación...

-Tienes razón...

-¿Qué te parece si vamos a cenar?

-¿Estás segura de qué quieres ir con los demás?...

-Totalmente, estar con ustedes y ellos me hará sentir mejor...

-Está bien...

-Oye...

-¿Mande?

-Sonríe, por favor... Verte sonreír me da mil años de vida...

-Entonces sonreiré siempre para tenerte toda una eternidad a mi lado, ¿de acuerdo?

-De acuerdo...

Ambos se sonrieron, pero antes de que ella pudiera dar vuelta para salir, él la tomó de la mano para acercarla, acunar su rostro y por unos segundos darle un beso cargado de un sentimiento especial que ninguno había sentido antes pero que no podían descifrar aún...

-Te quiero demasiado, Chloé...

-Yo te quiero aún más, amor.

-Es la primera vez que me llamas así, estoy emocionado y tengo que confesar que quiero derretirme en tus brazos este preciso momento...

-¿Tanto así?

-Tanto así.

Ambos soltaron una pequeña risa antes de dedicarse una última mirada para salir del camarote hacia el comedor en donde todos ya los esperaban.

Tomaron asiento y pronto comenzaron a platicar entre sí, haciendo que la Bourgeois olvidara por un momento todos sus problemas, los cuales volvieron a regresar cuando la hora de que la de cabello corto, la Lavillant y el moreno tuvieran que irse.

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