Conector.
La Bourgeois terminaba de arreglarse para ir al colegio, se veía en frente de su tocador mientras sujetaba su coleta, hasta terminar y plantar su vista en el pequeño "jarrón" donde había puesto la flor azul en agua mientras mordía su mejilla interna y tomaba la pequeña nota que había recibido para volver a leerla.
Quizá y... Tenía que pensarlo muy bien.
Dejó la nota y giró para caminar hacia afuera de su suite, no sin antes tomar sus cosas; bajó por el elevador y a los minutos ya se encontraba en su limusina camino a su escuela, donde al llegar pudo visualizar a su mejor amiga esperándola como siempre, la cual iba a abrir la puerta cuando de pronto observó como el Graham negaba con la mano y era él quien abría la puerta, confundiendo a la Bourgeois que sin dar un paso, lo miró desde el interior del auto...
-¿Qué crees que haces, Graham?
-Abriéndote la puerta como todo un caballero, ¿no es obvio?
-A eso no me refiero, ¿qué haces a estas horas aquí?... ¿No deberías estar durmiendo o algo así?...
-¿Acaso tengo cara de que me gusta dormir?
-¿A quién no le gusta dormir?
-No seguiré contestando tus preguntas si no sales de tu limusina ya... —estiró su mano libre a ella— Baja...
La rubia lo miró ceñuda antes de salir por su cuenta sin siquiera prestar atención a su gesto, a lo cual él simplemente lo ignoró y una vez que ella salió, cerró la puerta permitiendo al vehículo irse, antes de que la de mirada azul volteara a verlo...
-Nuevamente te pregunto, ¿qué haces aquí?... Sabrina, ve adelantándote al salón.
-¿Segura, Chloé?... —preguntó algo insegura, recibiendo un sonido de afirmación por su parte por lo que comenzó a marcharse— Nos vemos ahorita en clase...
-¿Por qué corres a tu mejor amiga?... ¿Acaso te desesperó con solo verla?
-El que me está desesperando eres tú, responde a lo que te pregunté...
-Pues estoy aquí porque estudiaré con ustedes.
-¿¡Qué!?... ¡¿Por qué?!
-A mi tampoco me causa gracia estudiar en un colegio promedio con gente tan común como ustedes, pero el Colegio de leyes en el que mamá me iba a meter ya no tenía cupo y la única opción libre para continuar mis estudios era este... —volteó a ver la construcción con algo de desagrado— Instituto.
-¡Esto es ridículo, totalmente ridículo!... —atrajo la atención del joven— Eso significa que ahora a parte de soportar a Dupain Cheng, también tendré que soportarte a ti.
-Efectivamente, aunque no entiendo porque lo dices con tanto desagrado, después de todo, nosotros somos grandes amigos de toda la vida...
-¿De qué demonios hablas?... Tú y yo, no somos amigos.
-No sé de que hablo, pero yo no fui el mentiroso que se creó una amistad el día de ayer solo para huir de los problemas como un cobarde...
-¿Me estás diciendo yo soy una cobarde, Félix?
-No explícitamente, pero si, metiste para no enfrentar tus problemas, eso hacen los cobardes, ¿no?
-Eres un idiota, no trataré con alguien como tú... —giró su cuerpo con el fin de marcharse— Adiós...
-Bueno, sería una pena que le dijera toda la verdad a aquel chico de ayer, —tan rápido como se había dado la vuelta, ella regresó a verlo— ahora tú le deberías una explicación a él...
-No te atreverías...
-¿Quieres probarme?... —se acercó a ella para hablar a su oído— Te recuerdo que yo no soy de los tipos que se andan con rodeos, Bourgeois.
-¿Qué es lo que buscas?
-Nada en especial, —retomó su postura— solo tratar de que nos llevemos menos peor...
-¿Disculpa?
-Ayer he de admitir que en nuestra pequeña plática, te me hiciste menos molesta que como recordaba que eras y bueno, ya que nos veremos prácticamente diario, deberíamos comenzar a llevarnos mejor o sino terminaremos enloqueciendo los dos...
-¿Acaso esto es como una oferta de paz?
-La palabra correcta es "ofrenda", no "oferta", pero si, es algo así, dejando de lado que esto puede servir a que no corras el riesgo de quedar como una mentirosa, pues nos hablaríamos, —extendió su mano a ella— ¿que dices?
-No estrecharé tu mano así que guardala en tu bolsillo de nuevo, pero acepto, creo que no tengo muchas cartas a mi favor
-Un gusto hacer tratos contigo, ahora bien, ¿podrías indicarme en donde está el salón?
-Solo callate y sígueme...
Ordenó y ambos comenzaron a caminar hacia el salón bajo las miradas de algunos curiosos que analizaban el gran parecido del Graham con el modelo, creando uno que otro murmullo por ahí, a los cuales el rubio no les dio importancia; pero entre esas personas que veían con sorpresa la escena, se encontraba el típico grupo de amigas que atendían a la escena, sobre todo la de coletas a quien le desagradaba el chico desde aquella vez que trató de besarla aprovechándose de que parecía ser Adrien...
-¿Ese era el primo de Adrien?
-Sin duda, —habló la Dupain— ¿cómo olvidar a alguien tan desagradable como él?
-¿Qué hace aquí?
-No lo sé, —respondió la Césaire— pero lo que más me intriga es el porqué estaría con Chloé, tampoco creo que le agrade mucho, ese día habló mal de ella...
-¿Creen que sean amigos?
-No lo creo, ha de haber algo más, ¿creen que sea por el cumpleaños de Adrien?... Ya falta un mes para que sea y bueno, ellos lo conocen desde que él era pequeño...
-Puede ser, pero estoy segura de que si hacen una fiesta o algo, no estaremos invitadas...
-Sea lo que sea, hay que andar con cuidado con ambos... Sobre todo tú, Marinette...
-¿Por qué en especial yo?
-Porque hace 2 días Chloé te escuchó hablando con Luka sobre lo de New York y muy aparte que desde ahí Luka no te ha hablado, ella solo te ve con molestia y no quiero pensar mal, pero conocemos lo rencorosa que puede llegar a ser Chloé... Y bueno, respecto a Félix, ninguna de nosotras le agradamos, así que...
-¿Crees que Félix y ella puedan planear algo en mi contra?
-Es factible...
-O puede que solo sean amigos, —interrumpió la Couffaine— Luka ayer estuvo decaído todo el día porque vino a hablar con Chloé pero no le fue bien porque ella y Félix se fueron juntos, al cine, según... No forzosamente deberían planear algo en tu contra... —frunció un poco su ceño con molestia al recordar el estado de ánimo de su hermano los últimos días y al recordar ciertos comentarios dichos por ellas— A lo que me refiero es de que no todo lo que pasa debe de girar a tu alrededor...
-Juleka...
-Estoy bien, Rosita, —sonrió levemente— solo sentí necesario aclarar eso...
Mencionó bajo la mirada sorprendida de sus amigas quienes no creían lo recién sucedido.
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