Capítulo 1.
Varios estudiantes de la escuela Françoise Dupont se encontraban reunidos en la biblioteca de su colegio en espera a que su profesora llegara con ellos, ya que les había solicitado su presencia ahí sin dar una razón específica, simplemente diciéndoles que los vería con el motivo de darles un comunicado importante.
Para ser exactos, hablamos del grupo de cierta chica de coletas de origen chino y francés, quien se encontraba platicando con su mejor amiga mientras los demás de sus compañeros se encontraban en sus asuntos.
-Ay, Alya... ¿No sientes como que ya tardó mucho la señorita Bustier?...
-La verdad es de que si... Llevamos al menos 15 minutos esperándola y no llega...
-¿Crees que se le haya olvidado?
-No lo creo, pero no entiendo, ¿por qué nos citó con tanta urgencia sin decirnos la razón?
-Quizá y—
-Ya estoy aquí, alumnos... —escucharon la voz de su profesora quien iba entrando seguida del director del colegio— Lamentamos la tardanza, estábamos checando unos detalles para no darles mal algunos datos...
-Buenos días jóvenes...
-Buenos días director Damocles.
Respondieron todos al unísono, mientras el mayor se colocaba junto con la pelirroja en frente de ellos...
-No sé si recuerdan que hace unas semanas salió un concurso donde debían de presentar un cortometraje hecho por ustedes, donde tenían que representar la historia de la amistad entre Francia y Estados Unidos, pues bien, su cortometraje fue el ganador de todas las preparatorias que mandaron su vídeo y como regalo los organizadores del concurso les regalan un viaje todo pagado por este fin de semana a New York en muestran de reconocimiento a su esfuerzo...
-¿¡Qué!?
-¿¡New York!?
-Así es, todos ustedes irán a New York y antes de darles la sorpresa hablamos con los padres de algunos de ustedes y hasta ahora todos han aceptado...
-¿¡Qué!?... —interrumpió la Bourgeois— ¿Yo?... ¿Viajar con ustedes?... Estoy segura que mi papi no permitirá esto...
-Lamento decirle que sus padres estuvieron de acuerdo con que usted viajara con nosotros e irá...
-Esto es ridículo, totalmente ridículo...
-Como sea, —atrajo su atención la profesora— lamento decirles que yo no podré ir con ustedes... Y en mi lugar irá la señorita Mendeleiev...
-¿Qué?... —habló el Le Chien atrayendo la atención de sus compañeros— Pero ella no es genial, ni linda y amable como usted, ¿por qué no va a ir?
-No lea había dicho esto pero... —comenzó a acariciar su panza— Este fin de semana tendré un par de estudios que no puedo perder porque ¡estoy embarazada!
Los alumnos al oírla hicieron un sonido de emoción al saber que pronto habría un nuevo bebé entre ellos, la mayoría estaba feliz del viaje, a excepción de un rubio que se había quedado viendo fijamente al suelo, preocupando a sus amigos...
-No es mucho... Es solo que estoy seguro que mi padre no me va a dejar ir con ustedes...
-Ay, viejo... Esperemos que si te deje ir... Te lo mereces
-Así es Adrien, —interrumpió la Rossi— te lo mereces, aunque de igual forma si no vas, puedes pasar el tiempo conmigo, iré a varios eventos caritativos... Y podrías ir con—
-¡No!
Escucharon gritar a la Dupain quien atrajo la atención de todos los presentes que inmediatamente la voltearon a ver...
-¿No?...
-No, —continuó lo que decía— quiero decir... Tienes que ir, Adrien, vamos a celebrar la amistad y tú eres un amigo nuestro, no podemos dejarte simplemente aquí y si es necesario que se hable con tú papá, hablaremos con el porque eres nuestro amigo y todos te queremos...
-Gracias...
Mencionó el Agreste antes de que la maestra les permitiera salir de ahí, siendo la de coletas junto con su grupo de amigas, de las primeras en salir de biblioteca en dirección al patio para platicar...
-Entonces... ¿Hablarás con el padre de Adrien, Marinette?
-¿Qué?...
-Tú dijiste que Adrien era un "amigo" —haciendo comillas con los dedos— muy querido y que ibas a hablar con su papá para que lo dejara ir al paseo...
-¿De verdad hice eso?
-Si, ¿acaso no lo pensaste?
-¿No pensarlo?... ¡Pfff!, por favor... Claro que lo pensé es solo que... No lo pensé...
-Bueno, entonces tienes que ideartelas para hoy mismo ir a hablar con el señor Agreste porque para mañana no tendrá tiempo de empacar...
-Tienen razón... ¿Saliendo de clases me acompañan a pedirle permiso?
-Lo siento Marinette, hoy Kitty section tiene ensayo, por lo que Juleka y yo no podremos...
-Yo tampoco podré porque iré con Ivan al ensayo...
-Yo iré con Mylené, se lo prometí... —habló la Kubdel.
-¿O sea que todas estarán en casa de Juleka?
-Si, menos yo... Yo si te acompaño, amiga...
-Gracias Alya...
-No es nada, pero si piensa que es lo que dirás...
-Cierto... Aunque ya tengo una idea en mente...
-¿Cuál?
-El decir exactamente lo mismo que dije en biblioteca...
-¿Crees que sirva con su papá?
-No pierdo nada por intentar, ¿o si?
-Suerte amiga...
Mencionó la de cabello rosado al no sentirse tan segura de las palabras de su amiga.
Las horas pasaron hasta que llegara la tarde, en donde un par de mejores amigas se encontraban afuera de la mansión Agreste, esperando a que una de ellas dejara sus nervios de lado...
-Amiga, solo tienes que tocar...
-Eso ya lo sé, Alya... Es solo que tengo nervios...
-¿Cómo no tenerlos cuando se trata de convencer a tu suegro?
-El señor Agreste no es mi suegro...
-Porque le temes al éxito, pero en vista de que no piensas tocar, yo lo haré por ti.
Mencionó con calma la de lentes antes de tocar el timbre, ver una cámara asomarse y escuchar al momento:
<Adrien está es clases de esgrima, por lo que no está aquí>
De parte de la Secretaría de Gabriel, la cual antes de proseguir fue interrumpida por la voz de la de coletas.
Era ahora o nunca.
-Si, sabíamos que Adrien está en clase pe-
-¿Lo sabíamos? —preguntó la castaña.
-Si, sabíamos, —contestó la azabache viendo por un segundo a su amiga, antes de ver hacia la cámara— pero realmente vinimos a hablar con el señor Agreste...
-Lo siento, pero el señor Agreste no tiene tiempo para atenderlas.
-¡Es importante, es sobre Adrien!...
-Tienen 5 minutos...
Dijo antes de que la cámara se escondiera y el portón fuera abierto, permitiéndoles la entrada a la residencia, al menos hasta que llegaron a la puerta de aquella construcción, la cual fue abierta, dejándoles ver a Gabriel parado en las escaleras principales, el cual las miró seriamente...
-Buenas tardes señor Agreste...
-Señorita Marinette, ¿a qué se debe su interrupción?
-Eh... Si, bueno, venía a hablar con usted con el fin de pedirle permiso para que Adrien vaya a un viaje escolar...
-¿Viaje escolar?... ¿Él no me ha dicho nada de un viaje escolar?
-Apenas hoy nos avisaron, se trata de un viaje todo pagado a New York como premio de que ganamos al representar en un cortometraje la amistad francesa y americana...
-¿A New York?... ¿Me está bromeando?
-No, hablo en serio, sería por este fin de semana... Desde el Viernes en la mañana y regresamos el Lunes en la tarde...
-¿Y por qué debería dejarlo ir?
-Porque Adrien trabajó con todos mis compañeros y conmigo en este proyecto que fue muy difícil y este es un logro que entre todos conseguimos y sería muy injusto dejarlo de lado, además de que-
-Está bien, —interrumpió— no necesito oír más, Adrien irá...
-¿Qué?... ¿De verdad?...
-¿Acaso no me escuchó?
-¡No, perdón!... Es solo que... ¡Muchas gracias señor Agreste!
-¿Solo vino para eso?
-Si, disculpe...
-De acuerdo, pueden irse, tengo mucho trabajo...
El par de amigas dieron vuelta para caminar hacia afuera al ver como el diseñador se marchaba y al llegar afuera de la residencia en general, ambas giraron a verse con una gran sonrisa...
-¡Lo lograste, amiga!
-¡Lo logré!
-¡No puedo creerlo!... ¡Adrien irá!... Tengo que decirle a Nino...
-Y a las chicas, ¡vamos a casa de Juleka!
Mencionó alegre la Dupain antes de que comenzaran a correr en dirección de la casa flotante de la Couffaine, donde al estar cerca, la de coletas les gritó, atrayendo su atención...
-¿Marinette?
-¿Qué hace aquí?
-¿No debería estar tratando de convencer a su suegro?
-¡Chicas!... —corrió un poco más y caminó hasta pisar el barco— Les tengo buenas noticias...
-Así es... Mari les tiene buenas noticias...
-¿Cuales?... —preguntó la de cabellera rosada— ¿Por fin le dijiste a Adrien que estás enamorada de él?
-Jajaja, eso ya sería un milagro...
-Mylené...
-Perdón Marinette, pero sabes que es cierto... En fin, cuenta que pasa... Los chicos están adentro del barco...
-Bueno, Alya y yo venimos de casa de Adrien ¡y su papá lo dejó ir!
-¿¡Qué!?
-Creo que logré ser muy convincente...
-¿Hablas en serio?
-¡Si!... ¡Yo estaba ahí y si!
-¡No puedo creerlo!... —exclamó emocionada la rubia— De seguro New York será algo muy lindo para ustedes...
-Rosita tiene razón, amiga... No estará Kagami, ni Lila... Tienes a Adrien solo para ti...
-A excepción de un pequeño obstáculo llamado Chlo-é...
-Pfff... —suspiró con molestia la de lentes— Chloé siempre tiene que arruinar los planes de Marinette, estoy segura que se entrometerá entre ellos...
-A excepción que algo la tenga distraída... Podríamos hablar con Sabrina, estoy segura que la distraería...
-No lo creo... Chloé a los minutos se aburre de Sabrina...
-Yo sé de quien podría ayudarnos a distraerla...
-¿De verdad, Rose?... —la vio asentir— Supongo que se trata de alguien con mucha paciencia...
-Ajá, hablo de Luka...
-¿Qué?... —cuestionó sorprendida la de mechas moradas.
-No Rosita, no podemos decirle a Luka... Él no tiene culpa de nada, ¿por qué lo mandaríamos con alguien como Chloé?... No, creo que acepte.
-Pues no es mala idea... —habló la Césaire— Luka es muy paciente... Además él si accedería si tú se lo pidieras... El podría usar el lugar que Lila no va a tomar...
-Por más que suene tentador, no podría pedirle algo así a Luka... Que horror...
-Pedirme, ¿qué?...
El grupo de amigas callaron al momento de oír la voz del guitarrista hablar a la par que se oían pasos acercándose a ellas, las cuales voltearon a ver al chico que llegaba...
-L-Luka
-Hola Alya y hola Marinette...
-¿En que momento llegaste?... No te vimos...
-Venía a avisarle a las chicas que ya íbamos a reanudar el ensayo...
-¿Escuchaste todo lo que hablamos?
-No, solo la parte en la que no podrías pedirme algo así... ¿Qué es lo que sucede?... ¿Todo bien?...
-Pues...
-Casi están bien las cosas, —interrumpió la patinadora— la cuestión es de que Mari quería pedirte un favor o más buen, quería proponerte algo, pero ya se está echando para atrás...
-¿Por?... ¿Es algo muy malo?
-No, solo que requiere de demasiada paciencia...
-Alix... No lo digas...
-Debería decirte lo que pasa...
-Pfff...
-Claro, ¿quieres hablar a solas, Marinette?
-Si, por favor...
-Ven, vayamos a la cabina de navegación...
Mencionó tranquilo antes de comenzar a caminar, seguido de la franco-china que no se fue sin antes ver a sus amigas con una cara de molestia.
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