Capítulo 04.
Finalmente los alumnos habían podido ir a sus habitaciones para acomodarse en las mismas, además de ponerse de acuerdo con sus compañeros de cuarto, porque así es, muy aparte de que tenían que compartir cama con alguien más, también debían de compartir su estancia con otro dúo de personas, ya que por habitación eran 2 camas matrimoniales, cosa que en absoluto le agradaba a la Bourgeois, pues lo menos que esperaba de un "hotelucho" de cuarta, era una cama para ella misma, cosa que no obtuvo, causándole un malestar que incrementó en cuanto vio como la puerta de la recámara era abierta por nada menos que cierta chica con coletas y la mejor amiga de esta...
-314... Aquí es...
-¿¡Qué!?... —atrajo la atención de ambas— ¿¡Césaire, Dupain Cheng!?... ¡Esto es ridículo, totalmente ridículo!
-Ay, no... ¿Segura que no nos equivocamos de habitación, Alya?
-Desafortunadamente, no... Aquí nos va a tocar pasar la noche...
-Esto será muy difícil y largo...
-Ustedes no deberían estarse quejando por pasar la noche con alguien tan asombrosa como yo, sino al contrario, yo soy quien debería quejarme de que ustedes estén aquí...
-Pfff... —resopló la azabache— Te tengo una propuesta Chloé, una muy buena que no podrás rechazar y que será para que no te molestemos a ti, siempre y cuando tú no nos molestes a nosotros, ¿quieres oír mi propuesta?
-Si tú insistes...
-Mi propuesta va de que tú no nos hables, de que no toques nuestras cosas, de que nos ignores totalmente y nosotras haremos lo mismo contigo... Si lo piensas bien, es como si ninguna estuviera con la otra, ¿qué te parece?
-Es lo más cercano a lo que desearía tener, así que está bien, acepto...
-Es un honor hacer tratos contigo... Solo hablaremos si es necesario y cuando respondamos hay que hacerlo con respeto, ¿de acuerdo?
-No tengo otra opción... En fin, iré a darme una ducha y luego me pondré una mascarilla para relajar mi piel, a ver si eso arregla este horroso día...
Mencionó antes de tomar una de sus maletas para meterse con ella al baño, dejando al par de mejores amigas y a la de cabello naranja solas, cuya atención pronto se dirigió a la Dupain, quien le habló...
-Ay, Sabrina... —suspiró— En serio que te admiro...
-¿Uh?, ¿por qué?
-Bueno, Chloé es alguien algo... Por no decir, demasiado, complicada... A lo que me refiero es de que nada le parece, todo le incomoda, todos son inferiores a ella, se enoja por todo, en resumen ella es insoportable...
-Bueno, yo... —pensó con cuidado sus palabras— No estoy de acuerdo contigo... Conozco a Chloé y ella no es así...
-¿Cómo puedes decir que no es así, Sabrina?... —habló la morena— Ella te trata como si fuera tu esclava...
-No es de que ella me trate así, es solo que toda la vida me acostumbré a ser servicial con los demás y me gusta hacer las cosas de Chloé aunque ella no me las pida...
-Pero ella abusa de eso...
-Quizá, pero respecto a lo demás... Chloé no es insoportable, solo es cuestión de saber tratarla... Ella no ha tenido una vida fácil...
-Ay, por favor Sabrina... —interrumpió la azabache— ¿Cómo es posible que digas eso cuando obtiene todo lo que quiere?... Ella no tiene que esforzarse para conseguirlo, sino al contrario, tiene más comodidades que nosotras 3 juntas y perdóname, pero es algo absurdo que la defiendas cuando claramente no hay argumentos para hacerlo... Es una niña mimada, malcriada y ya...
-Entiendo tu molestia, pero no hables mal de mi mejor amiga... No conoces a Chloé más allá y estoy consciente que a cierto punto yo no la conozco, pero creo que aquí quien tendría menor criterio para juzgar, serías tú, Marinette
Dijo sin saber que por dentro del baño se encontraba la Bourgeois escuchando todo lo que decían de ella, cosa que muy aparte de haberla hecho molestar, la hizo sentir mal, ella no creía ser una persona tan horrenda como la pintaban, pero si eso era lo que creían de ella, estaba bien, ¿qué se supone que haría?, ¿pedirle perdón a una de las peores personas que había conocido en su vida?... JAMÁS.
Suspiró con algo de frustración puesto a que no podía simplemente salir del baño para encarar a la franco-china porque se agregaría "entrometida" a su descripción, por lo que negó con la cabeza y decidiendo "ignorar" eso, dio vuelta para ahora si meterse a tomar un baño, sintiéndose algo tranquila de que su mejor amiga la protegiera...
-Y-Yo... —balbuceó un poco— Perdón Sabrina, lo que pasó fue de que me enojé y terminé por hablar de más... Nunca fue mi intención molestarte... Mejor cambiemos de tema... ¿Qué te pareció el chico que vimos en recepción?
-¿Hablan de Delmar?
-¿Se llama Delmar?
-Si, —sonrojó un poco— cuando iba subiendo me lo encontré y me ayudó a subir mi maleta, ahí fue cuando me dijo su nombre, además de invitarme a la fiesta que harán hoy a las 9 en la terraza del hotel...
-Es cierto, por un momento olvido la fiesta... ¿Irás?
-No estoy segura... Quisiera pero a la vez no...
-¿Por?
-Chloé no es alguien a quien le gusten las fiestas si no se trata de algo importante para ella y por lo que hablamos antes de que ustedes llegaran, ella no quiere ir y no quisiera dejarla sola aquí...
-¿Y qué pasaría si te dijera que quizá y podrías ir a la fiesta sin dejarla sola?
-¿Quieren que la convenza para que vaya a la fiesta?
-No, pero tampoco podemos permitir que te pierdas algo importante para ti, solo por ella
-¿A qué se refieren?
-Pues conocemos a alguien que podría ayudarnos a distraerla un poco...
-¿De quién hablan?
-¿Recuerdas el chico de cabello negro y puntas azules que vimos en recepción?...
La Raincomprix las miró con algo de curiosidad e inseguridad, pero esperó a que la Césaire y la Cheng le explicaran en que consistía su plan.
––––––––———————
El reloj marcaba 10 minutos para las 9 de la noche y la chica de cabellera dorada ya se encontraba bañada, sentada sobre la cama, en pijama, su cabello estaba cepillado pero sostenido en un moño a mitad de altura mientras mantenía su vista atenta a su celular, sin notar como el par de mejores amigas intercambiaban miradas con la pelirroja, esto con el fin de que la misma le avisara a la rubia que saldría, pero que por razones que ellas desconocían, ella no lo hacía, a lo que se pusieron de pie y tomaron sus celulares, dirigiéndose a la puerta, no sin antes hablar con la de lentes...
-En un rato regresamos, —avisó la de coletas— iremos a la fiesta que nos invitaron...
-Si, chicas, está bien...
-¿No vendrás Sabrina?
-Yo... Probablemente las alcance allá, en lo mientras diviertanse
-De acuerdo, te esperamos...
Y sin más, salieron de ahí, dejando a las otras 2, permitiendo a la de mirada azul zafiro bloquear su celular para voltear a ver a su compañera...
-¿Probablemente?
-Chloé, yo...
-¿Irás a la fiesta con todos?
-Si... Bueno, quería, claro, si es que se puede...
-¿Para qué vas?... Solo te tendrán ahí sin hacer nada más que bailar... Siempre sobramos con ellos...
-Es que Delmar me invitó...
-¿Delmar?... ¿Quién es?...
-El chico que nos invitó a la fiesta mientras estábamos en recepción...
-Ah, él... La verdad no me da confianza... O sea, es solo un fin de semana que podrán verse, no más... En fin... Si quieres ir, está bien...
-Pero te dejaría sola...
-No es como si nunca lo hubiera estado... Además ya voy a tratar de dormir, mientras más rápido regresemos a París, mejor para mi... Buenas noches Sabrina...
Mencionó para poner su celular en el pequeño mueble de noche que estaba a su lado y como siguiente punto acostarse y taparse, apagando a su paso la única lámpara que alumbraba la habitación, mirando hacia la ventana, quedando de espaldas a su amiga, la cual se sentó sobre la cama y calló.
Mientras tanto en la terraza del hotel...
Ya habían pasado varios minutos desde que el par de amigas habían llegado con los demás, incluyendo al Couffaine y al chico de la recepción, los cuales esperaban a que la de mirada color menta subiera con ellos, cosa que no pasaba...
-Ella no llega... ¿Seguras que vendrá?
-Si... Sabrina dijo que vendría...
-¿No creen que ya tardó para una simple plática con su mejor amiga?
-Si, pero es que Chloé es... Diferente... Digamos que no es tan accesible a todo...
-¿Y creen que si voy por ella, ella suba conmigo?
-Yo digo que si, —respondió el guitarrista— además de que sirve que de paso me quedo con Chloé...
-¿Estás seguro?... Te lo propusimos y aceptaste, la cuestión es de que no le agradas tanto...
-Descuiden, tendré bajo control la situación, confíen en mi, además puede ser que Sabrina no quiera subir para no dejar sola a Chloé, porque por lo visto no quería hacer eso... Quizá si me quedo ella se sienta segura y suba con Delmar...
-Eso suena bien...
-Concuerdo con Marinette, misión Delbrina, comienza ahora.
Ambos jóvenes asintieron con la cabeza y comenzaron a bajar por las escaleras de emergencia hasta estar a un par de escalones de la ventana de las chicas...
-Delmar, ve tú, yo te espero aquí...
-¿No se supone que vas a entrar?
-Si, pero primero tiene que salir Sabrina para que le explique lo que haremos...
-De acuerdo, entonces voy...
El chico de mirada verde bajó un par de escalones y se asomó por la ventana, encontrándose con la rubia ya acostada y con los ojos cerrados con fuerza a la par que se tapaba los oídos con ayuda de las almohadas y detrás de ella la de cabello naranja que en cuanto lo vio no dudó en sonreír...
-Delmar... —habló en voz baja.
-Sabrina, vine por ti...
-No puedo ir... No quiero dejar a Chloé sola...
-No va a estar sola... Ven, sigueme... Es solo por hoy...
-Yo... Está bien...
La chica sonrió y sin decirle nada a la Bourgeois, salió por la ventana bajo la vista discreta de la misma, dejándola sola, pero no por mucho tiempo, pues pronto vio como la sombra de otro chico aparecía y se aclaraba, dando paso al Couffaine, haciendo a la joven rodarse al otro lado opuesto para darle la espalda al músico...
-Hola Chloé
-Aggg... ¿Otra vez tú?... Nadie te invitó a mi habitación, vete
-De hecho... —entró al cuarto— Apenas entré y por si lo olvidas... Esta no es solo tú habitación... También es de Alya, Marinette y Sabrina... Ellas me invitaron...
-Ella no están, ahora lárgate...
-No... —caminó hacia el lado donde antes se encontraba la Raincomprix y se sentó para ver a la blonda— Quiero conocerte...
-Ya te he dicho antes que no... —giró y volvió a regresar a su antigua posición— No quiero que me conozcas, —cambió su semblante a uno algo nervioso— ¿por qué lo permitiría?
-Porque no entiendo porqué no me dejas conocerte... Sé quién eres y podría asegurarte que eres una persona lastimada en lo profundo de tu alma... Es por eso que quiero ayudarte y en el proceso quiero tener una oportunidad de ser tu amigo...
-En primera, los amigos no existen, Couffaine... Y en segunda, no puedes asegurarte nada, ni siquiera porque tu intuición te lo permita...
-¿Mi intuición, miente?
-Tengo sueño, dejame dormir...
-Yo también tengo mucho sueño, no pude dormir nada en el avión... —se quitó los zapatos y se acostó en el lado vacío de la cama, viendo el cabello de la chica— Fue muy incomodo tratar de dormir...
-¿Y esa es razón para que te acuestes en la cama en donde yo estoy?
-Estoy muy cansado... Pero quiero hablar contigo... Aunque no me apoyes mucho... Por cierto, tengo una pregunta...
-¿Qué pregunta?... Nada más te advierto que si tratas de indagar en mi vida PRIVADA, me levantaré e iré a acusarte con la profesora Mendeleiev...
-Descuida, no indagaré en tu vida... La pregunta es mas que nada por algo que me sorprendió mucho...
-Dime...
-Cuando te vi bajar del avión, me sorprendiste...
-¿Uh?... —giró para verlo y quedar cara a cara con él— ¿Por qué?
-Por como te veías... Literalmente todos en el avión se veían cansados, despeinados o, con cara de pocos amigos, en cambio tú lucías tan fresca, como si nunca hubiera habido un viaje de casi 13 horas...
-Ah... Jaja... Si... —por primera vez sonrió y rió un poco en todo el día— La respuesta es sencilla, soy una Bourgeois y siempre luzco bien, además de que me arreglo, claro está...
-Jajaja... —soltó una risita— Pensé que eras como un hada que hacía magia en si misma...
-¿Qué te digo?... Soy un arte con las manos... Podría hacer lucir hermosa a la persona más horrenda en el mundo...
-Vaya... Me sorprendes... ¿Pero sabes que me sorprende más?
-¿Qué cosa?
-Lo cuidada que está tu piel... —analizó con cuidado su rostro— Ahora que estamos cerca y no tienes maquillaje, puedo ver tu piel y la tienes muy cuidada... Incluso me da ganas de tocarla por lo suave que se ve... Pero descuida, no lo haré...
-Eres algo raro... —hizo un gesto algo gracioso— Aunque agradezco que no me toques, seguramente si lo hicieras te golpearía...
-No te preocupes, no me gusta pasar del espacio personal de la gente...
-Bueno... No creo que eso sea tan cierto, digo, estás acostado en mi cama...
-Lo lamento, de verdad me duele el cuerpo...
-Ajá... —pareció ignorar el comentario del chico para mirarlo bien— Retomando el tema de la piel... La tuya está un poco descuidada... Quizá sea bueno que te ponga mi secreto para una piel de porcelana como la mía...
-¿Es una mascarilla?
-Exactamente... —tapó su boca y bostezó— Pero no te la pondría ahora mismo, tengo sueño también...
-Entonces descansa...
-¿Te irás?
-¿Quieres que me vaya?
-No tengo tanto problema con que te quedes... No... No eres tan desagradable como pensé...
-¿Te da miedo la oscuridad?
-¿Yo?... ¿Miedo a la oscuridad?... ¡Para nada!, solo que no es que el color negro me agrade tanto...
-Entiendo... Me quedaré aquí hasta que te duermas...
-Buenas noches, Couffaine...
-Buenas noches, Chloé.
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