Capítulo 03.
El avión aterrizó y la hora de vaciar el avión había llegado, comenzando por primera clase, personas a las cuales él prestó su atención para encontrarse con la Bourgeois que poco tardó en bajar del avión como si de un viaje de una hora se hubiera tratado, ya que no lucia despeinada o desvelada, sino al contra, lucia bastante "fresh", cosa que sorprendió al azabache.
¿Cómo era posible que ella luciera tan bien?
Esperó un par de segundos antes de que les dieran las indicaciones sobre como sería que descenderían del vehículo aéreo, para luego ponerse de pie y tratar de caminar para bajar, siendo antes detenido del brazo por la Kubdel...
-Luka...
-¿Si?
-Ten cuidado...
-¿Con qué?
-Con Chloé, realmente es alguien difícil de tratar y si en algún momento ya no quisieras seguir con esto, dinos por favor, creeme que lo entenderemos...
-Descuida Alix, todo va a estar bien y si, cualquier cosa les diré
-Sé que Marinette debería ser quien te elogiara y diera las gracias, pero yo lo haré por ella... Gracias por tu ayuda y por cierto, me sorprende tu capacidad para arriesgarte...
-Eh... Si... Gracias...
Mencionó algo incómodo e inseguro, es decir, ¿realmente Chloé era una persona tan horrible como la describían o por qué se hablaba tan mal de ella?; no quería oírse como una persona ignorante a la que le dicen:"no metas el dedo a la llama de la vela porque te quemarás" pero sin embargo va y mete el dedo en la llama creyendo que no le pasará nada y sale quemado; pero por otro lado quería comprobarlo para dejar de ser "ignorante" en el modo de dejarse guiar solo por lo que se cree y dice para él poder experimentarlo, eso si, siendo precavido siempre.
Pensando en esto, tomó sus cosas y se dirigió a la salida del avión y descendió, sintiendo rápidamente la diferencia del clima entre París y New York, girando a los lados para ver lo que estuviera cerca, sorprendiéndose al ver uno que otro edificio alto. Apenas hubo tocado el suelo, se dirigió hacia la rubia que miraba a su alrededor también y sin pensar mucho, habló...
-¡Hola!
-¿Uh?... —su atención se dirigió a él y luego volteó a sus lados algo confusa para regresar a verlo— ¿Me hablas a mi?
-Por supuesto, tú eres Chloé Bourgeois, ¿no?
-Eh, si... —confundida— ¿Y tú eres?...
-Luka, Luka Couffaine, un gusto... Soy el hermano mayor de Juleka, ella va en tu salón...
-Si, si sé quién es... ¿Qué es lo que quieres?
-Realmente nada, solo quisiera conocerte...
-¿Quieres conocerme?... ¿Por qué?... —mencionó sorprendida antes de "reaccionar"— O sea, sé que soy asombrosa y cualquiera quisiera conocerme pero... ¿Tú, hermano de Juleka, quererme conocer?... Que novedad...
-¿Por qué novedad?
-Digamos que tu hermana de seguro me odia, solo es eso...
-¿Por qué te odiaría?
Esa pregunta la desconcertó un poco y la hizo soltar una irónica risa para entonces sonreír de medio lado...
«Si tu hermana no te ha tenido la confianza para contarte sus problemas de maldiciones, ¿por qué yo te los diría?... Por cierto, una cosa, acomoda bien tu cabello, pareciera como si te hubieran pegado en la cabeza con una almohada y te hubieran despeinado totalmente, au revoir»
Dijo canturreando lo último, para caminar hacia la pelirroja que recién había descendido del avión, dejando al guitarrista que se sorprendió por la forma tan "directa" que tenía de decir lo que pensaba.
Mientras tanto, segundos antes...
La Dupain se hallaba con su mejor amiga, la Lavillant y la Couffaine, mirando a una distancia prudente como era que el de mechas azules se acercaba hacia la blonda que parecía estar en su mundo...
-Oh no... —habló la de coletas— Luka ya va hacia Chloé...
-Creo que fue mala idea que le pidieras a Luka que la distrajera...
-Te recuerdo que fue idea de todas, Alya...
-Shhh... Pongan atención chicas, él ya está hablado con ella...
-Esperemos que esto no termine en desastre...
-No creo que Chloé sea tan grosera con alguien que no conoce, ¿o si?
-Ay, Rosita... —habló la de lentes— Eres demasiado inocente aún...
-Chicas, ya rió y ahora está sonriendo de lado... Esto es mala señal...
-Esperen... —mantuvieron silencio por unos segundos antes de que todas se sorprendieran— ¿¡Qué!?... —soltó en voz baja— ¿¡A dónde cree que va!?...
-Luka parece muy sereno...
Dijo la pequeña rubia mientras veía como el joven veía hacia donde se había ido la Bourgeois y con cuidado pasaba sus manos por su cabello como acomodándolo antes de que voltearan a ver a la hermana menor de él...
-Juleka, ve con tu hermano...
-¿Y qué le digo?
-No lo sé, pregunta como le fue en su viaje o algo parecido y después trata de ver si todo estuvo bien...
-Exactamente lo que dice Marinette, solo no le digas que estuvimos viendo como hablaba con ella, quizá y dile que por casualidad volteaste y los viste juntos...
-Okey, de acuerdo...
La de mirada cobriza tomó algo de aire y no tan convencida, se dirigió hacia su hermano, quien al verla dejó de tocarse su cabello para sonreír...
-Hola Juleka... ¿Cómo estás?
-Bien, ¿y tú?
-Muy cansado... No pude descansar nada en el avión... ¿Tú si?
-Si... ¿Por qué no pudiste descansar?
-Es muy incómodo... Además había ronquidos por doquier...
-Bueno, en cuanto lleguemos al hotel podrás descansar...
-Eso espero... Una pregunta, ¿ya no me veo tan despeinado?
-Eeeh, no... Te ves bien... ¿Por?
-Es que Chloé me dijo que estaba muy desarreglado mi cabello y bueno... Traté de que ya no lo estuviera...
-¿Chloé?
-Si, acabo de hablar con ella... Me sorprendió su forma se ser...
-¿En serio?
-Es algo... Peculiar... Dice lo que piensa pero de una manera algo irónica y sarcástica...
-¿Te dijo algo malo?
-No tanto así... A lo que me refiero es de que me dijo que le sorprendía que yo quisiera hablar con ella porque muy probablemente tú la odiabas por un problema sobre una maldición, pero finalizó diciendo... "Si tu hermana no tiene la confianza de decirte sus cosas, ¿por qué yo lo haría?"... Eso me sonó tan... Eso no es mi asunto, preguntale a ella... Y bueno... Yo no sé de qué maldición habla... ¿Podrías explicarme para estar en mejor contexto?
-La vez que te dije que fui akumatizada por culpa de Chloé porque me encerró en el baño para no salir en la foto escolar, fue porque yo creía tener una maldición que me impedía salir en las fotografías...
-Ya veo... ¿Ella también causó tu segunda, no?
-No... Esa fue... Una de mis amigas... Por poco una de ellas era la modelo junto con Adrien de los diseños de Marinette y yo ya no lo iba a ser...
-¿Amiga?... ¿Quién?...
-No vale la pena, eso ya pasó, lo importante es de que—
-¿Qué amiga fue, —interrumpió— Juleka?...
-No tiene caso que te lo diga, es algo que ya pasó...
-Jule, no me voy a enojar o algo parecido, solo que me desconcierta un poco que haya pasado algo así... Y tengo grandes sospechas...
-Te estás molestando, ¿cierto?
-No, solo que sea lo que sea que haya pasado, no se me hace justo que tus amigas, conociéndote, por un momento te hayan hecho al lado en algo importante para ti... Juleka, —la tomó de las manos— eres mi hermana, cualquier cosa que te lastime, a mi también me duele pero también comprendo que hay cosas que tú arreglas a tu manera y si todo ya está bien para ti, también lo está para mi.
-Gracias Luka.
Mencionó la de mechas moradas antes de abrazar a su hermano bajo la discreta mirada de la de coleta que examinaba la situación para evitar caer en alguna posible trampa que le pudieran realizar.
El tiempo comenzó a pasar y los minutos se volvieron horas, horas que los estudiantes se supondrían deberían estar disfrutando pero que por cuestiones de Seguridad estaban perdiendo en tan solo llegar al hotel en donde se quedarían, al cual llegaron después de casi 3 horas y media de haber aterrizado, lugar donde ahora esperaban a que terminaran de arreglar y ordenar el acomodo de cuartos, así como la planeación de lo que se podría pedir en servicio a habitación.
-Vaya, —dijo la Césaire a cierta pelirroja que estaba al lado de la de mirada azul zafiro— hasta ahorita New York me ha parecido muy linda, aunque no hemos tenido tiempo de hacer algo...
-Cierto, —habló la Raincomprix— se supone que habíamos llegado en la tarde para disfrutar el día y ya van a dar las 7 de la noche... No creo que tengamos mucho tiempo ya...
-Pienso lo mismo... Y mucho menos si se pierde tiempo como Adrien y Marinette que no pueden entrar porque las puertas se lo impiden..
Soltó con una risita a la par que volteaba a ver a ambos chicos que trataban de entrar al lugar pero cada que las puertas eléctricas se abrían y ellos iban a entrar, inmediatamente se cerraban, impidiéndoles el acceso, todo bajo la mirada algo molesta de la blonda que en cuanto vio como la de coletas finamente entraba e iba a ellas, no pudo evitar decir lo que pensaba, lo cual no era nada agradable...
-Que ridícula...
-¿Qué dijiste, —cuestionó la morena— Chloé?
-Ya llegué... Perdonen yo—
-Hasta que por fin dejas de hacer el ridículo, Dupain Cheng, ¿sabes?, eres la persona más torpe que conozco y a veces me pregunto si realmente eres así o te levantas todas las mañanas a practicar el ridículo que harás ese día... O sea, ¿es en serio?... ¿No poder entrar por unas simples puertas automáticas?... Que tonto.
-¿Y en definitiva no se supone que a ti no te debería de importar lo que pase conmigo?
-Efectivamente, pero es obvio que me va a importar cuando eres parte del grupo en el cual yo vengo... No me gustaría que pensaran que todos, incluyéndome ahí, somos como tú... Que vergüenza...
La azabache iba a reclamar del enojo que sentía, cuando de un momento a otro se apareció entre ellas el chico músico que desde la distancia había oído toda su discusión, esto con el fin de interrumpirlas...
-¡Hola chicas!
-¿Luka?
-¿Otra vez tú?
-¿Quién es él, Chloé?
-Sabrina, él es el chico de mal gusto de vestir...
-Ya veo...
-¿Crees que tengo un mal gusto de la ropa?
-Absolutamente, pero en fin, ¿qué haces aquí?
-Solo venía a tratar de hablar contigo... Lucias algo ocupada al estar en el aeropuerto, que pensé que quizá y sería mejor hablarte al llegar aquí...
-¿Acaso no comprendiste que no me interesa conocerte?...
-Sería bueno que te dieras una oportunidad de hacerlo...
-¿Por qué debería hacerlo?
-Porque no planeo dejar de molestarte hasta que lo hagas... No soy una mala persona, sino al contrario, quizá podríamos volvernos muy buenos amigos...
La Bourgeois lo miró de pies a cabeza con una expresión de indiferencia aunque por dentro estaba sintiéndose sorprendida por lo dicho por el joven, nadie quería conocerla, ¿por qué él insistía tanto en ello?.
Suspiró profundamente e iba a contestar cuando fue interrumpidos por un chico del lugar, de tez morena, que atrajo su atención...
-Hola amigos, ustedes deben de ser los estudiantes que vienen de París, ¿no es así?
-Si, así es...
-Bueno, un gusto, yo soy neoyorquino pero los quiero invitar a una fiesta que haremos hoy...
-Eh, —sonrió la Cheng— que amable eres, pero no creo que nos dejen salir hoy...
-Descuida, no es afuera del hotel, sino en la terraza y de verdad esperamos poder verlos ahí para conocerlos...
Mencionó mientras le guiñaba el ojo a la pelirroja antes de irse, causando un rubor en las mejillas de la misma...
-Parece que alguien quiere conocerte, Sabrina...
-Ustedes... ¿Creen que yo deba ir?
-Ay, por favor, Sabrina... ¿En serio quieres ir a una fiesta en este hotelucho de cuarta?... Como quieras, yo no iré para que se me peguen todos los microbios de aquí, ¡las maletas!
Mencionó de manera demandante e inició a caminar, pero cuando la de cabello corto iba a seguirla, fue detenida por el de cabellera negra que la detuvo, tomó las maletas que ella tenía y fue detrás de la rubia que caminó hasta quedar a una distancia considerable de los demás...
-Sabrina, yo- —sus palabras se interrumpieron en cuanto giró para encontrar a su amiga, pero en vez de verla, se encontró con el guitarrista— ¿Qué rayos haces aquí, por qué traes mis cosas y en dónde está Sabrina?
-Le dije a Sabrina que me hiciera un favor, en su lugar yo traje tus cosas...
-Bien, bien, como haya sido, ya las trajiste, ahora te puedes ir.
-Esperaré a que Sabrina llegue... Por cierto, tengo una duda... ¿Por qué tratas a Sabrina como si fuera tu esclava, cuando es tu amiga?
-Ese no es tu asunto Couffaine, —mencionó con un tono de seriedad/enojo mientras se acercaba y se ponía en frente de él, haciéndolo bajar la mirada para verla— deja de querer indagar en mi vida y en mis cosas... Lo que yo haga o no, no debe de importarte a ti...
-Me importa porque realmente quiero conocerte y conocer tus razones... En el poco intercambio de palabras puedo decirte que sé quién eres, Chloé
La de mirada azul zafiro se sorprendió al oírlo pero se limitó a quitarle sus maletas...
«Dejame en paz... Cuando Sabrina regrese, dile que la esperaré hasta la habitación.»
Avisó y comenzó a caminar con sus maletas hacia la otra parte de la recepción, dejando algo confundido al chico.
¿Ella temía a que la conocieran o ella temía a tener amigos?...
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