17. Invitación
Bess:
—¿Qué estas haciendo?—Doy un paso hacia la puerta después de que Hefesto sale de esta.—¡¿Dejaste a Naomi dentro?!
Intento pasar y me toma del brazo.
—Tu madre fue clara. —Asegura y me aparto de el obligando a que me suelte.—No entres.
—¿Eres bailarín o la seguridad?
El guarda silencio unos segundos antes de responder.—Naomi fue quien me contrato, discútelo con ella.
—Y yo soy su hija, por ende si pregunto algo me lo dices.
Hefesto aprieta la mandíbula, esta decidido a no hablar y me hace perder el tiempo.
—¡Mamá, voy a entrar!—Digo mirándolo.
Pongo la mano en la manecilla y la puerta se abre, logrando que retroceda.
—Oh, nena.
Ignoro su apodo y detrás de el veo a mamá. Se ve bien y es lo único que me importa, asi que mi preocupación baja.
Ella me hace una señal para que ingrese.
—Hades...—Lo llamo antes de que se retire y niego.—No te vayas todavia.
(***)
—Buen trabajo, Bess.
Naomi me felicita y no recuerdo cuando la vi tan emocionada como ahora, como si sus problemas con las pocas ganas ya tuviera una solución.
—Esto funcionara y quiero que lo anuncies en las redes, Hades esta de regreso.
—Pones demasiada fe en el.
—Porque se que es lo que tengo ahora.
—¿Tan buen bailarín es?—Inquiero, después de haber visto a los chicos sobre el escenario pienso que no puedo ver algo nuevo.
—Todos mis niños lo son, cariño.—Asegura.—Más los primeros que encontre, tarde tiempo en hallarlos a diferencia de ahora.
—Eso es porque quisiste hacer esto rapido, mamá.
—Bess.
Suspiro.—No quiero que te ilusiones y te lleves una decepción si esto...
—Saldrá bien.—Me interrumpe.—Te aseguro que será asi.
(***)
—¡Hades!
El nuevo integrante de Olimpo levanta la mirada de su móvil y pone los ojos sobre mi, si se quedo.
El rostro se le trasforma pasando una mirada seria a esa sonrisa que siempre tiene al fastidiar, llego hasta el y me le planto en frente.
—¿Para que soy bueno, nena?
—Deja.—Respiro profundo y le ofrezco la mano, los ojos se le abren con sorpresa, hago un gesto sacudiendo la mano y el se ríe tomándola enseguida.—Gracias.
—Vaya...
—No soy una maleducada.
—No se porque no lo creo.—Habla con sarcasmo.
Su apretón es fuerte y sube hasta mi pulso, lo que alimenta su ego por alguna razón y debe ser la más absurda, por otro lado, tampoco me suelta.
—Tienes los latidos altos, nena.
—¿Me sueltas?
—Ahora mismo me gusta donde esta mi mano.—Aprieta mi pulso y me mantiene la mirada seria, examinándome el rostro.
Entonces me deja ir.
—¿Por qué..
No me deja terminar.—¿Ya cenaste?
—No.—Contesto rapido y bromeo.—¿Por qué? ¿Vas a invitarme a cenar?
—¿Por qué no?
—¿Qué quiere decir esa respuesta?
—"¿Por que no?" solo eso, Bess Damar.
Vuelve a sonreír confiado y da un paso hacia mi, más no retrocedo y mirándome a los ojos, dice:
—Ven a cenar conmigo, nena.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top