16. De regreso

Bess:

—¿Cuándo empiezo?

¿Realmente ha aceptado o me esta tomando el pelo?

Lo que hago es cruzarme de brazos, las esquinas de los labios de Hades se elevan viendo mi postura y aparta la mirada por un momento riendo.

Antes de que diga algo, me adelanto.

—Nunca se que saldrá de tu boca. Mentira o verdad, o si estas jugando o no, no tengo tiempo para...

—Voy a empezar a creer que solo te gusta alargar nuestras conversaciones porque no quieres dejar de hablar conmigo.

—Que ego.

Vuelve a reír.

—Lo dije, vine a ser tu salvación.—Se acerca un paso a mi invadiendo mi espacio, mientras su mirada baja a mi mandíbula y vuelve a subir despacio.—Lo digo en serio.

Coloco una mano sobre su torso y lo empujo, ignorando la dureza que siento mi palma.

Hades suspira.—¿Por donde empiezo? Supongo que la presentación ¿Dónde esta la víbora, nena?

—Hades, no empieces.

—Lo siento, donde esta ... "La jefa"




(***)


—Adelante.

Mamá pronuncia la palabra y empujo la puerta, encontrando a Hefesto a su lado, arqueo una ceja sin apartar la mirada de el.

—¿No deberías estar en el escenario?

No habla, mamá pone una mano en su brazo apretando.

—Hefesto esta ayudando con unos favores, esta aqui bajo mi permiso, cariño.

Dirijo mi atención hacia ella.

—¿Qué se te ofrece?—Pregunta y por la mirada que dirige detrás de mi, por como su expresión se convierte a tal punto que no oculta su sonrisa ni sus ojos brillantes puedo decir que Hades seguramente no espero en el pasillo como se lo pedi.

Ya que.

Me giro y en efecto, ha entrado.

—Hades.

—Naomi.—Contesta seco, sigue pareciéndome una idea terrible.

Ella se pone de pie.

—Adelante, eres bienvenido.—Prosigue mamá extendiendo el brazo y eso mismo hace Hades, parándose a mi lado.—No los he presentado, Hades, el es Hefesto, tu compañero si es que tengo razón de porque estas aqui hoy.

Mi mirada encuentra la de Hades.

—Bess...—Me pide y me giro hacia ella.—¿Nos dejarías solos?

Me dirijo a la puerta, pero el agarre de Hades me retiene sorprendiéndome.

—¡¿Qué estas..

—¿Por qué?—Me interrumpe Hades mirando a mamá.—¿No quieres que mencione algo que cambie la percepción de tu hija sobre ti?

—Hades.

Mamá guarda silencio y me giro hacia ella, siento el apretón más fuerte y me quedo en silencio viendo la vena marcada en su cuello.

Tal vez no es buena idea irme.

—Mamá.—Me giro hacia Naomi, pero ella se adelanta.

—Vamos a hablar de tu contrato, no es algo en lo que deba estar involucrada.—Encoje los hombros.—Pero si lo que deseas es tocar temas del pasado, no tenemos nada que decirnos, Hades.

—Algo me dice que escucharas todo lo que voy a decir, no tienes buenas opciones ¿No es asi?

Mamá se tensa y Hades me suelta, mi mirada encuentra la de ella y asiente.

Me giro hacia Hades una ultima vez antes de abandonar la habitación.—No hagas nada imprudente

Solo me mira y yo me retiro.




Hades:

"No hagas nada imprudente"

La advertencia casi me hace reír, si supiera que mi instinto de enojo ha visualizado mis manos alrededor del cuello de esa mujer y aun asi estoy aqui.

Tomo asiento antes de que me lo diga y ella hace lo mismo.

—Tu stripper creyéndose guardaespaldas se quedara con nosotros o me darás el placer de echarlo .—Menciono observando al tipo a su lado, con prendas diminutas, empezando por los tirantes sobre los pectorales y los short plateados que le marcan la polla.

El tipo lleno de músculos y barba larga da un paso hacia mi, Naomi coloca una mano sobre su torso impidiendo que avance. 

—Retírate.—Ordena con los ojos sobre mi.

—No estoy seguro que deba retirarme.

—Te estoy dando una orden.

—Naomi.—El hombre luce demasiado preocupado por ella, pobre iluso.

Ella estira la mano y abre un cajón, saca un arma y lo coloca frente a la mesa.

—¿Ahora estas más seguro?—Pregunta ella con la mirada aun en mi.—Largo, Hefesto.

El tipo se retira y lo sigo con la mirada mientras me apoyo en el respaldar de la silla, el tal Hefesto cierra con fuerza la puerta y me vuelvo hacia la mujer que desgracio nuestras vidas.

—¿Asi que el es remplazo de Eros?—Inquiero y noto que sigue afectando que lo mencione.

—¿Interesado? —Arquea una ceja, disimulando su reacción.—Puedo hacer un espacio.

—No me vendo.

—Y sin embargo estas aqui, lo que hace la necesidad. 

—Mis habilidad para esto que ahora llamas "Olimpo", bastante desagradable el nombre por cierto.—Prosigo y ella sonríe.—En cuanto a ser tu amante elígelo para tipos como el que acaba de salir o aprovecharte de personas como Eros. 

—Hubo mutuo acuerdo en esto, no me aproveche de nadie. Solo tome lo que me correspondía y si que lo disfrute...—Su sonrisa crece y se pasa los dedos sobre los labios rojos.

—Dudo mucho que Eros lo disfrutara, le asqueabas.

—¿De verdad? —Baja los hombros.—¿Eso es lo que te ha dicho o lo quiere creer el? ¿O tal vez lo que le dice a la zorra que tiene como mi remplazo? 

—Realmente piensas que Savanna es tu remplazo ¿No?—Sonrio.—Debió ser bastante doloroso para ti.. que finalmente entendiera que no había comparación con la miseria que le dabas a lo que tenia con Savanna.

Ella se tensa malhumorada y lo disfruto.

—Lo disfrutaba, al menos al inicio.—Contesta convencida.—Hasta que ella vino con sus desgracias, pero ¿Estas aqui solo para hablar del pasado, de ser asi...?

Miro el arma. 

—Una actuación para que Hefesto se marchara. —Asegura.—No necesito protección.

—Suena tan sencillo como si no hubiera un arma cargada sobre tu escritorio.

—¿Esto?—Coge el arma y le quita el cartucho mostrándome. Vacio.—No necesito un arma, Hades. Tampoco puedo tomar una que contenga balas, va en contra de mi libertad. 

—¿Y que me impide ahora romperte el cuello?

Sonríe sin miedo.

—Hazlo si eso te hace sentir mejor.—Responde y su mirada no trasmite nada de miedo.—Veremos que sucede.

Las manos me pican y siento una presión en la garganta, mi conversación con los chicos regresan y me recuerdo que para que todo acabe, debo acabar justo con lo que tengo delante de mis ojos.

Sin embargo mis hombros terminan relajándose y me acomodo hacia atrás.

—Buena decisión.

—Quiero el doble de la paga.

Naomi encoge los hombros.—Hecho.

Me pongo de pie.

—Ya conoces los horarios, es el mismo. En cuanto al dinero recibirás tu pago igual que siempre más las "propinas" de mis chicas que recibas por noche claro.

—Si te parece omito el apretón de manos porque probablemente acaben las mías en tu cuello.

—Que considerado.

Sus labios forman una sonrisa y me irrita su satisfacción, pero no más las palabras que dice a continuación:

—Bienvenido de regreso a mi lado, Hades.






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