0 8 ;

Esa particular mañana, el bien conocido como «la cerda capitalista» preparaba algunos regalos no muy costosos, pero hechos y comprados con casi todo el amor que le tenía al mexicano.

Necesitaba pedir disculpas cuanto antesan tés de que arruine todo, ¡y no sólo eso!, también intentaría ayudar en la situación en la que se encontraba México sin pedir nada a cambio, o al menos no mucho, tal vez algo muy simple como un abrazo. Ese día había amanecido muy cursi, bueno, llorando, pero tenía ganas de ser cursi con su vecino del sur.

Se sentiría igual o incluso más culpable si no lo ayudaba, apoyaba o algo parecido; Canadá lo estaba ayudando a decorar una caja en donde pondría varios de los presentes de USA para el mesoamericano, claro, intentando ayudarlo si ocurría algún inconveniente. Y ese inconveniente tenía el nombre de "el ganado de México.", apodo que España le había puesto a los interesados en su ex-colonia.

[...]

Tres toques (o mejor dicho golpecitos) a la puerta fueron suficientes para que alguien la abriera, dejando ver al ruso enfrente de esta, el alemán sentado en el sofá y China bajando las escaleras.

Apesar de que el rostro del eslavo mostraba indiferencia, el aura que emanaba daba miedo, especialmente cuando fruncio el ceño.

- Что ты здесь делаешь? [¿Qué estás haciendo aquí?] -- interrogó

- Where is Mexico? - evito la pregunta del más joven, alzando más el rostro intentando demostrar superioridad.

- Hey! - interrumpió Canadá, no quería que se iniciará alguna pelea en aquella casa. - On vient juste voir le Mexique, on peut entrer? [ Solo vinimos a ver a México, ¿podemos pasar?] - explicó y preguntó lo más tranquilo posible.

El eslavo estaba apuntó de hablar hasta que un europeo lo interrumpió, colocándose adelante del nórdico.

- Wenn das der Grund ist, natürlich können sie das. [Si es por eso, claro que pueden.]

Seguido de eso, Alemania hizo a un lado a Rusia para dejar pasar a los dos norteamericanos.
Canadá y USA se dirigieron directamente a las escaleras para luego subirlas, ya sabían de sobra donde estaba la habitación del mexicano, muy posiblemente estaría ahí, puesto que no lo habían visto ni oído, y las cortinas de su cuarto estaba cerrado.

"Зачем ты их впустил?!" se escuchaban murmuros, a los cuales el yankee les restaba importancia, solo quería disculparse conn México.

Finalmente quedaron enfrente de la puerta; los nervios carcomían al gringo, más este se negaba a demostrarlo. Puso su mano levemente temblorosa en la perilla de la puerta, decidido a abrirla, pero se quedó quieto al escuchar risas adentro de la alcoba.

gracias por tanto, perdón por tan poco. :c

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top