09 | la torre stark
—Romanoff, la agente Daniels se desmayó —dijo Tony a través de su auricular—. Por favor dime que eso es normal.
—¿Qué hizo? —preguntó Natasha, sonando cansada—. ¿Intentó atrapar a más de una persona?
—Sí —respondió Tony—. ¿Estará bien?
—Sí, ha pasado un par de veces —dijo Natasha—. Llévala a la sala médica, lo solucionaremos.
Tony había llevado a Freya de regreso a donde estaba Steve.
—¿Se encuentra bien?
—Según Romanoff, estará bien —respondió Tony—. No sé, supongo que es agotador usar sus poderes en más de una persona.
Steve asintió—. Bueno, gracias por salvarla.
—Ella me salvó primero —dijo Tony.
—En realidad, me salvó a mí primero —respondió Steve—. Nos salvó a los dos y casi muere en el proceso.
—Llévala con Romanoff, ella sabrá qué hacer —dijo Tony cuando él y Steve estaban a punto de tomar caminos separados.
Freya se despertó en la sala médica sobresaltándose mientras jadeaba.
—¿Tony está bien?
Natasha estuvo a su lado en un instante—. Sí, ésta bien, al igual que Steve. Están preocupados por ti.
—Estaré bien —dijo Freya, ignorando la preocupación—. Pensé que podría hacerlo. Pensé que me había vuelto más fuerte, pero tal vez no.
—Te has vuelto más fuerte —prometió Natasha—. No hay forma de que pudieras haber hecho lo que hiciste hoy hace 10 años. Apenas podías levantar un lápiz con tus poderes sin sudar.
—¿Recuperaste a Clint? —preguntó Freya.
Natasha sonrió—. Sí, está despierto en la habitación de al lado.
—Tengo que verlo —dijo Freya, sacando las piernas de la cama y poniéndose de pie—. Necesito una barra de chocolate y estaré bien. Solo necesito azúcar.
Natasha sacó una barra de chocolate y se la entregó a su amiga—. Te tengo.
Freya lo tomó, mirando el traje de Natasha—. ¿Alguien se lastimó mientras yo estaba fuera?
La expresión de Natasha se oscureció—. Coulson, eh... fue asesinado por Loki. Thor y Banner se han ido, y estamos volando a ciegas. No tenemos forma de encontrarlos.
Freya suspiró—. Coulson.
—Murió valientemente —dijo Natasha.
—Aún así, no se merecía eso —dijo Freya.
—Nos aseguraremos de que Loki pague por ello —respondió Natasha, mientras se abría la puerta.
—¿Es Freya la rara a quien veo? —preguntó una voz, y Freya sonrió cuando la escuchó.
—¡Clint! —gritó Freya, corriendo hacia su amigo y saltando a sus brazos—. Nunca pensé que volvería a verte.
—Yo tampoco —respondió Clint, riéndose mientras bajaba a Freya—. Escuché que estás de vuelta en el campo.
—Sí —dijo Freya.
—Reuní de nuevo al equipo de mis sueños —dijo Clint, mirando entre Natasha y Freya—. Los tres mosqueteros, la Santísima Trinidad, la....
—Ya es suficiente —dijo Natasha—. Lo entendemos.
La puerta se abrió de nuevo y Steve entró—. Hora de irse.
—¿A dónde?— preguntó Natasha.
—Te lo digo en el camino —respondió Steve—. ¿Puedes manejar un jets?
—Yo puedo —dijo Clint.
Steve miró a Natasha y Freya, quienes asintieron, haciéndole saber a Steve que Clint estaba bien—. ¿Tienes un traje?
—Sí —respondió Clint.
—Póntelo —dijo Steve, saliendo de la habitación.
—Vamos —dijo Natasha—, tenemos que vestirnos.
Los tres se encontraron con Steve una vez que Clint se vistió y recuperó su arco, dirigiéndose al hangar donde encontraron un jet tripulado por un agente.
Los miró mientras se acercaban—. Oigan, ustedes no están autorizados a estar aquí.
—Hijo, déjanos —respondió Steve.
El hombre dejó el avión de mala gana, y Clint y Natasha tomaron asiento en la cabina. Volaron hacia Nueva York, y mientras Tony se dirigía a la torre, Clint lo siguió. Observaron desde el jet cómo un rayo de energía azul se disparaba hacia el cielo y se abría un portal justo alrededor de la Torre Stark.
—Dios mío —jadeó Freya, de pie detrás del asiento de Clint—. Eso no es bueno.
—Stark, estamos a tu derecha en dirección noreste —dijo Natasha a través de las comunicaciones.
—¿Qué? ¿Pararon por comida? —preguntó Tony—. Ve por Park. Te los voy a mandar.
Hicieron lo que Tony les indicó y rápidamente comenzaron a disparar contra los Chitauri. Cuando estaban dando vueltas alrededor de la Torre Stark, vieron a Loki luchando contra Thor, y Clint miró a Natasha.
—¿Nat?
—Lo veo.
Loki apuntó con el cetro al jet y apagó uno de sus motores. El jet comenzó a temblar violentamente, y los ojos de Freya se abrieron como platos. Estaban cayendo, y o iban a morir o un montón de gente iba a salir herida si ella no hacía algo.
—¡Clint, sujeta los controles! —gritó Freya, antes de agacharse.
Natasha se volvió para mirarla—. ¿Estás segura de que puedes hacer esto?
—Si no lo hago, morimos —respondió Freya—. Solo concéntrate en llevarnos a un lugar seguro para aterrizar.
Y luego cerró los ojos, aumentando la gravedad sobre sí misma para asegurarse de que no saliera disparada, antes de colocar ambas manos en el piso del jet y concentrar toda su atención en asegurarse de que el jet no cayera en picado al suelo.
Cuando sintió que sus poderes comenzaban a funcionar, Clint vitoreó—. ¡Sí, Frey! Lo tienes.
Ella sonrió, sintiéndose tensa, pero no dijo nada. Podía sentir la presencia de Steve detrás de ella y usó sus poderes para mantenerlo de pie también. El avión se estabilizó y Clint los condujo entre edificios.
—¡Sube, sube! —gritó Clint, y Freya los envió hacia arriba—. Bien, ¡ahora baja! ¡Muy rápido! ¡Espera a mi señal, luego disminuye la velocidad!
Freya hizo lo que le indicaron y sintió la sensación en el estómago de que te subirías a una montaña rusa si te enviara disparado hacia abajo. Escuchó las instrucciones de Clint, y cuando él gritó, desaceleró el descenso del jet hasta que sintió que golpeaba el suelo, un poco demasiado fuerte pero no tanto como podría haber sido.
Natasha respiró aliviada—. ¿Freya? ¿Estás bien?
Se puso de pie y tropezó levemente, pero Steve la atrapó—. Sí, estoy bien.
Natasha le arrojó otra barra de chocolate, que Freya casi dejó caer—. Come eso. Esto aún no ha terminado.
—Pero solo quiero dormir.
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