2

Apenas terminó la hora del almuerzo, Tara me tomo del brazo y camino junto a mi hacia la clase de literatura que compartíamos, hablo con aire ensoñador sobre los nuevos.

Aunque claro, sabía que está conversación duraría por lo menos toda la semana, hasta que la curiosidad morbosa de los pueblerinos se aplacara.

Intenté sonreír todo lo que pude y añadir una que otra palabra a la conversación, a Tara no le pareció raro que me encontrará más callada de lo común, normalmente era muy hiperactiva y habladora, pero hoy no me apetecía.

Llegamos tarde en comparación y por ello, ya nuestra mesa que normalmente compartíamos estaba ocupada.

Tara se encogió de hombros dispuesta a ir hacia el rubio de ojos dorado que ocupaba el lugar que normalmente yo ocupaba desde inicio de semestre.

La tomé de la mano y la mire en forma de ruego, si ella se sentaba con el... El único puesto disponible era el de Caleb, quien me dedicó una mirada ansiosa insistiendo me a qué me sentará con el.

"Por favor" musite como ruego. 

Tara suspiro, en un solo segundo esbozo una sonrisa y camino petulante hacia Caleb, le saludo con entusiasmo aunque claro, la mirada que el chico le devolvió no fue muy amigable.

Rápidamente me senté junto al rubio, este rápidamente se giro para observarme.

El maestro aún no ingresaba a clase por lo que... Todas las miradas y los cuchilleos seguían girando en torno al nuevo, me dió algo de enojo, no se limitaban en disimular, no me imaginaba lo incomodo que debe ser para el.

Me gire hacia el intentando ser lo más amable posible, para que no notará lo grosero que estaban siendo los demás.

-- eres Jasper, ¿Verdad?  

Casi como si se hubiese preparado dejo salir lentamente el aire de sus pulmones, retomo la respiración tenso, casi estremeciéndose de alivio cuando esto no le dió dificultad.

El rubio lentamente esbozo una sonrisa. Siento que me perdí de algo.

-- y tú la señorita de las velocidades peligrosas-- especto con humor

--ou...-- solté una risa nerviosa-- perdón por eso, no suelo chocar con todo el mundo... Digo, venía tarde ¿Sabes? -- me di cuenta de que había empezado a balbucear-- olvídalo, solo lo siento.

Una ligera risa salió de sus labios, era tan melodiosa como hermosa.

--¿Vas a preguntarme algo no? -- hizo seña a las montón de caras que nos observaban sin descaro.

--nop, espera...-- parpadee dándome cuenta de algo-- ¿Han Sido muy...?

Se inclino a mi altura, casi tocando me para susurrar.

--¿Indiscretos?

Ignore la electricidad que me envolvió al tenerlo tan cerca.

-- iba a decir crueles-- dije lo último un tono más alto, unos cuantos de giraron avergonzados-- disculpalos, no están acostumbrados a que nada fuera de lo común pase, y que seis nuevos alumnos lleguen en pleno semestre les da curiosidad.

--no me molesta, solo me impresiona la basta imaginación que pueden tener-- sonrió de lado.

Había algo cautivador y atrayente con su tono de voz, y no solo eso, su rostro, su actitud, su aura... Eh incluso su olor parecía atraerme con una magnitud insoportable. Apreté mis manos bajo la mesa, clavandolas en mi asiento para no tener la tentación de acercarme más de lo debido.

-- ¿De verdad? ¿Que es lo más interesante que has escuchado en el día? -- levanto la mirada pensativo-- vamos, dispara, no creo que me sorprenda.

La sorprendida debería ser yo, mi talento para entablar conversaciones incluso con desconocidos salía a la luz incluso con aquel chico tan distinto y... Atrayente.

-- bueno, algunos han dicho por los pasillos que posiblemente habiamos robado un banco y nos estábamos ocultando en el pueblo. 

Solté una risa nada disimulada, Jasper dejo entrever aquella sonrisa de medio lado que empezaba a quitarme la respiración

--claro, te busca la policía y lo primero que hacen es pedir matrícula en el instituto central de Forks, muy inteligentes-- añadi-- y si así fuera, déjame decirte que tienes las peores de las suertes, estás sentado justo en este momento con la hija del sheriff.

-- yo no diría que tengo mala suerte-- me miró de medio lado.

Sentí las mejillas calidas ante aquello, debía estar loca, por un momento pensé que Jasper Hale me estaba coqueteando.

La llegada del maestro evito que tartamudeara una respuesta.

Una clase jamás se había pasado tan despacio, sentía la cercania de Jasper como un imán, la atracción era tanta que debía sujetarme al respaldo de la silla, no me atrevi a mirarlo de reojo ni una sola vez, fingi estar concentrada en la lección de hoy aunque apenas sonó la campana yo no recordaba absolutamente nada de lo que se comentó sobre Hamlet. 

En un suspiro resignado empecé a guardar mis cosas con rapidez, no por querer alejarme de Jasper, no por el, por el chico a dos mesas que esperaba ansioso por hablar conmigo

Cosa que impediría así fuera lo último que haga.

--¡Effie! -- Caleb no me dejó girar hacia el pasillo, me agarró la mano con fuerza y me sonrió.

Agh, no puedo creer que en algún momento me gustará su sonrisa.

Concentre toda mi ira en un solo objetivo, el imbécil de mi ex novio.

--¡Basta! -- de un tirón me deshice de su agarre-- han pasado dos meses Caleb, en serio ya déjame en paz.

Se cruzó de brazos ahora también enojado.

--el que haya pasado tanto tiempo no es mi culpa. 

Ah claro, como de costumbre la culpa es mía.

--no te entiendo -- negué con resignación

ya estaba cansada de esta situación.

-- bueno, no habría pasado tanto tiempo si no estuvieras tan empeñada en huir, pudimos haber pasado las vacaciones juntos.

Solté una risa irónica.

-- ¡Me pusiste el cuerno no una, sino dos veces! No vamos a volver -- le exprese con ira.

Sus rasgos al fin se ablandaron, como si hubiese olvidado el detalle de porque habíamos terminado en el verano.

--estaba ebrio.-- se excuso.

Rodee los ojos con exasperación, ya hemos tenido esta conversación cinco mil veces.

--y eso es cada fin de semana, así que, no gracias. -- le indique lo más cortante que era capaz de sonsacar -- no pienso aguantar una estupidez tuya más.

--nena... -- intento hacer la cara de lastima más creíble posible -- es solo un mal momento, todas las relaciones las tienen, si me dieras otra oportunidad...

--Caleb, déjalo por favor-- cuando ví que estaba a punto de arremeter nuevamente mi ira estalló-- de cualquier forma aunque eso no hubiese pasado yo iba a cortar contigo ¿Contento?

--¿Que?

No quería hacerle daño, pero al parecer era necesario si quería pasar página.

--que ya no era lo mismo, te quiero pero..
Nada más. 

Aún recordaba, como había llegado a la fiesta de Cami ese sábado en la noche, después de que Tara me enviara un mensaje advirtiéndome, era una foto de Caleb besando a una chica. Cuando llegue a casa de Cami lo encontré en el sofá de la sala besando a otra chica distinta a la de las fotos sentada en su regazo.

Hacia semanas había estado buscando la forma de cortar, me gustaba, pero no llegué a amarlo, pensaba que al no haber pasado la prueba era ideal simplemente cortar, no iba a hacerle perder el tiempo en una relación que no iría a ninguna parte

--me estás vacilando solo para que me vaya-- volvió intentar tomarme de la mano de manera violenta.

--creo que la señorita no quiere que la toques--la voz de Jasper sonó amenazante en cuanto se situo a mi lado

  Caleb estaba más que dispuesto a pelear en pleno pasillo, pero algo en la calma serena de Jasper lo perturbo, bufo antes de dar media vuelta eh irse.

Jasper lo miro amenazante hasta que estuvo fuera de nuestro campo de visión.

--gracias pero... -- empecé.

--puedes cuidarte sola-- levanto una ceja en mi dirección no muy convencido.

Me cruce de brazos.

--tome clases de defensa personal hace dos años, pude haberle sacado un ojo si se descuidaba

Jasper Silvo impresionado, aunque claro, hacia años que no lo practicaba y aunque en mi memoria aún estaban los movimientos, desde que el entrenador Weber se fue del pueblo no había tenido oportunidad de continuar con la práctica, recordaba que la última vez que Bella vino de visita intente que tomara algunas clases, una pesima idea teniendo en cuenta que se torció el tobillo apenas entrar.

Señaló hacia el pasillo donde Caleb se había marchado.

--¿Admiradores persistentes?

--mas bien, exnovio acosador-- hice énfasis frunciendo el seño-- no es una historia divertida.

Jasper simplemente me ofreció su brazo.

--me interesa escucharla, ¿Me permite que la acompañe a su siguiente clase señorita?

Era extraño, la ansiedad y rabia se había evaporado en un solo segundo, me sentía mucho más calmada.

--claro, pero... No sé si es porque estuvimos hablando de Hamlet y estás modo personaje pero... Me gusta como dices el "señorita" -- lo tome de gancho aún cuando debería no haberlo hecho, aunque claro, la mayoría de los alumnos ya se habían dispersado, claro, iba nuevamente tarde.

--si te gusta no debería cambiarlo-- ladeó la mirada hacia mi, aún sonriendo.

Mi corazón traicionero empezó a descontrolarse.

-- si no le molesta, caballero-- le seguí el juego-- puede continuar.

Llegamos con rapidez a mi clase de gimnasia, el tener que separarme de él tan rápido me subía el disgusto, tal vez era por la calma en que parecía sentirme a su lado y las extrañas emociones que subían como la leche pero que se amortiguaban con rapidez 

--por cierto, señorita -- me detuvo antes de entrar

--¿Si, caballero?

Sonrió de medio lado, a gusto con nuestro extraño acto de coqueteo.

-- iba a pedirte los apuntes de literatura antes de que... -- dejo el comentario al aire.

--si quieres... Nos podemos reunir a la salida, no ocupó mi cuaderno está tarde, así que no habría problema -- le sonreí.

Jasper asintió.

-- nos vemos en una hora entonces-- demoro lo más que podía su mirada en mi antes de dar media vuelta y retirarse, posiblemente habría llegado tarde a su clase pero... Eso no evitaba la gran felicidad que me encajaba el pecho.

Aunque fuese ridículo, apenas y conocía a aquel chico, había algo en mi interior que me acercaba más, como si fuera lo correcto.

Las chicas ya se habían cambiado en cuando entre en el gimnasio, el entrenador mascullo entre dientes que me diera prisa.

Aunque no era una deportista innata, al menos podía coordinar ambas piernas eh ir a un ritmo decente.

El voleibol al final de la hora había logrado hinchar una de mis manos pero al menos el dolor era llevable y habíamos ganado todas las partidas

Ya cambiada y un poco más fresca salí del gimnasio para quedarme de piedra.

Las chicas a mi alrededor no se habían movido del pasillo para quedar mirándole.

Jasper Hale me estaba esperando con una gran sonrisa que se ensanchó nada más verme.

-- hola-- dije sin aliento, de la nada me sentía nuevamente acalorada.

--¿Demasiado deporte?-- me acerque a el aún con el corazón latiendo con rapidez.

--algo asi-- saque de mi bolsa mi libreta-- no te rías de mis dibujitos de unicornios por favor.

Tenía la mala maña de marcar mis cuadernos y demás con demasiados colores y marcadores. 

Sonrió.

--¿Te acompaño a fuera?

Me ofreció nuevamente su brazo colo todo un caballero, sin siquiera en pensarlo me dió tiempo y ya tenía mi mano entrelazada con la de el, extrañamente aunque llevará un saco de lana, el frío se filtraba, que raro.

Varios empezaron a cuchichear al vernos pasar así de juntos, no les di importancia.

--aprovechando...-- me miró con interés-- aún me debes una historia.

--ah-- evite su mirada a toda costa-- es simple, tenía malos gustos el año pasado.

--¿Ya no?

Me mordi el labio para no sonreír.

--ya no-- asentí convencida-- fue hace unos meses, llevábamos poco saliendo y las cosas no iban bien, ya estaba pensando en terminarlo cuando le descubrí en una fiesta besando a otra chica, desde entonces se va vuelto muy pesado, va a mi trabajo, o a casa para querer hablar conmigo-- bufe con fastidio-- Charlie quemó los dos osos de peluche y los ramos de disculpas, ni siquiera me gustan las rosas.

Jasper emitió un sonidito extraño, como si aguantará la risa.

--¿Entonces cuáles son tus flores favoritas?-- cuestiono, como si aquello fuese lo que importará después de contarle semejante historia.

Me lo pensé un momento.

-- los tulipanes-- dije después de hacer cruzado hacia el aparcamiento, al fin tome distancia de Jasper, el lugar debía de estar lleno y no quería empezar rumores raros-- blancos.

--¿Por el significado de pureza?

--no-- me encogi de hombros-- solo me parecen lindos y ya está, no todo debe tener un significado para gustar, ¿O si?

Al fin me gire para mirarle, el simplemente asintió con lentitud, pensativo.

--eres extraña.

Mira quién me lo dice.

Solté una risa.

Me parecía cómica la situación.

--si, me lo dicen mucho-- me despedí de el con rapidez. --nos vemos después Jasper, fue un placer.

Camine hacia la camioneta de Tara, quien observaba absorta hacia mi, los chismes vuelan y más a oídos de mi amiga.

Al lado de su camioneta estaban los demás Cullen junto al Volvo plateado, ah, debí darme cuenta que era de ellos.

Edward parecía impaciente esperando a que Jasper se uniera a el, la más pequeña de ellos, la chica de cabellos negros corrió hacia el casi bailando, parecía estarlo borbadeando de preguntas.

Y yo... Bueno, por la cara que me hacía Tara tendría mi propio interrogatorio.

(...)

Llegué a casa temprano, tenía varios deberes atrasados por lo que me mantuve ocupada la mayor parte de la tarde, mañana era viernes y sabía muy bien que el fin de semana posiblemente permanecería por fuera tomando fotos o en el bosque así que preferiblemente adelante los deberes.

Cuando estaba terminando de pintar un triangulo en la tarea de trigonometría, casi me rei al notar que había elegido el color dorado.

Dorado como sus ojos...

Puaj, estaba viendo cosas donde no las había, tal vez solo era que me parecía guapo, aunque claro, todos sus hermanos están para chuparse los dedos pero... Solo el había conversado conmigo y me había caído bien.

Era solo eso.

Ni siquiera sabía mi nombre, debía dejar de hacerme ilusiones raras.

Charlie llegó algo tarde, pero para su defensa, traía comida china.

Le mire aliviada, ambos sabíamos lo desastrosa que era en la cocina así que en su mayoría traía consigo nuestra salvación.

Me senté junto a el a ver la tele mientras comíamos, era una dinámica habitual, aunque yo iniciaba la conversación el la continuaba con calma, en ese aspecto sabía que le recordaba a René, Bella era más como el, por eso siempre se le hacia extraño que yo hubiese elegido quedarme con el después de la custodia.

-- por cierto, llegaron los alumnos nuevos, los hijos del doctor Cullen-- le exprese restándole importancia mientras llevaba los platos a la cocina.

-- ah cierto, ¿Ya hablaste con uno? Carlisle estaba algo angustiado, ya sabes, pensando que no se iba a acoplar fácil y todo eso-- farfullo el

-- solo he conocido a uno, es muy simpático -- exprese -- si los demás tienen aunque sea la mitad de su amabilidad, diría que son un encanto.

Charlie rio ligeramente aún pendiente de la sesión de deportes que estaban pasando en la tele.

-- si es así, ayudalos a acoplarse-- pidió con lentitud.-- si alguien tiene la vibra, eres tu.

"La vibra" según mi padre, era la habilidad inexplicable de caerle bien a todos, una vez incluso después de dejarme sola cinco minutos en la comisaría mi padre me encontró hablando a la mar de tranquila con el preso que estaba entre rejas, en mi defensa, estaba aburrida y Chad era muy simpático.

-- lo intentaré.

Lo que el no sabía, era que desde ya, estaba deseando con todas mis fuerzas que fuera mañana

Solo porque lo vería otra vez...

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