1
Solté una maldición entre dientes, la rodilla me exploto de dolor apenas la retire del sitio donde había chocado.
Charlie me observo con una ceja en alto, ya estaba acostumbrado a mi jaleo durante las mañanas, no era la primera ni ultima vez que me levantaba contratiempo y me veía corriendo de un lado al otro porque llegaba tarde a clases.
--te deje unos bollos en la cocina-- me expreso al cruzar a su lado.
Me gire nuevamente en dirección a la cocina, como de costumbre tendría que comer en el camino.
--gracias papá-- le di un casto beso al volver a pasar a su lado, con un bollo en ambas manos.
--recuérdame comprarte un nuevo despertador-- indico en medio de un suspiro.
--no funcionaria y ambos lo sabemos-- solté una risita mientras abría la puerta.
Como de costumbre, el día estaba húmedo y con claros signos de lluvia, cori con rapidez hacia la camioneta que me esperaba en la entrada de la casa, al escuchar el claxon supe que era mucho mas tarde de lo que imaginaba.
Tara ya tenia la cara desfigurada por la irritación, entre en la camioneta con uno de los bollos ya en mi boca.
--¿que?-- dije con la boca llena, al notar que se me quedaba viendo y no encendía el auto.
Negó ahora esbozando una sonrisa.
--no tienes remedio-- al fin encendió la moto y con ello la calefacción, ahora fui yo la que hizo una mueca, me encantaba el frio-- ¿escuchaste las buenas nuevas?
Negue aun concentrada en comer mis bollos, no sobreviviría la primer jornada con el estomago vacío.
--es cierto lo de los alumnos nuevos, Cami vio sus solicitudes ayer en la tarde después de las monitorias y a que no adivinas...-- hizo una pausa para darle emoción-- ¡están buenísimos!
Me termine el primer bollo para hacer mi acotación a tan anhelado chisme, desde inicio de semana que se corrio la voz de que vendrían alumnos nuevos el ambiente de especulación y tensión se sentí agobiante, quería que termináramos con el misterio de una vez.
--¿Cuántos son?-- pregunte con extrañeza, una cosa era un alumno nuevo y otra muy distinto es que varios llegaran a nada mas y nada menos que el pueblito de Forks, donde nada pasaba.
Tal vez por eso estaba de malas con la noticia de alumnos nuevos al instituto, aunque no lo demostraba no me hacia gracia los cambios, y este... era uno demasiado grande para mi grata cotidianidad.
--son seis-- canturreo ella emocionada cruzando hacia el aparcamiento-- según Cami, las fotografías de sus expediente están para chuparse los dedos-- se mordió el labio con determinación.
Y solo allí note que a pesar de la lluvia y los grados tan bajos llevaba una minifalda algo corta y una camisa ligera, lo único que parecía protegerla del clima era l gabardina larga de terciopelo negra que claramente dejaría abierta.
--es raro-- murmure-- Charlie conoció al señor Cullen ayer, es el nuevo doctor en el hospital, dice que es muy amable, pero muy joven
--sus hijos son adoptados, Effie.-- enfatizo-- incluso hay unos que no comparten el apellido.
--eso es... raro.-- farfulle, terminándome a toda prisa mi ultimo bollo, ya habíamos llegado al instituto y Tara no tardo en aparcar en el sitio de siempre.
--bueno, eso no quita el hecho de que son la novedad y... el objetivo.-- añadió con fiereza-- en nuestro año hay cuatro, tres chicos y una chica, quien sabe, tal vez alguno pique.
Me guiño un ojo antes de volver la vista al espejo en la guantera para retocar su labial rojo, iba a añadir algo mas cuando vi una figura conocida acercarse a la camioneta.
Solté un gruñido para nada disimulado, Tara se giro al instante y frunció el ceño en cuanto lo vio.
Caleb, mi ex novio problema estaba ya a pocos metros de nosotras, no tenia tiempo para esto.
--¿sigue intentándolo?-- murmuro Tara sin dejar de mirarlo.
--Charlie casi estrena su arma ayer cuando se presento en mi casa, es un pesado--farfulle entre dientes.
Tara respiro lentamente antes de girarse hacia mi.
--dos minutos, yo le distraigo-- no me dejo darle las gracias cuando salió de la camioneta y se dirigió a el-- ¡hey Caleb! ¿Cómo estas?
No perdí el tiempo, abrí la puerta de un golpe y salí a hurtadillas girando por la parte trasera del auto y camuflándome con el volvo plateado que se aparco al lado, por cierto, ¡que buen coche! en otra situación me quedaría como boba admirándolo peroooo, era mucho mas necesario el huir.
Sonó la campana antes de lo que pensé, rayos, era mucho mas tarde de lo que pensaba y no tenia ganas de quedarme afuera en clase de biología. Cruce el primer pasillo corriendo, tenia tanta prisa que no frene a tiempo cuando una figura corpulenta se posicionaba frente a mi.
--¡ay! --unos brazos fuertes y firmes me detuvieron en el aire
--hey-- el chico tenia voz profunda y grave, increíblemente cautivadora.
Levante la mirada para encontrarme con algo sorprendente, Cami no había exagerado, el chico nuevo era guapísimo, cabello rubio ligeramente rizado, mandíbula cuadrada y ojos dorados.
Al notar lo cerca que estábamos rápidamente me soltó, tomando distancia, como si temiera mi cercanía, tenso el pecho como si se preparara para dejar de respirar, pero se detuvo, me miro sorprendido, me sentí el bicho mas raro del instituto.
--¡perdona! -- me acuclille para tomar el libro que había caído por mi estupidez, se lo devolví con una sonrisa nerviosa antes de disponerme a huir.
Deje al chico con la palabra en la boca, sabia que estaba roja de la vergüenza, menudo primer encuentro, creerán que soy una inadaptada.
Llegue a biología apenas cerraban la puerta, con un suspiro de alivio me senté en la mesa de siempre y le Sonrei a Jhina, mi compañera de laboratorio, era una chica tímida pero agradable.
Mire a mi alrededor esperando encontrar en alguno de los asientos a alguna cara nueva, pero para mi pobre curiosidad, no había un solo Cullen a la vista.
--...recuerden el encuadernado, un trabajo bien realizado se refleja en la calificación.
Guarde mis cosas con rapidez, casi ansiosa por ir a la siguiente hora de clase, al estar los pasillos mas concurridos varios chicos se detuvieron para saludarme, aunque no era de la chica mas popular del instituto era bastante simpática y amable, por lo que conocía a casi todos desde hace años y no le desagradaba a nadie en particular, Tara siempre bromeaba diciendo que a quien no le caía bien, debía de ser el diablo encarnado.
--¡puedes creerlo!-- Cami se unió a mi en la entrada del aula de arte-- acabo de tener clase con Jasper Hale y...-- suspiro de forma dramática, no se porque pero aquel nombre me calentó las mejillas, por un instante me pregunte si habría sido el mismo al que atropelle esta mañana.
Le Sonrei amablemente, me estaba dando jaqueca todo el jaleo de los Cullen, y aunque no quería aceptarlo yo también tenia curiosidad.
Al ingresar en el aula me detuve de golpe, en la parte mas alejada, en el ultimo asiento había un chico que nunca había visto, distinto al de esta mañana, cabello castaño y rasgos un poco mas bruscos, pero aun asi se veía inquietamente atractivo, sus ojos dorados era lo único con lo que contrastaba con su hermano.
Esperaba que estuviera rodeado por los curiosos pero su sola aura mantenía alejados a todos.
--ese es Ethan Hale-- me susurro Cami dirigiéndonos hacia nuestra mesa-- no le mires mucho, es tan guapo como gruñón.
Desvié la mirada con rapidez, había algo inquietante y extraño con esos chicos, demasiada perfección debería ser algo criminal, con razón todo el mundo estaba con los nervios de punta.
Ethan permaneció solo en el extremo de atrás, eso no pareció molestarlo, antes parecía mucho mas cómodo al notar que la clase iniciaba y nadie se había sentado a su lado.
Al mirarlo de reojo note que estaba dibujando algo en una libreta, por un instante quise haberme sentado a su lado para mirar que estaba haciendo.
La clase termino y el primero en salir del aula como un rayo fue Ethan, apenas estaba guardando mis cosas cuando este cruzo el umbral a toda prisa.
Cami bufo con disgusto, tomaba su actitud como una grosería y al notar las malas caras de algunos al verlo marchar imagine que no era la única con ese sentimiento.
La primera jornada paso en total aburrimiento, solo para que las cosas se descontrolaran a la hora del almuerzo.
Me senté en la mesa del centro, Tara me aguardaba cuidando de una silla para que me sentara a su lado, Cami se encontraba justo al lado de Justin, creía que habían terminado pero ya era usual que después de romper al día siguiente los veas tomados de la mano.
--ya te digo que intimida, ese fortachón-- expresaba Justin exagerando.
Me senté en el centro, les salude a todos y deje mi almuerzo a un lado, dispuesta a devorarlo todo en este mismo instante, esos bollos de la mañana no habían hecho gran cosa con mi apetito.
Y entonces toda la cafetería quedo en silencio, todos se giraron boquiabiertos hacia la entrada, me gire ligeramente, con media pizza en la boca.
Los primeros en entrar fueron una rubia despampanante, demasiado hermosa como para no ser una super modelo de revista.
A su lado iba un fortachón de cabello negro y mirada confiada, todos ellos con aquellos inconfundible ojos dorados.
Tras ellos otra pareja hacia acto de presencia, una chica menuda, casi parecía un duendecillo, sus cabellos negros iban en todas las direcciones, tomaba de la mano a Ethan, el chico que había conocido en clase de arte.
Una exclamación colectiva se extendió por el comedor cuando la chica se inclino y beso sin descaro alguno al castaño.
--¿eso es legal?-- murmuro Tara ofendida.
--son adoptados, digamos que no comparten sangre-- farfullo Cami, no muy convencida.
Y entonces el ultimo par entro, un chico de cabello cobrizo bastante guapo, junto con el muchacho al que ante mi total vergüenza había chocado esta mañana, ambos hablaban en voz baja, el cobrizo parecía quejarse de algo y el rubio solo asentía.
Fugazmente los dorados orbes del chico se cruzaron hacia nuestra mesa, barrio cada uno de los rostros alli presentes hasta detenerse en mi rostro, solo allí recordé la pizza a medio comer, trague con dificultad ahogándome en el proceso.
Cami me ayudo palmeando mi espalda. Roja de la vergüenza escuche la tenue risa del chico al pasar por el pasillo para detenerse en la mesa mas alejada.
Trágame tierra y olvídame en tus profundidades.
--Bueno, solo hay dos solteros-- bufo Tara girándose para verlos sin ningún descaro, al parecer uno de ellos levanto la mirada y ella aprovecho para saludarle con la mano, por su ceño fruncido al parecer no fue correspondida-- lastima que Edward sea un año menor, esta buenísimo.
Termine de toser para girarme a verlos, el de cabello rubio aun seguía con la vista fija en nuestra mesa, ninguno de ellos hacia amague de tomar de su almuerzo.
--¿entonces solo queda Jasper?-- sonrió Cami sin importar que su novio... o creo que aun era su novio estuviera allí.
--esta mirando hacia aquí -- mascullo Tara encantada.
--esta mirando a Effie-- canturreo Cami a su vez.
Era cierto, sus ojos se centraron en mi un instante, sin pestañear. Era magnética el poder su mirada.
Rompi el contacto con rapidez, dispuesta a solo centrarme en mi comida. No tenia porque perturbarme ese chico, no deberia siquiera hacer que mi corazon se acelerara.
Me preguntaba porque no habian probado bocado, la comida de la cafetería no siempre er un bufet, pero la pizza estaba realmente buena... aunque claro, cualquier pizza estaria buena para mi con tal de que tenga queso... ¿sera que los Cullen eran esos extremistas anti lactosa? pense escandalizada.
Edward rio suavemente, se inclino hacia Jasper quien sonrio para volver la vista hacia mi.
Que raros, volvi a concentrarme en mi pizza, este sera un semestre muuuuy interesante.
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