Capítulo 16: (Concentración)
🧠
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒂𝒖𝒓𝒂
La difusa lógica de la concentración es envolvente, a veces incluso más de lo necesario, para seguir el ritmo a la vida tienes que mantenerte, para comprender algo tienes que concentrarte, es cuestión del enfoque permanente que comienza como un notorio cambio de frecuencia en tu cerebro y luego se vuelve todo tu pensamiento, a medida que las personas quedan difusas en el poder de concentración, obtienen estados de conciencia más impresionantes, puedes quedarte viendo la tele por horas, o puedes solo leer una historia como esta y estar tan concentrado que todo lo vas imaginando en tu mente y formulando cada tramo físico del ambiente en que te desarrollas.
Sí, hablo contigo, es cuestión psicológica, no quiero hacer parecer esto algo planeado, cada parte que revisas es cierta y vive contigo, así que no creas que todo esto fue en vano, mediante tu íntegra convicción lograremos darle el más inhóspito y curioso sentido a mi vida.
¿A dónde quiero llegar? Que cualquier persona no centrada en mis pensamientos enloquecería si les contara que logré contactar a mis amigos en otra dimensión, descuida, solo tú y yo entendemos eso, entonces tendré que mantenerlo en secreto y buscar la forma de traerlos conmigo, Dan y Noah, apenas los conocí, supe que estaban más que enamorados, intenté lo más que pude ayudarlos y ahora es tiempo de salvarlos.
Estoy en mi departamento, estoy concentrada repasando una y otra vez lo que mis sentidos vieron y sintieron a través de ese televisor, Dan no está conmigo, solo pido a Dios que siga con vida, me siento demasiado culpable por dejarlos ir a la fiesta y los extraño tanto.
Observo el televisor quebrado en cientos de pedazos que revela en su interior las partes con las que fue armado, es inútil tratar de llegar a ellos con esto, quizás deba intentar algo. ¿Pero qué? ¿Qué harías en mi lugar?
—Necesito más ayuda... ¡Erick!— Me digo a mi misma mentalmente y pensando en uno de mis viejos amigos, si él repara esa televisión quizás consiga volver a contactarlos.
Me volteo y observo mi teléfono repuesto encima de una mesita a lado del sillón de la sala, sonrío entusiasmada y corro hacia él con facilidad, busco entre los contactos, paso mi dedo entre cada uno de ellos hasta llegar a Erick y de inmediato comienzo la llamada.
—¿Hola? ¿¡Laura!?— Pregunta Erick confuso a través del teléfono y yo conmocionada comienzo a explicarle.
—Entonces mi viejo televisor simplemente se rompió...— Revelo conteniendo las risas, decir la verdad sería inútil.
—¡¿Qué?! ¿Cómo puede un televisor explotar así como así?— Pregunta irónico y no me puedo dejar de carcajear internamente.
—¿Puedes ayudarme si o no?— Respondo demandante, enseguida él murmura un poco y finalmente acepta.
—Estaré ahí en la tarde...— Retiene un poco decaída
—¡Bien, graciaaaas! ¡Adiós!— Asiento a punto de colgar
—¡Ey, Laura, ¡Espera! ¿No quieres que te acompañe a tu trab..— Cuelgo suspirando y riendo, de inmediato me siento en mi sillón pensativa.
Mis amigos ahora son todo lo que me importa, lejos del trabajo que me esperaba apenas pasara un rato más, pero no me rendiría hasta verlos de nuevo.
Inesperadamente, la puerta de mi departamento se toca con fuerza y yo me levanto a alcanzarla un poco confusa, cada paso que doy me deja pensando si abrir o no, pero de no hacerlo, cualquiera podría sospechar, necesito hacerme la valiente.
Giro la perilla revelando a un chico, uno que sonríe frente a mí.
—¿Hola?— Pregunto agitada, el muchacho mantiene su vista en un la mía de forma extraña.
—¡Hola! ¿Laura? ¡Es un gusto!— Sonríe el chico alto y de ropas oscuras, desde mi vista atractivo pero falso.
—¿Y tú eres...?— Suelo un poco despiadada, nunca me gustaron los extraños en mi departamento.
—Sé qué necesitas ayuda, sólo déjame explicarte...— Me sorprendo, ¿Cómo es que sabía eso...?
—¿Cómo te llamas?— Me atrevo a decir con frialdad y este sonríe.
—Donovan...— Revela fríamente.
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 ??????
Mi cara está postrada en este sitio de nuevo, la clínica luce como antes y la mesa tiene cientos de diagnósticos y pruebas que Hazel me ha hecho, él no está por aquí, parece que llegará tarde, tengo el tiempo perfecto para pensar.
Mi hermano está por ahí, lo juro, lo juro, ¿Por qué todos creen que ha fallecido? Mis esfuerzos por buscarlo no han sido los suficientes y cada vez que salgo de estas terapias, no dejo de pensarlo.
—¿Está concentrado?— Interrumpe Hazel mientras se acomoda lentamente en el lugar, detrás de él hay un hermoso reloj de pared cuyo sonido emitido es constante y lento.
—Algo le inquieta— Revela centrado en mis manos que no paran de moverse.
—Las preocupaciones volvieron...— Digo acertado e hipnotizado por el repetitivo sonido de la pared.
—Bien, cuénteme...— Insiste con un rostro frío y atento.
—No puedo concentrarme, en el aquí y el ahora, es como si una constante sensación de intuición me persiguiera— Digo intrigado y luego experimento un fuerte dolor en mi cabeza.
—Arghhhhh— Grito y me sujeto el cráneo con fuerza, el sonido del reloj penetra mis oídos repitiéndose sin césar una y otra vez.
—¡¿PASA ALGO?!— Insiste Hazel con cierta preocupación.
—Mire al frente, respire hondo, vamos, concéntrese...— Insiste el psiquiatra chasqueando sus dedos, mi intensa mirada se dirige a ellos y poco a poco recupero el sentido.
—Lo tengo...— Revela pasmado mientras me observa.
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑵𝒐𝒂𝒉
Todo es muy extraño aquí, pero al parecer había dejado de preocuparme por el mundo real desde hacía tiempo, quién diría, el solo pensar en decirle a alguien lo que nos pasó, solo tenía a Dan como testigo de los hechos, parece que el compartir estos momentos era la única manera de mejorar, cuando él sonreía, era como si todos mis problemas se olvidaran en un segundo.
Dan no solo se esmeró en protegerme cuando un montón de policías armados nos perseguían, él me procuró hasta el final, él ideó los planes perfectos aprovechando lo que teníamos, el de alguna manera me mostró el camino de fe y a su vez hizo que recuperara la luz de mi corazón.
El beso que nos dimos perduraría en esta dimensión para siempre, mismo motivo por el que comienzo a sentirme atraído por ella, tal vez todo lo que hemos pasado aquí ha sido un martirio momentáneo, pero sin duda, con un mundo donde el agua es oscura, las plantas brillantes, el cielo púrpura y la gravedad inestable asusta a cualquiera, en mi caso por el hecho de que me ha hecho vivir auténticas pesadillas, pero no sentir hambre o cansancio, pensar en que llegamos aquí por una razón, me da el mensaje ideal de que solo tal vez, hay mucho más aguardándonos.
—¿Y bien, vas a decirme por qué aguardaste tanto en decírmelo?— Pregunto de pie en el suelo, Dan hace una sonrisa tímida.
—Te preguntaría lo mismo...— Menciona haciendo una vuelta dramática y observando los objetos que yacen en su sitio.
—Yo quería decirte hace tanto, pero tú me lo pusiste difícil, eres religioso a más no poder, estuve a punto de darme por vencido— Dije cabizbajo, él se giró y se acercó acariciando mi mejilla.
—Tal vez lo sea, pero en verdad que eso no tiene nada que ver contigo— Reafirma pasando sus dedos por mi rostro, noto como al acercarse, el olor de su perfume impregna mi nariz.
—En verdad, sobre todo esto, hay algo que siempre he querido pedirte— Intento decir risueño e ilusionado, Dan me mira como si lo supiera.
—E-s que tú, tú, yo solo quiero preguntarte, ¿Quier...— Intento decir y los nervios me agobian, me tapo la cara con fuerza y suspiro.
—¿Quieres se...— Un estridente ruido nos sorprende a ambos, una onda viaja con una vibración intensa e irrumpe en el cuarto moviendo algunas cosas fuera de su sitio.
—¿Qué.. sucede?— Se atreve a preguntar, los dos miramos a la ventana de la habitación contemplando el cielo púrpura agitarse.
El ambiente se aprisiona en una intensa presión levemente, el cielo se tiñe de sangre, enrojeciendo sus colores de forma dramática, a medida que los dos presentimos el peligro, nos adelantamos a la salida y algo inesperado ocurre.
La puerta del cuarto se azota con fuerza y se mantiene quieta, yo corro hacia él colocándome detrás suyo, comenzando a temblar, las luces de la habitación empiezan a parpadear de nuevo, otra vez la gravedad recae levantando todo en cuanto puede tan solo unos centímetros del aire.
—¡Sujétate!— Grita Dan y yo tomo su mano, todo parece estar cambiando tan rápido de atmósfera que me es imposible pensar.
—¡Dan, la gravedad! USA TUS PODERES...— Grito emergido mientras todo el cuarto está embestido por la falta de esta.
—Yo... yo lo puedo controlar...— Se dice así mismo y cierra sus párpados con fuerza, en mi mente oro por qué funcione.
De forma magistral todos los objetos descienden muy despacio junto a nuestros cuerpos, las luces se encienden y apagan ajustándose al movimiento de compresión dentro de la habitación de Dan.
—¡LO HICISTE!— Digo emocionado y me acerco a su rostro, quiero plantarle un beso, quiero que sepa que es mío y que lo hace mejor cada día.
—¡MIRA ESO!— Responde aterrado, los dos nos damos la vuelta por fin estabilizados y de pie, observamos la ventana, desde afuera la dimensión parece corrompida en una inmensa oscuridad.
—Algo está pasando...— Suspiro con las cejas paralizadas, él toma mi mano y piensa un poco.
—Y lo averiguaremos— Dice guiñándome el ojo y sonriendo.
Los dos nos dirigimos a la puerta del cuarto y Dan hace lo suyo, con sus poderes logra derribar la puerta, dejándome perplejo.
Una inmensa presión contenida en toda la casa, no nos deja movernos con facilidad, es como si a pesar de que hay gravedad, no fuera del todo estable.
—Noah, en el cuarto de mi madre había un espejo...— Dice Dan inmerso en el asunto y yo asiento.
Los dos avanzamos hasta la puerta del cuarto de su madre y él la logra usando su poder sin estirar sus manos.
Dan me observa un poco serio, puedo imaginarme el esfuerzo gigante que debe dar cada vez que usa sus poderes.
—¡Maldita sea! ¡ESTÁ ROTO!— Grita frustrado y estira sus manos, me impacto y me acerco a él, con su ira y su poder destruye el pobre marco que lo sostenía.
Un fuerte temblor agita la casa replicándose en la parte de arriba hacia nosotros, los dos nos giramos e intentamos salir con desesperación, las luces del pasillo hacia las escaleras están parpadeando sin parar.
Un pedazo de concreto cae apenas logro bajar los escalones adelantado, mi rostro se detiene perplejo en el miedo al sentir que está por matarme, pero se detiene en el aire junto con el ruido, las cosas y las luces.
Dan está frente a mí, estirando su brazo y con una sonrisa de satisfacción, me salvó la vida, yo retrocedo volviendo a subir, concentrado en esto que acaba de pasar.
—M-me salvaste— Digo mirando sus preciosos ojos aturquesados.
—Tenemos que irnos, antes de que el tiempo regrese— Dice sintiendo la fuerza del momento, ambos avanzamos centrados en nuestro objetivo, sobrevivir.
Al bajar noto como muchos objetos ya se han desprendido y derrumbado de forma dramática, intento no mirar, pero es inevitable, Dan se mantiene con el brazo extendido y corriendo cuanto más puede.
Los dos logramos salir no sin antes ver que los cuerpos de su madre y el policía han desaparecido.
Afuera mirámos perplejos la casa, Dan suelta el aire con fuerza y todo el tiempo regresa con fuerza, a su vez la destrucción de la casa por fuera.
—AAAARGHHHH— Grita adolorido y sosteniéndose el cráneo con fuerza, lo noto retorcerse e intento sostener sus caderas.
Sus ojos se abren y el regresa a mí con la respuesta exacta.
—¡N-noah! ¡Tú casa!— Dice observando como la dimensión es inestable y lo está destruyendo todo.
—Tengo un espejo en mi cuarto...— Digo entrecortado y seguro, el me sigue hasta ella caminando con debilidad.
Los dos observamos aquel lugar, aquel lugar que solo vió una vez en su vida por dentro y después ya no.
La dimensión entera sucumbe ante constantes movimientos en el suelo, mientras ambos nos esforzamos por seguir de pie, yo me acerco a él.
—¡Noah! ¡Es muy peligroso! Si algo te pasa... yo iré— Lo interrumpo mirándolo a los ojos.
—No... yo iré.. Traeré eso hasta nosotros y los dos entraremos, juntos— Digo confiado y con un rostro serio, un fuerte temblor más nos hace casi caer.
—No te perderé, no ahora que...— Lo vuelvo a interrumpir y sonrío.
—Tú sólo mantén el tiempo detenido, por favor resiste todo lo que puedas, saldré en cuanto pueda— Una brisa recorre nuestro pelo y varias partículas viajan por el aire, sintiéndose la tensión en el ambiente.
—Huyamos de aquí— Se atreve a decir viendo la inestabilidad del sitio, yo niego con la cabeza seguro de mi decisión.
—Ya basta de huir, déjame ir por ese espejo y arreglar todo— Afirmo con una mirada fuerte y segura, me doy la vuelta corriendo hacia la puerta de mi casa.
Abro con facilidad, el sitio está lleno de muebles rotos, algunos pedazos de concreto tirados por doquier, pintura blanca desecha en las paredes, me acerco sintiendo esa sensación de vacío, el sitio tiembla y es muy inestable y me concentro, me concentro en buscar ese espejo, me giro rápidamente y corro de inmediato hacia mi cuarto, a medida que me dirigo a las escaleras, el tiempo se detiene evitando que muchas cosas me golpeen, continúo seguro y paso cada obstáculo hasta la meta.
Todo lo que está detenido en el tiempo y el aire está comenzando a fallar, el poder de Dan se debilita mientras siento que finalmente me acerco.
Casi atravieso mi cuarto, una tenue luz apenas se percibe, enfrente está mi clóset, el espejo intacto y postrado está justo a uno de los lados, y solo debo alcanzarlo.
El poder de Dan falla liberando una pieza de concreto que bloquea la puerta, suspiro enfadado y pienso en otra salida, todo esto se vuelve más tenso con el movimiento constante del suelo y la sensación chocante del ambiente.
Sonrío, no me importa que tan imposible sea, llegaré hasta ahí, busco el otro lado cruzando el cuarto de mi padre, el tiempo vuelve a detenerse apenas segundos, puedo sentir como Dan lucha desde afuera por mantenerlo más y más detenido.
—Tú puedes— Escucho la voz de Dan en mi mente, sé que no es real, pero es todo lo que tengo para motivarme.
—Izquierda...— Vuelve a decir su dulce voz, me giro hacia ese lado observando justo lo que necesitaba, otra entrada por mi ventana.
La ventana pega frente al pasillo, solo debo romperla con algo y lo tendré todo ahora, me vuelvo hacia todos lados y noto un pedazo pequeño de concreto levitando en el aire con detenimiento.
—Ese no servirá— Dice su voz nuevamente y suspiro, busco en el suelo, en todos lados pero es inútil, Dan me ha enseñado que no puedes mover los objetos cuando están detenidos en el tiempo.
—Tus pies— Agrega y yo miro hacia lo más obvio, debo darle una patada al vidrio, soy tan torpe.
Me acerco a este y lo golpeo, no funciona, mierda, el tiempo está detenido, no se quebrará.
El tiempo falla y regresa haciendo todos los objetos caer y regresando a la vibración inmensa del suelo, lucho por mantenerme de pie, pero esta dimensión está quebrantándose.
—Es ahora— Susurra la voz de Dan en mis oídos haciéndome estremecer y con fuerza pateo el vidrio de la ventana, todos los trozos caen lentamente en el suelo, el tiempo lucha por volver a detenerse, haciendo que estos puedan cortarme si cruzo con rapidez, están suspendidos en el aire.
Pongo un pie dentro y luego paso el otro, me esfuerzo por no rozar ninguo y ruego por que Dan no falle en este preciso momento, casi pasando su voz me vuelve a detener.
—¡Cuidado!— Grita y yo noto un enorme trozo de vidrio desde un extremo que casi me corta.
—¡Mi*rda!— Digo pasándolo y alcanzando por fin el sitio.
—Cúbrelo— Susurra él de nuevo y yo me confundo, el tiempo quiere fallar de nuevo, lo haré...
Tomo una de mis cobijas y la separo de la cama en cuanto el tiempo regresa, los vidrios de la ventana descienden y yo envuelvo el espejo lo más rápido que puedo tomándolo antes de que el tiempo se detenga de nuevo.
—Corre— Yo hago caso brincando por la ventana, aliviado de no pasar los vidrios, el temblor sigue tirando los escombros por todos lados y es terriblemente peligroso.
Una parte del suelo del pasillo se desprende haciendo emergerse hacia abajo y dejando un hueco que debo brincar.
Suelto un poco el aire, contengo las lágrimas, vuelvo a lo mío, calculando el salto que debo dar, cierro un poco mis ojos, el suelo se agita tanto que es casi imposible.
—No te rindas— Me dice la voz de Dan en mi mente y me hago hasta atrás, lo más que puedo, muevo mis pies bien dirigidos hacia el otro extremo y corro, corro cuánto puedo.
Doy el salto de fé, pero me quedo detenido en medio y el tiempo de detiene, excepto mi cuerpo.
El espejo se queda pasamado y levitando en medio del hueco, yo me aferro de él con mucha angustia, no puedo moverlo, los objetos se detienen en el tiempo con su poder.
—Cuélgate de la cobija, vamos— Dice de nuevo y yo siento ese temor, aún y con todo el miedo desciendo tomando la cobija de un extremo y amarrándola en el espejo.
Me columpió de lado a lado confiado en Dan y esperando a que el tiempo regrese, la cobija es lo único que no se ha mantenido congelada en el tiempo.
—Sí, la cobija no se detuvo en el tiempo— Susurra su voz de nuevo, sonrío, Dan evitó que me cayera al vacío de alguna forma.
Tal vez la conexión entre los dos se está fortaleciendo y esto solo podría significar una cosa, que él está empezando a detectar mis sentimientos, mejor que nadie.
Sigo columpiando, justo cuando voy al lado correcto el tiempo regresa haciéndome caer justo en el extremo correcto, el espejo se cae bordeando un poco en la altura, pero llega a mis manos.
—N...noah— Escucho y luego el tiempo no vuelve a congelarse, angustiado uso lo que me quedan de mis fuerzas para atravesar la escaleras, la casa entera por desplomarse.
—V..amos— Decimos la voz de Dan y la mía, en un solo pensamiento, salir de aquí.
Bajo hasta casi llegar a la entrada y me encuentro con él, mi padre cierra la puerta con una terrible sonrisa y un cinturón en sus manos, apenas puedo cargar el espejo.
—¡¡¿A DÓNDE CREES QUE VAS?!!— Grita lleno de ira y avienta un golpe con el cinturón que logro esquivar.
—¡¡¿NO VAS A SALUDAR A TU PADRE?!! ¡PRESÉNTAME A TU NOVIECITO!— Su voz me atraviesa con fuerza en mi corazón y sin embargo lucho sabiendo que no es real.
—VETE... A LA... MI*RDA— Digo frente a él sosteniendo la cobija.
—¿Qué está pasándote? Me mientes y encima de todo esperas que venga por ti, mejor ni regreses...— Escupe soltándome una fuerte bofetada en la cara.
—Más te vale que te disculpes, estúpido...— Grita con rabia, me descubro el rostro con una mirada pícara y maligna.
—NO...— El tiempo falla y regresa sin parar, las cosas caen y regresan en el tiempo a detenerse en esta gran lucha.
—Nunca me disculparé contigo, jamás me arrepentiré de lo que te pasó por que probablemente es lo que mercen personas infelices como tú, que sólo saben herir, destruir y arruinar todo lo que tocan— Reclamo sintiéndome más y más fuerte, el aire se tensa creando una gravedad inestable.
—¿Acaso podría estar orgulloso de alguien como tú? Me mentiste, me hiciste esto y solo aprendí..— Digo por última vez empujándolo.
—A olvidarte...— Mi puño se cierra y le planto el golpe de mi vida, en ese mismo instante la gravedad se revierte haciéndole levitar muy lejos de mi, en la oscuridad para siempre.
La sala y entrada se tuercen hacia dentro apenas dejándome agarrar el espejo y abrir la puerta.
Las cosas descienden hacia el extremo del que cayó mi padre, todo el sitio está girando hacia atrás y moviéndose sin control alguno.
Giro la perilla apenas sintiendo mi peso y saliendo a velocidad de mi casa con aquel espejo entre mi brazo.
Cruzo todo entre más puedo y llego hasta Dan, él yace en el suelo lleno de sangre en su nariz.
—¡Maldita sea!— Digo tomando su pulso, es débil, me envuelvo en lágrimas, el intentó hasta el final salvarme usando su poder.
En el último momento descubro el gran espejo de la cobija y lo dejo enfrente mío, sintiendo los temblores y la gravedad alterada.
Miro una última vez este paisaje, no sé si el espejo nos traerá devuelta a nuestra realidad, pero se me acaban las opciones y haré hasta lo imposible para salvar a Dan, contemplo el cierro envuelto en esta atmósfera sangrienta, suspiro, todo está comenzando a quebrantarse, deformarse, levitar sin control, mi única salida está frente a mi.
Abrazo el cuerpo de Dan y sin temor toco el espejo sintiendo el conjunto correcto de sensaciones, sonrío y poco a poco Dan y yo atravesamos el espejo.
~~~~~~~Fin del Capítulo~~~~~~~~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top