Capítulo 1: (Negación)
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𝙿𝚁𝙸𝙼𝙴𝚁 𝙴𝙽𝙵𝙾𝚀𝚄𝙴: 𝙴𝙼𝙾𝙲𝙸𝙾𝙽𝙴𝚂
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑫𝒂𝒏
A veces parece que no hay un camino predeterminado a seguir, otras simplemente estás cansado de ir detrás de todo, o tal vez no sabes que más intentar. Yo siempre suelo pensar que está bien, me siento fuera de mi mismo, como si quizás no estoy verdaderamente viviendo esto, como si en realidad hubiera algo que me estoy perdiendo, algo que con un esfuerzo enorme y un cambio de enfoque podría ser capaz de ver. Reconozco que las emociones son complejas, entre más intentas aprender de ellas, más lejos estás de creer en lo ordinario.
Aquí es donde me presentaría, creo que es lo que debo hacer. Primero que nada, mi nombre es Dante, soy un chico de 18 años de estatura normal, complexión media, con atuendos poco convencionales y una cabellera lacia, color castaño obscuro, mi tez es clara y mis vibrantes ojos de un tono aturquesado.
Recién culminé la preparatoria hace tiempo, mi universidad me está esperando, en realidad todo el mundo lo está, pero en estos momentos, yo solo quiero llegar a mi casa.
Estoy en un metro en complemento silencio, este se mueve a cientos de kilómetros. En el suelo se puede percibir la vibración de los rieles, a mi alrededor no hay mucho más que personas pensando, en total silencio. Mi pierna está inquieta pisando una y otra vez el mismo sitio, hay tanto por decirte, demasiado que deseo que averigües de mí.
Continuemos, ¿Tengo amigos? Bueno, unos cuántos, los que creo que son mejor para mí. Si tuviera que describirlos, usaría palabras muy divertidas, reconozco que son únicos, cada uno de ellos. Me encantaría revelarte algunos de sus nombres, pero sé que si están leyendo esto se darán cuenta y sonreirán, en cualquier caso, tú ahora eres parte de ellos.
Ciertos amigos viven aún en mi ciudad, pero tú no te desesperes por saberlo todo tan pronto, todavía faltan minutos para salir de este vagón y son perfectos para contártelo a detalle, además el trayecto es encalmado, así lo estoy percibiendo. El ruido debajo de mí de los rieles siendo atravesados una y otra vez es constante, temporalmente agradable.
Vivo solo, bueno casi. Es algo que siempre he deseado por años, pero aún no ha logrado pasar, me motiva estar en soledad, amo el hecho de tenerme a mí mismo, no obstante siempre tengo que llamar a alguna que otra persona para convivir, es sano y mis ilusiones perduran, este modo de vivir igual es bonito. Mi mamá es la única que sigue en la casa, ella siempre tiene una deliciosa comida cuando llego, estoy seguro que la adoro demasiado, siendo más específicos ella tiene un cabello corto y rizado, de color café oscuro, una estatura algo baja con su tez blanca, atuendos muy pulcros y para nada escotados, unos ojos oscuros e intensos acompañados de su complexión promedio.
¿Qué estoy negando? El título no miente, seguro si lo viste te preguntaste lo mismo, siendo sincero contigo el asunto es que tengo recuerdos algo complejos de mi infancia que por ahora me dolería contarte, sentimientos internos incluso tan fuertes que no pararía de describirte. Reconozco que no basta con lo que te he dicho ¿O sí?, pero igual creo ya he hablado bastante, quizás me vendría bien cerrar mis ojos y que la música diga el resto.
Decido hacerlo, cierro lentamente mis párpados, como te dije puedo sentir como la melodía me comienza a relajar, cada pequeña nota se está introduciendo en mi inconsciente y viajando por mis oídos con mucha precisión, es tan lenta y tan suave, cada dulce sonido que se hace presente se está envolviendo arrullándome poco a poco, pronto estaría cayendo en este mundo de sueños, con mi cabeza recogida en el asiento.
Algunos ruidos del exterior con murmuros de personas siguen estando aquí, a su vez una emulsiva y constante compañía de instrumentos hacen su aparición rodeando mi conciencia. Después de mucho esperar, abro muy despacio mis ojos, solo para encontrarme como siempre he deseado estar, en mis sueños, mis pupilas se dilatan al instante contemplando este nuevo escenario.
Estoy levitando, en medio de la oscuridad y rodeado de estrellas, puedo ser capaz de respirar y moverme, sintiéndome de alguna manera como el chico más afortunado y auténtico del universo. Se supone que este es el tipo de sueño que me recordaría cuan especial es la vida misma, a medida que soy consciente de lo mucho que puedo recorrer sin experimentar un peligro alguno, las sensaciones se tornan más y más enérgicas, usando solo mi concentración y un pensamiento constante es que puedo avanzar hacia cualquier extremo con la gravedad.
Mi rostro afinado se ilumina, con una sonrisa corta. En breve una luz circular destella y se atenúa brillando justo frente a mi ser, es imposible ver de dónde se origina, solo tengo por seguro que se está extendiendo a medida que avanzo hacia ella. Ligeras luces más pequeñas circulares me rodean en donde estoy levitando y pronto me están encaminando hacia la enorme fuente que emana un resplandor que reposa cerca, la inspiración bordea mis venas acompañadas de una exclusiva satisfacción.
Por último, es que la fuente se clarifica en forma de estrella, apenas visible por su excesiva iluminación, pero sin demasiado calor como para quemarte al tocarla, presiento que esto debe significar algo. Nunca antes he soñado algo tan especial, con cuidado y alta curiosidad extiendo mis brazos, colocando cada mano en un extremo y notando unos plácidos cosquilleos que recorren de mis pulgares hasta los codos. Por un santiamén siento que todo se detiene, en mi vista se fijan unos recuerdos increíbles de mi infancia, haciéndome olvidar de los peores. El cosquilleo se intensifica pasando a todo mi cuerpo, cuando por fin alcanzo la estrella, esta emana unos suaves hilos de luz que me rodean, dentro de nada se deslizan por mis costados y tocan dulcemente mi corazón.
La luz se detiene rápido, juro que sentí que algo se ha pasado a mi, es muy complejo de explicar, pero resumiendo, increíble. Una onda sacude mi cuerpo y sonidos del exterior se hacen más fuertes poco a poco, todo se comienza a llenar de luz y puedo sentir como estoy despertando de golpe, abriendo mis ojos y volviendo a mi realidad.
Mi teléfono oscila, casi de lleno lo saco junto a mi boleto del metro y un pequeño anuncio se despliega en la pantalla. Es una llamada, estamos casi por llegar a la parada, debo responder rápido.
—Hola hijo, ¿Cómo has estado? — Dice mi madre al otro lado del teléfono.
—Hola mamá, ya salí de la entrevista, voy en camino, todo bien ¿Y tú? ¿Qué haces?— Respondo rápidamente y me asomo por la ventanilla inquieto por el recorrido faltante.
—Pues aquí haciendo la comida, de hecho, ya recordé por qué te hablaba. ¿Te gusta más el guisado o el pescado?— Pregunta ella mientras el metro comienza a parar gradualmente.
—Me quedo con el que te cueste menos hacer— Afirmo sonriente y ella suspira con alivio.
—Awwww, eres un gran hijo ¿Lo sabías?— Asegura con lo que yo estoy seguro es su sonrisa de siempre, avanzo apurado directo a la salida del vagón.
—No soy ni cerca de ser bueno, pero sé que te adoro mamá— Mis últimas palabras salen de lo más interno de mi ser, le extiendo el boleto a un hombre antes de por fin partir de este vagón.
—Yo también mi niño. Bueno, espero que llegues pronto, tengo que regresar al trabajo— Insiste y yo recorro los rincones acordonados de personas casi a punto de salir de la estación.
—Lo sé mamá, pero yo debería ser esa persona, tú pagas todo— Con pesadez reafirmo y salgo de la estación cruzando unas escaleras.
—Hijo, no tienes por qué ser tan modesto, si todavía no encuentras trabajo yo lo puedo entender, además con lo que tengo puedo pagar la renta y casi todo. Ahora solo apúrate, si no se enfriará la comida— Se despide y yo le correspondo, al colgar busco el taxi más cercano que se encuentra frente a la estación, literalmente el primero que vi.
—¿Podría llevarme a mi casa?— Pregunto angustiado desde afuera del vehículo, él piensa un poco, espero que no esté esperando a otra persona.
—¿Es aquí en la ciudad de Moonlight?— Cuestiona y lo miro extrañado, es bastante lógico que sí.
—Hmmm sí, vivo a unas calles nada más, pero tengo algo de prisa— Él asiente y yo abro la puerta para después ingresar.
Le explico en que calle se sitúa mi casa y él la reconoce al instante, mientras conduce saco mi teléfono y observo algunas notificaciones aleatorias de aplicaciones, respondo mensajes mientras reflexiono, después solo me quedo el resto del trayecto mirando la ventana, el conductor no comenta nada durante el viaje y me puedo imaginar por qué.
—Llegamos...— Asegura a tan solo minutos después de haberse estacionado cerca de la casa.
—Tome, muchas gracias...— Asiento mientras extraigo el billete de mi bolsillo y lo entrego justo en sus manos, estaba seguro de cuánto pagarle.
Al salir del vehículo, este se retira y yo sosteniendo aún todas mis cosas me ubico frente a la puerta de mi casa, toco con la mano que tengo libre, mientras recorro mi vista en un carro que se está estacionando en la casa de lado derecho, ese de ahí mi vecino, su hijo Noah es mi mejor amigo y me agrada un montón porque tenemos la misma edad. La pequeña diferencia está en que él si trabaja a diario, asumo que no viene con su padre porque sigue trabajando. Noah es un chico muy atractivo, con un cabello castaño y claro, sus ojos miel y rostro definido, es más alto que yo y su físico es incluso más marcado que el mío, con su tez clara.
La puerta se abre con fuerza de golpe y aparece mi madre risueña.
—¡Hola tesoro! Ya llegaste...— Afirma mientras sonríe, acompaña su bienvenida con un corto abrazo y un beso en mis mejillas.
—Hola mamá, huele increíble— Respondo y ella hace un gesto orgulloso en sus ojos.
—Pues, hoy aprendí a hacer pescado a la plancha— Ella se separa de mí y guiña su ojo, para después guiarme hasta la cocina en lo que voy dejando cada cosa que cargo.
Al llegar a la cocina de mi casa comienzo a colocar los dos platos de siempre, me doy media vuelta pegando un susto de muerte, Noah está sentado con una mirada perversa en una de las sillas del comedor.
—Tienes un invitado— Asegura mi madre desde lejos y su voz hace eco hasta mí, arqueo mi ceja.
—¿Noah? ¿No deberías estar con tu papá?— Me atrevo a preguntar viendo como él niega con su cabeza.
—Le dije que llegaría más tarde, obviamente no me podía perder la nueva receta de tu mamá— Sus movimientos enfatizan esa última frase y mi madre sonríe pasando cerca de nosotros.
—Más bien no querías comer el guisado de todos los días— Le extiendo un plato y suelta una carcajada corta.
—De hecho quería verte ¿Qué tal ha estado tu día bro?— Pregunta levantándose de su silla, se dispone a ayudarme a colocar el resto de cubiertos y vasos, analizo sus palabras entre tanto mi mamá sirve la comida en cada plato.
—Complicado, todavía no encuentro un empleo y no he seguido con el proceso de la universidad— Afirmo cabizbajo, él me mira diferente y mi mamá termina de servir, todos por fin volvemos a las sillas y nos sentamos listos para comer los filetes de pescado.
—¡Ey! Esperen, ¿No van a orar y agradecer?— Pregunta mi mamá y ambos sonreímos, él se percata de lo que haré ahora mismo.
—Claro, Noah nos haces los honores— Respondo sintiendo un ligero alivio.
—Señor, te damos gracias por estos alimentos que vamos a recibir, por tu infinita misericordia y amor, Amén— Ora Noah despacio y todos respondemos, segundos más tarde le damos entrada al delicioso pescado que preparó.
—Dios es el centro de tu vida, cariño, nunca abandones tu fe en él...— Me insiste mi mamá y yo afirmo seguro, eso ha sido lindo.
—Pues bien, hmmm Dan, Noah me estuvo contando que hay otro puesto de trabajo, en un laboratorio y queda cerca de nuestra casa, puedes intentar presentarte— Agrega mi mamá mientras le da un gran bocado a su comida, yo la observo.
—Claro, por cierto, señora, este pescado es el mejor que he probado en toda mi vida— Afirma Noah y ella se siente apreciada.
—Mamá, gracias, tendré que checar ese puesto y creo que hoy te luciste a más no poder, siempre te queda todo rico— Explico y le extiendo un trozo de pan de la mesa.
—Awww chicos, gracias enserio, yo...— Dice sonriendo de forma brillante, me hace sentir tan orgulloso.
Los 3 proseguimos comiendo, Noah mantiene la conversación más agradable con mi madre, te lo juro, él es como mi hermano, adoro la forma en la que encaja más aquí. Ellos siguen riendo, disfrutando del momento, yo me siento tan complacido viendo esto, como no tienes idea.
Es tan precioso que casi podría apaciguar este momento con una hermosa melodía de piano que, en el fondo, acompañado de unas guitarras sigan arrullando la tranquilidad de sus compañías, se siente bello y seguro. Al terminar la comida Noah y yo subimos hasta mi cuarto y pasamos el resto del rato charlando, es grandioso escucharlo, me hace sentir mejor considerando el día.
Quizás aún no te he contado todo, pero hay tiempo, hay mucho tiempo, tanto que estoy justo en mi cama recostado pensando en eso, creo que Noah sigue hablando.
—¿Entonces qué opinas bro?— Pregunta y me sonsaco, su conversación me relajó tanto, que me he perdido.
—No lo sé...— Le digo divagando y esperando que se riera.
—Ya te perdí...— Se queja y luego ambos nos miramos como si nos entendiéramos a la perfección.
El silencio abundó el cuarto en el mejor momento, hasta que decidí cortarlo dándome media vuelta y mirándolo.
—Noah, creo que tu papá vendrá...— Él me mira decaído, sé que su papá no lo quiere mucho.
—Tienes razón, ya debo irme...— Afirma y le sigo el paso saliendo del cuarto, bajando las escaleras y escuchando de repente, el golpeteo desesperado de la puerta en la entrada.
—Es él— Digo, Noah toma todo el resto de cosas que trajo consigo y se prepara para regresar a su casa.
—¿Cómo sabe que estás aquí?— Me atrevo a cuestionar un poco inseguro.
—Le tuve que decir por qué ya tengo mucho rato en tu casa...— Contesta, acercándose a la cocina y listo para ir a salir.
—Ahhhh, Noah, perdón, ¿Puedes pasarme la medicina que está en la cocina? Son unas píldoras rojas— Interrumpe de pronto mi madre mientras me doy la vuelta, él no luce muy concentrado.
—Claro, hmmm— Escucho abrirse unos estantes al fondo y apurado abro sintiendo la puerta golpearse demasiado, su padre del otro lado me mira con desprecio y amargura.
El hombre luce bastante grande, con una barba y tez amarillenta, ropas algo viejas y su pelo envuelto hacia atrás, sus ojos revelan un odio que puedo jurar extiende a donde pase.
—Vengo por Noah...— Declara y asiento, sin remedio lo dejo entrar, Noah le extiende las píldoras a mi madre quién se las pasa todas sin pensar mucho y avanza directo hacia el hombre malhumorado.
—Hola señor, buenas tardes— Le responde un poco dudosa mi madre, el hombre se cruza ignorándonos como si nada y con su fría mirada déspota, se mueve hasta Noah, llegándole de repente.
—¿Qué está pasándote? Me mientes y encima de todo, esperas que venga por ti, mejor ni regreses a casa...— Le aturde completamente histérico, de forma inesperada le planta una bofetada enorme, mi madre y yo nos asustamos de golpe.
—Más te vale que te disculpes, estúpido...— El cabello de Noah se agita a la par que mira al suelo muy afligido, el hombre niega lleno de odio y se da media vuelta.
—Adiós— Agrega alejándose y saliendo por la entrada, mi mamá se acerca hasta Noah y lo mira llena de preocupación.
—¡Oh por dios! ¿Estás bien?— Insiste mi mamá sosteniendo su cabello un poco, él se queda callado, este hombre lo había vuelto a hacer.
—Tranquilo, tranquilo, respira, ven— Agrega intentando que se controle, pero este decide alejarse.
—Estoy bien...— Afirma Noah con su mejilla roja, puedo sentir una grandísima furia.
De pronto recordé por qué odiaba a ese hombre, que haya hecho esto frente a nuestras narices, es totalmente inmoral y cruel.
Mi mamá vuelve a la cocina a medida que Noah y yo nos sentamos en un sillón en silencio, ella limpia un poco los platos y a su vez, vuelve a tomar sus píldoras de un frasco, me quedo pensando, quizás no se las alcanzó a tomar a tiempo cuando llegó, pero podría jurar que la vi hacerlo.
—Lo siento Dan, no tenías que ver eso...— Me dice, a lo que niego.
—Él no tendría que hacer eso...— Respondo y los dos permanecemos en silencio, la incomodidad revierte el ambiente, sin otra cosa que hacer me levanto del sillón aventajando los trastes que están en el fregadero.
El tiempo transcurre, parece que la felicidad se ha terminado por un corto tiempo, pero no es el fin. Conforme llega el atardecer, Moonlight tiene una vista increíble, Noah y yo hemos decidido salir al jardín trasero de mi casa, mi madre se irá a trabajar en un lapso más.
Ambos estamos sentados en una cómoda banca contemplando las preciosas tonalidades del cielo enrojecerse e atenuarse.
En breve el timbre corta la inspiración con el mismo sonido, un poco asustado me giro viendo a Noah a los ojos e intentando calmarlo.
—Bro, tranquilo, yo abriré por ti...— Mi cuerpo se levanta de la banca dejando a Noah solo, atravieso la puerta de cristal que conduce a la cocina, antes de seguir avanzando veo en mi reojo por un corto tiempo a mi madre.
Me perturbo al verla sostener su teléfono con un rostro pálido y el cuerpo tambaleando, se está intentando sostener de uno de los muebles.
—S-sí, mareos y algo de confu-fusión, yo...— Ella se comienza a desmayar, mi cuerpo se lanza directo a alcanzarla y la sostengo. El sonido de la puerta siendo golpeada con más fuerza aumenta.
—¡Mamá!— Grito desesperado y su cuerpo se debilita.
Ella no me dice una palabra, de igual manera agarro su teléfono del suelo y noto en la pantalla el "911", una voz intenta salir la bocina y lo pego a mi oído.
—No se preocupe, los paramédicos la atenderán y la policía están por llegar al caso reportado— Menciona una chica a través del otro lado, siento la sangre helarse en todas mis venas ¿Por qué la policía? ¿Qué demonios está pasando? ¿Paramédicos?
Cuelgo y la abrazo intentando contener las emociones, sin embargo, entro en pánico y despacio comienzo a levantarla con todas mis fuerzas, Noah aparece sonsacado y sin pensar más se lanza a ayudarme. El sonido de la puerta se intensifica, siendo más angustiante.
Noah suelta a mi madre e impulsado por su bloqueo corre hasta la puerta de la entrada, dejando entrar a su padre.
—¡¡¡¿QUIÉN TE CREES??!! ¡¡IDIOTA!!— Despotrica abofeteando su rostro sin parar, con el cuerpo de mi madre en mis brazos, le insisto que pare.
—¡¡MAMÁAA!— Pego un grito desgarrador viendo como su nariz no para de sangrar, sus ojos se están cerrando.
Su padre y él se aproximan sorprendidos, ambos ven este escenario a medida que lucho por llevarla hasta el sillón.
—¿Qué sucede?— Noah está inquieto mirando entre todos los frascos de medicina abiertos, su padre intenta ayudarme a acomodarla en el sillón.
—No tengo idea, pero las ambulancias ya vienen en camino— Les respondo y siento mi cabeza estallar en pensamientos y preocupaciones, mi mamá se ve más pálida, el padre de Noah termina de recargar su cuerpo y se mueve directo a la cocina.
Lo sigo a pasos nerviosos y veo entre los frascos abiertos unos con píldoras naranjas justo al lado de las rojas.
—¡Noah! ¡¿Le diste esto?! ¡Son las píldoras equivocadas...!— Él asiente con un rostro más que destruido y su papá comienza a enfurecerse más.
—¡¡IDIOTA!! ¿CÓMO TE ATREVISTE? ¡TOMÓ UNA SOBREDOSIS!— Grita su padre abalanzando empujones contra él y lastimándolo, otro golpeteo emerge de la puerta en la entrada con fuerza.
Mis pies despegan hasta la puerta, abriendo con esperanza y lágrimas. Un policía apunta con su arma directo a mi rostro e intento alzar las manos desesperado, Noah y su padre salen de atrás mío confundidos.
—¡NO, mi madre está muriendo por fa...!— Suplico con mi corazón alterado y el policía me calla.
—¡¡BASTA!! Todos pongan las manos en alto ¡¡Ahora mismo!!— El padre de Noah tiene manchas de sangre en toda su cara y Noah en su nariz.
—Noah...— Me esfuerzo en decir observando a su padre a punto de dar explicaciones.
—Policía, yo...— Su padre es embestido por el arma que se apunta directo hacia su cabeza, el policía lo interrumpe completamente histérico.
—¡¡SILENCIO!! ¡Usted vendrá conmigo!— El policía lo voltea y poco a poco le coloca las esposas sin razón, Noah no puede ni verme a los ojos. Unos espasmos empiezan a brotar del cuerpo de mi madre al fondo, no puedo evitarlo, tengo que acercarme a ella.
Todo está pasando tan rápido, puedo escuchar como todos hablan al mismo tiempo y la tensión crece.
—Dan, espera—
—¡SUFICIENTE! ¡¡Ustedes dos no se muevan, señor acompáñeme afuera!!!—
—¡Oficial, espere por favor, todo fue culpa de mi hijo, él le dio el medicamento incorrecto apropósito, lléveselo también—
—((((DAN HAZ ALGO))))— Escucho en mi interior.
—No puedo...— Decido darme la vuelta y el policía me apunta, desesperado corro hacia mi madre sin miedo a morir por salvarla y el padre de Noah me intenta empujar para detenerme, el policía suelta un disparo accidentalmente.
Una bala emerge casi tan rápido a medida que una chispa la acompaña. El tiempo se torna lento, su padre desciende al suelo con lentitud, mis gritos desesperados siguen mientras alcanzo el cuerpo de mi madre en el suelo y la abrazo.
Noah sostiene con firmeza a su padre, viéndolo apagarse muy rápido, les aseguro. Este momento se siente distinto, mis ojos se cristalizan al ver a mi madre recubierta de sangre.
Ella abre sus párpados, puedo sentir su último respiro salir de su boca a medida que me mira y una suave lágrima se desliza por su mejilla. Completamente desbordado me permito gritar una y otra vez abrazando lo que ahora era su cadáver, en ese instante puedo sentir en una de sus manos, ella sostiene una cruz, mis dedos la alcanzan y la llevan conmigo.
Aprieto los párpados seguro de no poder llorar más, ella se ha ido, ahora mi mundo se derrumbó y esto es cada vez más doloroso. ¿Qué demonios hago ahora?
Giro mi vista hacia la entrada y en ella el policía paralizado no puede creer lo que ha hecho, apretó el gatillo. Noah está destrozado está absuelto en un mar de lágrimas viendo como se ha ido su única familia.
Noah negando irrumpe en cólera y se levanta mientras el policía está distraído mirándome, él le quita su arma y casi sin poder creerlo le apunta, sus cejas están abarquilladas sumado a su mirada a punto de explotar.
Me adelanto hasta él y casi al instante le veo disparar sin darme la posibilidad de evitarlo, el policía desciende muy despacio hasta el piso y nuestras miradas encajan.
—Noah, ¿Qué has hecho?— Pregunto incrédulo, él se consienta de su panorama y alterado niega que eso haya pasado.
—Yo... yo... Lo...— Él está completamente herido y no puede creerlo, se interrumpe y casi de inmediato se apunta a sí mismo. Me acerco hasta él con una fuerza inexplicable y le arrebato el arma, ambos nos tiramos al piso abrazados y desgarrados.
Noah ve los 3 cadáveres en el suelo, llenos de sangre, su cabeza niega rotundamente.
—No puede ser, no puede ser, no, no, no, no ¡NOOOO!— Con histeria su cabeza gira a todos lados mientras me ocupo de dejar el arma en el suelo. Veo lo mismo que él y estoy en completo shock. ¿Qué está pasando?
—Noah, tenemos que irnos...— Afirmo impulsado con un aliento de razón y su brazo me detiene.
—No, me quedo, yo hice todo esto. Dan, esto es...— Responde Noah y sin pensar más nos levanto con mis brazos débiles.
—¡Vámonos, ahora mismo!— Él vuelve a negar, mi corazón está latiendo a mil por hora.
De pronto escuchamos más patrullas cerca, vemos unas luces rojo y azul reflejándose en una ventana, detrás se perciben ambulancias, su mirada está en completa confusión. Pero con el deseo de evitar esto decido jalar su mano y guiarlo con toda prisa hacia el jardín trasero.
Llenos de angustia, enojo y tristeza. Pegamos un brinco por las protecciones del jardín con ayuda de la banca y salimos disparados corriendo muy lejos de la casa.
Puedo escuchar muchos policías gritando detrás, están entrando y revisando todo, no puedo evitar sentirme exhausto. Sin embargo, él y yo seguimos corriendo sin parar, estamos por perderlos.
En ese instante puedo sentir como todo se ha ido, mi madre, su padre, la casa. Absolutamente todo esto es culpa nuestra y si volvemos nos arrestarán, tenemos que huir muy lejos y pronto.
—Dan...— Dice y lo ignoro.
—Noah, por aquí— Le digo dándome la vuelta y acercándonos a una zona forestal, casi en ese segundo puedo presentir que los perdimos.
Esto es una locura, estoy negando, estoy negando que sucede, pero no tenemos otra opción. No estoy dispuesto a aceptar las consecuencias, él es el único que me queda...
~~~~~~~Fin del Capítulo~~~~~~~~
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