YO EN TU LUGAR TENDRÍA ALGO DE COMIDA

LILIAN CORRIÓ A TRAVÉS DEL BOSQUE. Se despertó de mal humor ese sábado por la mañana, y sintió ganas de salir a correr. Así que se había puesto sus polainas deportivas, un suéter y sus zapatillas de correr, y luego se había ido al bosque.

Saltó sobre árboles caídos y trepó por rocas, para variar un poco el ejercicio. Fue lo que la mantuvo en forma, corriendo por el bosque. Conocía este area como la palma de su mano, conocía todos los escondites y los árboles adecuados para trepar. Si alguna vez fuera un vampiro, sería mortal en este bosque.

No es que Lilian quisiera ser vampiro. Quería envejecer con un marido o un perro. Pero desde que había conocido a Jasper, se dio cuenta de que era algo a lo que podría tener que renunciar para poder estar siempre con él. Ella permanecería congelada en su edad, como todos los otros Cullen.

Con su cabeza en otra parte, Lilian corrió demasiado profundo en el bosque. Más lejos que nunca antes. Ella no reconoció dónde estaba y - estúpida como era - no trajo su teléfono esta mañana.

—Maldición— maldijo Lilian en voz baja, y comenzó a buscar cualquier signo que pudiera decirle dónde estaba.

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Mientras Lilian investigaba su punto recién encontrado, una fuerza fría de repente la empujó contra un árbol. Una mano fuerte y fría envuelta alrededor de su cuello, probablemente dejando moretones más tarde.

—Doble mierda —maldijo Lilian de nuevo, más duro esta vez. Su corazón bombeaba en su pecho y el vampiro rubio plateado de ojos rojos delante de ella también lo sabía. Los ojos de Lilian se precipitaron detrás de él, viendo a una chica pequeña y rubia con vibrantes ojos rojos detrás del vampiro fuerte y entrenado que la empujó a la dura corteza del árbol.

—Si fuera tú, vampiro— empezó Lilian, un ligero gruñido en su voz, —Me dejaría ir en este instante.

El rubio se rió un poco—¿Escuchaste eso, Char? La pequeña cosa quiere que la libere—el acento sureño era más que evidente en su voz, y Lilian estaba segura de que este hombre venía de Texas.

Empezó a reírse de él, y los dos vampiros la miraron como si estuviera loca. La rubia se adelantó, pinchando suavemente el brazo de Lilian—Creo que este bocadillo está roto...— ella también tenía un acento del sur. Lilian sólo se reía más fuerte.

—¡Tú... estás... tan jodido!— Lilian se rió, pero de repente, se detuvo—Supongo que debería darles el beneficio de la duda y preguntarles lo que están haciendo en estas tierras?

—Estamos visitando a unos amigos— contestó el vampiro aún confundido sobre cómo un humano podría actuar tan fríamente con una situación como esta.

—¿Y tus anfitriones no te acompañan hoy?— Lilian preguntó, su cara juguetona. Estaba disfrutando de esto, porque estaba más que segura de que Jasper había oído su risa y la había tomado por gritar. ¿Por qué tardaba tanto?

—Sí, lo estan, solo estamos jugando a las escondidas... a la manera de los vampiros— contestó la chica, y Lilian se rió al ver a Emmet y Jasper salir del bosque.

—¿Qué demonios está pasando aquí?— exclamó Jasper, mirando a los vampiros desconocidos.

—No lo sé, Jazz. ¡Solo quería un bocadillo, y empezó a reírse de mi maldita cara!— La rubia plateada hizo pucheros, y Lilian se rió aún más fuerte, acariciando el hombro del chico.

—Esa fue la elección equivocada de palabras, amigo— dijo ella, antes de sonreír a Jasper amorosamente—hey Jazzy.

El rubio sonrió, antes de volver a mirar a los otros dos—¿En serio querías drenarla?— su gruñido incluso sorprendió a Lilian, que inmediatamente se acercó a él, tomando ambas manos en la suya.

—Tranquilo, no iban a hacerlo de todos modos. Me reía tanto de sus caras, que se habían olvidado de comerme—Lilian se rió con una sonrisa. Jasper miró hacia abajo en sus ojos azul hielo, suspirando un poco.

—Alégrate de que mi compañera te encuentre gracioso, Pete— gruñó al vampiro masculino—si fuera yo, ya te habría hecho trizas.

—Muy bien, lo entendemos— dijo Emmet, de una manera calmante—Peter, no deberías atacar a los humanos cuando sólo tienes hambre de un bocadillo, realmente hombre, prueba una ardilla o algo así. Jasper, no destrozarás a nadie, sólo porque casi le pasa algo a Lilian. ¿Todos están de acuerdo?

Lilian levantó la mano como si estuviera en clase—¿Puede uno de ustedes mostrarme el camino a casa? En realidad estoy perdida en el bosque— se encogió de hombros.

— No sé como la gente puede decir que eres la adolescente más responsable de Forks—dijo Jasper

—¡Espera!— Peter de repente gritó—¿Ella es tu compañera? ¿Una humana es tu compañera?       —Lilian levantó ambas cejas mientras se giraba, mirando hacia él.

—¿Hay algo malo en ser humano?—Ella gruñó, y Peter inmediatamente retrocedió, —Eso me gusta más— dijo Lilian, una sonrisa engreída apareciendo en su cara.

Los ojos del el rubio se abrieron, y sus fosas nasales se inflamaron peligrosamente. Lilian tragó, sabiendo que había cabreado a un vampiro que bebía sangre humana

—Pete— la chica, Charlotte, habló —cálmate. Ella ya se va.— La chica miró a Lilian, casi deslumbrante, pero la chica humana descubrió un atisbo de gratitud en la ardiente mirada roja.

—Jazz, tú vete con Peter y Charlotte, yo llevaré a Lil a casa— Emmett estuvo de acuerdo con el pequeño vampiro. Jasper lo miró, su mirada lo suficientemente aguda como para hacer temblar los pensamientos de Lilian, pero sin embargo estuvo de acuerdo al asentir con la cabeza.

—Nos vemos esta noche— susurró a Lilian, quien todavía estaba de pie junto a él. Lilian asintió y besó su mandíbula, antes de tomar la mano de Emmett. El vampiro gigante sonrió como un niño y la hizo saltar sobre su espalda, mientras corrían hacia la casa de Harper.

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—Ahí lo tienes— sonrió Emmett mientras ponía a Lilian en el umbral de su casa. La rubia miró distraídamente a la puerta de madera—Oye, Lil, ¿qué pasa?

—¿Qué es un compañero?—Preguntó el humano, haciendo que la sonrisa de Emmet cayera.

—Eso es algo que deberías preguntarle a Jazz, es mejor explicándolo que yo— el vampiro tropezó con sus palabras, dando un paso atrás.

—Por favor, Emmet... sólo dime— repitió Lilian, mirándole a los ojos desesperadamente. Emmett suspiró, sabiendo que Jasper iba a destrozarlo por decirle esto.

—Un compañero...— empezó, pero al segundo retrocedio—No puedo, Lilian. Jasper me despedazaría y estoy seguro de que quiere decírtelo él mismo. Por lo general termina en algunos momentos emocionantes...—dijo meneando las cejas.

Lilian levantó sus cejas hacia él, pero el hombre de pelo oscuro sonrió sólo más.

—No, lo digo en serio, Lilian. Cuando Rose me lo contó por primera vez, no salimos de la cama durante semanas. Si yo fuera tú tendría algo de comida de reserva, Jazz no ha tenido sexo en mucho, mucho tiempo—Tiró de nuevo la cabeza y se rió en voz alta, antes de salir corriendo al bosque una vez más, dejando a cierto humano con algunos pensamientos repugnantes, maldiciéndole mentalmente a la luna.

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