Capitulo I: Blowin' In The Wind (Bob Dylan)
Era un secreto a voces: Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan, había sido un constante considerado por el comité del premio Nobel para el galardón de la literatura. Mas eso no implicó que dejara de ser una sorpresa para la persona de a pie, porque después de todo, al pensar en el mundo de las letras, se pueden pensar en la novela, en la poesía, o incluso en la dramaturgia.
¿Pero en una canción? No, mas quizá sea un indicador que los tiempos están cambiando.
En todo caso, aunque sea fascinante la discusión respecto a qué y qué no consideramos digno de ser catalogado como "literatura", no estamos aquí por eso; como un personaje cliché en una historia en la cuál la banda se tiene que reunir en el último acto para un concierto final antes de que se empiecen a rodar los créditos, diré que estamos aquí por la música. Más específicamente hablando, por una canción que plantea cuestiones no sólo sin respuesta todavía, sino que lo más probablemente hayan tenido una, pero no deja de ser un ejercicio de meditación el plantearlas.
Blowin' In The Wind puede que no sea la mejor canción de Dylan, pero en muchos sentidos es quizá el que mejor encapsula la esencia del cantautor: simpleza en su producción y melodía, complejidad en su letra. ¿Y qué mejor momento que los 60 para empezar a usar a la música popular no sólo como un medio para entretener, sino para preguntar cuestiones que son tanto especificas a su momento, como, paradójicamente, universales a cualquier era?
Hemos oído las historias sobre esos tiempos: una época de enormes cambios, pero eso bien se podría decir que casi cualquier otra década. Mas, sin duda, es más fundamentado usar tales adjetivos para el comienzo de la era del "poder de las flores", y es que en realidad, tarde o temprano la sociedad norteamericana, y en menor medida, del mundo entero tendría que afrontar que el genio había salido de la botella, y no podía regresar: los movimientos por la liberación de la mujer, el de derechos civiles, y las protestas contra la guerra de Vietnam; una generación se encontraba cuestionando los hechos y las formas de lo que habían conocido y que había sido aceptado ampliamente como parte de una realidad inmutable. El propio Dylan tocaría el tema del proceso de transformación social por el cuál los Estados Unidos y buena parte del occidente se encontraban pasando en otra celebre melodía, The Times They Are A-Changing.
Mas, eso vendría después; por ahora, la canción que nos incumbe de momento.
Usando la pregunta retorica como eje lírico, la canción se nos hacen cuestiones respecto a los qué quizá lo importante no es tanto la respuesta en sí, sino el por lo menos meditar si está puede llegar de todo. "¿Cuántos caminos puede caminar un hombre antes de poder llamarse hombre?" es, una duda universal respecto a qué consiste el poder considerarse uno mismo un individuo completo, un ser maduro y listo para afrontar el mundo real (y quizá relacionado con el concepto judío del mensch, precisamente, ser un buen hombre, digno de respeto).
"¿Por cuántos mares debe navegar una paloma blanca antes de descansar en la arena?" plantea después; sin duda una imagen poderosa, pero no más que la siguiente: "¿Y cuántas balas de cañón deben de volar antes de que sean prohibidas para siempre?"
Dylan claro, como cualquier ser racional, nos habla de la pena y el dolor de la guerra, pero el hecho de mencionar una prohibición sugiere que no se trata de un fenómeno ineludible, sino uno que se origina por responsabilidad del ser humano, y el ser humano por lo mismo tiene el poder de detenerla. De manera definitiva y a perpetuidad, inclusive.
Luego viene el coro: "La respuesta amigo mío, se encuentra volando el viento".
A primera escuchada, puede parecer como la clásica frase hippie que suena hermosa pero no dice mucho en realidad; recuerdo hace unos años en un programa de comedia en el que el actor Hugh Laurie hizo una parodia a los cantantes folk de los 60 en la vena de Dylan, y hablaba sobre la guerra, la corrupción y la pobreza, y como la respuesta era simple, y en el coro, sólo balbuceaba.
Y no es como si no se pudiera ver el punto del chiste: muchas figuras de la contracultura fueron imitadas por personas que sólo copiaron los elementos más superficiales de sus temas y mensajes originales, y se volvieron contra lo establecido un poco porque sí, porque estaba en voga y terminaron diluyendo la importancia de plantearse cuestiones sobre el cómo funcionaba la sociedad a su alrededor.
Pero Dylan no habla de una nada, sino de algo que existe: el viento es algo que sabemos ejerce una presencia, mas no lo podemos ver. Lo sentimos, pero no lo podemos tocar o atrapar. Se le puede aprovechar como energía eólica, ya sea en turbinas modernas o en maquinaria tradicional como las velas de una embarcación o un molino en un área rural, mas no es algo que uno pueda dirigir.
Así pues, la respuesta de la que nos habla puede ser algo que se encuentra en nuestro alrededor, pero que no podemos percibir con nuestros ojos, y se nos escapa de manera constante. Pero no se irá; mañana seguirá habiendo viento, y el día siguiente a ese, y mientras la Tierra sea Tierra y existan estrellas en el cielo.
Por lo mismo, al hablar de algo en el exterior de nosotros, Dylan sugiere que la verdadera respuesta no está en ir a perseguir algo, sino en al menos tener la voluntad en nuestro interior de intentar perseguirlo, de nuevo, aparece el tema que lo que se origina en el humano, el humano puede controlarlo. Si así quisiera, con paralelismos al mensaje de John Lennon y Yoko Ono The war is over (if you want it) o "La guerra se acabo (si es que así lo quieres").
También hay semejanzas a un viejo proverbio, "no puedes controlar el viento pero puedes controlar las velas de tu barco"; nadie tiene el poder sobre circunstancias más allá de nuestro control, mas sí lo tenemos respecto a cómo vamos a reaccionar respecto a ello.
En la canción vemos una mezcla entre fenómenos naturales ("¿Por cuántos años una montaña puede existir antes de ser barrida por el mar?") y acciones en las cuáles el ser humano puede ejercer algún tipo de influencia ("¿Por cuántos años pueden algunos existir antes que se les permita ser libres?", "¿Cuántas veces puede un hombre voltear su cabeza y pretender que no puede ver?"), y lo curioso es que, aquellas que involucran un paso de un tiempo gigantesco (sabemos que una montaña en teoría puede erosionarse al grado de desaparecer) siguen siendo más probables que aquellas que involucran la voluntad de una persona.
Entonces, en teoría, tenemos el poder, pero no sólo la incapacidad de resolver estas cuestiones, sino que muchas veces deseamos encontrarnos en ruta opuesta a hallar solución a dichos conflictos, porque la ignorancia simplemente es más sencilla ("¿Cuántos oídos debe poseer alguien antes que pueda escuchar a la gente llorar?", "¿Y cuántas muertes se necesitan antes que sepa que ya han muerto demasiadas personas"?).
Curioso es que, Blowin' In The Wind es vista como la canción de protesta más esencial, pero Dylan jamás le ha gustado verla así. Supongo que es un caso clásico de la teoría de la "Muerte del autor" (en el que la interpretación del creador de una obra no necesariamente tiene que ser más valida que aquellas de los lectores finales). Puede ser que en general, la palabra "protesta" tenga una imagen demasiado agresiva y confrontativa, y esta canción tiene un sentido más de cuestionamiento filosófico interior; algo sobre lo cuál una persona debe hacer introspección.
Pero por otro lado, puede ser también que cuando se sabe y se siente que ciertas preguntas importantes pueden incomodar a más de uno, en especial a aquellos que ostentan un tipo especial de estatus o poder dentro de la sociedad, no se necesita más; no se necesitan insultos, no se necesitan comentarios directos, sino que el cuestionar y seguir cuestionando. Alguien puede escapar de todo, pero no de su consciencia (al menos los que la sigan teniendo).
Entre tanto, la respuesta a ello no es que no la sepamos, es que la sentimos y sabemos que está ahí, pero no queremos o podemos tocarla, y si creen que eso quizá no es una respuesta muy convincente, les recuerdo que algo como el calentamiento global se encuentra en advertencia desde al menos los años 80... y su solución, bueno, sigue volando en el viento.
Shalom camaradas.
N/A: Así que, gracias por leer mi nuevo libro, como podrán ver, es un poco como Ficcionando, pero orientado a la música en lugar de la literatura.
Estaré tocando otras canciones de otros artistas tratando de abarcar el amplio espectro de la genialidad musical, pero como siempre, se aprecian sus votos y comentarios.
Nos vemos la siguiente entrega.
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