●Capítulo 02: Un viejo amigo●


(Aeropuerto internacional, Tokio).

Había sido un viaje tranquilo para él, luego de 5 años hoy volvió para la acción. Estaba en pie enfrente del ventanal dentro del aeropuerto mirando los grandes edificios, que hace mucho no veía. Todo lo que había visto, era solo la nieve y la maldad de Rusia. Mientras esperaba a sus colegas, caminaba de aquí para allá tirando una moneda plateada y muy brillante. El óxido o el desgaste del tiempo parecía no haber afectado a esta moneda.

Algunas personas quedaban viendo al joven de cabello azul caminando de aquí para allá, con las manos temblorosas, mirando cada rincón del edificio. Parecía un niño que se había perdido, más bien, parecía un extranjero que se perdió en otro país y no podía volver a casa.

Lo que no sabían era que, Shido tenía muy presente que luego de este trato que le encargó la familia Kuznetsov, tendría que dejar Japón y volver a la realidad a la que pertenecía.

Quería mínimamente, disfrutar de las vistas del ambiente nipón y la gente normal que paseaba por el aeropuerto.

Justo en ese momento, sintió un leve golpe en el hombro. Un joven hombre un poco mayor a él, y de un carácter fuerte.

- Shido, es hora. El abogado nos espera afuera.

Shido puso los pies en la tierra y guardó su moneda en el bolsillo delantero de su chaqueta, mientras que, con un gesto serio de su cabeza, les dijo a Aleksei e Iván que era hora de trabajar.

Los tres caminaron directo a la puerta grande que daba paso a la salida del edificio. Escalones abajo, se encontraba estacionado un auto blanco.

- Este es nuestro vehículo- dijo Iván señalándolo.

- Tengan paciencia- intervino Shido- es un buen chico.

Shido ya sabía quién era el conductor. Era su viejo amigo Tonomachi Hiroto, la última vez que lo había visto, era con el uniforme de la preparatoria Raizen. Ahora solo vestía un traje de etiqueta color café y sorpresivamente, estaba bien peinado y usaba lentes.

Debía sentirse contento al verlo, pero los sentimientos estaban alejados de él.

- ¡Hey Itsuka!- dijo esta alegre saliendo del auto sin alejarse de la puerta- me alegra verte.

Shido tan solo abrió la puerta.

- Hola Tonomachi- y se metió adentro del vehículo, luego los miró a ambos rusos que lo acompañaban de un modo que demostraba impaciencia- súbanse de una vez.

Tanto Aleksei como Iván se apuraron a subirse al auto del abogado. Iván se subió adelante, mientras que Aleksei, atrás al lado de Shido. El abogado quedó un poco perplejo ante la actitud seca de su antiguo amigo de la preparatoria.

- Sí sí también me alegra verte- balbuceó para si mismo el joven abogado- bien bien.

Tonomachi se apresuró a entrar al auto, mientras cerraba la puerta y encendía el motor.

- De acuerdo caballeros- continuó Tonomachi- los llevaré al punto de encuentro ya saben exactamente qué hacer. Los envió, hacen lo suyo, los traigo de regreso y luego tan tan. Viktor y la familia Kuznetsov se mantendrán lejos de mí familia al menos hasta que el jefe quiera claro jaja.

- ¿Y si mejor conduces?

Con un aire serio, Shido interrumpió al abogado que se inmutó por la seriedad de su viejo amigo. Viéndolo por el retrovisor, esa mirada seca y vacía que el nunca había visto. Le hizo tragar saliva, pero no tardó en reaccionar.

- ¡Para allá vamos!

El abogado arrancó el auto de una vez, y se dirigió a la salida del aeropuerto de Tokio. Mientras iban en marcha por las calles transitadas de la capital, a Iván no se le ocurrió mejor idea que encender la stereo del vehículo y buscar en las distintas emisoras de Radio. Nada del gusto ruso.

Mientras que Aleksei en la parte trasera del auto, revisaba los bordes del maletín que traía la mercancía. A su vez, revisaba constantemente su teléfono móvil. Shido, estaba con la ventanilla de su puerta abierta y ahí aprovechó para apoyar su codo y reposar su mentón en su mano mientras observaba los edificios lujosos de la ciudad.

Cuantas personas que iban y venían. Muchos apurados por hacer sus deberes del día, y llevar el sustento a sus hogares. Cada uno de ellos, rezando para que nada le sea arrebatado. Ni siquiera, su propia vida.

A la par de Shido, pasaron unos coches patrulla de la policía local a toda velocidad. Con esas ruidosas y luminosas sirenas, iban a la localización de lo que podía ser un delito.

- Conduce bien abogado- dijo Aleksei- no querrás llamar la atención de nuestros amigos policías.

Los rusos soltaron risas a carcajadas, mientras que Tonomachi solo se rio de una forma incómoda y algo fingida. Shido era el único que no emitía sonido, seguía en lo suyo sin hacer nada, solo pensativo.

- ¿Donde es el punto de encuentro abogado?

Ante la pregunta de Iván, Tonomachi se acomodó sus lentes antes de contestar.

- Pacté el punto de encuentro en una zona asegurada y apartada a las afueras de Tengu City en una vieja gasolinera. ¿Estas al tanto Shido?- el no le respondía- ¿Shido?

"Tengu City"

Su antigua ciudad, donde el tuvo su hogar. ¿Cuanto hace que no estaba allí?, ¿Que habrá sido de su familia? Y de... ¿ellas?

Algo le motivaba ir para allá, pero sabía, que a la familia Kuznetsov eso no le gustaría. Solo era hacer los negocios, y volver a Rusia con las ganancias.

- ¿...Призрак Инунаки?- dijo Iván por Shido- ¡Hey!

Shido volvió en sí.

- Si, ya.

- ¿Que mierdecita pasa por esa cabeza tuya?

Dijo Aleksei mientras miraba a Shido algo molesto por la actitud que tenía. Iván estaba solo ocupado en buscar algo bueno en la radio, más Tonomachi solo quedó mirando a su viejo amigo por el retrovisor, viendo su rostro de desinterés ante toda la situación.


Mientras iban dejando la ciudad atrás, y la presencia de vehículos, edificios y personas disminuían.





Tonomachi deseaba, que este día no se complicara para nada. Justo cuando el sol, se estaba ocultando.








- Por favor viejo amigo- dijo en su mente- ayudame a salir de aquí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top