Capítulo 7.-Reunión .
—Me preocupa Jisel y Jesús ¿Estarán bien con esos dos debiluchos? —Se cuestiona Elías.
La pelinegra se sienta a meditar, luego recuerda a Gilbert y Moisés empezando a despertarlos con unas palmadas en las mejillas.
Al despertar ambos sienten dolor e inflamación en la zona golpeada, pues no fueron fáciles de despertar.
—¿En serio eres una mujer? Tu conducta evitará que te cases algún día —comenta Moisés.
—¿Mujer? No, no yo antes era un hombre —dice Elías mientras se señala.
Tanto Gilbert como Moisés sintieron sus neuronas explotar su mandíbula caer y sus ojos casi salirse de su órbita.
—¡Transexual! —exclaman los dos hombre mientras retroceden.
—Digan mo que quieran, pero tampoco soy transexual, o quizás se me puede considerar —Se cuestiona la ahora chica—. Oigan.
Tanto Moisés como Gilbert se sobresaltaron y dieron pasos atrás.
—Tsch. Olvidenlo, de todos modos no pueden siquiera descubrir quién soy, vamos —ordena la Asmoth comenzando a caminar.
El bosque y pasto están calcinados hasta antes de dónde despertaron los tres. Moisés y Jesús se miran para luego comenzar a caminar a la par de Elías.
—¿A dónde vamos? —cuestiona el rubio.
—A una zona despejada, de vez en cuando adiestro a mi her-, a Jesús y el debería saber sobre esto —afirma la pelinegra.
—¿Y como te volviste tan fuerte? —pregunta el canoso.
—¿Por qué ese repentino interés? Alejense después de todo soy un asqueroso transexual ¿No? —pregunta Elías.
—Bueno........
—Ah..........Estuve en tu tropa, ahí está otra pista, sigamos —dice o más bien ordena la Asmoth.
Los tres caminaron por horas hasta llegar a un pequeño rancho, tanto Moisés como Elías miran a todos lados esperando encontrar a sus compañero.
El rancho tiene de nombre "Eien". La cerca se extiende a lo largo y ancho de cuatro kilómetros, habiendo vacas, pollos, caballos, ovejas, etc.
Al tocar la puerta sale una señora de avanzada edad que se alegra al ver a Elías y él también parece alegre de verla, la Asmoth le susurra algo al oído, a lo que la señora le guiña el ojo.
—Cuenta conmigo —dice la señora.
Elías y la anciana caminan hasta llegar al frente de los dos chicos.
—Entonces ¿Por cuál de estos te convertiste en mujer? —cuestiona la anciana.
La ahora chica suspira mientras sus amigos se tensan.
—Supongo que puedo contarlo —menciona la pelinegra.
Ya dentro de la casa, todos toman asiento en una pequeña mesa cerca de la ventana. La Asmoth cuenta que para cuando despertó ya era una chica.
—Increíble, ¿Eres natal de Soleil? —pregunta Gilbert.
—En lo absoluto, pero ahí crecí —responde Elías.
—¿Y como sobreviviste? —pregunta la anciana.
—Ni idea, creí que ese escombro acabó con mi vida pero no fue así en lo absoluto —declara la pelinegra—. En cualquier, caso.... ella es la señora Argen Stanley.
Los dos jóvenes se presentaron.
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[Minutos antes que Elías despertara]
—¡Maldición! —exclama Agalariept arrastrándose mientras toca su herida en el pecho.
A medida que se arrastra, el suelo se embarra de sangre y los buitres ya han puesto sus ojos en su nueva presa.
—Cómo si fuera a morir de una forma tan patética —declara el peliazul.
—Por supuesto que no, maldita sabandija, no sabes lo mucho que odio recibir una orden de Biná —comenta un hombre de cabello negro corto y con un flequillo que cubre su ojo izquierdo—. A esa mujer le falta un tornillo ¿Sabes?
El pelinegro viste una camiseta celeste mangalarga y un pantalón negro, también porta una capa gris.
Sephirot: Jesed "La misericordia".
Jesed toca a Agalariept y éste recupera fuerzas además de que sus heridas cierran.
—Cómo Undécimo asiento que eres, no tienes siquiera derecho a sentarte al lado nuestro, pero, ¿Cómo demonios conseguiste el apoyo de Biná? —El pelinegro se rasca la nuca—. De cualquier manera, eres libre.
—¿Eh?
—Cómo lo oíste, mocoso. En el Sephirot no necesitamos débiles, considérate afortunado por poder conservar tu vida gracias a Biná —declara el pelinegro mientras se marcha—. Es curioso que justo yo sea "misericordia".
Agalariept cae al suelo doblado de rodillas mientras maldice todo mentalmente.
—¿Estás bien? —cuestiona una tierna voz.
Al voltear, Agalariept mira a una pequeña niña albina. Algo sorprendido de su repentina aparición retrocede.
—¿Una niña? —cuestiona el peliazul—. Bueno, supongo que volveré a mi pueblo.
—Hey payaso, te pregunté ¿Estás bien? —dice la niña.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunta mientras la niña le muestra una foto.
En la foto hay una flor con pétalos carmesí.
—¿La has visto? —cuestiona la albina.
—De haberla visto sí, pero no sé dónde está —comenta Agalariept.
—Qué remedio, tendré que preguntar a otro demonio.
—¿Eh? ¿Co-
—Soy una Nefilim después de todo —comenta la albina.
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—¿A dónde vamos? —cuestiona Jisel.
—Elías me dijo que en una situación así debía ir a una zona poblada con muchos árboles —afirma Jesús.
—¿Segu'o? Po'emos pe'de'nos —dice Neren.
—Hagamos caso —dice Zack.
Los cuatro comienzan a caminar sin rumbo, con la esperanza de encontrar a sus compañeros de viaje.
Sin embargo, la noche ya cae y todavía no parecen haber avanzado. Neren y Zack se recargan mutuamente mientras jadea, Jesús se rasca la cabeza mientras mira hacia todos lados.
—Qué raro, pero supongo que por hoy acamparemos —comenta el príncipe—. Aún así, ¿Elías estará bien?
Con curiosidad Jisel que hasta hace poco estaba soplandose con su mano, se levanta y acerca al rubio.
—¿Eso significa que Elías está bien y vino al viaje? —pregunta la pelimorada.
El rubio se sobresalta pero luego suspira al ver que sólo es Rin, por lo que comienza a explicarle la situación y le pide que guarde el secreto.
—Sinceramente no entiendo porque no quiere decirlo, pero, supongo que ayudaré a mantenerlo —comenta la pelimorada.
—Jisel.
—¿Sí?
—¿Qué piensas de Elías?
—¿Qué pienso? Pues, siempre era muy estricto y serio incluso conmigo, pero, no sé por qué me daba la sensación de que sólo era una fachada, como si tratara de esconderse.
—.......Así que tu también lo notaste.
—Sí.
—A pesar de ser una persona muy sensible y amorosa, es como si estuviera evitando todo posible acercamiento.
—Incluso últimamente empezó a evitar a Gilbert —dice Jisel.
《Eso es por otra razón, mi querida Rin》
—¿Hm? ¿Pasa algo? —cuestiona la chica inclinando levemente su cabeza.
—No.
Con la conversación aparentemente terminada, se disponen a dormir incómodamente en el suelo ya que las tiendas fue en destruidas junto con el carruaje.
A la mañana siguiente comenzaron a caminar hasta llegar a una pequeña cabaña en el bosque.
—¿Habrá alguien en casa? —pregunta Zack.
—Lo impo'tante e' sabe' ¿Quién vivi'ía aquí? —pregunta Neren.
—Ve Zack —ordena Rin.
El grandullón toca la puerta y una pequeña niña la abre, siendo de cabello albino. Zavebe mira de reojo al rubio.
—Oh, ¿Se perdieron? Demonio ¡Llévalos a la salida! —exclama la niña señalando al este.
—Sí, sí —dice Agalariept rascándose la cabeza.
—¡E-Es él! —chillan todos al ver a quién hace pocas horas era su rival.
—¿Los conoces? —cuestiona Zavebe observando al peliazul.
—Pues sí, son mi objetivo fallido —responde Agalariept caminando hasta quedar frente al pequeño grupo.
—No se preocupen le he hecho mi siervo —comenta la niña con orgullo.
—Por dios, esta niña cambia de personalidad cada que la veo —declara el demonio.
—¡P-Pues lo siento! —exclama la albina sonrojada.
La niña cierra, o más bien, azota la puerta gritando algo como "¡Ya váyanse!". Los ahí presentes soltaron una risita antes de marcharse, siguiendo a su ahora guía.
—¿Realmente te convertiste en su siervo? —pregunta Rin.
—Podrá no aparentarlo pero su poder mágico es casi tan grande como la fuerza de Elías Asmoth —responde Agalariept mientras los guía hasta el rancho "Eien" dónde se topan con Elías y el resto saliendo de la casa.
Antes de poder despedirse, Agalariept ya no se encuentra ahí. Rin se abalanza contra la ahora chica y luego le sonríe provocando que Elías se sonroje.
—¿Q-Qué haces? —cuestiona la pelinegra.
—Nada~ —musita Jisel tarareando sin soltar a la Asmoth.
—Ya lo sabe —comenta Jesús.
—¿Enserio?
—Sí~
Elías suelta un suspiro y luego suelta a Jisel de su cuerpo ante la mirada de un petrificado Gilbert.
—¿Por qué la abrazas de repente? —cuestiona un canoso celoso.
—Por qué nunca pensé que fuera quién es —comenta la pelimorada.
—¿Lo sabes? —pregunta Gilbert—. ¡Es un maldito transexual!
De un momento a otro, el canoso se encuentra en el suelo mientras parece irse al otro mundo, por su parte la pelinegra comienza a caminar rumbo al reino de plata.
—¡Resiste! ¡Gilberto! ¡Mi hermano! —exclama Moisés.
Jesús le arroja una flor y todos presentan sus respetos, menos Jisel y Elías quiénes ya les sacan una distancia considerable de diferencia.
—Déjense de payasadas y continuemos el camino —declara la ahora chica.
—Sí~ —responden todos.
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Evan se encuentra escribiendo una carta y al poner el último punto, se recarga sobre su silla mientras vuelve a leerla para asegurarse de que todo esté bien.
—Listo, entonces será momento de descansar.
En cuanto Evan se pone de pie, alguien levanta una cuchilla a las espaldas del rey y lo parte por la mitad, manchando de sangre todo el lugar.
To be continued.....
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