Capítulo 5.- Problemas avistados.

-¡¿Qué?! ¡¿No pueden siquiera defenderse?! ¡Maldición! Ese imbécil de Irineo se llevó consigo la diversión -asegura Alazan para después escupir.

El pelirrojo arrastra su espada por el suelo, el filo del arma escurre sangre dejando un rastro de sangre, el imponente hombre lleva su espada a su hombro. Bermejo abre la palma de su mano y una flama negra aparece.

-Pensé que los brujos serían mínimamente interesantes, pero, no dejan de ser simples humanos -Alazan suelta un largo suspiro.

La "aldea" de los brujos dejó de existir cuando en los pocos segundos que todo duró los brujos fueron aplastados por el demonio, todos excepto por uno.

-Mike ¿Qué pasó con William? Oh, ya veo, ya veo ciertamente -dice Drazil.

-Oh, eres tú. Han pasado doscientos años desde la última vez que te vi. Dime ¿A qué vienes esta vez? -cuestiona el pelirrojo.
Erinic sonríe y levanta un brazo que hace caer un trueno morado directo en el cuerpo del demonio. Alazan se levanta atontado pero con una gran sonrisa de satisfacción.

-¡Cómo quieras! ¡Traidor!

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Anastasia abre los ojos levemente hasta lograr adaptarse por completo a la luz, al tratar de levantarse de ve encadenada mientras Elías la mira amenazadoramente.

-Entonces, responde ¿Quién eres y como sabes mi nombre? -pregunta la Asmoth.

La brujita se encuentra entre la espada y la pared, está acorralada sin oportunidad visible de escapar por lo que no queda otra opción más que escuchar.

-Yo.....esto.....Soy Anastasia de San blas -contesta la chica menor.

La pelinegra realiza un minucioso análisis de todos los rasgos de la pequeña.

-¿Nos hemos visto antes? -Elías rasca su barbilla.

Aún siendo borroso durante unos pocos segundos pudo observar a una figura femenina acercarse para darle de beber algo. Anastasia comienza a ponerse nerviosa, pues le sudan las manos a montones.

-¿Tú eres quién atacó los bosques? -pregunta la ahora mujer.

La bruja supo que no tiene caso mentir a estas alturas ya nada puede ayudarla a salir de esta situación, no había otra más que el suicidio.

-Detente -dice Elías-. No quiero hacerte daño.

Anastasia abre los ojos, como niña que es, la influencia ejercida sobre ella es increíblemente efectiva. La pequeña rubia sacude la cabeza toca su corazón pero rápidamente es detenida por la pelinegra.

-No sé que esté pasando por tú cabeza, lo único que te pido son respuestas ¿Atacaste Soleil por voluntad propia? -pregunta Elías.

-¿Y-Y-Y q-qu-qué si fue así? -responde la niña tras tragar saliva.

-Olvídalo, con eso me parece suficiente. No eres mi enemigo -dice la ahora chica mirando fijamente a Anastasiam

Por primera vez en mucho tiempo la niña se encuentra dudando sobre si cumplir o no una regla.

-¡Fuera de aquí! -Un hombre vestido de sacerdote lanza a Anastasia.

La pequeña cae en el suelo mientras lanzan luego su equipaje, su madre la mira con decepción mientras todos le dan la espalda. La rubia se levanta, sacude y comienza a caminar fuera del bosque.

La brujería se encuentra prohibida en su ciudad natal, ella no lo sabía y terminó así.

-Pequeña humana -dice Gerard.

Baltasar se quita la máscara y uno de sus ojos brilla de color rojo, hipnotizando a la niña.

-Desde hoy en adelante me servirás -ordena el rey demonio.

Una aura negra se desprende del cuerpo de la rubia, dejándola inconsciente en la cama de la pelinegra, quién sonríe sin saber lo que viene por delante.

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Evan mira nervioso a la vitrina de la sala del trono, tratando de entender el origen de Elías y porque lo encontró en aquél extraño lugar hace tiempo.

Una expedición en unas montañas heladas observa un gran laberinto congelado y casi totalmente destrozado, las personas se adentran en el laberinto a explorar.

Dentro hay paredes devastadas, trozos de flechas, lanzas junto a otras armas que ya no es posible identificar. Varios cadáveres de quiénes aparentan ser humanos están congelados en bloques de hielo ubicados por todo el castillo.

Todos avanzan hasta llegar a un salón dónde están dos personas congeladas y un niño inconsciente.

El Soleil se levanta yendo al comedor a desayunar, paso a paso logra llegar hasta su destino dónde se sorprende de no ver a Elías sentado y en su lugar está Jesús en su asiento esperando pacientemente.

-¿Dónde está Elías? -cuestiona el rey.

-¿Por qué debería saberlo? Ni que fuera mi novia -responde el rubio de mala gana.

El Soleil mayor suspira y toma asiento en la silla que está en el extremo superior. Elías se encuentra sentada en la orilla de su cama al lado de la niña mirando como duerme flácidamente.

-¿Sería buena idea decir su verdadera identidad? No, lo más probable es que fuera controlada por Gerard, ¿Qué voy a hacer? -Se cuestiona Elías-. Ahora después de tantos años vuelven.

-¿Qué eres de Gerard? Y ¿Qué eres tú? -cuestiona Anastasia apoyándose de la pared.

La pelinegra mira de reojo a la niña, en sus ojos se nota claramente aburrimiento y luego relaja el ceño.

-¿No es obvio? Sólo soy un chico que fue salvado por el rey -dice la Asmoth mientras se para, abre un cajón y comienza a buscar algo.

La rubia frunce el ceño y admira el rostro de la mayor, sin ninguna razón; Elías se acerca a la chica y le tira un vestido encima, además de ropa limpia.

-¿Qu-Qué?

-¿No sabes lo que es? Es ropa.

La rubia asiente confundida y se despoja de su ropa mientras la Asmoth sale de su habitación para ponerse frente a la puerta.

-¿Por qué finges ignorancia? -pregunta Anastasia-. Sé que no soy la adecuada, pero aún si seguí las órdenes por estar hipnotizada lo recuerdo todo perfectamente.

La Asmoth mira hacia el suelo pensando en las palabras dichas por su nueva inquilina

-Hey, tú. Niña, ¿Sabes por qué los demonios están atacando a los humanos? -pregunta la pelinegra-. ¿No? Eso demuestra tu ignorancia, ya que si lo supieras entenderías mi lealtad hacia su majestad.

-Pero el rey no sabe nada ¿Verdad? -contesta la rubia.

Elías ríe levemente mientras alza su semblante cuando oye que la llama una voz conocida para ella.

"¿Realmente estoy mintiendo?".

-¿Qué estás haciendo? -pregunta Jesús.

-Ve a la mesa y esperame ahí se los diré ¿Bien? -pide Elías.

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-Por eso ¿Podría quedarse con nosotros un tiempo? -Elías pregunta.

-Si eres tú quién lo pide no puedo negarme, ¡Bienvenida, Anastasia! -recibe el rey.

Con unas simples palabras nuestra ahora protagonista logró convencer a su padre adoptivo. El resto de la cena (Qué ya estaba fría para cuando Elías llegó) fue en un agradable silencio.

Elías y Anastasia fueron al cuarto de la primera para cambiarse e irse a dormir, sin pensar en que hacer a partir de mañana decidieron descansar.

Evan descansa en su trono hasta que siente una presencia extraña detrás de sí, formando a un hombre alto, fornido y de cabello negro con ojos naranjas.

Aquél hombre está vestido con una gabardina negra por el exterior y roja por el interior.

-Es bueno verlo, después de todo; usted es quién salvo a mi protegido, pero a la vez lo puso en peligro. Dígame ¿Por qué cree que el estaba en ese laberinto? -cuestiona el hombre.

Evan cierra los ojos y mira el rostro de aquél hombre, pues el no reconoce de quién se trata pero tiene una corazonada.

-¿Eres Baltasar Gerard? -pregunta el rey.

-¿Hm? Pensé que me reconocerías al instante. Así es, yo soy Baltasar Gerard II -responde el auto proclamado rey demonio-. En fin, volviendo al tema ¿Por qué crees que Elías estaba en aquella edificación congelado?

El Soleil mayor traga saliva y se abruma por la presencia de Baltasar a tal punto de no poder hablar.

-Oh, lo siento. Olvidé lo fácil que es corromper la mente humana -Se disculpa el pelinegro.

-¿Q-Qué es lo que estás insinuando? B-Baltasar -habla Evan.

-Que esas personas fueron selladas por su propia gente ¿Lo entiendes? El clan Asmoth es un peligro latente para todo ser vivo -comenta el rey demonio.

Con esas palabras, el rey de Soleil comprendió el porque de las acciones de Baltasar, más sin embargo, Gerard no permitirá problemas en su plan. Con su mano desnuda, Baltasar perfora el pecho de Evan.

-¿Estás ahí? Lord Elías, pensar que tú serias el heredero ¡Que vergüenza! -reclama Gerard.

Baltasar suspira sabiendo que está solo y que nadie lo escucharía.

-Ahora, ¿A dónde debo ir? ¡Ya sé! ¡Qué grandiosa idea! ¿Cómo no se me ocurrió antes? ¡Aplastare Soleil! ¡Sí! ¡Sí! -Festeja Baltasar.

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-¿Cómo te fue Alazan? -pregunta Irineo por un cristal.

Detrás del demonio hay un castillo en ruinas junto a todo tipo de edificaciones demolidas con gente aplastada entre los escombros, atravesada con flechas, etc.

Un soldado core hacia Irineo con la intención de asesinarlo, pero el albino parte al humano con tan sólo su mano, cortandolo a la mitad.

-¿Pasó algo? -pregunta el pelirrojo por el cristal.

-No, un mosquito me picó -contesta el albino.

El pelirrojo está jadeando mientras se sienta en una roca sin rastro del mago.

-Ya veo.

To be continued.....

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