Capítulo 3.- "Zavebe"
—Oye —Llama Zavebe sentada en la mesa mientras sonríe de manera pícara.
Elías observa como hierve el agua en la fogata. La albina y nuestro protagonista están sentados detrás de la casa de la niña.
—¿Sucede algo? —cuestiona la ahora chica.
—Dime, ¿Ese chico es tu hombre? —pregunta la con un ligero sonrojo en sus mejillas.
—No, es mi hermano.....o algo as-
—¡¿Quién es el que da y el que recibe?! —exclama la albina con notable emoción.
—Ya te lo he dicho, es mi hermano. ¿De dónd-
—Entonces, ¿Por qué estabas tan nervioso? —Zavebe levanta una ceja.
—Por qué es raro que yo, le llame "Hermano" ¿No crees? —declara Elías.
—¿Hermanos? ¿Huh? —La albina sonríe mientras musita sus palabras.
Elías no escucha lo que la niña dice. Para Elías, el hecho de que aún sin ser su hijo y recibir todo ese afecto no es justo; el hecho de tener todas estas facilidades siendo simplemente un huérfano con suerte no es justo.
"Simplemente tuve suerte, así como fui yo, pudo haber sido cualquiera" mientras ese pensamiento cruza por su mente, Zavebe sonríe disimuladamente.
—Es realmente un buen chico después de todo ¿Verdad? —murmura la albina.
—A propósito ¿Dónde está tu familia? —pregunta Elías apartando la olla del fuego.
—Me abandonaron —responde Zavebe si tapujos.
Elías abre los ojos al escuchar eso y sobre todo, decirlo con una sonrisa en su rostro.
—¿Por qué? —Fue lo único que pudo preguntar Elías.
—Ni idea, un día mi padre me sentó en un templo y se fue prometiendome que volvería pero, yo sabía que no lo haría —contesta la albina—. Más importante, ¿Ya terminaste la sopa?
—S-Sí —responde la pelinegra.
***
En unas escaleras cercanas a un templo, alguien baja a una niña, es un señor de mediana edad cuyo rostro no logro recordar, está lloviendo.
No recuerdo por que ni como llegamos hasta ahí, lo único de que me enteré es que volví a nacer.
《¿Quién soy?》
La pregunta que rodea mi mente y una que ningún niño jamás se haría. Pero, por alguna razón, tengo recuerdos de otras épocas, lugares e incluso planetas diferentes.
《¿Quién soy?》
Una pregunta tan simple pero que sin embargo sigue sin respuesta.
—Escucha, espera aquí que papá volverá ¿Sí? —dice ese hombre.
《Mentiroso》
Aún cuando pensé eso, asentí y él se fue. Pasaron dos días que confirmaron mis sospechas, él me abandonó.
Con el tiempo fui adoptada y criada por una bruja hasta que hace tres años también me abandonó diciéndome que iría a buscar a un amigo.....Han pasado cinco años desde que se fue.
Hace no mucho tiempo, fui a las ruinas provocadas por la bestia que atacó Soleil y salvé la vida de un joven. Hice lo que pude, pero, no sólo terminó mal sino que lo volví peor.
He convertido a ese joven en una chica.
***
—Tierra llamando a Zavebe —Elías aplaude generando una reacción brusca en la albina.
La niña se espantó e hizo para atrás en cuanto escuchó el ruido provocado por su inquilina. Elías sonríe, generando una desconocida sensación para Zavebe, añadiendo otra importante cuestión a su vida.
"¿Quién es él?"
—Qué cálido —susurra Zavebe.
—¿En serio? Yo pienso que le faltó cocerse —responde la pelinegra.
La niña comienza a comer su sopa. Mientras en su consciencia le sigue carcomiendo la culpa.
《¿Cómo reaccionará cuando le diga que no hay cura?》
La albina mira de reojo a la pelinegra, quién le sonríe y la niña se sonroja.
《¿Estoy enferma?》
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—Sé que echas de menos a Elías, pero, esto que me cuentas ya es pasarse ¿No crees? —cuestiona Evan.
Poco tiempo después de regresar a casa, decidió ignorar a Elías y contarle a su padre. Después de todo está bien ¿Verdad?
—Entonces, padre. Todo está bien si te lo demuestro ¿Cierto? —responde el príncipe.
—No tengo suficiente tiempo libre, por lo que agradecería si le traes de regreso —comenta Evan mientras lee unos papeles.
Jesús se retira mientras observa a través de una ventana la destrucción generada por aquella bestia que sólo Elías pudo detener.
Suspirando, decidió acostarse a dormir.
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Elías duerme en la cama de Zavebe, quién muele diversas plantas con clara desesperación.
《Debería aprender a sincerarse》
"Igual que yo" pensó. La albina deja sus instrumentos en la mesa para posteriormente estirarse y observar a Elías tratando de acariciar su mejilla pero apartandola antes de tocar a la pelinegra.
—Todo lo que toques con estas manos será negado. Sólo llevarás desgracia a la gente a tu alrededor —dice una voz gruesa que retumba en la mente de la albina.
Zavebe se agarra la mano temblando y controlandose.
—N-No, Y-Yo.....
Zavebe se agarra la cara mientras observa su mano llena de sangre y a la persona que le adoptó muerta frente a ella, por sus manos.
—Sí, sólo debo ayudarla —comenta la niña—. Un monstruo como yo........
A la mañana siguiente, Elías despertó y leyó una nota dejada por la albina.
"Lamento los inconvenientes que he generado, pero, lamentablemente no puedo verte a la cara y decir que no existe la cura. Lo siento".
Elías no supo como reaccionar. Tan sólo arrugó un poco el papel antes de aceptarlo. Seguirá viviendo como una mujer hasta su muerte.
—¿Cómo debería reaccionar? —Se cuestiona la pelinegra.
Sin pensarlo más, dobla la carta y la vuelve a dejar en su lugar para luego salir un rato a caminar, esperando despejar su mente.
—Oye, preciosa —coquetea un vándalo mientras silba (pronto verán la diferencia con la anterior versión XD)
Elías decide pasar de largo a los vándalos mientras ni siquiera les presta atención. Uno de ellos, siendo muy corpulento, toma el delgado brazo de la pelinegra.
La Asmoth mira de mala manera a su casi agresor. El hombre corpulento ríe al igual que sus dos compañeros.
—¡No me vayas a hacer daño! Vamos linda ¿Por qué no vienes a jugar con nosotros? —pregunta el hombre corpulento.
—'ye herman' ¿N' te pa'ece muy conocida esta es'ena? —pregunta uno con un pañuelo amarrado en su cabeza.
—Por supuesto. Sólo falta que aparezca el héroe de turno —comenta el rubio.
Elías se encuentra a punto de llegar a su límite de tolerancia y ya comienza a pensar en maneras de golpearlos para evitar una muerte rápida.
—¡Alto ahí! —exclama Jesús.
—Pue' 'a llega'o —asegura el del pañuelo.
—Ahora derrotará fácilmente al gordo —apuesta el rubio.
—¿Hermano? —cuestiona Elías sorprendido/a.
El rubio choca sus puños mientras camina hacia el vándalo acosador (el corpulento).
—¡To-
—.........
—.........
—.........
—.........
Antes de poder dar un golpe, Jesús es noqueado por el hombre corpulento.
—Oye, me da pena el chico ¿Y si nos vamos? —cuestiona el rubio.
—Sí —responde el corpulento.
El vándalo del pañuelo se acerca con una bolsa llena de monedas de cobre y se las da a Elías.
—Sé que no e' mucho, pe'o te ayuda'á con e' hopital —dice el vándalo del pañuelo.
—Sí —asiente Elías tomando el dinero.
Los vándalos se despiden con un saludo formal para que luego el corpulento regresara y ayudara a Elías llevando a Jesús de regreso a casa de Zavebe.
Finalmente se despidieron y Elías comenzó a tratar las heridas del príncipe mientras evita por todos los medios reírse para no hacer sentir mal a su "Hermano".
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Jesús está sonrojado mientras mira hacia abajo y Elías contiene la risa.
—Lo siento, pensé que podría protegerte pero cre-
—¡Jajaja! —Sin contenerlo más, lo suelta.
El rubio se cubre con las sábanas, evitando mirar directamente a la pelinegra. Una vez terminó de reír, Elías trató de animar a su hermano, quién se ocultó en la almohada.
—Perdón, no lo pude evitar —Se disculpa la ahora chica.
—........
Jesús aún tiene la cara colorada, mientras levanta la mirada y al ver a Elías su corazón se aceleró.
—No es justo《¿Por qué tenías que ser tan linda?》—musita el rubio.
—¿El qué? —cuestiona la ahora chica.
—¡Nada! —exclama el príncipe totalmente sonrojado.
Elías le mira confundida, sin saber que hacer sobre el extraño comportamiento de su "hermano". Mientras, lejos de la ventana, la mujer encapuchada observa a nuestro protagonista.
—Mi Lord, ¿Qué desea que haga? —cuestiona la mujer.
La encapuchada habla a través de un cristal azafrán que brilla intensamente.
—Sólo sigue observando y notificandome, aunque es francamente decepcionante que se haya convertido en mujer —responde la voz.
—¿No cree poder revertirlo? —cuestiona la mujer.
Del otro lado se encuentra un hombre vestido con una armadura dorada y sentado en un trono decorado con un sin fin de piedras preciosas.
—Eso no es relevante ahora. Tan sólo deseo que traigas a Elías de regreso, como sabes, es un valioso espécimen —declara el hombre.
—Cómo diga —contesta la encapuchada finalizando la llamada.
A través de la ventana se ve a Elías dando palmadas en la espalda del príncipe.
La mujer sonríe y su larga cabellera negra resplandece con la luz de la luna.
—¡Buaa!
Una mujer mira como el bebé es recogido por un amable humano, sonriendo inconscientemente para luego retirarse.
—Has encontrado buenos amigos......Asmoth —musita la mujer mientras su capucha se retira y su rostro resulta ser idéntico a Elías sólo que con una gema incrustada en la frente.
La chica mira sus manos y observa el cristal para después mirar un collar.
—¿Por qué estoy dudando? —Se cuestiona la mujer.
To be continued.....
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