Capítulo 15.- De vuelta a casa

—Lo siento —dice Moisés.

En un pequeño poblado cercano al ahora tambaleante reino de oro, un joven rubio baja notablemente apenado y falto de moral.

—No tienes nada por lo que pedir perdón, así que no te preocupes —dice Elías.

Rin mira fijamente los ojos rojos de su anterior general, quién no se percata. Moisés hace una reverencia mientras el carruaje se pone en marcha.

El "vándalo" saca de su bolsillo una medalla dorada mientras la observa fijamente y la aprieta.

—No soy digno de siquiera plantar cara en Soleil, no pude hacer nada y perdí a mis compañeros.

El carruaje continúa avanzando siendo conducido por Gilbert quién no aparta la vista del camino.

—Elías~ —Llama Rin.

—¿Sí? —responde la Asmoth mientras observa a quién le llamó.

—Sé que es extraño preguntarlo ahora pero, ¿Por qué tu color de ojos cambió? —cuestiona Rin.

—¡¿Lo hizo?! —exclama la pelinegra buscando un lugar dónde verse.

—Aunque tu personalidad también cambió un poco —agrega la pelimorada.

Tras un rato, todo vuelve a calmarse, mientras Rin observa de reojo a un Jesús que observa divertido la situación.

—Bueno, sobre el color de ojos fue un trato con Lucifer para adquirir más poder —comentó Elías.

—¡¿Qué hiciste que?! —exclama Jesús.

—Al parecer despertó la sangre demoníaca que había en mí —comenta Elías—. Sólo estoy suponiendo, en caso de que no haya sido un engaño por lo menos uno de mis padres fue o es un demonio.

—¿U-Un demonio? E-Es- —Jisel se quedó callada en cuanto supo que ella misma se contradecía.

Antiguamente existió el reino de los demonios, donde los susodichos reinaban y su territorio llegó a extenderse por una cuarta parte del globo terráqueo. Gobernado por un poderoso rey demonio que era sustituido por otro cada cien años, dicho reino gobernó por más de mil años.

Los demonios arrasaron con todo y sumieron al mundo en desesperación a tan sólo diez años de aparecer como derivaciones de los espíritus insatisfechos con su destino y que repudiaban el mundo. Todo esto fue detenido hace aproximadamente cuatrocientos años.

Periodo en el que se estableció un poderoso rey, que fundó un reino capaz de rivalizar con el de los demonios, el rey de platino Baltasar Gerard, quién con su insuperable fuerza aniquiló cerca del noventa por ciento de los demonios.

¿Y qué pasó con el otro diez por ciento? Fueron sellados en diversos lugares.

—Aún no he comprobado que sea cierto —comenta Elías nuevamente.

Y así, volvieron a su habitual silencio.

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—Aquí tiene —dice una mesera mientras coloca una taza de café y una dona en un plato.

En la mesa están sentados Zavebe y Agalariept, quién mira curioso el paisaje. La albina parece haberse perdido en su mundo ya que sus ojos brillan al observar la dona en su plato.

—No deberías de comer tanto dulce, es malo para una niña en crecimiento —dice Agalariept recargado sobre su brazo derecho.

—Claro que sé lo que es perjudicial para mí, sin embargo ¿No puedo darme mi gusto de vez en cuando? —reclama la albina.

Agalariept suspira mientras observa de reojo el palacio. Por todas las calles están corriendo guardias y soldados mientras se colocan en ciertas casetas para vigilar que se mantenga el orden.

—Aunque~ ¿Cuándo va a volver? —pregunta Zavebe.

—Ni siquiera sé de quién hablas ¿Por qué me preguntas? —responde el demonio de mala gana.

Haciendo caso omiso a su acompañante, Zavebe toma la dona y le da un gran mordisco mientras sus ojos brillan y sonríe alegremente.

—¡Que rica! —exclama la albina

Agalariept suspira.

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Rin mira por la ventana tratando de distraerse pero no lo consigue así que gira su mirada al frente observa que la pelinegra bosteza mientras el príncipe se acerca disimuladamente a la ahora chica.

—Das un paso o lo que sea más y te mato —declara la pelinegra.

—¡Sí! —exclama Jesús con miedo.
Jisel mira curiosa la relación de sus dos acompañantes mientras ríe levemente.

—Ustedes dos si que se llevan bien —comenta la pelimorada.

—¿Eso crees? —musitan ambos al mismo tiempo

—Por supuesto —responde Rin con una sonrisa.

—Eso se debe a que fuimos criados juntos —comenta Elías.

—Ya veo —responde Jisel.

Jesús trata de tomar la mano de su "hermana" pero esta le mira directamente mientra el retrocede por miedo a perder su valiosa vida.

—Aunque creo que el afecto del príncipe va más allá que el amor fraternal —comenta Rin.

—El idiota se enamoró de mí —responde Elías.

—¡Per-

—Por supuesto que lo hice, después de todo ¡¿Cómo podría resistirme a una chica tan lin-

Jesús se cubre el estómago mientras está hecho bolita en un rincón y las dos chicas continúan su conversación.

—En otras palabras es un mujeriego —dice Rin con una gota de sudor cayendo tras su nuca.

—Sí, pero no puedo abandonar a mi familia así que permaneceré a su lado como su guardián —dice seriamente la pelinegra.

—¡Guardián de mi cora- ¡Ay! —exclama Jesús mientras besa el suelo porque Elías le pisó.

—Ya llegamos —Se ven interrumpidos por la voz de Gilbert.

Todos bajan del carruaje mientras son inspeccionados visualmente por el guardia de la puerta.

—¡Su majestad ha regresado a salvo! —exclama el guardia a sus compañeros por encima de la muralla.

Al parecer, debido a la altitud el guardia de la muralla no pudo escuchar así que el guardia de la entrada se dio a entender por gestos. Tras unos pocos minutos de un guardia tratando de comunicarse con su compañero, una trompeta sonó.

—Adelante —dice el guardia mientras abre la puerta.

El carruaje continuó su camino al palacio mientras la gente alrededor aclamaba  a Jesús, su nuevo rey.

—Supongo que de ahora en adelante tendré poco tiempo libe —suspira el ahora rey.

—Hermano —Llama Elías mientras Jesús le mira sorprendido—. ¿Qué pasará conmigo? Dudo poder mantener un perfil bajo estando cerca tuyo.

—Tranquila, aún si tu secreto se revela haré lo necesario para mantenerte a mi lado —comenta Jesús.

—......Eso de ahora ¿Fue sin malicia?

—¿Malicia? —cuestiona Jesús.

Elías suspira para luego asentir,  esa noche la pasaron durmiendo en el palacio rodeados de guardias y demás, al día siguiente sería la coronación oficial.

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Todo el mundo que habita en Soleil acude tan bien vestido como su cartera le permita ah observar la coronación prematura de un nuevo rey y tras varios discursos de política y acuerdos sobre las leyes de Soleil, finalmente toca escoger lo importante al ascender a rey.

Debido a intentos de asesinato en la antigüedad, cuando uno asciende a rey prematuramente se le da la posibilidad de escoger personalmente a un guardián que le protegerá por el resto de su vida.

Varios soldados rasos mantiene un saludo militar mientras el comandante supremo: Eris Kirchner está frente a todos. Los dieciséis generales de todas las divisiones militares están presentes (entre ellos Gilbert).

—¡Su majestad! Todos nosotros estamos preparados para asumir la responsabilidad de dar nuestra vida en servirle —exclama Eris.

Jesús sonríe mientras niega con la cabeza y señala.

—Mi guardián personal será el guerrero más fuerte del mundo ¡Elías Asmoth! —exclama el príncipe señalando entre la multitud a una chica pelinegra.

La chica seleccionada suspira mientras todos le miran expectantes, la ojirroja sube al escenario de un salto y avanza hasta Jesús.

—¡Oye! Esa es un-

—Guarda silencio anciano, nunca te respeté y no lo haré ahora —amenaza Elías.

—Será mejor que baje antes de que esta insolencia sea declarada un crimen —responde Eris.

—¿Estás sordo? Efectivamente soy Elías Asmoth, no tengo deseos de explicar la razón de mi apariencia actual pero si mi her- Jesús desea que le proteja eso haré así que le ¿Alguien quiere probarme? —dice Elías agitando la mano, pero luego mira al actual rey y este asciende.

—¡Insolente! Tienes la boca muy grande, debes de ser una bru-

La pelinegra aparece frente a Eris mientras sonríe maliciosamente, causando que el comandante empiece a sudar frío.

—Su majestad, lamento poner su palabra en duda, pero, Elías Asmoth está muerto, la persona frente a nosotros debe de ser una bruja —acusa Kirchner.

Elías toma una bocanada de aire grande seguido de unos segundos de silencio.

—¡Será mejor que empiecen a formarse Tzar sino quieren que los lesione de por vida! —Todos quedaron anonadados por el grito repentino—. ¡¿Es que no me oyeron?! ¡En formación, ya!

Rápidamente todo un nervioso ejército Tzar se forma delante de su anterior general aún nervioso por sus recuerdos de su antiguo general. Inclusive Rin y Gilbert sudan mientras miran a la persona delante de ellos.

—¿Me recuerdan? Podré haber actuado un poco más agresivo, pero, he grabado mi voz en sus cabezas junto con mis órdenes por lo que ¿Es suficiente prueba? —cuestiona Elías.

—¡General! —exclaman los del Tzar con alegría.

Al parecer incluso entre esos desgraciados había algunos que le apreciaban realmente. Curiosamente no pudo ver a más de trece soldados en frente suyo.

—Aún si es una chica ¡El general es el general! —dice un miembro del Tzar seguido por gritos de sus compañeros.

—¿Elías? —cuestiona Eris.

—Entonces ¿Alguna objeción? —pregunta Jesús.

Eris responde negativamente para luego volver a su lugar, mientras recuerda esos ojos rojos llenos deseos de matar, provocando que el sudor empape su cuerpo.

—¿Es realmente Elías Asmoth? —cuestiona el comandante.

La pelinegra se coloca al lado del nuevo rey mientras este da unas últimas palabras a su pueblo.

To be continued.....

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