Capítulo 11.-Nuevo objetivo.
—Ahora que lo veo, eres realmente hermosa —murmura aquella mujer.
—Yesod —dice un hombre desde atrás de la pelirosa.
—¿Qué? —cuestiona la mujer babeando por la ahora chica.
—Hemos atraído la atención de un monstruo —declara el hombre.
—Ya veo, por ahora nos iremos, pero, escucha bien —dice la mujer pasando sus dedos por el pecho de la pelinegra al tiempo que muerde su oreja—. Tienes dos días para decidirte, te estaremos esperando en Soleil, será mejor que vengas sola.
Con eso dicho, la sombra libera a la Asmoth y los dos seres son tragados por una extraña sombra circular que desaparece al fusionarse con la de los árboles cercanos.
—¿Dónde estás? —cuestiona Jesús.
Merlin mira el entorno, parece preocupado; observando a la pelinegra con marcas en las zonas visibles de su piel.
—¿Dónde están? —cuestiona el rey.
—........
Elías mira cabizbaja, después de todo fue porque bajó la guardia, aunque una pregunta no dejaba de rondar su mente.
¿Quién es el que le busca?
Para mandar guerreros tan poderosos como Agalariept o estos dos, sin duda no es alguien que deba ser tomado a la ligera.
—No tengo idea, sólo dijeron "Te veo en Soleil dentro de dos días, ven sola" —responde la pelinegra.
—Esto es grave, para que dos demonios vengan aquí......Algo gran está por suceder —agrega el anciano Merlin.
—¿Demonios? —cuestiona Elías sorprendida.
El rey mira y examina a la Asmoth para luego decir "sígueme", con algo de duda la Asmoth sigue la orden del rey de Berguyer.
Con lo acontecido parece que se le ha pasado la rabia. Jesús camina lado a lado con la pelinegra empezando a fantasear sobre hacer caminatas cuando estén casados y ese tipo de cosas, para cuando despertó, Elías se había distanciado unos tres metros de él.
—En todo caso, deben de haber oído sobre el rey sin reino, apodado como el hombre de platino —comenta Scamander sin parar de caminar.
—¿Ese mito del hombre que logró dominar magia elemental y física? —cuestiona el rubio.
Scamander asiente y al llegar a su casa, todos su compañeros están esperando, Rin mira el rostro serio de su padre y asiente para luego golpear el suelo cuatro veces con su báculo.
Al terminar el último toque, todos aparece en una habitación con velas por todas partes que se encienden e iluminan toda la habitación, frente a ellos está una puerta de hierro donde se oyen gritos de personas pidiendo ayuda, Scamander no se inmutó y tocó la puerta.
De entre las sombras apareció Lucifer con una flor en la mano, tras un giro le dio la flor roja a Elías y otra a Rin para luego detener mientras analiza al travesti.
—No son mis gustos, pero —el ojirrojo le da una flor al peliceleste.
—¿G-Gracias? —cuestiona Adren confundido.
—En fin —Lucifer pasa su mano por su cabello—, ¿Qué sucede, Scamander?
—Quiero saber información sobre los demonios —responde el rey de Berguyer
—Sé lo que estás pensando y no, nadie ha escapado del tártaros, de hecho los demonios que merodean actualmente la tierra son.......doce contando a éste mocoso —comenta el pelinegro señalando a la Asmoth.
—¡¿Eh?! —exclama sorprendida la Asmoth—. ¿Qué dices? ¿Yo un demonio?
Todos miran sospechosamente a Lucifer quién no parece intimidarse y tras chasquear los dedos se abre la puerta mientras suspira molesto e indica que le sigan, todos pasan por varias jaulas dónde se oyen gritos y arriba de ellas hay unos letreros con palabras impronunciables e imposible de entender para los habitantes de este mundo.
—Verán, yo me encargo de supervisar todas y cada una de las jaulas que se encuentran aquí por designio de dios. He encerrado y castigado a cada uno de los seres malignos que he llegado a poseer, aunque, —Lucifer les muestra una jaula vacía con la puerta abierta—, esta es la única jaula que me falta.
—Entonces, ¿Po-
—No, no, no. Aún si yo soy quién los encierra eternamente, no me hago responsable de traerlos aquí ¿Entienden? Me da igual si destruyen el mundo porque seguiré existiendo y mientras lo haga permaneceré trabajando aquí por la eternidad —comenta el ojirrojo.
—Básicamente dices que no tienes intenciones de intervenir —dice Gilbert.
—Efectivamente, aunque, podrían contar con la ayuda de mi hermana o hermana menor, dependiendo de quién sea en esta vida —dice Lucifer.
—¿A qué te refieres? —cuestiona Adren.
—Quién sabe —Lucifer da unas suaves palmadas y todos reaparecen en la puerta de la torre de Merlin.
El pelinegro viaja junto con ellos mientras tiene una mano en su cadera.
—Los seres de los que hablan son demonios de alto rango, "Los Sephirot" teniendo diez miembros entre sus filas cada uno representando a un estado que acerca a la comprensión de dios estos son: "El reino", "El fundamento", "La eternidad", "La Victoria", "La belleza", "La justicia", "La misericordia", "La inteligencia", "La sabiduría" y por último, "La corona". Estos son esencialmente los Sephirot —comenta Lucifer.
—¿"Fundamento"? —murmura—. Si no mal recuerdo esa mujer me dijo cuando le pregunté sobre su identidad "El fundamento".
—Normalmente trabajan en parejas con excepción de la corona y la belleza que trabajan por cuenta propia —dice el guardián del inframundo—. En todo caso si capturan uno y me lo traen yo me haré cargo para que nunca salga.
El ojirrojo entrega una medalla dorada a Elías en sus manos mientras se aleja.
—Eso es para invocarme —dice el ser enigmático mientras comienza a desvanecerse—. Y, les deseo mucha suerte, Elías Asmoth.
—¿C-Cómo? —Fue lo único que alcanzó a decir la pelinegra.
—Entonces, Elías Asmoth ¿Deseas que trate de deshacerme de la maldición? —cuestiona Scamander.
—¡Por favor! —exclama la ahora chica.
—Bien, sígueme sólo tú —dice Scamander.
Al entrar al edificio, Scamander mira extrañado a Elías quién parece estar temblando y soltó una risa involuntaria.
—Si tienes tanto miedo ¿Cómo lograste subir antes? —cuestiona el rey de Berguyer.
—B-Bueno —La Asmoth comienza a jugar con sus dedos mientras su rostro está ligeramente ruborizado—. En ambas ocasiones mis compañeros me agarraron la mano.
—Eres todo un caso, pero, de cualquier modo espera aquí —comenta Merlin.
Con algo de pena, Elías asiente. Al cabo de unos veinte minutos, Scamander regresa con una tiza blanco además de incienso. El anciano coloca el incienso en cuatro recipientes que anteriormente había puesto alrededor de la ahora chica.
—Quítate la camisa —pide Scamander.
—¿Eh? —involuntariamente la pelinegra se cubre el pecho sonrojada.
—¿No me oíste? Quítate la camisa —repite el rey.
—S-Sí
Con la orden dada y mucha vergüenza, Elías hizo caso mientras se cubre los pechos, el anciano camina hasta llegar a su espalda dónde pasa el gis haciendo un círculo que brilla de un tono rojizo.
—Imposible —dice Scamander lanzando la ropa de Elías hacia ella.
—¿Qué quiere decir? —cuestiona la ahora chica.
—La maldición ha alcanzado un punto de no retorno por medios comunes —revela el rey.
—Y-Ya veo —responde Elías—. Gracias por intentarlo.
—Lamento no haber sido de ayuda, pero, si necesitan de algo no duden en volver a Berguyer —dice Scamander mientras tiende su mano en señal de saludo.
—No se preocupe, de seguro volveremos algún día —Elías estrecha la mano del rey.
Al salir del edificio (obviamente con la camisa puesta). Todos esperan expectantes.
—Perdón por la tardanza —comenta Elías.
—.....No funcionó —dice Rin.
—Supongo que tendré que quedar así por el resto de mi vida —dice la Asmoth con cierta tristeza.
—No necesariamente.
Lucifer aparece frente a todos con una sonrisa mientras olfatea una rosa que trae entre sus manos.
—¿Y ahora qué? —pregunta Adren poniéndose en guardia.
—Elías Asmoth, te traigo una misión y como recompensa por terminarla te cumpliré cualquier deseo que quieras —expone el pelinegro.
—¿Puedo confiar en tus palabras?
Cómo habiendo predicho lo que sucedería, Lucifer se acerca y toca el hombro de Elías quién para sorpresa de todos vuelve a ser hombre. Sin embargo, con un chasquido del ojirrojo, Elías vuelve a ser mujer.
—Tengo poderes que me permiten realizaron sin ningún inconveniente —dice el guardián del inframundo de forma arrogante—. Entonces ¿Aceptas?
—¿Cuál es la misión? —pregunta la ahora chica.
—Simple, vencer a los diez Sephirot principales —responde Lucifer.
Elías sonríe mientras estrecha la mano del guardián del infierno quién también lo hace.
—Entonces, es un trato —comenta Lucifer.
—Sí.
—Tus primeros objetivos creo que ya sabes quiénes son ¿Verdad?
Con eso dicho, Lucifer desaparece. Mientras todos ahí presentes (Con excepción de Adren claro está) se dirigen hacia la posada.
To be continued.....
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