Capítulo 72: El Otro Hijo de Malcolm Stewart

Narrado por Danny

Intentaba procesar lo que había dicho Caroline.

—¿Qué dijiste?

—El noveno Danny, es él...

—No estoy entendiendo nada de lo que están diciendo —dijo el detective observándonos a los dos.

—Caroline, explícate bien que no logro entender nada.

—¿Recuerdas que siempre hablábamos de la historia de Christopher? La de aquella noche.

—Sí, lo recuerdo.

—Dijo que ese día habían nacido nueve bebés, ¿recuerdas?

—Sí, también recuerdo eso.

—Piensa en el día que nos encontramos a Evan en el curso que tomamos los tres. Nos contó una historia, la historia de su hermano que murió asesinado por alguien meses atrás y que quería saber cómo es que un ser humano pensaba en ello.

—Christopher...

—¡Exacto!

—Alto, alto. ¿Podrían explicarme lo que está pasando aquí?

—Evan, Evan Stewart es el otro hijo de Malcolm. Pero, sigo sin entender. Lo vi morir, cortó su cuello frente a mí.

—Lo siento detective Harper. Le explicaré todo —dije comenzando a contarle la historia de Christopher.

Poco a poco fuimos atando cabos, hasta que finalmente teniendo las cartas sobre la mesa, acertamos en que era Evan el noveno.

—A él le gustaban mucho lo que tuviera que ver con electrónica —dijo Caroline poniendo otro punto a su favor.

—Los regalos dentro de los lockers, era imposible que Malcolm los hubiera colocado allí.

—¡No puede ser! —soltó una risa después de su exclamación—. Atraigo a puros psicópatas a mi vida.

—¿Están seguros de que él tiene que ver con esto?

—Sí, no cabe duda de que también está enfermo como su padre y su hermano. Pongan una orden para atraparlo.

—¿Seguros?

—¡Sí! —los dos exclamamos al mismo tiempo.

El detective Harper salió nuevamente de la habitación dejándonos solos pensando en Evan.

Seguimos hablando y volvimos a confirmar que sí era él. Se las había arreglado para pasar desapercibido todo este tiempo. Realmente había pensado en todo para llevar a cabo su plan.

Caroline seguía sin creer todo lo que estábamos viviendo. Parecía una broma pesada, en verdad que era ilógico que todo esto nos estuviera sucediendo.

Abrieron la puerta después de un buen tiempo y el detective nos hizo más preguntas sobre Evan. Realmente no sabíamos mucho, si acaso Caroline quien lo trató más tenía noción de algunos detalles, pero eso era lo único.

Le entregamos una foto para que comenzara la búsqueda, tenían que atraparlo costara lo que costara.

Llegamos a mi casa, nos esperaban los demás con sus respectivas maletas. Habíamos acordado que saldríamos todos juntos ese día, y no romperíamos esa promesa.

Les pedimos que tomaran asiento para contarles lo que habíamos descubierto. Todos se quedaron sorprendidos ante la noticia y también comenzaron a darnos más razones para creer que Evan era el otro hijo de Malcolm Stewart.

Por un momento todos nos reímos ante la osadía que habíamos pasado. Vivimos aventuras con Evan, Caroline había salido con él. Muchos de nosotros habían confiado en él de verdad. Y había resultado ser un hijo de puta igual que su padre.

Después de las risas Caroline llamó a sus padres para que le trajeran la maleta que había ordenado en la mañana. Mientras llegaban subí a cambiarme de ropa y agarrar mi maleta.

Vi mi habitación por una última vez. Tantas cosas había vivido en ella, de verdad iba a extrañar cada rincón de ella. Dylan se apareció en la puerta y le dije que pasara. Caminó hacia mí, recibiéndolo fuertemente entre mis brazos.

—¿Estás listo? —preguntó después de besarme.

—Creo que sí. Todavía sigo muy desconcertado.

—Créeme que todos lo estamos, pero hay que seguir adelante.

—Sí, lo mismo pienso yo.

Tomé mi maleta y bajamos con los demás. Esperamos a que los papás de Caroline llegaran mientras platicábamos sobre lo que haría cada quien al llegar a su destino.

Todavía resentíamos todo lo vivido. Sin embargo, tratábamos de no decaer, pensamos en cada una de las personas que habíamos perdido. A ninguno de ellos no les hubiera gustado vernos así, no hubieran querido que nos la pasáramos tristes el resto de nuestras vidas.

En cuanto Caroline tuvo sus pertenencias, subió a cambiarse para deshacerse del vestido que traía. No tardó mucho en bajar, por lo que estuvimos a tiempo para irnos al aeropuerto.

Nuestros padres habían decidido acompañarnos. Cada uno se fue con los suyos, mientras que los de Caroline y los míos iban juntos con nosotros.

—¿Cómo se sienten? —preguntó mi madre.

—Mejor que hace rato —respondí sonriendo.

—¿Y después de lo que se enteraron?

—Es raro, ¿saben?

—Pensamos que ese día el bebé había muerto.

—¿Por qué?

—No es momento para revivir esa historia —dijo la mamá de Caroline—. No queremos cargarlos con más cosas de las que ya vivieron ustedes.

Asentimos y volteamos a ver la salida de Stewartville. Después de todo nos estábamos alejando de este lugar.

Nuestros celulares sonaron y al sacarlos los abrimos con temor, pero era un mensaje del nuevo detective. Nos avisó sobre los boletines de búsqueda que habían empezado a difundir, ahora solo esperábamos que atraparan a ese desgraciado.

Estando en el aeropuerto íbamos nerviosos por tomar un avión por primera vez, además de que estaríamos lejos de casa por un buen tiempo. Habíamos hablado con nuestros padres, desde que empezamos nuestro último año acordamos que no volveríamos en muchos años. Ellos estuvieron de acuerdo, sin ninguna apelación.

Comenzamos a despedirnos entre todos. Abrazos y besos recibíamos por parte de nuestros padres hasta que finalmente avanzamos a la entrada de nuestros vuelos.

Nos despedimos los seis diciéndonos que teníamos que reunirnos una vez al año, para contarnos todo lo que llevábamos viviendo. Caroline y Dylan todavía se quedaron conmigo, mientras las chicas se fueron porque su vuelo era a la misma hora.

—Chicos, es hora de irnos —afortunadamente los tres estaríamos en el mismo país, solo que en diferentes ciudades. Acordamos llegar al mismo lugar en un inicio y después separarnos.

Nos levantamos para caminar hacia el pasillo de abordaje. Entregamos nuestros boletos a la encargada, y nos sonrió diciendo que tuviéramos buen viaje. Avanzamos detrás de las demás personas que iban en nuestro vuelo.

Buscamos nuestros lugares una vez que estuvimos dentro del avión. Me senté quedando en medio de ambos.

—¿Juntos hasta el final? —le dije a Caroline quien en seguida me dio una gran sonrisa.

—Hasta el final Danny.

Fin segundo libro

Llegamos al final de otra historia. 

Más adelante les daré los detalles de la última parte de esta trilogía. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top