Narrado por Amber

Todos comenzaron a entrar al auditorio e iban dirigiéndose hacia los laterales para portar la toga y el birrete que nos había alquilado la escuela.

Estaba emocionada por ser la persona que daría el discurso de graduación, pero lo que más me emocionada era la pizarra que estaba en el centro. Me habían pedido hablar en honor al Club de los Ocho, específicamente en quienes ya no estaban con nosotros.

Sería una sorpresa enorme para el trío inseparable, y esperaba realmente calmarlos dadas las circunstancias que habíamos vivido.

Una vez que todos tomaron asiento donde les correspondía la directora me llamó. Me recibieron con un fuerte abrazo y me coloqué en el pódium para comenzar.

Vi a todos de reojo y me sentí afortunada de estar frente a cada una de las personas con las que había compartido esta etapa.

—¡Cielos! Nunca imaginé este día frente a todos. Compañeros, amigos, profesores y padres de familia.

Es un momento grato para mí estar aquí a punto de darles el discurso de graduación. Y sin más, vamos a empezar.

Hace tres años iniciamos este camino en el que el día de hoy estamos culminando de manera significativa.

Algunos llevaron en alto a la Preparatoria en diversas competencias, otros participaron en eventos culturales que siempre vamos a recordar. Y sin duda alguna todos pasamos por esas evaluaciones de Mr. Sanders en donde salíamos llorando porque eran realmente exasperantes.

Me alegra que el día de hoy estemos sentados en este auditorio que nos recibió con una introducción de lo que viviríamos a lo largo de nuestra estancia, la cual fue un remolino de emociones y momentos.

¿Recuerdan aquel primer año en donde nos intimidaban los de último año? Andar entre los pasillos era como avanzar entre un laberinto en el que en cada vuelta nos llevábamos una sorpresa. Nunca olvidaré la broma que me jugaron en cuanto entré y seguro ustedes tampoco olvidarán las suyas.

Y ahora me gustaría hablar de unas personas. Por favor bajen la manta que cubre la pizarra a mi lado.

Cuando la manta cayó al suelo quedaron descubiertas las fotografías de Barrie, Delilah, Max, Tania y Bryan. Cada uno de los escenarios era de aquellas ocasiones que participaron dentro de actividades escolares, además de algunas que nos dedicamos a conseguir a lo largo del año.

Al voltear a ver al resto del Club que estaba frente a mí, pude ver que estaban con los ojos llorosos de felicidad por lo que estaban presenciando.

—Tuve la fortuna de conocer a cada uno de ellos el primer año. Recuerdo que compartíamos clases juntos y no cabe duda que eran grandiosa personas.

Sé que deberían estar sentados con nosotros y no formando parte de un mural. Sin embargo es algo que se decidió hacer para conmemorarlos.

Recuerdo las competencias exhaustivas de Barrie en natación, las cuales siempre llegaban al triunfo y le debemos algunos de los trofeos que están en la vitrina.

Recuerdo a Tania formar parte de la banda de guerra que en cada partido apoyaba a los jugadores y a las porristas.

Recuerdo a Delilah participando en las obras de teatro arduamente hasta que logró conseguir dirigir una.

Recuerdo a Max en su primer año llegar a la competencia del Concurso de Química en el Estado.

Y finalmente, recuerdo a Bryan intentando participar en el concurso de esgrima en donde casi se nos queda sin un ojo por error.

No dudo que Caroline, Violet y Danny logren cosas increíbles. Cada uno de ellos estaba destinado a ser alguien en esta vida.

Para finalizar, quiero agradecer a todos por haber sido una generación muy altruista y muy dedicada a cuanto las actividades que se tenían que realizar.

Agradezco mucho a los profesores que nos formaron académicamente, gracias por todas sus enseñanzas.

Y en especial agradezco a nuestros padres que siempre han estado para cada uno de nosotros. En los desvelos de tareas y proyectos, en las maquetas que teníamos que llegar a hacer. En acompañarnos a concursos, en prepararnos cada mañana nuestro desayuno para que tuviéramos fuerzas.

¡Gracias!

Todos comenzaron a aplaudir y se fueron poniendo de pie. No pude evitar que las lágrimas recorrieran mis mejillas, pero eran de felicidad.

Me retiré del estrado cediéndole la palabra a la directora. Todavía los aplausos no cesaban, bajé con los demás y Caroline en seguida me abrazó.

—Gracias Amber.

—No hay de que, me alegra que les haya gustado.

—Realmente fue hermoso —habló Violet que también ya estaba abrazándome—. No sabes lo feliz que me hizo ver las fotografías de cada uno de ellos y los momentos que pasaron mientras estuvieron con nosotros. Gracias Amber.

—De nada, chicos... —mis ojos se volvieron a cristalizar.

—Eres la mejor Amber —dijo Danny tocando mi hombro para después darme un abrazo fuerte.

Me sentí feliz de verlos a ellos felices, aunque fuera por un momento. Caminamos a nuestros asientos y escuchamos lo que la directora tenía que decir para dar inicio a la entrega de diplomas.

—Amber, sabes que eres la mejor alumna de la generación. Muchas gracias por esas increíbles palabras.

Y como bien lo dijo, tal vez no estemos todos los que deberíamos estar aquí. Pero lo importante es que sigamos disfrutando de nuestras vidas día a día.

A muchos de ustedes los conozco personalmente por todo el apoyo que me dieron para que los eventos que teníamos se llevaran a cabo de la mejor forma. A muchos de ustedes los llegué a tratar mucho más, como un claro ejemplo son los jóvenes que hoy no están con nosotros y ustedes tres que están ahí junto a sus demás amigos.

Gracias por haberme dado un curso sumamente increíble, gracias por todas las enseñanzas que ustedes también nos aportaron. Estoy convencida de que a donde sea que sigan su camino lo harán de una manera sorprendente. Y no dudo volver a verlos alguna vez en la vida, pero ahora siendo alguien más importante de lo que lo son hoy en día.

Y bien, damos inicio a la entrega de diplomas.

Todos aplaudieron fuertemente ante las palabras de la directora. Era muy bonito ver el cómo se había expresado de nosotros y en especial del Club. 

Se vale estar con lágrimas en los ojos, eh. (':

Voten si les gustó este capítulo. Nos acercamos cada vez más al final.