Narrado por Alex

—¡Al carajo! —grité al leer el mensaje. Nadie iba a intimidarme con estúpidos mensajes.

—Espera Alex...

—De una vez hay que ir a ver qué demonios nos dejaron, ¿no?

Todos me observaron y sus rostros reflejaban miedo. Entendía todo el escenario en el que estábamos viviendo, entendía a la perfección que todos estábamos en peligro, entendía que esto era un juego en el que debíamos de movernos lentamente. Sin embargo no podía dejarme vencer por ese miedo que todos emanaban, tenía que ser fuerte y cuidar a cada uno de ellos.

—Alex tiene razón —dijo Danny que ya iba caminando de regreso a la entrada—. Tenemos que ver lo que nos dejó...

—¿Para qué Danny? Es seguir su estúpido juego, y ya no quiero ver a nadie más muerto o herido —replicó Tiffany tratando de ocultar el nerviosismo.

—Oh, ¿y tú crees que yo sí? ¿Crees que me gusta ver a mis amigos morir o ser atacados?

—Hey, hey. Tranquilo Danny —lo tomé del pecho y volteé a ver a todos—. Es mejor quitarnos esto de una vez.

Giré a Danny hacia la entrada para poder avanzar hacia el interior de la escuela. Al cruzar las puertas un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero aun así me mantuve firme ante la situación.

Cada uno se fue acercando a su correspondiente locker. Al abrir el mío lo que encontré fue una caja de color negra con un listón rojo. La saqué y tenía una nota encima.

"Abrir cuando estén todos juntos."

—¿Alguien sabe la combinación de Steve? —preguntó Hayden que ya estaba con su caja en mano y ahora caminaba al locker de Steve.

—Yo la sé —respondió Evan acercándose a ella también con su caja en mano.

Abrieron su locker, pero no encontraron nada. Tal vez Malcolm pensó que había muerto. Aunque la verdadera incógnita era el cómo demonios había entrado sin que nadie lo viera y dejar las cajas así sin más.

Reunidos afuera sentados en las jardineras cada uno tenía en mano su caja. No sabíamos qué hacer ahora, solo las observábamos fijamente como si quisiéramos abrirlas, pero al mismo tiempo no.

—Es hora de abrirlas —dije desatando el listón. Cada uno de los demás fue haciendo lo mismo hasta que finalmente las abrimos.

Las cajas contenían una tarjeta con un número y al reverso venía un enunciado en el que daba instrucciones de a donde teníamos que dirigirnos para encontrar un objeto.

Tiffany se acercó a mí y me dijo que ella ya tenía su objeto. Era un anillo que había encontrado en su locker el lunes, pensando que yo se lo había obsequiado.

Nos volteamos a ver todos sin saber qué decir, pero Danny fue él que habló diciendo que había que hacer lo que la tarjeta decía. Tyler le preguntó que si estaba loco, pero Danny tenía razón y más por el último enunciado en la tarjeta.

"...si no lo haces, alguien cercano a ti morirá. Tú decides."

—Concuerdo con Danny —hablé cerrando la caja.

—¿Qué demonios Alex?

—Tyler escucha. Esto para él es un juego y no podemos dejar que le pase algo a nuestra familia o a alguien de nosotros. Piensa en eso, lee otra vez lo que dice la tarjeta al final.

—Esto no es un juego para él, sabe perfectamente cómo controlarnos y cree que puede hacer de las suyas.

—Oh, vamos viejo. ¿Dónde está Cameron ahora? —Tyler se quedó en silencio en cuanto mencioné a Cameron—. Exacto, está muerto y honestamente valoro mucho mi vida como para ponerla en riesgo si no hago lo que indica la carta.

—Dejen de pelear —interfició Tiffany—. No tiene ningún sentido que empiecen a discutir. Ustedes tres —señaló a Caroline, Danny y Vi—. ¿Podrían ir con las autoridades a pedir que oficiales acompañen a cada uno?

Los tres asintieron y sin más que pensar nos dirigimos hacia la comisaría.

Una vez que Caroline habló con los detectives salieron acompañados de oficiales. Cada uno de nosotros se fue con uno de ellos a una patrulla para dirigirse al lugar en donde estaban los objetos.

—Iré contigo, no pienso quedarme aquí mientras todos se van —dijo Tiffany abrazándome.

—Sí, está bien cariño.

El oficial nos dio la instrucción de subir a su auto para irle indicando hacia donde debíamos ir.

Según las indicaciones de la tarjeta mi destino era Carterville que era uno de los suburbios que rodeaban a Stewartville. Sin duda alguna estuvo bien que las autoridades nos acompañaran por cualquier cosa que pudiera llegar a pasar.

Tiffany se quedó dormida durante el camino. Era increíble el cómo Malcolm nos había hecho salir de nuestro hogar con tal de tenernos separados a todos y probablemente en la mira de alguien. Esa era mi preocupación en este momento.

—Disculpe la pregunta, pero ¿todos están entrenados para lidiar con alguien como Malcolm?

—Así es joven, hemos estado en constante entrenamiento para atrapar a ese malnacido. No tienen que preocuparse, todo estará bien.

Esa respuesta me había aliviado solo un poco, pero no quitaba de mi cabeza el hecho de que alguien podría estar en peligro en esta búsqueda.

Llegamos a nuestro destino y como lo había supuesto, el lugar en donde se encontraba el objeto estaba alejado de toda la población. El oficial se estacionó y en seguida bajamos para caminar.

—¿Y bien muchacho? ¿Qué sigue?

—No lo sé. Aquí dice que debo caminar hacia el norte y habrá una cabaña con otra caja en donde estará el objeto.

—Irán detrás de mí, ¿entendido?

Asentí y comenzamos a avanzar.

El bosque al que nos comenzamos a adentrar estaba escalofriante. No había vida alguna dentro del mismo. Tiffany iba agarrada de mi brazo y podía sentir como estaba temblando del miedo. Le dije que se tranquilizara y la rodeé con mi brazo.

En cuanto el oficial dio con la cabaña nos dio la indicación de que aguardáramos un momento en lo que él inspeccionaba el área. Ambos seguimos su orden y esperamos a que regresara mientras revisaba el perímetro.

—Este lugar es tenebroso Alex.

—Lo sé Tiff, pero será rápido. Te lo prometo.

El oficial salió de la cabaña y dijo que todo estaba libre. Avanzamos hacia él y nos cedió el paso para ingresar dentro del lugar. Adentro todo estaba pudriéndose, los muebles ya estaban deteriorándose y no había rastro alguno de que alguien estuviera viviendo ahí.

Comencé a buscar rápidamente la caja hasta que finalmente la encontré. Salimos de la cabaña y mientras caminaba iba quitando la envoltura y el listón que aseguraba la caja.

Su contenido era otra cajita y con más instrucciones en una tarjeta. Las instrucciones solo decían que el regalo estaba dentro y que lo portara el día de la fiesta de graduación. Al abrirla lo que contenía era un collar con un zafiro al centro.

—¿De dónde habrá sacado esto? —dije mientras lo sostenía.

Regresamos por el camino por el cual habíamos llegado a la cabaña y al llegar al lugar donde habíamos dejado la patrulla ya no se encontraba. En seguida el oficial sacó su arma y nos dijo que no nos alejáramos de él.

Tiffany me abrazó fuertemente y comenzamos a avanzar detrás del oficial.

—Quédense aquí y no se muevan. Iré a ver que no haya nadie cerca.

—Espere, no nos deje aquí.

—Volveré pronto.

Pasaron veinte minutos y el oficial no regresaba. Estábamos en medio del bosque sin nadie cerca que nos pudiera ayudar.

Le dije a Tiffany que debíamos movernos rápidamente y salir de ahí. Sin siquiera pensarlo dos veces asintió y comenzamos a avanzar.

Caminos entre el bosque lo más veloz que podíamos, pero nos detuvimos en cuanto un olor repugnante nos estaba rodeando.

—¿Qué es ese olor Alex?

Continuamos avanzando hasta que encontramos el lugar de donde procedía ese olor. Al ver la escena que estaba frente a nosotros sentí realmente el miedo recorrer cada parte de mí

Era el policía descuartizado junto a otros cuerpos.

—¡Corre Tiffany! ¡Ahora!

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