Capítulo II

James

Desperté desorientado, me daba vueltas la cabeza, y los lentes se me rompieron. Me levanté a duras penas, todo a mi alrededor estaba destrozado, en especial…

—¡HARRY! ¡LILY!—Subí cómo pude lo que quedaba de escaleras y me interné en los restos del cuarto de mi hijo.

Lily yacía inmóvil al pie de la cuna, y mi pequeño, lloraba sentado, viendo hacia su mamá y tendiendo una manito hacia ella. Se me partió el corazón al ver aquello; me acerqué lentamente hasta ellos, tomé a Lily en brazos, besé su cabello rojo y cerré sus ojos ya carentes de brillo. Luego tomé a Harry en brazos y salimos de allí.

Apenas reparé en el desastre en que se había convertido su habitación, sólo tenía cabeza para mi hijo y en saber si estaba bien. Cuando salimos de la casa, me senté a los pies de la entrada rota, y miré más de cerca a Harry; tenía una cicatriz en su frente, con forma de rayo. Al acercar mi dedo índice, Harry empezó a llorar con más fuerza que antes, así que desistí de aquella idea.

—Shhh~…Papá está aquí, papá te va a cuidar, mi cervatillo—musité, dándole palmaditas en la espalda y meciendolo suavemente de lado a lado.

Así me encontró Canuto no sé cuánto tiempo más tarde. Al llegar frente a mí, el perro dió paso al mago, dejándome ver a mi mejor amigo: Sirius Black.

—Jimmy…—dijo al verme, dándonos un abrazo apretado a Harry y a mí— ¿Qué… la pelirroja… Colagusa- —Lo interrumpí ahí—

—A ese traidor no lo menciones—espeté con rabia.

—¡¿Qué?!—La rapidez con la que Sirius era capaz de entenderme, nunca dejaba de sorprenderme.—Iré a cazar a esa sucia rata.—Estaba dispuesto a ir tras Peter, pero se lo impedí sujetando su brazo con firmeza.

—No. Te necesito aquí… por favor—No quería admitirlo, pero me reconforta saber que vino inmediatamente para saber cómo estábamos—

Podía ver su lucha, entre lo que quería hacer, y lo que yo había pedido; un brillo maníaco asomó en sus ojos grises, pero asintió secamente y se sentó en el suelo frente a Harry y yo.

Fin del capítulo