Días de rutina

Capítulo VII


Remus

Salí del cuarto, tratando de no molestar demasiado a Sirius quien había agarrado un sofá plegable para dormir, y roncaba enredado en mantas y más almohadas de las que en realidad caben allí.

Me asomé en la habitación de James y Harry. James estaba apoyado contra la cabecera de la cama, llevaba los lentes torcidos y rotos, Harry estaba sobre él profundamente dormido.

Finalmente llegué a la cocina y me serví un poco de agua, le llevé también un vaso a James. Luego de eso regresé a la habitación y caí en un sueño profundo.

Al día siguiente Sirius y James fueron por cosas nuevas para Harry, yo por otra parte, fui por comida para nosotros. Así, poco a poco, nos fuimos instalando en una rutina.

Era una rutina sencilla, que consistía en que uno de los tres cuidaba a Harry, generalmente James, mientras que los otros dos asistíamos a los juicios de los mortífagos que iban capturando.

La primera noche fue especialmente difícil, porque querían acusar a Sirius como traidor, así que tuvimos que confesar que había sido Peter; James y Sirius también tuvieron que aceptar su estado de animagos, porque el tema salió a colación cuando Sirius dijo que Peter podía transformarse en rara. Dimos todas las señas que distinguen a Peter, después de declarar bajo la influencia de Veritaserum.

Las noches siguientes fueron más llevaderas, salvo una, casi dos semanas después: el 15 de noviembre se llevó acabó el juicio contra Severus Snape.

Fin del capítulo

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