Capítulo 16

- ¿Gimnasio?- pregunta confundida la ojijade.

- Eso fue lo que dije- dice friamente su novio- El dobe y yo decidimos entrar en un gimnasio para estar en forma.

- Eso lo entiendo perfectamente pero... ¿Con las prácticas del equipo de fútbol no es suficiente?

- Sakura-chan- dice el rubio- Las prácticas ya se van a terminar, solo queda un último partido y de ahí ya no tendremos como estar en forma.

- Entiendo- suspira- Bueno, si eso es lo que quieren no tengo porque preocuparme.

- Estaremos bien Sakura- dice el azabache.

- Está bien, ¿Nos vemos más tarde entonces?, me llaman o me escriben cuando salgan del gimnasio para ir a tomar algo- los dos asienten, la pelirosa se acerca al ojionix le da un beso en la comisura de sus labios- Adiós- dice y se retira dejandonos solos.

- ¿Gimnasio?- digo cuando ya no hay personas cerca- ¿En serio pensaron en un gimnasio?, ¿Si recuerdan que son tres días a la semana?

- Claro Hina- dice relajado mi rubio- A los gimnasios puedes ir cuantas veces quieras y no tienes problemas.

- Si, pero el entrenamiento dura casi dos horas y media.

- ¿Dura tanto?- pone una cara de horror.

- Hai.

- No pongas esa cara idiota y muevete, no me da buena espina tener que llegar tarde el primer día de entrenamiento- le reprocha el azabache.

- Cómo sea- masculla molesto- ¿Hacia donde Hina?

- Solo siganme por favor- digo y comienzo a caminar.

........

Un rato después llegamos al lugar donde he estado entrenando en las últimas dos semanas, ahí ya se encuentra Asuna-san y esta algo sería, pareciera que algo le preocupa, trato de no ponerle mucha atención y dejo mi mochila encima de una silla, los chicos hacen lo mismo y hacen exactamente lo mismo que hago yo.

- Bien, llegaron temprano y eso es bueno, Hinata...- menciona y me pongo firme y la observo atenta- Comentales las reglas y castigos.

- ¿Reglas?

- ¿C-castigos?

- Hai, entiendo Asuna-sensei- camino hacia adelante y me detengo enfrente de ellos dándoles la cara- La primera regla es nunca llegar tarde a ningún entrenamiento, si en algún caso no podemos asistir o tenemos que hacer algo importante debemos informarselo a nuestra sensei con anterioridad, segundo, no se aceptará perder el tiempo en ningún entrenamiento, tercero, no se aceptan quejas o reclamos por la forma de entrenamiento que nos den, cuarto, comer comida saludable, no comer muchas grasas ni muchas harinas, quinto, no comentarle a nadie sobre este entrenamiento sin importar la persona que sea.

- No me gusta como suenan esas reglas- comenta el rubio algo ¿asustado?

- ¿Cuáles son los castigos?- pregunta el azabache ignorando olímpicamente la queja de su mejor amigo.

- Por las llegadas tarde, tendremos que darle quince vueltas a este sin lugar, trotando, nada de caminar, si se llega a caminar, se nos agregarán cinco vueltas más para reponer las demás, si se pierde el tiempo, la jornada será extendida el doble del tiempo perdido, por las quejas, tendremos que enfrentarnos en pelea cuerpo a cuerpo con nuestra sensei, ya que ella piensa que ya somos capaces de enfrentarnos en una pelea real o que ya la superamos a ella, las comidas, nos estaremos haciendo daño a nosotros mismos si comemos más de lo adecuado y más si son grasas y harinas y por último por divulgar lo que hacemos, si alguien se llega a enterar, no seremos entrenados nunca mas y tendremos que defendernos por nuestra cuenta- concluyo y ahora me doy cuenta que parecía un robot recitando lo que pasaba en un libro y arruinandoles el final a los demás ya que las caras de ambos chicos no son muy buenas que digamos.

- Ok...- menciona el azabache- Esto será peor que el entrenamiento del equipo.

- Créanme, lo será- admite la castaña- Primero que nada, para prevenir lesiones o desgarramientos en los músculos y que el dolor por el esfuerzo físico sea menor, estiren lo mejor que puedan, tienen quince minutos y les sugiero que no pierdan el tiempo- ordena y se aleja para darnos espacio y vigilarnos.

- ¿Es tan malo el entrenamiento Hinata?- pregunta el azabache siguiendo mis movimientos.

- Digamos que si lo es, pero con el tiempo te vas acostumbrando y dejas de verlo como algo tan malo- respondo mientras alzo mis piernas rápidamente.

- ¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?- dice el rubio estirándose hacia arriba.

- Dos semanas y el dolor físico ha disminuido pero no mucho a decir verdad.

- ¿Se ha excedido contigo?- pregunta preocupado.

- No es nada de eso, como no estoy acostumbrada a hacer ejercicio arduo me ha dado más duro- sonrio nerviosa- En cambio a usted les irá mejor ya que están en el equipo de fútbol y están haciendo ejercicio con frecuencia.

- Esto será un dolor de cabeza- suspira- Quizás no debí reclamar nada.

- No digas esas cosas Sasuke-kun, aún así les habría tocado hacer los entrenamientos.

- ¿Cómo estás tan segura?

- Digamos que he conocido mejor a Asuna-san y la verdad les habría tocado de todos modos- digo y ellos se miran con desconfianza en su mirar- Estarán bien, hablo en serio.

- Voy a creerte ya que has estado más tiempo haciendo esto que nosotros- dice el azabache.

- Igual yo Hina- sonríe.

- Bien- miro por encima de sus hombros- Es mejor que sigan todo lo que haga en los estiramientos.

- ¿Por qué?

- Solo háganlo por favor- digo y aceptan.

.......

Al salir del entrenamiento, los chicos iban muy callados, lo creo de Sasuke-kun pero de Naruto-kun para nada, ha sido duro como todos los días y tendré que llegar a casa a darme una merecida ducha de agua caliente haber si me ayuda a relajar los músculos, aún me mata el maldito dolor de cuerpo que tengo, el azabache saca su celular y le llama a Sakura-chan, parece que irán a tomar unas malteadas y conociendo a la pelirosa estoy completamente segura que querrá detalles de como les fue en el gimnasio, el rubio me invita pero yo me niego, con la excusa de que estoy muy cansada, además, hace tiempo que ellos no pasan tiempo de calidad como amigos así que si voy, se vería mas como una cita doble que como una salida de amigos, Naruto-kun dice que irá conmigo pero yo me niego y antes de que proteste lo beso y me voy corriendo del lado contrario con los últimos alientos que me quedan hacía mi casa.

Al llegar, suspiro y apoyo mi cansado cuerpo en la puerta de mi recámara, realmente aún no me acostumbro a esto y el dolor muscular cesa muy poco y tener que hacerlo tres días a la semana no me termina de colaborar en nada, dejo mi mochila sobre mi cama y entro en el cuarto de baño, me despojo de mis ropas y entro en la división de la ducha, abro la llave y el agua fría hace su aparición haciendo que de un pequeño salto, olvidaba que hay que esperar un momento para que el agua se calentara (sólo pasa cuando prendo el calentador), extiendo mi mano y el agua empieza a sentirse tibia, meto mi cuerpo y mía músculos que están tensos se relajan.

- ¿En qué diablos me he metido?- menciono a la nada, pero soy consciente que lo hago por Naruto-kun, aunque de todos modos ahora que ha comenzado a entrenar, estaré mas tranquila, aunque ya sepa la verdad, suspiro pesadamente, solo espero que nada malo llegue a pasarle.

.......

- ¿Cómo les fue ayer?- pregunto mientras caminamos por los pasillos de la preparatoria.

- Estuvo bien Hinata- responde la pelirosa- Pensé que irías con nosotros a tomar de las malteadas.

- Eso mismo le dije- contesta el rubio pasando su brazo por encima de mis adoloridos hombros- Pero se negó.

- Tenía cosas por hacer lo siento- respondo con timidez, paso mi brazo por la cintura de mi rubio sintiendo las punzadas de dolor en el mismo.

- No te disculpes Hinata- me responde Sakura-chan- No hay problema, podemos hacerlo otro día.

- Supongo que si- sonrio levemente.

.......

- Hinata- escucho la voz de Sasuke-kun a mis espaldas.

- ¿Ocurre algo Sasuke-kun?- le pregunto algo confundida.

- Por las muecas que te he visto hacer en todo el día, estoy seguro que tu dolor muscular es mayor al que sentías antes.

- Bueno yo... no quería que lo notaran.

- Eso es mucho sobreesfuerzo de tú parte, Naruto y yo estamos algo adoloridos pero tú te encuentras peor que nosotros dos juntos, deberías no asistir al entrenamiento de hoy.

- No puedo hacer eso- bajo la mirada- Me estoy acostumbrando de a poco al dolor, solo van dos semanas y no sabemos con exactitud cuando atacaran los de Akatsuki.

- Aunque lo hagas por Naruto- alzo la vista y me encuentro con su mirada fria y calculadora, se parece mucho a la de su hermano- No necesitas esforzarte tanto, te estas lastimando inconscientemente Hinata.

- Sólo quiero ser mas fuerte, luego de lo que paso con Shion.

- Comprendo- dice y apoya su espalda en la pared- Se que quieres cuidar de ese idiota, pero si quieres aprender a defenderte quizás debas decirle a Asuna que no te ponga a hacer lo mismo que a nosotros y lo del dolor de tú cuerpo.

- No se si hacerlo...

- Si no le dices aunque sea Naruto... yo mismo lo haré Hinata.

- ¿Qué?, ¡No!- lo tomo de los hombros y me siento muy pequeña a su lado- ¡Por favor no se lo digas a Naruto-kun!, ¡No quiero preocuparlo!

- ¿Hinata?

- ¿Sasuke-kun?

Volteamos al mismo tiempo y vemos a un rubio y una pelirosa mirándonos extrañados, dejo de tomar los hombros del azabache y me alejo un poco de él.

- Antes de que se pongan a pensar lo que no deben pensar, Naruto...- dirije su mirada y se encuentra con la mirada seria del rubio- Tú y yo debemos hablar.

- Esta bien- se van a ir pero no lo permito, pero por el movimiento rápido mis piernas fallan y pierdo el equilibrio cayendo al piso, golpeándome un hombro ya que Asuna-san dijo que no tratara de detener mi peso con mis manos o me las fracturaría- ¡Hinata!- exclama el rubio asustado y se acerca a mi levantandome y cargándome al estilo nupcial- ¡¿Estas bien?!

- Lo estoy, no te preocupes- sonrio levemente- Ya puedes bajarme.

- Naruto, ni pienses en hacerlo- le reprocha el azabache y eso me preocupa.

- ¿De qué estas hablando Sasuke?

- Sakura- se acerca a ella y al parecer le susurra algo y al momento ella se va más roja de lo habitual- Hinata no puede seguir con los entrenamientos.

- ¿A qué te refieres con que no puede seguir?

- Trata de tocarla y te darás cuenta.

- ¡¿Qué?!, ¡No pienso hacer eso!- responde sonrojado.

- No hablo de lo que estas pensado idiota- suspira con frustración- Sólo tómala de los brazos con algo de fuerza y comprenderás de lo que hablo.

- Esta bien- me baja y me muerdo el interior de la mejilla cuando toma mis brazos y los aprieta ligeramente, trato de no cerrar los ojos y no mostrar una mueca de dolor- Creo que estas equivocado Sasuke.

- Ejerce un poco mas de fuerza Naruto- se cruza de brazos y estoy segura que ha declarado la guerra.

- Ok- roda los ojos y me coge los brazos con un poco mas de fuerza, no pude seguir mordiendo mi mejilla porque sentí un líquido en mi boca, al sentir que aumento la fuerza no pude evitar gemir de dolor- Hinata...- alza mi brazo y hago una mueca de dolor mientras cierro mi ojo derecho- ¿Por qué no me lo dijiste?

- No quería preocuparte y tampoco quiero abandonar los entrenamientos.

- Hinata- dice mi nombre serio- Debes dejar de ir o el dolor nunca disminuirá.

- No importa lo que digan ustedes dos, no dejaré de asistir- digo y me suelto de su agarre bruscamente- Nos vemos en el entrenamiento, supongo que ya saben llegar así que no necesitan que los guíe- digo y me voy por uno de los pasillos.

- ¡Hinata!- escucho que grita mi nombre pero no me inmuto, sigo mi camino.

........

- Hinata, has llegado muy temprano- dice la castaña al verme llegar.

- Espero no le moleste, pero quisiera empezar a entrenar- me inclino.

- Claro, no hay problema- cuelga una toalla blanca sobre sus hombros- Pero, ¿No prefieres esperar a Naruto y Sasuke?

- No, quisiera iniciar ya, tengo varias tareas por hacer y ya sabe, como se está culminando el año, pronto comenzaremos los exámenes finales.

- Está bien, ya sabes, comienza con el estiramiento, debo hacer una llamada.

- Hai- digo y me incorporo, dejo mi mochila sobre una banca y comienzo con el estiramiento.

Unos diez minutos después Asuna-san aparece y parece sería, me observa fijamente y eso me agrada realmente, "Debo hacer una llamada", ¿No me habrá creído?, ¿Le habrá llamado a Naruto-kun?, espero que no, eso solo haría que no pueda seguir con esto y realmente quiero seguir, pasan los cinco minutos y la castaña me llama.

- Hinata, ¿Por qué no me dijiste que el dolor muscular aún no te ha pasado?- pregunta sería, di en el clavo, no se tragó mi mentira, aunque nunca he sido buena mintiendo.

- No quería que se preocupara por mí, además no quiero dejar de entrenar.

- Puedes seguir en los entrenamientos, pero tendré que pensar en algunos que no sean tan duros para tí, debiste decirme desde un principio.

- Lo siento sensei- digo cabizbaja.

- No te disculpes, ahora- sonríe con algo de malicia- ¿Quieres tener un combate cuerpo a cuerpo conmigo?

- ¿Q-qué?- tartamudeo.

- No hay nada de malo, sólo quiero ver como están tus reflejos y ver si han mejorado, no tengas miedo, no te atacaré como acostumbro hacerlo y no te reprimas en los momentos donde puedes lanzar ataques, ¿Entiendes?- pregunta con una sonrisa.

- ¡Hai!

- Bien, para facilitarte las cosas, piensa que soy tú enemigo y que estamos en un enfrentamiento real.

- Hai...

......

- Vamos Hinata, se que aún puedes hacerlo.

- H-hai...- digo entrecortado por la falta de aire, me levanto con dificultad con ayuda de mis brazos, los cuales me tiemblan al igual que las piernas.

Llevamos como una hora en esto y no he logrado darle ni un solo golpe efectivo que me de la ventaja de la pelea, le he dado algunos pero han sido escasos de fuerza y potencia, me levanto y trato de recuperar el aire, he de admitir que ella es muy buena y no se ve para nada cansada, al contrario, siento que ya no puedo caminar o dar un misero paso más, me limpio el hilo de sangre que sale de mi boca y me pongo en posición de pelea, antes de que me de cuenta, Asuna-san ya está corriendo hacia mí, trato de leer sus movimientos pero ella es algo rápida y se me pierde de la vista, esquivo un puñetazo y una patada voladora agachándome, ella se apoya en sus manos y con su pierna izquierda y con la derecha trata de tumbarme para perder el equilibrio, logro actuar a tiempo y la esquivo pero no logro esquivar un puñetazo que iba en dirección a mi estómago, caigo arrodillada y trato de mantener mi peso con mis brazos, las gotas de sudor caen sobre el suelo y yo trato de respirar.

- Tomemos un descanzo- declara y yo asiento- Los chicos deben de estar por llegar, así que tomate un descanzo y no te sientes por nada del mundo.

- H-hai...- logro decir y me levanto después de un rato, tomo mi botella de agua y agradezco que el líquido pase por mi seca garganta.

- Lo has hecho muy bien Hinata, veo que los entrenamientos han dado sus frutos.

- Hago lo que puedo sensei.

- Y todo por ese tarado- menciona llamando mi atención- Se nota que le tienes mucho afecto a mi hermano.

- B-bueno... desde hace un buen tiempo que he estado enamorada de él, si no que no tenía el valor de decirle lo que sentía- digo sonrojada.

- Es lindo verlos juntos, se complementan el uno al otro, te haré una pregunta y espero no te incómode...- se detiene un momento para evaluar mis reacciones- ¿Tú y Naruto ya tuvieron intimidad?- al escuchar esa palabra me sonrojo completamente y siento como echo humo.

- N-no A-asuna-san, eso n-no ha p-pasado...- tartamudeo nerviosa.

- Ya veo, te recomiendo que te cuides de él.

- ¿Por qué lo dices?- pregunto confundida y algo interesada.

- Pues Naruto es como su padrino Jiraiya-sama, es pervertido y algunas veces lo he visto tener sueños húmedos contigo.

- ¡¿E-enserio?!- grito algo asustada.

- No te estoy mintiendo Hinata, te lo estoy diciendo de verdad- sonríe con algo de complicidad.

- Oh por Kami...- digo y me tapo el rostro.

- No es para tanto, si se llega a dar la ocasión y espero que sea mas adelante, usen protección o yo mataré a Naruto o tú padre lo hará por mí si terminas en embarazo.

- Etto... yo... lo tendré en consideración...

- ¡Hey, Hermana!- escucho la voz de Naruto-kun cerca y me sonrojo aún más.

- Llegan justo a tiempo, creí que tendrían que darle las quince vueltas a este lugar.

- Eso quisieras- responde el azabache.

- Ya saben con que iniciar- dice y se acerca a Naruto- Te tendré muy vigilado hermanito.

- ¿E-eh?, ¿Q-qué pasa?- pregunta algo asustado.

- Nada del otro mundo- le sonríe y una chispa de maldad se ve en sus ojos- Hinata, te doy cinco para tomar agua.

- Hai- respondo y ella se aleja.

- Hinata yo...- el rubio se me acerca y frunce el ceño- ¿Es sangre lo que hay en tu mentón?- toma mi mentón con sus dedos.

- No es nada- digo y aparto su cálido toque- Debo descanzar para seguir- paso por su lado y me detiene tomándome del brazo.

- ¿Sigues molesta con lo de los entrenamientos?, Hinata, solo me preocupo por tí.

- Eso lo sé, pero no quiero que me detengas- me suelto de su agarre y camino hacia Asuna-san.

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