CAPÍTULO 2

ISABELLA

—Hola, Juana, ¿Cierto? —Pregunto y ella confirma con un movimiento.

—Tiempo sin verte, ¡Estas muy hermosa! —Dice mientras me abraza.

—Tú no has cambiado nada, estás tal y como te recuerdo, —Le devuelvo el abrazo —Siempre has sido muy hermosa. —Le digo y la invitó a la sala.

Me hace un sinfín de preguntas las cuales respondo de la mejor manera y muy educadamente. ¿Vino a saber mi vida entera? Me hago esa pregunta porque ya se está pasando con tantas preguntas, está llegando al límite de la molestia.

—¿Quieres salir a comer algo? —La interrumpo con una pregunta.

—Claro, conozco un lugar estupendo, no debes conocer muchos lugares de aquí. ¿Cierto? —Que irritante esta Juana de arco.

—No. —Respondo con una sonrisa.

Salimos de la casa y Axel decide llevarnos ya que tal como lo dijo Juana, no conozco muy bien la ciudad y podría perderme entre las calles y se lo agradezco, la verdad no me gusta manejar, aunque lo hago muy bien.

Llegamos a un centro comercial y decidimos entrar a un café, se ve muy lindo por fuera y ni decir como se ve por dentro, tiene imágenes por todos lados y su aroma, ese aroma a café invade mis fosas nasales apenas entramos y me encanta, este lugar se convertirá en mi favorito.

—¿Sabías que tu padre tiene inversiones en este centro comercial? —Dice Juana, esta chica sabe más de mi familia que yo.

—Sí. —Digo aun desconociendo lo que acaba de decirme.

El chico que nos está atendiendo llega y nos entrega nuestro pedido, luego se marcha no sin antes entregarme un papel el cual contenía su número y la típica frase "Estas muy hermosa".

Terminamos con lo que habíamos pedido y le pregunté a Juana que, si podía acompañarme a alguna tienda, necesito comprar unas cosas que me hacen falta entonces voy a aprovechar que salí de casa.

Recorrimos casi todo el centro comercial, «les digo que no fue por mi si no por Juana», ese nombre le queda muy bien. Esa chica ha sobrepasado el límite de irritante, estoy comenzando a creer que jamás volveré a salir con ella.

Salimos con mis cosas y ella evidentemente con las manos vacías, ya estaba muy cansada para seguirle su jueguito, la dejamos en su casa y apenas salió del auto agradecí a Dios de que ya me había librado de tal intensidad.

—¿Es muy intensa su prima? —Dice Axel riendo.

— Ni me lo recuerdes, me tenía al borde de la locura. —Esa chica vuelve loco a cualquiera, me estreso toda la tarde.

—Usted es muy diferente a su familia ¿Lo sabía? —Pregunta y yo niego con la cabeza.

—No lo creo, creo que soy muy igual a ellos. —Le responde.

—Créame, señorita Isabella, —lo miró con reprobación y de inmediato corrige —Isa todos lo hemos notado, si me disculpa usted es más como nosotros, muy diferente a todos los de su clase, —Me dice y yo hago silencio —no es que sea malo, al contrario, eso es algo muy bueno. —Dice.

—No soy buena. —Le respondo en tono divertido.

Así nos la pasamos hablando hasta llegar a casa, voy directo a mi habitación cuando escuchó que alguien carraspeó para llamar mi atención, giró y ahí está parado Ida, con aires de grandeza mirándome de arriba abajo, su mirada me intimida.

—Ha vuelto la exiliada. —Dice en tono burlón.

—Gracias por la bienvenida. —Es lo único que le respondo mientras continúo mi camino.

—¿Por qué es tan esquiva? —Suspiro y me giro para contestarle.

—No quiero discutir contigo, he tenido un buen día y no lo voy a arruinar contigo. —Digo y sin más me voy a mi habitación no sin antes escuchar sus palabras.

—No seré yo quien te lo dañe, serán mis padres con la noticia que te traen. —Dice y se va.

¿Noticia que me traen mis padres? ¿Ahora en que me metí, con quien me metí o a donde me enviaran? Es lo único que puedo pensar, aunque he hecho todo relativamente bien, hay cosas que hice, pero que ellos nunca sabrán.

☙❧

Voy bajando las escaleras y veo que mi hermano va entrando, no lo dudo ni un segundo y corro a abrazarlo, Poldi es con el único que puedo hablar normal y quien puede entenderme. Es con quien me llevo mejor de mis dos hermanos.

—¡Estás preciosa! —Dice abrazándome aún más fuerte y veo que viene su esposa detrás de él con una gran sonrisa mientras acaricia su vientre.

—No lo puedo creer. ¿Seré tía? —Digo muy emocionada y él asiente, corro y abrazó a Mela y acarició su abultado vientre. —Los felicito ­—Me aparto y dejo que terminen de entrar.

Hablamos un buen rato mientras esperábamos a nuestros padres, le conté a mi hermano y cuñada como fue mi estadía en Inglaterra y lo que esperaba hacer mientras estoy en Alemania, quiero trabajar mientras vivo con mis padres y ahorrar para comprarme un departamento en la capital, deseo vivir en la capital.

Estamos tan metidos en nuestra conversación que no nos percatamos de que nuestros padres han llegado hasta que Katherine vuelve a carraspear como un hombre y hace señas de que nos están esperando, nos ponemos de pie y nos dirigimos hacia el comedor, allí cenaremos y hablaremos.

—Isa creció muy bien, es muy inteligente y tiene grandes ideas en mente. —Dice Poldi y yo me sonrojo.

—Lo mismo pienso, supo crecer sola y ser una gran mujer, ­—Dice mi madre dedicándome una sonrisa —mi princesa ya es toda una mujer.

Comimos muy a gusto y con mucha tranquilidad hasta que mi padre decidió interrumpir el silencio que había desde hace un rato.

—Cariño, hay algo que queremos decirte y esperamos que aceptes nuestra decisión. —Dice mi padre mirándome y me preocupo, sé que nada bueno vendrá ya que estas mismas palabras las utilizo hace doce años cuando me mando sola a Inglaterra.

—Te escucho papá. —Digo fingiendo una tranquilidad enorme, aunque por dentro esté muriendo.

—Te vas a casar, ya todo está arreglado y no hay discusión con ello. —Dice como si no fuera nada importante, yo trago lo que tenía en mi boca, mis ojos se llenan de lágrimas, mi madre baja la cabeza, Ida sonríe como si ganara algo y Poldi es el único quien protesta.

—Padre. ¿Cómo se te ocurre? —Dice con tono de voz enojado.

—No tienes derecho a cuestionarme, deje que te casaras con quien quisiste así que no tienes derecho a nada. —Dice mi padre aún más molesto.

—Pero ¿Por qué debo ser yo? —Grito llena de frustración, lo que me han pedido reboso el límite de todo.

—Entiéndenos Isabella, esta es la única manera. —Habla mi madre.

—No lo haré, siempre hago lo que quieren, me enviaron a Inglaterra con solo ocho años, crecí sin la compañía de mis padres y resulta que cuando regresó a recuperar el tiempo que perdimos, me quieren casar con un desconocido. —Estoy muy molesta, nunca pensé que mis padres llegaran hasta este extremo.

—Este trato está hecho hace mucho así que no se discute. —Habla mi padre con su voz autoritaria, pero eso no me hará cambiar de parecer.

—¿Por qué no Ida? No esta casa y tiene la edad justa para estos tratos. ¿Por qué tengo que ser yo? —Es lo que me he preguntado desde que dijeron aquello.

—Ya te dije que no hay discusión sobre esto, la decisión está tomada y tendrás que aceptarla. —Es lo último que dice mi padre antes de pararse de la mesa.

—Padre no soy un objeto que puedes manejar a tu antojo, —Digo con la voz entrecortada levantándome de la mesa —he hecho todo como lo han indicado, nunca me queje o desobedecido tus órdenes, pero esto no lo puedo cumplir.

Camino hacia mi habitación y escucho cómo hablan en la mesa. Siempre obedecí a mis padres en todo, nunca les he faltado al respeto, no entiendo porque me hacen esto a mí. ¿Por qué no casan a Ida? Ella está más vieja, probablemente encuentre a alguien que los ayude con su estúpida empresa.

☙❧

No pegue el ojo en toda la noche, no he salido de mi habitación ya que no quiero hablar con nadie y mucho menos quiero que alguien me vea en el estado que estoy.

Toda la noche lo pensé y a la final me decidí por esto, debo hacerlo ya que es la única manera de librarme «eso pienso yo», tengo doscientos mil dólares que me pueden servir por dos meses durante encuentro un trabajo y así poder mantenerme, no voy a seguir los juegos de mi familia.

Decidí irme de esta casa, igual nunca pertenecí a ella; así como llegué me iré, no seguiré los juegos de mis padres.

—Hola Marga ¿Cómo estás? —Le pregunto a mi amiga, apenas me contesta, pero la voz me falla y empiezo a llorar.

—¿Qué pasa Isa? Me estás asustando. —Pregunta Marga al escucharme tan nerviosa.

—Mis padres, Marga, no es suficiente con enviarme lejos por doce años ahora quieren que me case con un completo desconocido, —digo con mi voz aún entrecortada. —nunca me han querido.

—¿Qué vas a hacer? —pregunta ella.

—Voy a viajar a Berlín, sabes que tengo unos ahorros con eso puedo sobrevivir hasta conseguir un trabajo.

Siempre he querido vivir en esa ciudad, Berlín tiene todo lo que me gusta y deseo.

—Pero ¿cómo le harás para que no te encuentre? —Pregunta y caigo en cuenta de los alcances que tiene mi familia.

—No lo sé, veré que puedo hacer cuando esté allá. —Respondo.

Terminamos de hablar y estoy un poco más tranquila, ya he tomado la decisión y me iré para la capital sin importar que, allá miraré como puedo ocultarme de mi familia.

Bajo a el comedor para no general ninguna sospecha, pero solo está mi cuñada así que me siento y hablo un rato con ella, ella y mi hermano son los únicos que me comprenden, pero no le voy a contar mi plan ya que me puede salir mal o meterla a ella en un gran problema.

—¿Cómo te sientes? —pregunta ella mirándome con esos ojos de preocupación.

—¿Cómo crees? Un día llegas a casa, después de estar fuera de ella por tanto años, quieres pasar tiempo con tu familia, pero resulta que solo quieren deshacerse de ti —Respondo con un hilo de voz, de verdad esto me ha pegado y muy duro.

—Hasta que lo entiendes. —Escucho esa voz y me tenso.

—¿Por qué me odias tanto? —Le pregunto a Ida y ella sonríe.

—Nunca lo entenderás. —Dice y se retira nuevamente.

—Debes calmarte y procurar hablar con tus padres de pronto tengan una solución. —Dice mi cuñada para después retirarse.

Con ellos no se puede hablar y siempre se hace lo que ya han decidió así que aquí no hay vuelta atrás, me iré y no volveré, lo siento si causo algún daño, pero más daño me están haciendo ellos.

¿Qué decisión tomarían usted estando en mi lugar? Casarse con un completo desconocido que no saben ni su nombre o huir y empezar desde cero sin importarte nada.

Yo decidí huir y comenzar mi vida desde cero una vida fuera de la familia Benz de mi familia y los malditos arreglos matrimoniales que solo me podrán perjudicar.

—¿Estás segura de hacer esto? —pregunta Margo mientras le digo la hora en la que posiblemente estaré en Berlín.

—Nunca había estado más segura de hacer algo en mi vida «aparte de las locuras que pude hacer en el internado», estoy por cumplir veintiún años y puedo hacer con mi vida lo que quiera, no quiero que mis padres sigan manipulando mi vida a su antojo. —Digo lo más segura que pueda, aunque me esté muriendo de miedo, mi familia tiene mucho poder y tarde que temprano puede encontrarme por eso debo hacer las cosas muy bien.

—¿Sabes que te apoyo en todo? Te estaré esperando con José en el aeropuerto —Dice y finalizamos la llamada.

Ya se está anocheciendo y está llegando la hora de mi salida, debo salir antes de que mis padres lleguen, es la única oportunidad que tengo ya que la casa está sola.

Deje mi computadora, mi celular, mi IPad y todas las joyas. Para resumirlo solo llevo un bolso pequeño donde guarde muy poca ropa, cuando llegué a Berlín compraré lo que necesite y me haga falta.

Salgo de mi casa y no hay nadie cerca y agradezco a Dios, me subo al taxi que me estaba esperando y dejó todo atrás y espero que con esta decisión que tome no me vaya tan mal.



NOTA DEL AUTOR

Estaba editando este capítulo y me causo mucha risa una parte, cuando empecé a escribir este libro también está escribiendo Ava y en una parte de este capítulo donde la nana llama a Isabella no decía ¡Isa! si no que decía ¡Ava! estaba loca en ese entonces.

Disfruten del capítulo, creo poder publicar unos cuantos estos días, tenía casi la mitad del libro escrito, pero como estoy cambiando muchas cosas, se han ido muchos capítulos.

Con tu voto y comentario ayudas y apoyas a la historia. 

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