Beggin you

Narra Milo:

Desesperado lo llamé todos los días, mensajes y hasta fui a su casa.

Nada

Con lo único que me encontraba, era con Afrodita diciéndome que no Camus no estaba.

Había noches que me ahogaba alcohol y otras que no podía dormir por pensar tanto.

¿Realmente este era el fin de nuestra relación?

Me levanté de la cama aturdido, anoche me había perdido en el alcohol para calmar el dolor que sentía por la ausencia de Camus en mí vida. Habían sido unos días muy tortuosos.

Me remoloneo en la cama incómodo, tenía que levantarme para ir a trabajar y mis ganas no despertaron hoy.

La alarma vuelve a sonar insistente recordándome que tengo que levantarme.

Estiro mí mano hacia la mesita de luz para callar al despertador. Observo la foto de mí hijo que adorna dulcemente la mesa, y eso me puso a pensar.

¿Qué carajo estaba haciendo con mí vida?

No debía embriagarme por qué estoy dolido de amor. Tengo que ser un hombre responsable y cuidar de mí hijo... Mis hijos... No podía quedarme como un niño chiquito llorando y lamentándome. Debía afrontar lo que pasó con Camus y solucionarlo. Ese francés me escucharía y eso sería en la fiesta de cumpleaños de Shaka.

Decido me levanté y me preparé para comenzar mí día.


- Milo ¿ Cómo estás?

Shoko me acompaña en el almuerzo, lo ha estado haciendo desde hace unos días. Le conté sobre Camus, no todo, solo omití el detalle de que está casado y esperando un hijo, que es muy probable que sea mío, le conté del mal entendido.

- Supongo bien - hago un gesto raro con mis labios imitando una sonrisa.

- Pues comunícaselo a tu rostro - se sienta frente a mí con su almuerzo - aún Camus no te contesta por lo que veo. Siempre tienes a mí hermana, no para de preguntar por ti.

- No Shoko, sabes que no estoy interesado.

- Como sea ¿Fuiste a buscarlo a su casa? Si quieres te acompaño y hablamos juntos para aclarar esto.

- No es necesario pero gracias de todos modos, he ido y no me quiere atender. Probaré oportunidad este sábado cuando lo vea en el bar.

- Con respecto a eso... Iré con mí hermana a verte, prometo no causar problemas.

- Por favor, si me ves ni se me acerquen, faltaría que me vea otra vez.

Ambos acabamos nuestro almuerzo. Tenía que quedarme 2 horas más, tenía ensayo con la banda y luego dar clases particulares de guitarra.


Después de la clase particular que tenía programada quise probar una vez más suerte en ir a la casa de Cumus.

Toco el timbre y Afrodita me contesta.

- Hola Milo ¿ Cómo estás? ¿ Que te trae hasta aquí? - Afrodita me saluda con un beso en la mejilla y me abraza - ven pasa que hace frío.

Me adentro en la casa y pasamos a la sala.

- Hola Dita ¿Camus se encuentra? Necesito hablar con él.

- No, el está en una operación y yo cuidó a Shijima.

Bajo la mirada triste, tenía la esperanza de encontrarlo hoy y poder hablar al fin.

- Que lástima, necesitaba hablar con él, volveré otro día.

- ¿Sucedió algo? Ha estado hace uno días raro, hasta pelea constantemente con Surt, no suelen discutir, pero desde la cena de aniversario que Camus actúa raro. Si no es importante te recomiendo que lo dejes para otro momento.

- No es nada importante, puede esperar... Me iré, tengo que ir por mí hijo a la casa de mí hermano. Nos vemos el sábado en el bar Dita.

Me despido y vuelvo a mí hogar. La suerte no me acompañaba y esperaba que esa mala racha terminará de un buena vez el sábado.

Estaban decidió, si o si, hablar con él esa noche.


Narra Camus:

Estaba frente al espejo arreglándome, me sentía nervioso, sabía que vería a Milo y tendría que enfrentarlo.

Estos días alejado habían servido para calmar mí enojo. Lo peor era que no tenía motivo alguno para reprocharle nada a él. Milo y yo no somos nada... Solo amigos.

Igualmente estaba celoso.

- ¿Seguro que te quedarás? - le pregunto a Surt que descansaba en la cama.

- Si cariño, no me siento muy bien, intentaré descansar.

- ¿Quieres que lleve a Shijima con mí hermano? Así no tienes que atenderlo y puedes descansar.

Me acerco hacía el para luego colocar mí mano en su frente.

- Tienes temperatura.

- Estoy bien amor, podré atender al niño.

Surt comenzó a toser hasta ahogarse. Parecía un perro.

- ¡No estás bien! Llevaré al niño de mí hermano y llamaré al doctor para que te venga a revisar.

- ¡Bien! - levanta la voz molesto - iré a ducharme.

- No volveré a dormir. No quiero manejar tan tarde.

Surt ignoró lo último y se metió en el bañó.

Camino hasta la habitación de mí hijo con la intención de preparar su mochila con las cosas que usaría en casa de mí hermano.

- Adiós Surt.

Me despido de mí esposo una vez ya preparado todo. Él se estaba poniendo la pijama.

Mire si cuerpo desnudo y no me provocó nada.    

No como el de Milo.

- Ve tranquilo amor, estaré bien.

Llegué al la puerta del antro, busqué con la mirada y no encontré a ninguno de mis amigos.

Suspiré cansado, como si eso logrará calmar los nervios que sentía, sabía que el momento de enfrentar a Milo se acercaba y no estaba preparado.

¿Qué le diría?
¿Qué me ofendí por sentirme celoso?
Era absurdo, no tengo el derecho de reclamarle nada... Aún así no evitaba sentirme de ésa forma.

- Ey cariño ¿Hace mucho que llegaste?

Shura se acerca a mí, vestido de negro como es usual, solo que está vez no lleva traje si no unos jeans negros y camiseta mangas largas escote en v negra también,

- No, llegue hace un momento ¿Cómo estás amigo?

Shura me abraza y besa mí mejilla. Me siento mal por haberlo besado el otro día. Al separarnos del abrazo, coloca una mano en mí vientre.

- ¿Cómo te sientes Cam?

- Estoy bien ¿Cómo están tus cosas con Shaka? Me contó a tendrá gemelos.

- Lo estoy llevando bien, Mu le está haciendo compañía y lo atiende bien, eso me deja tranquilo... Tendrá gemelos - suspira - solo ruego que esos niños sean de Mu, así podrán crecer en una familia unida y padres que se aman.

- Oh amigo - lo abrazo - todo saldrá bien y si son tuyos se que serás un buen padre, eres una persona con un corazón enorme y hermoso, no conozco a nadie como tú.

Shura me abraza fuerte, como si hubiera necesitado ese abrazo fraternal y ese contacto hace mucho tiempo. Se que está afrontando está situación sólo, que no le ha dicho a sus padres, soy su único apoyó y he estado, egoístamente ocupado en mí y en lo que pasó con Milo...

No quería preocupar a Shura por Milo y no le he contado nada al respecto...

Le correspondo el abrazo aún más fuerte...

- Shurita, estoy aquí, siempre para ti.

Al rato llegaron Shaka junto a Mu, la verdad me agrada la pareja que hacen juntos. Aunque no parezca tienen cosas en común y se lleva bien. Era hora que Shaka encontrará una persona con quién compartir su vida y formar una familia... Solo espero que esto no se arruine... Se que Shura no le corresponderá como lo hace Mu.

Entramos al lugar, estaba lleno de gente - suspire - sabía que Milo hoy cantaría al igual que Afrodita.

Nos sentamos en el área VIP como era habitual. Los que podían beber pidieron cervezas, los que no pedimos jugos.

- Como médico solo les permite tomar una copa de champagne para el brindis.

Shura se veía muy animado, sé por Afrodita que su relación va muy bien y que podrían hasta en un futuro vivir juntos. Se nota el cariño que se tienen ambos y eso me alegra.

Al los minutos traen las bebidas y Afrodita e acerca a la mesa a saludar antes del show... Me sentí nervioso de golpe pensando que Milo imitaría la acción del sueco pero no.

https://youtu.be/GXVEDZjYzUk

De repente escucho su voz por los altos parlantes. Lo busco desesperado con la mirada.
Lo encuentro en el escenario, parado frente al micrófono con su guitarra colgada... Su imagen me deja sin aliento. Y me veo obligado a admitir que Milo es muy bello, malditamente bello.

No me podía permitir tenerlo, no podía, me debo a alguien y él no me pertenece.

- Está canción esta dedicada a una persona muy especial para mí. Alguien a quien no quiero perder y le rogaría que nunca salga de mí vida... Tu sabes que es para ti.

Sentía como cada palabra de esa canción golpeaba en la mente.
Lo único que puede hacer era admirarlo y perderme en sus movimientos sobre el escenario.

"Estoy de rodillas mientras te lo ruego por qué no quiero perderte"

"Necesito que entiendas que me he esforzado tanto por ser tu hombre"

La letra llamaba mí atención.

La banda no paraba de tocar y Milo cantaba con sentimiento eufórico.

Verlo ahí me hacía sentir acalorado.

Tomaba mí bebida como si eso de alguna forma lograría calmar el fuego... Necesitaría litros para eso.

Milo termino su presentación y enseguida vino a nuestra mesa.

Estaba sudado pero no olía mal, más bien tenía el aroma de su típico perfume. Se sienta a mí lado, como si nada hubiese pasado, haciéndome sentir terriblemente incómodo. Quede atrapado entre Shura y Milo

A propósito me centro en hablar con Shura ignorando olímpicamente al griego. Notaba que el intentaba captar mí atención llamándome y tratando de meter bocado en la conversación que llevaba con mí amigo.

Dos jóvenes con voz chillona irrumpen nuestra mesa acercándose a a saludar al rubio, levanto la mirada y frunzo el ceño al darme cuenta que una es la joven que estaba en la casa de Milo. Ele enojo volvió a controlar lo cuerpo.

¿Qué hacía esa mujer aquí?
¿Milo la habría invitado?

— Hola mí nombre es Shoko — la mujer saluda y yo no puedo evitar mirarla con desdén — ella es mí novia Carole.

¿Acaso dijo novia? ¡La muchacha tenía novia!

La joven que acompañaba a Shoko saluda también.

— ¿Quieren sentarse a tomar algo?  — Milo pregunta con su típica sonrisa seductora.

— Solo pasamos a saludar, quería prestarte a mí pareja, la que tanto te hablé en la cena.

La joven parecía simpática y más ahora aclarado el asunto. Ambas se marcharon hacía la pista de baile. Pero yo aún ignoraba al rubio.

Los 5 seguimos bebiendo y hablando.

— Cariño voy al bañó — Mu deposita un beso en el dorso de la mano de Shaka y se retira.

— Ey Shakita vamos a bailar.

Shura arrastra a Shaka a la pista de baile, dejándonos al griego y a mí solos. La conversión era inevitable.

— Milo yo.. — me interrumpe.

— Camus quería explicarte todo, Shoko es solo una amiga, se que viniste a mí casa y malinterpretaste la situación — sonaba nervioso y hablaba muy rápido, se notaba desperado por explicar lo sucedido

— No tienes por qué darme explicaciones Milo, yo no tenía por qué enojarme, tu y yo solo somos amigos y lo del beso fue un error. Solo... Sigamos siendo amigos.

Me sonríe malicioso como si planeara algo.

— Entonces como amigo — extiende su mano a modo de invitación — vamos a bailar y tu compañero usual de baile está ocupado con su pareja — señal el tumulto de gente bailando al ritmo de la eufórica música, ahí se encontraban
Shura bailando, casi eróticamente, con Afrodita y Shaka con Mu muy acaramelados. Vacilo — vamos Cam, se que te gusta bailar.

Dejo llevarme por mí deseo y acepto su invitación.

https://youtu.be/FII8MLWJzBc

La música invitaba a bailar pegado, las luces casi inexistentes del lugar hacían de este un ambiente íntimo.

Milo me guiaba, hasta el centro de la pista, agarrando mí mano con firmeza, como si tuviera miedo que me escapara o perdiera.

Ya ubicados entre la gente, lejos de nuestros amigos, nos pusimos a bailar... Pegados... Muy pegados.

Mí intención fue bailar frente a frente, pero Milo me dio vuelta y se apoyó contra mí espalda. Sus manos recorrían descaradamente por los costados de mis piernas.

Nos movíamos sincronizados, debía admitir que el griego es un excelente bailarín. Doblo mí rodillas meneando mí cuerpo aprovechando la posición para rozarlo con mí trasero provocando que Milo se aferrara más a mí.

Su boca rozaba mí nuca respirando profundo. Con un tono de voz audible solo para ambos cantaba la canción.

La luz intermitente y de colores acompañaban nuestro movimiento, nuestro roce e inocente coqueteo.

La intensidad de su voz era embriagante, la música estimulante y nuestros movimientos eran intoxicantes.

Mí cuerpo estaba delirando por lo que sentía en ese momento y yo... Yo me dejé llevar.

Doy media vuelta, para quedar frente a él. Me lanzo a sus labios besándolo desesperadamente tratando de calmar el ardor de mí cuerpo.

Milo correspondió del mismo modo, pero con un movimiento ágil sujeto mí mano y me llevo al baño del lugar.

— No nos puede ver nadie — dice una vez dentro del pequeño cuarto.

No lograba razonar, solo sentí la necesidad de urgencia que mí cuerpo gritaba... Gritaba por sexo, gritaba por besos, gritaba por caricias... Gritaba por Milo.

Sin contestar vuelvo a tirarme a sus brazos necesitado de su cuerpo y calor.

Para mí esto era un deja vu.

Con fuerza sujeta mí cuerpo y nos metemos en un pequeño cubículo del baño. Sin esperar a ninguna reacción comienza a desabrochar mí camisa apurado.

Besaba mí cuello y su respiración ya era agitada. Con sus manos recorría sin descaro todo mí cuerpo.

— Ah... Eres hermoso Cam.

Meto mí mano en sus pantalones y me sorprendo al notar que ya estaba erecto y ... Su tamaño...

Mí cuerpo estaba eufórico y solo quería saciarse.

— Ah Milo — logro gemir al sentir su mano colarse en mis pantalones.

Acaricia mí ya despierto miembro y solo podía gemir y pedir más. Saco su remera y reparto besos por su bien marcado pecho, mientras el seguía con lo labor de masturbarme... Pero necesitaba más.

Me alejó y bajo hasta su entrepierna, que estaba bien dura y empanada de líquido prese minal. Me lo metí en la boca completo, Milo dio un grito de placer.

Enrrieda mí cabello en su mano y simula estocadas, eso me calentaba más.

— Aaah Camus... Por Athena que bien lo haces — él no para de gemir y maldecir por el placer que no boca le estaba provocando.

De golpe me separa de su vientre y me levanta.

— Ven, siéntate sobre mí.

Luego de decir eso Milo se sienta sobre la tapa del inodoro y yo me saco una pierna de mí pantalón.

Me auto penetró y comienzo a danzar mí trasero sobré su verga.

Aún seguía con mí camisa puesta y el solo se había bajado un poco sus pantalones, eso no era impedimento para el goce que ambos experimentábamos.

— Ah... Ah... Así si así Milo — gritaba y gritaba moviéndome como si no hubiera un mañana.

Pero...

— ¿Camus estás aquí? — la voz de Shura provocó que ambos nos detuviéramos.

¡Mierda! ¡Mierda!... ¿Ahora como le explico?

Asustado le tapó la boca a Milo como gesto involuntario. Él abre sus ojos tan grandes como los mío.

— ¡Aquí estoy! — grito simulando una voz calmada, pero se notaba que estaba agitado.

— ¿Te sientes bien? Te estaba buscando para decirte que Shaka y Mu ya se retiran. Yo también ya me voy con Afrodita ¿Necesitas que te llevé?

— No, no Shura. Ya salgo y nos despedimos.

Milo al escuchar esto, niega con la cabeza, pero sus quejas son ahogadas por mis manos, se que quería terminar lo empezado, pero los ganas se fueron en el momento que Shura interrumpió.

— Te espero afuera.

El español sale del baño y recién ahí líbero la boca de Milo.

— ¿Piensas dejarme así? — Milo protesta luego de levantarme de su regazo.

— Lo siento, pero no podemos seguir con él ahí afuera esperando — Milo bufa en modo protesta  — vístete y sal detrás de mí.

— Vayamos a mí casa, ahí estaremos solos.

— Debo volver, no puedo quedarme — mentí, quizás al bajarme el estado de excitación intoxicante pensé un poco las cosas, que locura.

— Camus maldita sea ¿Cuánto tiempo más ignoraras lo que sientes? Deja de jugar conmigo.
 
— ¿Lo que siento? ¿Tu que sabes que siento yo? — abrochaba mí camisa apurado mientras discutía con Milo.

— Tu cuerpo y tu boca me lo demostraron recién. No lo niegues.

— Otro día Milo— beso su boca — debo irme

Salí apurado del baño y encuentro a Shura apoyando en un pilar esperando por mí.

— ¿Vamos Cam?

Ambos no fuimos sin esperar a Milo.

Narra Milo:

Había pasado un poco más de una semana del encuentro con Camus. Estaba feliz... Camus no me rechazaba. Habíamos tenidos un encuentro, breve, pero encuentro en fin.

Sentirlo tan entregado, tan enamorado fue único.

Estaba loco por verlo y tener su cuerpo pegado al mío. Habíamos quedado en encontramos otra vez pero él y Shijima enfermaron.

Mí intención era acercarme a su casa pero se negó, Surt también estaba afectado y los 3 estaban descansando en el hogar. Saber que estaba con ese maldito me daba irá y desesperación, lo único que lograba calmarme era saber lo dicho por Degel, Camus no siente deseo por su esposo.

Mientras preparaba la cena un mensaje de mí amado zafiro me interrumpe.

Para Milo:

Hola Bichito, mañana Surt comienza a trabajar. ¿No vemos a la tarde?

La suerte estaba de mí lado, finalmente volvería a verlo. No dude en teclear mí respuesta.

Para Camus:

Muero por verte, mañana sin falta te iré y llevare conmigo esos bombones frutales que tanto te gustan.

La mañana siguiente llego y si anoche estaba feliz hoy estaba eufórico. Vería por fin al bello francés.

La jornada laboral transcurrido normal pero no tranquila. Entre ensayó y clases no pude contestar ni un mensaje.

Tenía varias llamadas perdidas de Shura. Apenas me desocupe, decidí llamarlo yo mismo, no sabía que quería con exactitud pero podía imaginarlo.

— Hola Milo, por fin te comunicas.

— Lo siento, estaba tapado de trabajo.

— Amigo... Ya tengo los resultados del ADN — un pequeño silencio se hizo presente.

— ¿Sabes el resultado? —pregunto dubitativo.

— Soy un profesional Milo, no los abriría jamás... Pero si quieres ven hoy mismo y los miramos juntos — parecía molesto. Suspiré.

— Salgo de trabajo y voy. Nos vemos

— Nos vemos Milo.

Una vez terminada la llamada apuré mí almuerzo y suspendí mí última clase, después de aquella noticia y no tenía cabeza para más nada.

Por fin sabría con certeza si ese bebé era mío

Hola mis bellos lectores, les dejó otro capítulo. Espero que les guste

Gracias por leer.

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