Capítulo 9: Me importa

Mientras Gowther y Meliodas iban a la ciudad a cumplir el trato que habían hecho con Merlín, la torpe de Zoba intentaba mover sus alas bajo la atenta mirada de King. Ella había conseguido levantar los pies del suelo, pero moviendo las alas muy deprisa y con el cuerpo muy tenso, realizando un gran esfuerzo que no salía rentable.

- Ah... ciertamente es difícil, incluso para mí... - decía el Rey de las Hadas - Para de hacer eso, sólo estás a un palmo del suelo.

Ella paró al momento poniendo las garras en el suelo y empezando a jadear.

- Es muy cansado... y no puedo ni avanzar en el aire... ¿cómo será? - preguntó enderezándose.

- Creo que no podré enseñarte mucho... - él bajó la voz - tal vez Helbram sabría enseñarte...

Zoba miró hacia la ciudad y suspiró. Quería demostrarle a Diane que sabía volar, que era útil, que sabía hacer algo bien. Miró a King, que también miraba la ciudad pensativo. No había que ser muy listo para saber que estaba pensando en la giganta.

- Oye King, hazme caso, puedes irte a buscar a Diane si la quieres ver. Yo voy a seguir practicando un poco aquí, para que mis alas cojan fuerza y puedan con mi peso - ella dio una sonrisa.

- El capitán me ha dicho que lo haga...

- Pero no puedes. Anda venga, ve a ver a Diane y luego vuelves...

King se lo pensó un momento recostado en su cojín. No había nadie alrededor del Boar Hat, y dentro estaban Elizabeth, Hawk y Ban.

- Bueno, sólo un momento - dicho eso voló con velocidad hacia la ciudad.

Ella se despidió moviendo una mano quedándose en el bosque. Suspiró frotándose las manos. Sola no tenía que preocuparse de decepcionar a nadie. Sola, en la tranquilidad del bosque, sin personas, sin ruidos...

- Oe.

Ella dio un chillido saltando y abrazándose. El Pecado de la Codicia estaba observándola justo detrás de ella con las manos en los bolsillos y el rostro muy serio. La miraba de arriba a abajo sin ningún pudor mientras ella se abrazaba el pecho y juntaba las piernas.

- Sí... ciertamente eres como los demonios... pero rara... - decía con dureza en la voz.

Ella se alejó unos pasos incapaz de mantenerle la mirada, pero Ban avanzó lo que ella se alejó. Sacó una mano de su bolsillo y le agarró la barbilla con un poco de brusquedad obligándola a mirarle.

Ban la miró con seriedad apretando su mandíbula un poco, haciéndola poner mofletes. Observó la marca morada oscura de su ojo, las marcas finas por todo su cuello, y luego los de sus brazos. Luego soltó su mandíbula para agarrar sus cuernos y moverlos.

- ¡Ay, haces daño! - ella se los cogió.

Ban apartó una mano mirándola de la misma manera. La Avaricia le sacaba ni más ni menos que 50 centimetracos bien grandes, y aunque él solía ir encorvado, todavía era muy alto. El volvió a acercar su mano abierta hacia ella, que cerró los ojos y se puso las manos en la cara para que no la agarrara. Sintió su mano en su pelo acolcharlo y acariciarlo despacio.

- Sea lo que sea, me alegro de que estés viva. Tendrás apariencia de demonio, pero siendo tan torpe y tonta no eres un problema para nadie - dijo cambiando su cara seria a una gran sonrisa de las suyas, enseñando sus grandes colmillos.

Ella abrió los ojos y lo miró despacio quitándose las manos de la cara. Dio una pequeña sonrisa con un pequeño sonrojo.

- Si Diane te escuchase...

- Por eso aprovecho - dijo riendo - te dejo seguir intentando volar, esponjita absorbe poderes.

Él volvió a meter sus manos en los bolsillos y a caminar hacia el Boar Hat. Ella sonrió con más convicción. Se acercó hasta un pequeño barranco y observó la ciudad a lo lejos. Retrocedió convencida. Seguro que si se encontraba en una situación peligrosa, sacaba fuerzas de donde no tenía para poder volar. Sí, esta loca estaba dispuesta a tirarse por una barranco.

- ¡Por Diane! - ella empezó a correr de una forma extraña con sus garras y moviendo las alas.

Tomó impulso en el borde del barranco, y una vez en el aire pareció que estaba todo mucho más alto. Por mucho que moviese las alas, acabó bajando rodando por la ladera hacia abajo como todos sabían que ocurriría.

Ella maldecía en voz baja recubierta de polvo, con el pecho y la cara en el suelo y las piernas sobre su cabeza dejadas caer, y todas las alas en la cara.

- Maldita sea como duele... - decía en voz baja.

Escuchó unos pasos delante de ella y abrió los ojos para encontrar unos zapatos de tacón negros masculinos. Subió la vista hasta encontrar a un alto y apuesto chico que la miraba con una tierna sonrisa. No sabía por qué, pero a Zoba le hacía similar su presencia a la de Gowther.

- Vaya, pequeña mariposa... - tenía la voz muy dulce - ¿quieres aprender a volar?

*

King encontró a Diane ayudando a unos obreros y se escondió para espiarla. Ella era preciosa, muy sincera, tierna, y se sentía completa ayudando a los demás. Era algo que le encantaba de ella, siempre le gustó y siempre le gustará. Y hoy, después de esas dos malas semanas que ha pasado por perder a Zoba, ella está especialmente resplandeciente. Se acercó a ella cuando terminó y le ofreció pasar un rato juntos, y que ella sonriese más de esa manera.

Sí, King se había olvidado por completo de que se había dejado a Zoba sola.

*

El chico ayudó a Zoba a levantarse tomando sus manos con delicadeza, con cuidado de sus uñas.

- Tienes que ser muy valiente para saltar por ahí intentando volar.

- ¿Me has estado espiando? - ella le preguntó dudosa mientras se sacudía el cuerpo.

- Digamos que siempre sé donde hay una cosa bonita cerca de mí que necesita ser admirada - él se inclinó y besó su mano con delicadeza - Me llamo Lily.

Ella retiró la mano y retrocedió no muy convencida. Sabía que no tenía que hablar con extraños, pero él había sido bueno con ella y no se alejaba, aun viendo sus cuernos y su aspecto.

- Yo... Zoba... - dijo susurrando.

- ¿Necesitas ayuda con esas alas? Tal vez podría ayudarte, si quieres mi humilde ayuda - su sonrisa era muy tranquila y sensual.

- No creo que tú me puedas ayudar... ya lo ha intentado alguien que sabe... y no ha servido de nada.

Lily no contestó. Sólo desapareció en una pequeña nube, quedando sólo una bonita mariposa negra y morada de largas alas enfrente de ella.

- Insisto - la voz de Lily salió de la mariposa.

Zoba le miraba con los ojos muy abiertos, y lentamente, en su cara empezó a formarse una amplia sonrisa. Parecía que de verdad podría aprender a volar si confiaba en Lily.

*

Meliodas caminaba delante de Gowther con los brazos tras la cabeza. Tenían que encontrar a Gilthunder para su favor, pues según Merlín, alguien llevaba un tiempo siguiendole.

- ¿Que pasa Gowther? - Meliodas giró un poco la cabeza hacia él - Parece que llevas un rato con la mosca detrás de la oreja...

Él se frotó las orejas y se sacudió el pelo.

- No tengo ninguna mosca detrás de la oreja.

- Es un decir, que hay algo que te molesta - Meliodas caminaba mirándole.

- Llevo un rato con algo que me molesta... pero no es una mosca... - él puso una mano en su barbilla mirando al cielo - es una presencia rara en la ciudad.

- Ah, tú también la has notado - Meliodas sonrió - pero no tienes de que preocuparte, no es peligrosa. Si te sigue molestando, cuando terminemos este encargo podemos ir a mirar.

Gowther miró curioso a su capitán que seguía caminando delante. Meliodas sabía que se refería a Lily, ese nuevo Pecado de la Lujuria.

*

La pequeña Zoba movía sus alas con esfuerzo mientras sostenía las manos de Lily, mientras él caminaba mirándola con una sonrisa.

- Muy bien, Zoba... espalda recta, no te tenses... muy bien, querida... pronto tendrás el batir suave de una mariposa.

Zoba sonreía mirando a la cara de Lily y cómo podía estar un rato en el aire sin cansarse tanto. Ahora avanzaba despacio pero seguro agarrada de sus manos por callejones poco transitados.

- Aprendes muy rápido, Zoba. Eres una maravilla de chica.

Ella le miró un poco confundida. Lily miraba admirado todas las extrañas partes de su cuerpo sin que hubiese ningún tipo de maldad en sus ojos. Le gustaba lo que veía y lo miraba todo con cariño.

- ¿Nunca te han dicho que eres preciosa? - preguntó bajándola al suelo.

- No vivo con gente que diga mentiras, así que no. Y además... este cuerpo es con diferencia el más horrible que he tenido.

Lily no se quiso meter en sus tipos de cuerpo mutante, pues ya le había comentado algo Merlín y no quería ir por ahí.

- Yo no veo nada horrible. Te veo muy bonita. Tienes un cuerpo bonito, un pelo suave, unas alas negras muy brillantes, y sobretodo, tu corazón es puro y no tiene nada de maldad.

Ella se sonrojó un poco mirando a otro lado. No estaba para nada acostumbrada a recibir bonitas palabras, sobretodo de un extraño. Pero... ¿Por que se dejaba piropear? ¿Por qué no se sentía incómoda ni molesta? ¿Por qué el tiempo se paraba cuando intentaba volar con él y el resto no era importante?

Paró de pensar cuando Lily tomó su mano.

- Por mucho que me gustes... veo que tu corazón está ocupado por alguien más... - dijo con una sonrisa salgo triste.

Ella suspiró. Sí, ciertamente todo eso era de esa estúpida cabra que no se enteraba de nada.

- ¿Me dejarías intentar reconquistar ese terreno? - El se inclinó hasta poner su cara delante de la suya.

- Eh... eh... - ella se puso nerviosa.

¿Eso era una proposición... de algo?

*

Había pasado un rato desde que Meliodas y Gowther seguían a Guilthunder y compañía, y en la distancia vieron una explosión.

- Es uno de esos caballeros que se volvieron locos - dijo Meliodas mirando - King y Diane están ahí, no pasará nada malo.

Gowther miraba callado a la distancia. Notaba esa presencia rara cerca, y Meliodas lo sabía. Gowther estaba raro.

- Puedes ir a buscar esa presencia que te inquieta. Se cómo solucionar lo de Gilthunder - él sonrió confiado.

- Pero... Merlín nos ha mandado a los dos...

- Pero el trato lo tiene ella conmigo y soy el capitán. Puedes ir, nos reuniremos por aquí.

Gowther vio como Meliodas se iba caminando hacia Gilthunder y el resto. Él miró al cielo un momento. Se daría prisa, un vistazo y volvería.

Empezó a correr por una calle mirando a todas partes, procurando que no le viese nadie, hasta que se metió en los callejones. Notaba esa presencia molesta para él, y estaba con otra conocida...

Se detuvo de correr cuando escuchó una risa. Se escondió tras unas cajas prestando atención a la voz.

- ¡Lily, puedo volar! ¡Mírame Lily!

Gowther salió de su escondite a reconocer a Zoba. La vio en el aire, a la altura de los tejados batiendo las alas, con buen aspecto y tranquila. Su gran sonrisa era muy poco inusual.

Gowther miró un poco interesado. Parecía que era la primera vez que Zoba volaba y se lo pasaba así de bien.

- Te veo, Zoba, te veo - contestó una voz masculina.

Gowther se ajustó las gafas para ver a un chico subido a un tejado apoyado en una chimenea. Él era el responsable de ese aura tan... rara, pero no parecía una amenaza.

Zoba dio un par de paseos por el aire batiendo sus alas, y su pecho dejó de latir un microsegundo cuando vio a su pelirrosa favorito observarla desde el suelo.

- ¡Gowther! - ella se acercó volando a su lado sin posarse en el suelo - ¡He aprendido a volar muy rápido!

- Felicidades, Zoba - él la miró inexpresivo - Pero... ese no es King.

Gowther miró hacia el chico que los miraba en el tejado con una sonrisa confiada. Estaba de brazos cruzados y su capa ondeaba al viento. Por un momento, hubo una tensión entre ambas miradas, reconociendo cada uno en el otro algo parecido al Pecado de la Lujuria.

- Gowther, te presento a Lily, es quien me está enseñando a volar. Lily, este es Gowther, mi... - ella miró al pelirrosa con una tímida sonrisa - mi amigo...

- ¿Así que tu amigo, eh? - Lily sonrió de lado tranquilamente sin perder su encanto, sabiendo que para ella no era su amigo.

- Soy Gowther, el Pecado de la Cabra - Gowther hizo una de sus poses épicas.

- Yo soy Lily, el Pecado de la Mariposa - él hizo una reverencia muy elegante.

- Negativo, en los Pecados Capitales no hay ninguna mariposa - Gowther se ajustó las gafas.

- ¿Ah no? Yo juraría que no hay ninguna cabra - Lily sonrió - Zoba, ¿Nos vamos a seguir practicando? Vamos a esquivar obstáculos en vuelo.

- ¡Sí, vamos a ello!

Zoba se impulsó con sus alas hacia el tejado, pero Gowther la agarró por un tobillo, impidiendo que siguiese volando. Ella se giró a encontrarse con su cara fría ausente de emociones.

- Zoba, no es bueno que otros te vean con esta forma.

Ella puso una cara triste volviendo a la realidad. Sí, ella tenía aspecto de demonio y se había dejado llevar un poco. Además, seguía yendo con esa ropa interior con correas.

- Estás muy equivocado - Lily se agachó en el tejado y tomó la mano de Zoba - Tú quieres esconder su figura porque no es de vuestro gusto, pero ella ahora se siente bien con su cuerpo si le haces ver hermosa, que es lo que es. Créeme, Gowther, que si Zoba fuera mía, la enseñaría orgulloso al mundo, haría que se amase y que fuese feliz.

Gowther giró un poco la cabeza sin soltar el tobillo de Zoba, como si no entendiese muy bien lo que estaba oyendo. Zoba tenía la piel rojita del sonrojo, más que su color morado actual. Lily dio un tirón a su mano para echarla sobre sus brazos, haciendo que Gowther soltara su tobillo.

- Me la llevo a seguir entrenando, y luego la invitaré a unos dulces... por ser tan dulce - él sonrió mirándola y ella desvío la mirada roja - ¿No te importa, verdad Gowther?

Él sonrió y se marchó con Zoba en brazos antes de que la Cabra contestase. Gowther observó el lugar donde ellos estaban hace unos segundos seriamente, con su rostro inexpresivo. Tras unos segundos, habló.

- Sí, si que me importa.

Dicho esto empezó a caminar siguiendo la dirección por la que marchó Lily con Zoba. Merlín, asomada tras una esquina, sonreía satisfactoriamente espiándoles.

*

King y Diane volvían al Boar Hat subiendo la cuesta andando. Después de su juego y su pequeña cita, ambos no se atrevían a hablarse ni a mirarse por la vergüenza.

Llegando a la entrada, King se dio cuenta de algo. Se puso blanco mirando hacia el bosque, donde se había olvidado por completo a Zoba, y ella ahora no estaba.

- ¡E-Espera aquí, Diane!

Él se subió en su cojín y fue rápidamente dentro del Boar Hat. Lo recorrió de arriba a abajo buscándola y luego salió por la puerta de atrás yendo al bosque a buscarla desde las alturas.

- No puede ser... no está... - él miraba desde las alturas - se me olvidó completamente... ¿Dónde estará...?

- ¿Que pasa, King? - Diane le gritó desde abajo.

- ¡N-Nada, Diane! - el dio un grito ahogado cuando la miró, pues Meliodas había llegado y estaba a su lado.

Él le encargó a Zoba y ahora tenía que decirle que la había perdido y no sabía dónde estaba. Puede que incluso la secuestraran.

- De-demonios... - dijo con una cara incómoda - me voy a quedar sin comer un mes... como mínimo.

*

Zoba se sentó en un escalón suspirando cansada. Estiró las piernas y los brazos con una sonrisa satisfecha. Lily la miraba contento.

- Muy bien, ahora eres una voladora fabulosa.

- No es nada... sólo he tenido un buen maestro... que ha venido a mí en el mejor momento - ella dio una sonrisa tímida.

- Te voy a recompensar, compraré algo dulce para nosotros.

- Te espero aquí, no quiero que me miren mucho... ni llamar la atención...

Lily asintió mirándola y fue a comprar algo. Zoba sonrió y suspiró. Se sentía muy bien consigo misma. Había encontrado a alguien a quien le hacía sentir especial, única y bonita, que la cuidaba y respetaba... bueno, y lo mejor es que ella ya no odiaba su cuerpo de demonio, se sentía mejor con él e incluso... le gustaba... un poquito. Más por las alas.

Cerró los ojos y escuchó a un niño llorar en alguna calle cercana. Se levantó y empezó a caminar buscando el origen del sonido.

En una calle al lado, un niño sollozaba abrazado a un gato gordo. Gowther estaba a su lado mirándole. Zoba se escondió un poco y lo observó. El niño empezaba a describirle a una mujer, su madre tal vez, y Gowther escuchaba.

Se quitó las gafas y sacudió su pelo un poco, haciendo crecer la melena y cambiando de color. Zoba abrió los ojos. Es lo mismo que hizo cuando conoció a Alan, sólo que ahora tenía una apariencia mucho más femenina. Se había convertido en su madre para que el niño la viese una última vez.

Zoba tenia sus ojos negros y rosas  muy abiertos y titilantes. Detrás de ella, llegó Lily con dos batidos de chocolate con nata.

- ¿Zoba? Te estaba buscando... ¿Qué...?

Lily se sorprendió. No por la escena de Gowther ni el niño, sino por las emociones que tenía Zoba ahora mismo.

La Mariposa de la Lujuria sabía perfectamente cómo sonaba un corazón lleno de amor, y estaba claro que el de Zoba sonaba así. Completo, feliz y satisfecho... incluso sin ser correspondido.

Lily sonrió tranquilamente dejando los batidos detrás de ella y suspiró. Había perdido la batalla. No tenía nada que hacer contra eso.

Miró hacia un callejón, donde Merlín estaba mirando las escenas sonriendo satisfecha. Ella le indicó con un gesto de cabeza que podía retirarse. Estaba muy satisfecha por los resultados, tantos los de Zoba, que sí tenía amor verdadero en sus venas cambiantes, como los de Gowther, que podía mostrar algún tipo de emoción... con ella, y que se esforzaba por comprender las del resto.

Gowther se fue corriendo hacia su callejón cuando el niño se giró a llamar a su padre. Zoba le dejó sitio.

- Gowther...

Él le puso la mano en la boca mientras miraba. El padre llegó para llevarse al niño, que estaba llorando. Una vez solos, le apartó la mano de la boca.

- Los seres humanos son muy extraños...

- Los seres humanos si... - ella sonrió mirándolo - pero tú eres fabuloso.

Gowther la miró a los ojos, aún con forma de mujer. Volvió a su forma normal y se puso las gafas.

- ¿Yo? ¿Fabuloso?

- Sí... has hecho una acción preciosa... - ella estaba sonrojada, pero muy feliz.

- Pensaba que era buena, pero le he hecho llorar... necesito reflexionar sobre ello.

- Ah, Lily... - ella miró hacia atrás sin encontrar a nadie.

Ella parpadeó sin ver a nadie, sólo dos batidos de chocolate con nata. Los recogió del suelo mirándolos.

- Esto... ¿Te gusta el chocolate? - dijo con una tímida sonrisa ofreciéndole uno.

- En cuanto a la comida, no tengo preferencias - dijo tomándolo - Pero esto creo que no lo he probado, gracias.

Ella sonrió haciendo un ruido suave con las uñas en el plástico del vaso. Se había hecho muy tarde y no se habían dado cuenta.

- Deberíamos volver al Boar Hat, por la noche vienen clientes y el Capitán nos necesitará.

Zoba sonrió tranquila. Empezaron a caminar juntos hacia la colina, con un gran día sobre sus hombros.

*

En el Boar Hat, King sudaba como un loco delante de Diane y Meliodas.

- ¿Dónde está... eso que te encargué? - Meliodas lo miraba tranquilo con las manos en los bolsillos.

- Bu-bueno... verás... es que yo... - King juntaba sus dos dedos índices incómodamente, incapaz de mirar a la cara a Meliodas.

- King... ¿Te has escaqueado de tus tareas? - Diane se puso las manos en las caderas. Con su vestidito rosa estaba muy linda.

- No, no es eso... sólo yo... - King apretó los labios.

- Sólo dejó a Zoba aprender a volar sola para irse a buscarte a la ciudad - Ban apareció caminando detrás con una gran bolsa de comida - También se escaqueó de hacerme la compra, he tenido que ir yo.

- ¡Oe, chivato! - King lo miró enfadado.

- ¿Zoba? - Diane puso una cara triste - ¿Enseñar... a volar? King...

- Bueno, supongo que el secreto no iba a durar mucho más - Meliodas se giró hacia el camino.

Zoba apreció con Gowther subiendo por la ladera. Zoba le estaba contando algo muy animada, y él la miraba escuchando sin separar los labios de la pajita de su batido.

Diane se giró con la cara descompuesta hacia ellos. Ella... no podía ser. De verdad estaba...

- ¿Zo... ba? - dijo mientras sus ojos temblaban un poco.

Zoba dejó de caminar y la miró. Vio a su querida amiga, que la observaba como si su nueva forma no le importara, como si no hubiese cambiado un ápice... pero ella... era de su tamaño ahora. Podía... abrazarla completamente.

El batido se escurrió de su mano hasta el suelo, pero Gowther puso la mano antes para atraparlo.

- Diane... mi Diane...

La giganta dio un alarido y empezó a correr en grandes zancadas hacia la chica de apariencia demoníaca con lágrimas en los ojos. Zoba abrió los brazos, esperando a ser embestida por ella.

Diane se lanzó a sus brazos abrazándola fortísimo y cayendo al suelo, hicieron la croqueta juntas por unos metros, hasta que la giganta acabó llorando en el pecho de ella. Zoba acarició su pelo con cariño y besó su frente, intentando no llorar también.

Todos observaban la escena con una sonrisa, menos Gowther, que miraba con su cara de siempre. Se supone que la vuelta de Zoba debía causarle alegría a Diane, pero ella estaba llorando. ¿Por qué lloras cuando vuelves a ver a alguien que ha muerto? Por preguntas como estas, Gowther encontraba a los humanos muy complejos.

--------------------------------------

Se me ha alargado un poco el capítulo, pero en fin, es lo que hay :3

Ahora que Gowther ha ganado a Lily por el corazón de Zoba (sin saberlo) y que se vuelve a reunir con su amiga Diane,

¿Ella dejará que se acerque a Gowther?

¿Podrá darle alguien respuesta a las infinitas preguntas que aparecen en la mente de Gowther sobre el comportamiento humano?

Y lo más importante...

¿Será King castigado por su despiste?

Lo veremos :3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top