Capítulo 38 - Salvando a Mael

El nuevo rey de las hadas se incorporó en el aire, con sus enormes alas brillantes, y sostuvo a Zoba para incorporarla en el aire.

 - Gracias por los ánimos, gracias por diseñarme un futuro tan hermoso... - dijo con una sonrisa - Ahora me toca a mí, descansa, por favor.

Zoba asintió emocionada y voló esquivando las piedras que caían en el aire para ayudar a Elizabeth a sostener a Diane, pero antes de eso, apareció una enorme jaula en el aire hecha con tallos de rosas que guardó a las tres chicas en su interior.

 - Esto... es magia de King... - dijo Elizabeth tocando la jaula.

 - Diane... - dijo Zoba acercándose - ¿Te encuentras bien? - preguntó al ver que la giganta tenía el rostro tapado.

 - S-sí... - dijo sin mirarla.

Pero eso no le bastó a Zoba, e insistió e insistió hasta poder ver su cara, sonrojada y con las pupilas titilantes, y una mano en su boca.

 - Que guapo está, ¿eh? - preguntó Zoba pillinamente.

 - ¡No digas eso! - contestó ella nerviosa.

Zoba sonrió feliz y se acercó a la jaula, para ver cómo entre la nueva forma del rey de las hadas y Gowther harían caer por fin a Mael. King se manejaba y atacaba, usando su forma de Chastiefol varias veces, pudiendo clonarla gracias a su nuevo poder, y Gowther esperaba su oportunidad para lanzarse a por él y buscar al verdadero Mael en su mente. Luego, se puso la mano sobre su pecho mirando hacia sus pies. Elizabeth se dio cuenta.

 - ¿Notas algo? - preguntó.

 - Noto una alteración... un nerviosismo que no es mío. Merlín está librando una batalla muy muy poderosa, y muy seguramente los que están con ella también.

 - Vaya, has dicho correctamente el nombre de Merlín - dijo ella con una sonrisa.

 - ¿Me escuchabas llamarla "Malín"? - preguntó ella con una pequeña sonrisa - Ya soy una mujer, ahora debería también llamar a Nor por su verdadero nombre.

 - No se yo si le sentará bien que le llames Escanor... - dijo ella con su pelo ondeando por el viento.

 - No Elizabeth - dijo ella mirándola a los ojos, teniendo ahora ambas el rostro igual por la mutación de Zoba - Escanor no. Papá.

Elizabeth tomó su mano y la apretó con cariño mientras la miraba sonriente. Diane, detrás, las miraba también con felicidad, y se agacho hasta meter su enorme cabeza entre ellas.

 - ¡Yo también quierooo! - dijo remolona.

 - Ya, ya, ya está, celosa mía... - dijo Zoba abrazando su mejilla.

Luego, las tres vieron a los chicos pelear, y mientras, Gowther esperaba paciente el momento de mayor fragilidad. Cuando fue el momento oportuno, se lanzó a abrazarlo y en un momento de debilidad, entró en lo más profundo de su mente.

Mael, al encontrarse en trance, no pudo mantener su levitación, y comenzó a caer al vacío con Gowther abrazado a él, sobresaltando a las chicas. Zoba se agarró con fuerza a la jaula mirándolos desde lejos.

 - Gowther... confío en ti... - susurró cerrando los ojos.

Mientras, dentro de la mente de Mael, el verdadero era atormentado contantemente por los Mandamientos que tenía absorbidos y controlaban todo su ser.

 - ¿Qué haces aquí? - preguntó este al ver llegar al muñeco - No tiene remedio.

 - Claro que lo tiene - dijo acercándose con una pequeña sonrisa - Déjame convencerte de lo contrario.

*

Mientras tanto, en la tierra, los rivales de Merlín, Escanor, el líder de los cuatro arcángeles Ludociel que usaba de recipiente el cuerpo de Margaret, Gilthunder y Hendrickson se estaban enfrentando ni más ni menos que a Zeldris, su maestro Cusack y a Chandler, el maestro de Meliodas. Tres de los demonios más poderosos con los que se pueden encontrar, siendo este último, el asesino de Gloxinia y Drole.

La cantidad de magia y estrategias que usaba Merlín era increíble, superando las expectativas de los grandes demonios y dejándolos sin escapada, pero la batalla seguía reñida. Uno de los fuertes ataques de Cusack la lanzó lejos, cayendo al suelo, y antes de recibir ninguno más, Escanor corrió a su lado y se lanzó sobre ella sin posarse sobre su cuerpo para recibir todos los impactos.

 - Escanor... - dijo ella mirándola desde debajo - No era necesario, no me habrían...

 - No digas que no es necesario - dijo el orgulloso león levantando la cabeza un poco para mirarla - Siempre es necesario protegerte para mí, ahora aún más.

La maga le miró a los ojos, un poco hipnotizada por la pequeña sonrisa que tenía ahora el león.

 - Compartes el corazón con mi hija, y estáis vinculadas con un gran poder. Perder a una supondría perder a la otra también, herir a una sería herir a la otra. Y no estoy dispuesto - dijo levantándose y tendiendo una mano para ayudar a levantarla.

Merlín la tomó con una sonrisa un poco arrogante y se levantó.

 - No lo olvides, tú también estás vinculado a ella por una magia mucho más fuerte que cualquiera que pueda crear.

Escanor sonrió. El cariño de verdad no se puede crear, y Escanor lo sabía bien. 

*

Dentro de la jaula, mientras todos esperaban impacientes a que Gowther lo consiguiese, Zoba se había puesto de rodillas agarrando su escudo agrietado en forma de cabeza de león. Lo acariciaba con las puntas de los dedos, perfilando sus facciones.

 - León que vives en el sol... - susurró - que recorres el mundo montado sobre tus rayos de calor mientras ruges atravesando las nubes... - recitaba con cariño - Necesito que agites tu melena en el zénit de tu viaje alrededor de la tierra y liberes tu majestuosidad... - las puntas de sus plumas temblaron con una escalofrío - Te lo pido, yo, una fiel admiradora... astro que ruge a la llegada del medio día. Libera tu fuerza.

En ese momento, el sol, escondido tras una nube, salió con un brillo fuerte y cálido. Zoba levantó la mirada protegiéndose con el dorso de la mano y sonrió.

*

De vuelta a la tierra, Merlín miró a Escanor a los ojos y sonrió. Sabía bien lo que pasaba cuando sus ojos azules se volvían más claros de lo normal y su piel comenzaba a ser un curioso espejismo para la vista simulando una lenta corriente de lava.

 - Aquí está... - susurró ella con una sonrisa altanera.

Los grandes demonios abrieron los ojos sorprendidos.

 - ¿¡Qué es esta maldita fuente de poder?! ¿De dónde viene? - gritó Chandler.

 - Me es muy familiar... ya he notado este poder antes... - Cusack afiló los dientes mirando al hombre que ahora hacía aumentar la temperatura a su alrededor, mientras que poco a poco seguía creciendo.

Escanor se giró hacia ellos, haciendo que una escalofrío les recorriera la espina dorsal al ver ese rostro, con una enorme sonrisa y los ojos afilados, desprendiendo llamas de su cuerpo. El león que hay el Sol ha viajado rugiente sobre los rayos hacia el cuerpo de aquel que posee su bendición, dándole el minuto de mayor auge: The One.

*

Zoba sonrió satisfecha y abrió los ojos de nuevo para ver a Gowther y a Mael. Quedaba poco para que se estrellasen contra el suelo. Entrecruzó sus dedos mirando fijamente a Gowther, y con una esperanza en su pecho que no moriría, pensó:

 - "Dile a Mael que le perdono. Elizabeth y yo le perdonamos sin ningún rencor"

Tras quedar unos metros para que ambos cuerpos cayeran contra el suelo, todos se taparon la cara con las manos, excepto Zoba, que siguió mirando fijamente cómo aparecía una luz del cuerpo de Mael. Una fracción de segundo antes de chocar contra el suelo, unas grandes alas de ángel aparecieron y el verdadero Mael apareció sujetando a Gowther y levantando el vuelo.

 - ¡¡YEY!! - gritó Zoba dando una salto de emoción - ¡Lo consiguieron!

Todos se quitaron las manos de la cara y sonrieron viendo la escena. El apuesto arcángel volaba majestuosamente por el aire agarrando a un muy malherido Gowther, que sonreía satisfecho. King liberó la jaula y dejó a sus integrantes posarse en el suelo estable que quedaba de la isla flotante.

 - ¡Gowther! - Zoba se lanzó volando en picado, echando sus alas hacia atrás, aumentando su velocidad.

 - Eh, Zoba... Zoba... - el Muñeco puso una cara algo asustada, pues la mutante caía en picado hacia él con los brazos tendidos para abrazarle.

Con una sonrisa de resignación, él se puso en posición de recogerla con una pierna atrás y tendió sus brazos (brazos y medio, pobre...) hacia la chica. Zoba cayó en picado hacia sus brazos y ambos salieron despedidos hacia atrás sin poderlo evitar, rodando por el suelo abrazados.

 - Que bruta la jodía... - dijo Hawk viendo la escena desde lejos - Un poco más y lo saca de la isla...

 - Déjala que abrace a su amado - dijo Elizabeth a su lado - Déjalos que disfruten.

Mientras, Zoba reía en los brazos de Gowther con la felicidad de una niña pequeña. ÉL suspiró abrazándola aún más.

 - Siento mi entusiasmo, pero estaba tan contesta que no lo he podido evitar en absoluto - dijo mirándole.

 - Te escuché, en mi mente... - dijo Gowther con una sonrisa - Te escuché desearme suerte, te escuché rezarle al sol para ayudar a Escanor, te escuché decir lo que Mael necesitaba oír para convencerle por fin... después de todo, no pude hacerlo solo, me hacías falta.

 - ¿Olvidas que somos un equipo indestructible? - dijo ella ampliando su sonrisa.

 - Sí, un equipo indestructible... - afirmó Gowther - Oye, quiero aclararte una cosa... lo de Nadja... yo... lo que me atormentaba y quería saber... no es volver a estar con ella, era que... - el muñeco se puso algo nervioso - Yo... quería saber si ella me guardaba algún tipo de rencor u odio porque yo hubiese rehecho mi vida con otra mujer...

 - Gowther... - dijo ella mirándola con los mofletes hinchados - Sabes que me cae bien Nadja, pero ahora no me apetece hablar de ella, ahora estamos tú y yo - dijo con un tono molesto e infantil.

Gowther sonrió aún más abrazándola. Ella estaba haciendo un gran esfuerzo por eliminar de su pecho ese orgullo y su actitud altanera.

Después, se levantaron. Zoba vio como Diane se sonrojaba y se escondía tras sus coletas viendo a King aparecer con un traje negro, y a los lejos, Elizabeth hablaba con Mael. El Arcángel después la miró a ella, pero desvió la mirada rápidamente.

 - Zoba, creo que deberías hablar con él - sugirió Gowther.

Ella asintió un poco, y empezó a caminar hacia ellos, hasta ponerse al lado de Elizabeth, cosa que incomodó un poco a Mael, ya que ambas tenían el mismo rostro. Elizabeth se dio cuenta y los dejó solos, yendo a ver a Gowther.

 - Mael... - dijo ella mirándole a los ojos.

 - No, déjame a mí hablar... - pidió el arcángel - Gowther me ha dicho que no me guardas rencor... después de hacerte tanto daño, hacerte sufrir y buscar tu dolor, ¿eres capaz de perdonarme?

Ella sonrió con una pizca de orgullo.

 - Si soy capaz de no sentir odio hacia el viejo Estarossa, ¿crees que no puedo perdonarte? - dijo ella cruzando los brazos.

Mael dio una risa ronca.

 - ¿Qué clase de corazón tienes tú? - preguntó sin entender la razón de su bondad.

 - Dos, uno es el original de mi amado, y el segundo lo comparto con la maga más poderosa del mundo. Eso hay aquí - dijo poniendo una mano sobre su pecho con mucho orgullo.

Mael sonrió y se inclinó un poco hacia ella a verla mejor. Vio sus seis alas, siendo las de su cadera más grandes que las de su espalda, y las de su cabeza hacían un adorno precioso, siendo de un blanco inmaculado y menos articuladas que las de los ángeles. Eso, sumado al rostro de ojos naranjas de Elizabeth le gustaba mucho a Mael.

 - Retiro todo lo que he podido haber dicho sobre que eres una mutante horrible... eres una mutante preciosa - dijo con una sonrisa cariñosa.

Zoba abrió un poco más los ojos sin esperarse eso, y cuando Mael tendió una manos hacia ella, Gowther la detuvo con la única mano que le quedaba mirándole fijamente, con un rostro inexpresivo.

 - No se toca - advirtió - Se mira pero no se toca. Y como sigas mirándola así te prohibiré mirarla también.

Zoba abrió la boca y Mael parpadeó sorprendido. A lo lejos, Diane dio un chillido saltando.

 - ¡Así se hace, Gowther! - gritó emocionada - ¡Es tuya y de nadie más!

La giganta estaba muy feliz de ver una muestra de cariño de esa vieja forma posesiva que se guardaba Gowther, aunque en el fondo, no eran con la misma intención. Hawk golpeó el suelo con una pezuña.

 - Por todos mis jamones, que bonito... - dijo apretando los dientes y moviéndose hacia los lados - Yo quiero que alguien me mime así...

Todos rieron al ver al cerdo ponerse así, olvidando por completo una presencia que apareció en el lugar, de la nada, como de un vórtice. Nadie se percató de su presencia hasta que carraspeó la garganta, haciendo que todos se giraran a mirarle, y abrieron los ojos sorprendidos.

 - ¡¡¡BAN!!! - gritaron todos - ¡¡Has salido del purgatorio!!

 - Obvio, no fui para quedarme - dijo con una sonrisa de las suyas.

Elizabeth se acercó corriendo hacia él.

 - ¿¿Has conseguido encontrar a Meliodas?? - preguntó nerviosa.

 - Por supuesto - dijo manteniendo su sonrisa - Pero no está aquí, tenéis que volver rápido. Pronto me reuniré con vosotros.

Y tras marcharse, Hawk dejó a Gowther montarse sobre su lomo y empezar a volar, y tras él, Zoba y Elizabeth sostenían a Diane para empezar a bajar. King y Mael fueron por su lado, en marcha para ir a ayudar al resto del grupo que combatía contra los grandes demonios.


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