Capítulo 35: Le amo


 - Yo soy el culpable de todo lo que te ha sucedido... Arcángel Mael...

Gowther seguía con los brazos tendidos delante de Zoba, plantándole cara al demonio y protegiéndola.

 - ¿¡De qué estás hablando?! - gritó Estarossa.

 - Es mi culpa que tú hayas perdido el poder del Sol y ahora estés en el bando de los demonios, siendo un Arcángel anteriormente. ¿Lo recuerdas ahora?

El rostro de Estarossa cambiaba a uno de puro horror y retrocedió un par de pasos sin dejar de mirar al muñeco, que tenía en su rostro una mezcla de pena y culpa, pero también de molestia. El gran hombre, tapándose la cara con las manos y los ojos titilantes por la vuelta de su verdadero ser a su cuerpo y mente, tras ponerse su ojo derecho con el símbolo de los ángeles, gritó de agonía.

Gowther aprovechó ese momento de distracción del enemigo para correr al lado de Zoba, y se agachó a su lado tomando su brazo.

 - ¿Lo has...? - dijo ella levantando la cabeza jadeando y cansada - ¿Lo has dicho en serio? ¿Qué me... quieres?

 - Por supuesto - él asintió con una sonrisa - Esta vez no voy a permitir que te aparten de mi lado, por eso estoy aquí. Ya lo permití una vez... y me arrepiento. No quiero volver a pasar lo mismo.

Zoba sonrió temblorosa y dejó caer dos lágrimas de sus ojos. Gowther las limpió con sus pulgares.

 - Dime que... - susurró ella - que esto no es una de tus ilusiones y que no estás jugando con mi mente...

 - Te prometí no hacerlo - dijo convencido - Y si alguna vez lo vuelvo a hacer, será con tu consentimiento.

Justo cuando Zoba le miraba con un cariño infinito e iba a abrir la boca para corresponder a su "te quiero", Gowther vio venir al arcángel hacia ellos y sólo tuvo tiempo de empujarla lo más lejos posible, hacia los brazos de la forma Guardian de Chastiefold, antes de que Mael agarrase sus cabellos rosados y lo lanzase contra una de las enormes columnas.

 - ¡Gowther! - gritó ella todo lo fuerte que pudo.

Zoba miró con horror la nueva forma que presentaba su enemigo, viendo que una de las pocas cosas que conservaba, además de su corte de pelo, era su sonrisa altanera. Eso y unas alas de demonio.

 - Así que tú... eres el culpable de que mi vida se haya arruinado... de nunca encontrar mi lugar, de sentir que no pertenezco a ninguna parte... - dijo acercándose a Gowther, que se levantaba despacio del suelo - Quiero saber el motivo antes de hacerte pagar por todo mi dolor.

 - Sí, es lo justo - dijo el muñeco colocándose sus gafas - Te contaré lo que quieres saber.

Mael frunció el ceño con enfado, y apretando un puño con rabia, dio un fuerte golpe al muñeco en el vientre, y luego otro en la cabeza volviéndolo a lanzar lejos.

 - Maldito... - dijo con un gruñido - Tienes el descaro de rendirte tan pronto y darme lo que quiero sin oponer resistencia... ¡No me fastidies!

Mael alzó el vuelo con un salto y cayó en picado de pie sobre el estómago de Gowther, creando a su alrededor una gran nube de polvo.

 - ¡No lo toques, maldito seas! - Zoba se removió extendiendo una temblorosa manos hacia Gowther, mientras Guardian la sostenía.

Mientras, Mael miraba a Gowther con superioridad encima de él y de brazos cruzados. Las gafas de la Lujuria se habían perdido en su vuelo y su ojo derecho se salió de la cuenca por la presión del puñetazo. Su brazo derecho se había roto por debajo del codo y ahora colgaba inutilizable.

 - Yo... lo hice para detener la Guerra Santa... - confesó el muñeco sin dejar de mirarle, sin poder verle por la pérdida de su ojo y gafas - decidí sacrificar una vida en vez de perder varias... era menos doloroso... Meliodas traicionó a los demonios por Elizabeth... así que decidí mover a un ángel con poder similar al de Meliodas al bando de los demonios para compensarlo...

 - Y tenía que ser yo... - Mael le miraba sin mostrar compasión.

 - ¡Por favor, déjalo en paz! - después de ese grito, Zoba empezó a toser, dejando que definitivamente se desprendiesen las alas marchitas de su espalda.

Su fuerza disminuía enormemente cada minuto que pasaba, y empezaba a sentir cansancio y sueño. King se acercó flotando muy preocupado por ella.

 - Zoba, por favor, detente y descansa, tu energía ha disminuido mucho. Eso y la falta de tu corazón, y la mutación... puedes acabar realmente mal, se nota que te duele todo el cuerpo.

 - No es mi cuerpo lo que más me duele... - admitió ella con los ojos llorosos - Me duele el alma de ver que de verdad está dispuesto a morir...

King la miró con tristeza, y justo después de esas palabras, ella rompió a llorar. Gowther, desde lejos, la escuchó, y giró su cabeza hacia el sonido. No podía ver nada, no sabía dónde estaba, pero su llanto era fuerte y claro. Era algo que nunca querría escuchar.

 - Zoba... - murmuró con tristeza - es necesario para protegeros a todos... es necesario para que vivas...

 - Ya que no me vas a rogar ni tiemblas de miedo ante mi presencia - dijo Mael atrayendo su atención - me conformo con escuchar los gritos de agonía de ella, porque es obvio que te hacen sufrir si la quieres como me has dicho.

Luego, movió los pies sobre su vientre, notando lo extraño que se sentía. Era obvio que su interior estaba destrozado, peor no había hemorragia interna. Ni siquiera su brazo partido sangraba.

 - ¿Qué clase de cuerpo es este? - preguntó observándolo.

 - Soy un muñeco creado por el mago Gowther, de los 10 mandamientos. Este cuerpo está creado para no sentir dolor físico - confesó.

 - ¿¡Y cómo voy a vengarme sobre un cuerpo que no siente dolor?! - recriminó Mael.

Se bajó molesto de encima de él, y el muñeco frotó su vientre aplastado. El arcángel echó un vistazo alrededor, y teniendo una idea al escuchar de nuevo los llantos de Zoba a lo lejos, se frotó la barbilla con una sonrisa de lado. Después empezó a caminar hacia ellos. Gowther le miró, y se levantó rápidamente, pues había leído la mente de Mael y vio sus intenciones.

 - ¡No! - gritó poniéndose delante y abriendo los brazos - ¡Esto es sólo entre tú y yo, no la metas en esto!

Pero Mael no apartaba su vista de Zoba. Allí, King acariciaba la cabeza de Zoba preocupado, intentando darle algún consuelo a su dolor, y veía como sus largos cabellos se quedaban atrapados entre sus dedos, además de caerse sus orejas de zorro.. Ella se había acostado sobre el brazo de Guardian y respiraba lentamente y por la boca.

 - King... - susurró - te lo suplico... ayuda a Gowther...

 - Zoba, mírate, estas... muy débil... - el rey de las hadas no quería decir "moribunda".

 - King... - Zoba levantó una mano con pesadez y agarró la suya - me pondría de rodillas si es necesario, pero te lo ruego... ayuda a Gowther... no dejes que le mate... tenéis una regla que lo impide, ¿verdad?

King se sorprendió abriendo los ojos. Sí, era verdad, Meliodas impuso unas reglas para ellos.

 - Si un miembro de los 7 pecados capitales se encuentra en apuros, el resto debe acudir en su ayuda. Lo haré, Zoba - dijo sonriendo - a cambio de que tú tienes que resistir, es una promesa.

Guardian la bajó despacio hasta el suelo y la dejó con toda la delicadeza que pudo. Hawk vino corriendo hacia ellos, recuperando su forma de cerdo.

 - ¡Zoba-chan, no te mueras! - le gritó sin disimular - ¡Yo cuidaré de ti!

 - No le va a pasar nada, me lo ha prometido - King se elevó al cielo - Cuida de ella, Hawk.

 - King... - ella se giró a mirarle, con una mano sobre su pecho - Dile... de mi parte... que le amo.

El hada sonrió con ternura y tras una mirada se marchó. Hawk acarició el brazo de la chica con su morro y dio un chillido asustado cuando notó lo fría que estaba su piel. Ella mientras, miraba con una sonrisa hacia ellos, mientras sus ojos, pesadamente, se cerraban.

 - Sí... le amo...

En el campo de batalla, King se puso de lado de Gowther, incluso Derieri, y los arcángeles finalmente convencidos por Elizabeth de que ahora Mael era un peligro descontrolado. Gowther los miró a todos.

 - No es necesario... de verdad... - dijo él.

 - Gowther, tenemos una norma dentro de los pecados capitales, ¿recuerdas? - dijo King a su lado - Te ayudaré, todos podremos contra él.

Luego Gowther echó un vistazo hacia la chica que sufría a lo lejos. Notaba su vitalidad descender enormemente... hasta llegar su fuera a una sola cifra. 9.... 8.... 7.... así hasta que el reloj de arena que marcaba su tiempo terminase.

 - No temas, es una promesa - King asintió convencido - Sabes que es fuerte, y sobre todo, te ama.

 - ¿Me... ama? - Gowther abrió su ojo un poco más.

 - Te ama, así que ambos debéis vivir si quieres oírlo de sus labios.

Dicho esto, King cambió la forma de Chastiefol a una más ofensiva mirando a Mael. Todos se prepararon para combatirle, hacerle frente y por lo menos, reducir su poder.

Mientras tanto, lejos de allí, en una reunión con los humanos y otros cargos de poder, se encontraban Merlín y Escanor. La maga llevaba un rato sin poder concentrarse y miraba por la ventana moviendo un pie nerviosa. Escanor sabía el por qué, y su poderosa y orgullosa forma de medio día la miraba con seriedad. Justo cuando la maga salió del salón hacia el exterior, él la siguió.

 - Merlín-sama... - la llamó detrás de ella - ¿Algo no va bien?

Ella no respondió y se cruzó de brazos.

 - En efecto, algo no va bien - confesó - Pero sin embargo, tengo una buena noticia, a la vez que otra mala. La buena es que... finalmente ha pasado - dijo girándose hacia él.

 - ¿Ha pasado? ¿A qué te refieres? - preguntó el león.

 - A eso que llevo tantos años esperando a que suceda, y finalmente ha sucedido naturalmente. Ya sabes que es - dijo con una pequeña sonrisa.

El león comprendió y cerró los ojos asintiendo con un gesto sereno.

 - Entonces si tienes esa buena noticia, es porque la mala...

 - Sí, lo siento. Ella está a punto de morir... y esta vez de verdad. Su vida se termina rápidamente y no tiene fuerza para remediarlo. Si tan siquiera hubiese tenido tiempo para fabricarle un corazón humano de nuevo...

 - No te culpes, Merlín-sama - Escanor se puso a su lado - Conociéndote, tienes un plan.

 - Un plan, más que un plan es... una nueva oportunidad - dijo ella levantando la cabeza a mirarle - No estoy dispuesta a que mi creación muera, porque no voy a crear un experimento 2085. Es ella o ninguna - dijo con algo de orgullo - Como tú no estás dispuesto a cambiarla por otra.

 - Nunca - admitió el león.

 - Entonces, Escanor... - dijo ella tendiendo sus manos hacia él - ¿Querrías ayudarme a mantener a nuestra hija con vida?

Escanor abrió los ojos un poco más con un brillo nuevo. Si estuviese en otras circunstancias, el tomarle las manos a Merlín y que ella se haya referido a Zoba como la hija de ambos le haría volverse completamente rojo y tartamudear, pero ahora era un momento serio. Su cachorra... necesitaba a sus padres.

Tendió sus enormes manos hacia las de Merlín y las posó sobre ellas. Merlín comenzó rápidamente con su hechizo.

Mientras, en el lugar de la pelea con Mael, Zoba había dejado de moverse. El movimiento de su pecho era apenas apreciable, y su mirada seguía fija en las espaldas del chico que amaba. Hawk la sacudía y hacía todo lo posible por llamar su atención. 7... 6... 5...

Zoba cerró los ojos cansada, y en ese momento, en vez de escuchar la voz chillona de Hawk, escuchó otra. Madura, melodiosa, hermosa... Merlín.

  - Zoba, ¿me escuchas? Contéstame, rápido.

 - Ma... lín... - susurró ella.

 - Habla alto y claro. Escúchame y entiéndeme, esto no es una ilusión, estoy hablando contigo de verdad. Noto que estás a punto de morir.

 - ¿Sí? - dijo ella - Bueno... yo... le prometí a King... pero... ¿cómo sabes...?

 - Finalmente... finalmente estamos conectadas, Zoba. Por fin ha ocurrido. Todo mi trabajo de tiempo atrás ha florecido. Ahora hay una fuerte unión entre nosotras, la finalidad de mi experimento Kasumi.

 - Felicidades... que bien... me alegro... - ella dio una pequeña sonrisa - Yo... siento no poder... ayudarte mucho ahora...

 - Aunque la finalidad era que tú me ayudaras a mí, la primera vez será diferente. Voy a darte parte de mi energía y poder para evitar que mueras, para que puedas pasar tu mutación y no mueras, no hoy. ¿De acuerdo? Además, conectaré mi corazón a tu organismo, aunque me llevará un poco de tiempo, pero servirá para que uses el mío como tuyo, ¿de acuerdo?

 - Eres demasiado buena... - contestó Zoba.

 - Además, no estoy sola en esto...

Tras un par de segundos de silencio, apareció una nueva voz en su mente.

 - Zoba, mi pequeña cachorra...

 - Nor... - dijo ella notando que en sus ojos aparecían lágrimas - ¿Eres tú de verdad?

 - Sí, pequeña leona, estoy aquí contigo. Voy a donar parte de mi energía para tí, se la daré a Merlín para que pueda mandártela a ti y que ella no se debilite tanto al conectar vuestros corazones. 

 - Pero Nor... - dijo ella abriendo un poco más los ojos, y Hawk la miraba extrañado sin entender nada.

 - Pero nada. Todo lo que tengo te lo daré si es necesario. Necesito que vivas, lo necesitamos. Eres más que un experimento, eres mi hija... eres la alegría de palacio, la alegría del bar y la dueña de la sonrisa en la que pienso cuando necesito fuerza. Así que el día que necesites algo, tu padre te entregará hasta su propio corazón para que tengas una vida normal... algún día...

 - No sigas... me harás llorar... - dijo ella dejando caer lágrimas.

 - No llores nunca a no ser que sea de alegría. No permitiré que nadie te haga llorar de dolor o de pena. Recuerda que te quiero... y que no estás sola. La vida de alguien no es algo con lo que se pueda jugar a la ligera. Nos veremos pronto... espérame.

Zoba asintió cansada, y en ese mismo momento, notó un conocido sonido. Pom, pom... pom, pom... El sonido de un corazón latiendo. Un corazón lleno de magia. El corazón de Merlín. Después de ello, sintió un calor muy agradable que se extendía por su cuerpo. Un calor envolvente, semenjante a un abrazo de alguien conocido para ella, que llegaba desde los dedos de sus pies hasta su frente. Hawk se apartó un poco al ver como ella recuperaba el color de su apagada cara.

Su cuerpo se rodeaba de un brillo dorado reconfortante, con el suave calor del sol en un frío otoño que no permitía que el frío se quedara. Su piel perdió su color verde heredado de Drole, sus ojos perdieron el color negro de los demonios y sus uñas cayeron al suelo por la aparte sobrante.

Todos se dieron cuenta de lo que estaba pasando, y detuvieron su encarnizada pelea para mirarla. Gowther la miraba con esperanza y asombro, viendo lo rápido que subía su poder.

 - ¡Por mis jamones! - gritó Hawk alejándose un poco - ¿Que pasa aquí? 10000.... 15000... 30000... 80000... 110000... ¡¡150000!!

 - 150000 de poder... - susurró Gowther sin creerlo, pues él también podía verlo.

Zoba se levantó del suelo aún envuelta en esa aura de calor reconfortante. Su colgante brillaba con entusiasmo y estaba recogiendo también energía y magia del entorno que se desprendía, siendo aún más fuerte de la energía que le había dado Escanor, y ese poder y serenidad hicieron que sus nuevas mutaciones se desarrollaran en ese momento y de buena manera.

Cuatro alas aparecieron a lo largo de su espalda, igual que los ángeles y su pelo se volvió fuerte de nuevo. Cuando el brillo se apagó un poco, todos pudieron ver a la nueva Zoba mutada en ángel, con el peinado de Elizabeth y los ojos anaranjados. Además de eso, también tenía un par de alas en la cabeza.Antes de dejar tiempo a que todos la vieran bien, Mael alzó el vuelo con rapidez hacia ella.

 - ¡Nueva mutación en un falso ángel! - dijo riendo de una forma sádica - ¡La niña a la que todos protegen quiere hacerse la heroína! ¡Te mataré ahora que estás sola y que no sabes usar tus poderes!

King y Gowther tuvieron sólo un instante para reaccionar y gritaron mirándolos, pero Mael ya había chocado contra Zoba liberando un nuevo brillo cálido de la chica. Dos segundos más tarde, Mael salió despedido en el aire con un enorme rugido de fondo,pero abrió las alas para detenerse. Todos se asustaron ante ese sonido intimidante y volvieron a mirar a la chica, con un brillo dorado precioso por su cuerpo.

Mael la miraba apretando los dientes con enfado, pero también había curiosidad de lo que la chica tenía en la mano izquierda. Un objeto dorado como el sol se movía sacudiéndose, dejando ver claramente un enorme escudo dorado con la cabeza de un león con vida propia que era el que provocaba esos enormes rugidos.


 - ¿Decías algo, Mael... - dijo ella mirando su escudo con una sonrisa - .... sobre de que no se usar mis poderes? No estoy sola, ni ahora ni nunca - dijo con una mirada cargada de orgullo - Mis padres siempre están conmigo y me ayudarán en todo lo que necesite. Mi madre me dará fuerza para vivir y la fuerza de mi padre por querer protegerme se ha manifestado en este escudo. Y ahora... - dijo lanzando una mirada hacia el arcángel, una mirada que a Mael le hizo recordar a Escanor - Vas a pagar por herir al chico que amo.

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Pd: perdonad que haya puesto así las fotos del nuevo cambio de Zoba, pero wattpad se ha puesto escrupuloso conmigo, no entiendo por que...

Y hasta aquí llegamos por hoy, espero que os esté gustando :3

Nos leemos!

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