Capítulo 10: Supongo que es un regalo
He aquí una de las imágenes que me hacen dudar de mi sexualidad...
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- Me has reconocido... - Zoba abrazó a Diane fuertemente tiradas en el suelo.
- Aunque cambies mil veces de forma siempre te reconocería... - la giganta pataleaba de felicidad.
Meliodas miraba la escena feliz y a King se le llenó el corazón de calor al ver tanta felicidad en Diane.
- ¡Bueno, venga! - Meliodas dio una palma - Esta noche se une a las camareras del Boar Hat Merlín, que añade un aura madura a las chicas, y tenemos mucha clientela.
Las dos chicas se levantaron del suelo y se sacudieron.
- Zoba - la voz del capitán la sobresaltó - Hoy puedes descansar, no es necesario que ayudes en la cocina, pues King hará su trabajo y el tuyo también.
Meliodas sonrió ignorando el grito de protesta del Rey de las Hadas y asintió tranquila. Empezaron a entrar dentro del bar, pero Meliodas la siguió mirando.
- Es genial que sepas volar, ahora sólo entrena todos los días hasta que sea algo natural.
- ¿Lo sabías? - ella lo miró confusa.
- Te he visto. Vamos.
Cuando entraron, Elizabeth se quedó blanca mirando a Zoba, pues aún no la había visto si sabía de su... forma nueva. Se abrazó a una bandeja en su pecho y temblaba.
- Elizabeth, ¿no has reconocido a Zoba? - dijo Meliodas.
- ¿Eh... eh... Zoba?
- ¿Dudas de mi palabra? - Meliodas giró la cabeza.
- Pero... Zoba...
- Me has hecho daño, Elizabeth... - Meliodas se agarró el corazón - desconfías de mi palabra...
- ¡No, no, Meliodas-sama! - ella se puso nerviosa.
- Consuélame - Meliodas apareció en un momento abrazándola y metiendo la cabeza entre sus senos.
Ella seguía nerviosa y sonrojada, sin saber muy bien que hacer. Gowther los miró antes de subir la escalera.
- ¡Pero no le dejes hacer eso, so pava! - una pequeña voz chillona de un bol de comida se hizo sonar.
Zoba se acercó al bol, y el pequeño Hawk levantó la cabeza con el morro lleno de comida.
- Estaba esperando tu llegada, mi mano derecha - dijo Hawk.
Zoba sonrió y acercó su mano a él con el puño cerrado. Hawk lo chocó con su pequeña pezuña y continuó comiendo.
Mientras ella, por ayudar a algo, colocó y limpió las mesas mientras las chicas se vestían y preparaban. Mientras, Merlín se acercó con su nuevo uniforme a Gowther, en su cuarto, llevando una caja.
- Aquí tienes lo que me pediste. Ya le puse el hechizo para que no se rompa - ella le tendió la caja.
- Gracias - él la tomó mirándola.
- Gowther... - hubo un silencio mientras los dos se miraban - estoy sorprendida.
Él no le contestó y volvió a mirar la caja.
- Pienso que es algo que se podía haber ocurrido a cualquiera, pero no lo hacía nadie. Entonces lo hice yo.
- Tú eres de los pocos que se ha dado cuenta de que está incómoda. Dáselo y disfruta de tu recompensa - ella bajó.
- Recompensa... - murmuró - Pero tú has hecho también parte de esto.
Ella movió una mano quitándole importancia y bajando al bar. Gowther dejó la caja en la silla y salió al balcón. Hoy tenía muchísimas cosas sobre las que reflexionar. ¿Por qué se llora cuando sientes felicidad? ¿Por qué al volver a ver a alguien que creías muerto? Se supone que tendrías que ser feliz por el regreso de esa persona, pero esa felicidad llega tarde. Primero hay lágrimas y dolor en el pecho.
Salió al pequeño balcón y se apoyó en la barandilla mirando al frente. El suave viento mecía sus cabellos y los bordes de su camiseta.
- Los humanos son muy complejos... tienen sentimientos muy extraños y contradictorios... espero que algún día pueda entenderlos.
Le dio un escalofrío y entró de nuevo al cuarto, cerrando el balcón. Se sentó sobre su montón de paja abrazando sus rodillas. Con la mirada perdida, intentaba pensar en lo que había pasado hoy. Movió los ojos en dirección a la puerta cuando escuchó un sonido agudo que parecía que decía... "¡correcorrecorrecorrecorrecorre!"
Justo después escuchó la risa de Zoba antes de que ella abriese la puerta y entrara seguida de Hawk.
- No te han visto por los pelos, Zoba-chan, Merlín en uniforme está eclipsando todas las miradas de esos borrachos - Hawk dio unos pasitos hacia afuera.
- Sí, gracias, Hawk. No hubiese podido salir de la cocina y venir aquí sin que vean mi aspecto sin ti.
- Anda, anda, tantos halagos por una carrerita. Buenas noches, dormid bien y portaos bien.
Ella sonrió y cerró la puerta cuando el cerdito salió. Miró hacia Gowther, y él levantó la cabeza.
- ¿Ha ocurrido algo? - preguntó él.
- No... sólo tenía que salir de la cocina sin que me viesen los invitados. No soy de buen ver para los humanos en este momento... - ella estiró sus alas y sus brazos.
- Sin embargo, sigues siendo una humana...
- Pero no en apariencia - ella sonrió con algo de tristeza.
- No debería ser así, eres humana... tengas la forma que tengas- Gowther cerró los ojos.
- Los humanos primero nos fiamos por la vista. Somos prejuiciosos y si otro humano no tiene un aspecto corriente, las posibilidades de aceptarlo son menores. Sin embargo, hay otros que tienen la mente más abierta.
- Como la princesa Elizabeth... aunque ella se asustó al principio de ti - Gowther se dejó caer sobre la paja sin dejar de abrazar sus rodillas.
- Era normal, no sabía que seguía viva... y mi aspecto no es muy agraciado... - ella se miró de reojo con su sonrisa triste en un pequeño espejo en la pared y desvió la mirada.
Gowther susurró.
- Si no se aceptan los unos a los otros basándose en la forma que tienen... ¿Qué clase de evolución tienen si no es hacia atrás?
- ¿Has dicho algo? - Zoba le miró.
- No tiene importancia...
Zoba puso las manos en sus caderas mirándole. No parecía típico de él encontrarse decaído. Se acercó hasta su montón de paja y se arrodilló delante de él.
- Te ves decaído... ¿te sientes mal? ¿Te duele algo?
- No... sólo intento pensar y meditar sobre cosas que no entiendo, y son tan confusas que me dejan sin energía.
- Así que decaído... yo diría algo triste también - ella apartó un poco de su pelo rosa de su cara para ver mejor su expresión.
Él la miró. Sentirse triste era tener un sentimiento experimentado, pero lo que él sentía era más confusión. No podía ser. Una emoción sería muy complicado.
- ¿Puedo tumbarme a tu lado? Escucharé lo que te atormenta e intentaré ayudarte.
Gowther asintió un poco y la dejó tumbarse a su lado mirándole mientras él soltaba sus piernas para estirarse. Ella puso un brazo doblado bajo su cabeza para apoyarse y que el cuerno no le molestase para estar de lado.
- Ya estoy para ti. Cuéntame lo que te atormenta e intentaré solucionarlo. Te ves triste, Gowther...
Gowther meditó sobre esa palabra. Triste... y se acordó de lo que pasó hace un rato en la planta baja. Meliodas se hizo el triste para conseguir la atención y el consuelo de Elizabeth, aunque él no estaba triste. Se movió sobre la paja acercándose a ella y rodeó su cintura con los brazos poniendo la cabeza sobre su pecho. Zoba se quedó tensa mirándole.
- ¿Q-Q-Que... haces? - preguntó ella en voz baja.
- Si me veo triste, tendré que buscar consuelo - contestó él sin mirarla.
Zoba cerró los ojos con vergüenza e intentó calmar su respiración inhalando profundamente. Sabía que lo hacía sin saber, como cuando le agarró un seno a modo de saludo. Aprende de Meliodas todo lo que no debe.
- Está bien... habla... - susurró.
- Habla más fuerte - dijo él sin mirarla - tu corazón suena tan rápido y fuerte que apenas oigo otra cosa.
Zoba reprimió un grito y se tapó la cara. Tenía que calmar era vergüenza, o su cara morada se volvería rosa del todo.
- ¡Si, si, empieza!
Gowther la miró un momento buscando las palabras con las que comenzar a hablar. Ella sonrió, feliz de no encontrar en sus ojos ningún gesto que le indique que su presencia tan cercana le desagradase al ver su cara a su lado.
- Los humanos tienen unos sentimientos muy complejos para que pueda entenderlos. Cuando me estabas espiando con el niño en la ciudad y al regresar contigo a ver a Diane, ha pasado lo mismo.
- O-oye... yo no estaba espiando... - Zoba miró a otro lado mientras sus mejillas moradas marcaban un poco de rosado.
- Sí que estabas - sentenció Gowther.
- Bueno... dime que ha pasado en ambos lugares... - ella le volvió a mirar.
- Tanto el niño pequeño al que le volví a mostrar a su madre recientemente fallecida, tanto a Diane, que te vio viva cuando te creía muerta, lloraron y fueron a abrazar a la persona. Lo veo contradictorio.
- ¿Por qué? Es muy normal...
- ¿Mostrar tristeza cuando en realidad sientes felicidad es algo tan común?
- No es eso. No han mostrado tristeza, por así decirlo. Era una gran felicidad - ella sonrió.
Gowther siguió mirándola. Su mente estaba procesando todo.
- Verás... cuando vuelves a ver a alguien que has perdido... lo primero de todo es la sorpresa, si no sabes que lo vas a ver, claro, y después de eso lo que te invade es una gran ola de emoción muy fuerte al comprobar que efectivamente está ahí, que ha vuelto. Esa emoción, sumada a... - ella también necesitaba pensar lo que decir para hacerle entender mejor - sumada a la felicidad de saber que está bien, que puedes volver a tenerle, a verle, a quererle, una nueva oportunidad de estar con él... esa mezcla de emociones crea una felicidad tan grande que sale del cuerpo en forma de lágrimas.
- Ya veo... - Gowther escuchaba muy atento - eso es aplicable al caso de Diane, pero... con el niño pequeño... yo sólo quería que la viese otra vez y que dijese una frase cariñosa. No quería hacerle creer que siguiese viva.
- Tú lo has dicho, Gowther... es un niño pequeño. Le faltará durante el resto de su infancia la presencia de su madre, y aunque tú hayas querido dejarle que le diera un última abrazo, el que el niño comprendiese que era una ilusión falsa pudo haberle hecho daño. No tenía la madurez necesaria para entender que querías hacerle un favor.
Gowther notó algo húmedo en su mejilla y separó la cabeza del pecho de Zoba. Ella estaba soltando lágrimas con una sonrisa. Se limpió con cuidado usando la yema de los dedos.
- Perdón... me he emocionado con esto... - dijo con una sonrisa.
- Lloras... ¿tú también estás triste? - dijo separándose más, mostrando sus gafas empañadas.
- Ah, no, no estoy trist...
Gowther no le dejó acabar, pue la tomó de los hombros y le hizo poner la cara de Zoba en su pecho. Puso una mano en su pelo y colocó su cara de forma que no le molestasen los cuernos de su cabeza.
- Ahora te puedo consolar a ti si estás triste así.
Ella dio un cálida sonrisa con un suspiro. Gowther aprendía muchas cosas fijándose en los demás, lo que era algo lindo y tierno cuando quería usarlas de la misma manera.
- No estoy triste, Gowther... pero gracias por consolarme... estoy bien...
- No me molesta que estés así, pero no muevas mucho la cabeza o me pincharás - él limpió sys gafas con cuidado y se las puso.
Ella dio una sonrisa triste.
- ¿Sabes? Creo que uno de tus problemas con estos sentimientos es que siempre asocias las lágrimas a la tristeza...
- ¿A que otra cosa las puedo asociar si no? - Gowther la miró después de ponerse sus gafas.
- Ya me has visto, los humanos podemos llorar por mil cosas. Tristeza, alegría, empatía, remordimientos, rencor, ira, rabia, impotencia, dicha... y no todas ellas están asociadas a algo triste. Sólo que son unas emociones que te consumen tanto que el cuerpo necesita relajarse, por eso se llora. ¿Lo has entendido un poco mejor?
Él asintió mientras dejaba las manos sobre los hombros de ella. Ahora que tenía las explicaciones podía entender algo mejor su comportamiento, aunque no podía experimentarlo.
- Creo que puedo entenderlo mejor. Muchas gracias.
Ella se retiró de su pecho con una sonrisa. Se terminó de limpiar los ojos y suspiró.
- Me alegro... espero que ahora puedas descansar tranquilo.
Gowther se incorporó a la vez que ella se levantó.
- Se me había olvidado.
Él recogió el paquete que le dio Merlín de la silla y se lo tendió.
- Esto es para ti.
Zoba lo miró a él y al paquete consecutivamente.
- ¿Para mi? ¿Qué es? - dijo tomándolo con timidez.
- Supongo que es un regalo - contestó impasible Gowther.
A ella le dio vergüenza. No estaba acostumbrada a recibir nada de nadie, menos regalos, menos de un chico, menos de Gowther. Lo puso sobre una mesa y quitó la tapa despacio. Dentro había una tela de color rosa palo. Ella lo sacó con cuidado, descubriéndose un vestido corto.
- Noté tu incomodidad frente a algunas personas mostrando tanto tu cuerpo, pero como no podías tener ropa por romperla, busqué algún vestido rosa, del mismo color que tus protecciones de las correas y le pedí a Merlín que le echase el mismo hechizo de las correas para que pudieses estar más cómoda.
Ella observó la tela y la acarició con sus pulgares un poco. Se puso el vestido por encima. Sencillo pero bonito. Le encantaba.
- Entonces... si me lo pongo... ¿no se pudrirá como el uniforme del Boar Hat?
- No debería. Las probabilidades de se pudra es del 0,02%.
Ella se puso el vestido ahí mismo y se observó en el espejo, viendo como efectivamente, el vestido no se rompía, ni pudría, ni le pasaba nada.
- ¡No se rompe! ¡No se rompe! - ella chilló de alegría y no pudo evitar lanzarse sobre Gowther.
Él abrió los brazos para recogerla sin ninguna expresión mientras ella chillaba de felicidad.
- ¡Me encanta, muchísimas gracias! ¡Muchas gracias por pensar en mí!
- Era algo que se le podía haber ocurrido a cualquiera, pero yo lo hice primero - él la miraba tranquilamente.
Vio que en el rabillo de sus ojos, otras lágrimas empezaban a asomar, pero ella se las quitó rápido.
- Ibas a llorar de nuevo - dijo él.
- Sí... pero era de felicidad... ha sido todo un detalle...
- Eres un llorona.
- Bueno... si... supongo que sí...
Ella miró al suelo un poco sonrojada y suspiró feliz. Se sentía realmente bien, completa y satisfecha. Tanto, que hasta podría hacer una locura.
- Gowther... yo...
En ese momento, la puerta de su cuarto se abrió de una manera muy estruendosa que hizo que Zoba gritase. Gowther, por su parte, ni se inmutó. Hawk bajó del mango de la puerta donde estaba enganchado.
- Huy, estáis despiertos, ¿os he despertado?
- Me has asustado - dijio Gowther serio mirándolo.
- Pues no lo parece, chaval. No quería llamar a la puerta por si estabais dormidos ya, así que opté por abrir la puerta.
- Pues has hecho muchísimo ruido, Hawk... no hubiésemos despertado igual... - Zoba puso una sonrisa incómoda.
- No era mi intención... venía buscando a Gowther. Merlín se ha ido porque no quiere bailar y cantar, y Meliodas me ha pedido ver si estabas despierto. Te da permiso esta noche para ser una chica camarera del Boar Hat. Te necesitamos, Gowther, usa la ropa de camarera de Zoba.
- Entiendo - Gowther empezó a desnudarse ahí mismo.
Zoba se giró y salió al balcón para darle privacidad, algo que en realidad no pedía la Lujuria. Hawk la siguió.
- Entiendes por qué no te hemos pedido a ti, ¿verdad, Zoba-chan?
- Sí, claro. Mi otra forma tenía un pase, pero ahora mismo espantaría a los clientes. Si a Gowther le gusta ser una chica camarera, no me importa que use mi uniforme - ella sonrió.
Ella se giró para ver a Gowther vestido como una chica.
- Listo - él puso el símbolo de victoria y guiñó un ojo.
Zoba sonrió. Se pusiese la ropa que se pusiese y pareciese lo que pareciese, le seguía gustando igual. Después de todo, la forma del exterior no importa.
- Me queda bien, no tengo que ajustar el cinturón ni la zona del pecho. Ya estaba preparado.
Hawk y Zoba se quedaron callados un segundo. Luego, el primero miró a la segunda girando lentamente el morro.
- Te ha dicho plana en toda la jeta, yo que tú le pegaba.
- ¡Me voy a trabajar!
Gowther salió del cuarto y bajó. Se escuchó un grito de proclamo cuando la gente lo vio, confundiéndolo realmente con una chica.
- Te dejo dormir, Zoba-chan. Hasta que vuelva a abrir la puerta así.
Ella sonrió y le dejó marchar. Luego se quitó el vestido y lo colgó en una percha. Se acostó sobre su montón de paja y lo observó en la percha. No era un chica que pidiese nunca nada, pero se alegraba enormemente si alguien le demostraba que se acordase de ella con un detalle. Y se alegraba muchísimo más de que hubiese sido Gowther.
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Y con esto me he acabado la primera temporada de Nanatsu no Taizai y los extras. Me veré un poco de la primera para ver cómo sigo con esto :3
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