Tres Cosas
GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel/DC
Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse
Parejas: de los arcos anteriores, con una sorpresota.
Derechos: Los personajes pertenecen a Marvel, DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.
Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas, tomando malísimas decisiones. Yo pensando mil locuras con eso. Este crossover es un completo gusto mío.
Para entender la historia hay que leer primero el Arco Marvel y el Arco DC. Ops.
Gracias por leerme.
***
Tres cosas.
La primera, la Peste del Agua que exterminó tres cuartos de la humanidad, el primer cuarto en los primeros días de contacto, los otros dos conforme los infectados sobrevivientes iban muriendo.
La segunda, Nueva génesis, un grupo de mentes maquiavélicas deshumanizadas que consideran al planeta como su lugar de juegos genéticos.
La tercera, un grupo de rebeldes que están dispuestos a perderlo todo al enfrentarse a los dioses con tal de ser libres como alguna vez lo fue la humanidad.
***
-Erik, no.
Charles rió, negando lentamente con una bandeja que llevó de vuelta a la cocina, bajando por los cortos escalones de piedra hacia el interior de la residencia, dejando atrás a su sardónico Alfa que intentaba convencerlo de que era buen tiempo para tener cachorros, algo que Charles aún estaba meditando porque si bien las cosas estaban en paz, él quería ver un poco más de estabilidad antes de intentar algo así. Esa idea se le había metido a Erik luego del nacimiento de los hijos de Thor, el de Steve como de otros cachorros más a lo largo y ancho de su pequeño continente. Solo Genosha no tenía ningún pequeño que estuviera llenando los pasillos solitarios con gritos o berrinches.
El Omega sonrió, dejando la bandeja en la barra que luego limpiaría, prefiriendo dedicar sus pensamientos a seguir inspeccionando los restos del Arca de Reed Richards como de lo que había sobrevivido de Doom. La furia de su Alfa había destruido mucho, pero lo que restaba tenía que ser revisado por si acaso habían pasado algo por alto. Tony Stark había mencionado muy correctamente la posibilidad de que ambos genios y monstruos hubiesen tenido más información oculta a raíz de los últimos eventos. Genosha se ofreció a esa tarea ahora que Charles estaba mucho mejor, su mente ya descansaba luego de esas décadas de esclavitud enlazado con todas esas personas. Pensar solamente en él o en Erik ya lo tenía sonriente de vuelta en ese humor que se le hubiera conocido.
Llegó a paso tranquilo hacia la sala donde tenían lo que Quill había llamado un basurero científico, con mapas, planos, modelos y muchos apuntes entre prototipos que ambos estaban trabajando. Tomando unos guantes con una máscara de protección, Charles se acercó para seguir revisando algo que valiera la pena. Mucho era sobre ellos, los mutantes, algo que al principio no le había agradado revisar porque le traía amargos recuerdos. Quizá fue el humor tan irreverente de Tony o la paciencia de Thor para animarle a seguir adelante que más tarde se decidió a ir revisando el material en busca de algo más entre lo poco que se podía leer o rescatar de ese basurero. Charles siguió ahora con lo que eran unas cajas de metal reforzado que habían pertenecido a Richards. No era posible abrirlas, más no era un obstáculo para él con un Alfa tan solícito a sus pedidos.
¿Erik?
Sonrió ampliamente cuando el metal se abrió frente a él revelando su contenido, el poder de Erik era tan fascinante y perturbador al mismo tiempo. Tenía sus ventajas el ser un mutante. Había varios cuadernos, bien preservados escritos a mano según notó al abrirlos con unas pinzas, acercándose para notar que era un idioma poco común, vagamente lo conocía porque le pareció que era algo más que en Nova se conociera que con ellos. Trató de leer algo con lo que recordaba, aunque no fue mucho de ayuda los monosílabos que armó, sin embargo, le extrañó porque si bien era la letra de Richards -la había visto anteriormente- no eran propiamente apuntes sobre lo que estuviera trabajando, sino de algo más. Richards parecía haber encontrado información que había estado investigando concienzudamente con el fin de reforzar sus planes. Charles rió de nuevo, rodando sus ojos al sentir la inquietud de su Alfa por él.
Erik, estoy bien, sólo es que... encontré unos viejos cuadernos.
¿Lo viejo te ha asustado?
No es eso, no tiene sentido del todo.
Yo no puedo leer mentes, cariño.
Lo siento, Richards menciona que debía buscar algo llamado Caja Madre, de ser posible encontrar a Nueva Génesis.
¿Qué es eso de Caja Madre y Nueva Génesis? Jamás lo escuché antes.
Tampoco yo.
Hay que llamar a Tony, seguro tendrá una idea.
De acuerdo, Erik. Tiene días que no los veo, será bueno tenerlos de vuelta.
Y de paso te dirá las ventajas de tener un cachorro.
Erik, no.
Charles rió, colocando esos cuadernos en un contenedor especial para mantenerlos intactos y a salvo de cualquier deterioro del ambiente, saliendo de aquella sala de vuelta a la cocina a limpiar lo de su almuerzo en la terraza. Erik estaba entretenido en los jardines practicando con su poder, como un niño descubriendo más modalidades en su nuevo juguete. El Omega levantó una mano, activando a lo lejos uno de los reproductores de música que Peter Quill les regalara, escuchando su colección armada con paciencia mientras lavaba los trastes volviendo a pensar en aquello de tener hijos. Varias melodías pasaron antes de que repentinamente una de sus manos soltara uno de los platos limpios que cayó al suelo, quebrándose en varios pedazos. En menos de un minuto Erik estaba con él, sujetándole por su cintura con una mirada angustiada.
-Charles, mírame, ¿qué sucede?
-Es... es Logan.
-¿Qué pasa, cariño? Me estás asustando.
-Viene hacia acá.
-¿Logan? ¿Cómo...?
-No viene solo, Erik.
Fue como levantar un muro invisible en el momento, el sentido protector Alfa de Erik se disparaba si se trataba de la seguridad de Charles. Logan había desaparecido sin más, todos le dejaron que hiciera lo que mejor le pareciera puesto que nunca dio problemas en todo ese tiempo. Ni tampoco le habían visto a pesar de que el Omega era capaz de encontrarle... como a cada ser humano en aquel continente.
-Erik, tranquilo, estoy bien.
-¿Con quien se acerca? ¿Puedes verlo?
-No lo conozco, pero... -Charles posó una mano en la mejilla de Erik- Es un cachorro.
-¿Logan trae un mocoso consigo? ¿En qué dirección?
-El Este, la bahía de los cangrejos.
-Iré a ver.
-Erik, por favor, escúchame. Logan viene a la residencia, déjalo que llegue.
El Alfa gruñó, haciendo reír a Charles quien se puso de puntillas para besar sus labios.
-Vamos a recibirle a la puerta.
-¿Está tan cerca?
-Logan tiene buenas piernas.
Con otro gruñido en clara desaprobación del Alfa, la pareja fue hacia el arco de entrada principal a la residencia de piedra maciza que anteriormente fuese el castillo de Víctor Von Doom. Charles entrelazó su brazo con Erik, sonriendo al verlo siempre tan celoso y protector cuando se trataba de visitantes no anunciados. No tuvieron que esperar mucho, un hombre fornido de baja estatura con un conocido corte de cabello y patillas se dejó ver a lo lejos por el valle que terminaba en aquella playa donde abundaban cangrejos. Cargaba como un bulto sobre un hombro un adolescente inconsciente según se dieron cuenta. Erik iba a reprocharle su desaparición tan abrupta y sin sentido en aquella batalla, pero una palmada en su brazo de parte de su Omega lo silenció, ambos haciéndose a un lado para dejar pasar a Logan quien entró como si ya conociera la residencia.
-También me da gusto verte, Logan -gruñó Erik.
-Vamos.
Logan dejó caer sobre una cama en la primera habitación que encontró al chico que Charles revisó al sentarse a su lado. Estaba pálido, con el rostro húmedo no precisamente por el posible contacto con el mar si venían de la playa, eran lágrimas. Sus cabellos oscuros y unas ropas muy extrañas que le recordaban esa época tan oscura del Colmenar trajeron muchas preguntas a su mente.
-¿Dónde lo encontraste? -increpó Erik a Logan.
-En la playa, su nave estaba atorada entre rocas.
-¿Nave?
-Las aves estaban volando alrededor de ellas, por eso me di cuenta.
-¿Es decir que estabas cerca pero no pensabas venir con nosotros?
-¿Hay algo de beber?
-En la cocina, Logan. Gracias por traerlo. También tenemos una habitación para ti por si lo deseas.
Un gruñido fue la respuesta para el Omega, seguido de otro de Erik quien tomó aire un par de veces antes de ir a sentarse del otro lado de la cama, olfateando al chico.
-Un Beta.
-Sí.
-Huele demasiado a sal, mucha agua, y sangre. Parece que estuvo en una pelea.
-Parece que huyó de una.
-¿Cómo pudo llegar aquí?
Charles negó, cepillando los cabellos del adolescente que respiraba lentamente, una expresión dolida en su rostro que no se marchaba ni en la inconsciencia.
-Quizá fue un mero accidente.
-¿Dejaría de funcionar el escudo de Tony?
-No te escuche o se alterará. Pero lo dudo, puedo sentirlo, sigue tan bien como siempre.
-Quizá puedas...
-No, eso no -Charles le miró con el ceño fruncido- Este pequeño tiene heridas, ¿serías tan amable de traer algo de la sala médica, por favor?
-De acuerdo.
Charles suspiró, mirando de vuelta al cachorro cuya mano sujetó, acariciándola para darle calma. No era necesario que leyera su mente para darse cuenta de lo alterado que aún estaba, un dolor profundo le inundaba y explicaba sus lágrimas. El adolescente abrió sus ojos, con un grito de miedo estirando un brazo a la nada, sentándose de golpe en la cama.
-Ssshh, calma, calma, estás a salvo. Tranquilo -el Omega le empujó suavemente por su pecho, sonriéndole- Nadie te hará daño aquí.
Un par de temerosos ojos azules le observaron con su cuerpo temblando, revisando rápidamente alrededor. Charles apretó sus labios, el chico estaba muy alterado. Demasiado. Antes de que el cachorro saltara de la cama, atrapó una de sus manos aún sonriéndole. El adolescente cayó en la cama al usar su poder para calmarlo sin ser demasiado invasivo. Dolor, mucho dolor y angustia invadieron la mente de Charles quien sintió sus propios ojos rozarse.
-Nada malo te ocurrirá aquí, ¿de acuerdo? Estás a salvo con nosotros.
-¿Q-Quién... es usted?
-Mi nombre es Charles Xavier, estás en Genosha, nuestro hogar. ¿Puedes decirme tu nombre?
-Yo... yo me llamo T-Timothy...
-Shhh, estás a salvo.
-Mi... familia... mi padre... -el chico jaló aire.
-Con calma. Vamos a atender tus heridas y luego podrás contarnos todo. ¿De acuerdo?
Tim asintió, recibiendo una caricia en su mejilla de parte de Charles.
-Nada malo te ocurrirá, Timothy, tienes mi palabra.
-P-Pero... ellos vienen tras nosotros, señor -los ojos de Tim vacilaron- Van a matarnos a todos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top