Sorpresas
GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel/DC
Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse
Parejas: de los arcos anteriores, con una sorpresota.
Derechos: Los personajes pertenecen a Marvel, DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.
Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas, tomando malísimas decisiones. Yo pensando mil locuras con eso. Este crossover es un completo gusto mío.
Para entender la historia hay que leer primero el Arco Marvel y el Arco DC. Ops.
Gracias por leerme.
***
Sorpresas.
"Incontenida, la cólera es frecuentemente más dañina que la injuria que la provoca."
Séneca.
-¿Cómo va todo, Peps?
-En orden, Tony. ¿Quieres dejar la histeria por unos minutos? Esto lo he hecho miles de veces por si lo has olvidado.
-Soy un Omega obsesionado con el cuidado de su Manada.
-Y yo una guía de camino profesional. Solo estoy haciendo un nuevo reconocimiento de perímetro, ¿recuerdas cuando comenzamos?
-Cómo olvidarlo, no te entendía.
-Y yo tenía que repetirte todo como tres veces -rió Pepper, viajando sobre la playa a pocos metros de la arena en su nave de reconocimiento- Te solías perder de todas maneras.
-Era entonces un cachorro torpe.
-Pero nunca dejaste de pedirme que hiciera el trazado del terreno pese a que tú ya te lo sabías de memoria.
-Me has atrapado, Peps querida.
-¿Sabes? Me da gusto que hayas dejado esto, Tony. Merecías una vida mejor, ser feliz con alguien más.
-No lo he dejado del todo. Lo sabes. Entiendo de todas formas lo que tratas de decirme, gracias por ello, viniendo de ti es importante para mí.
-¿Sigo siendo importante para ti?
-Nunca has dejado de serlo.
-Alguien va a ponerse celoso -Pepper sonrió, frunciendo al acto su ceño- ¿Qué...?
-¿Pepper? ¿Peps? Pepper, no es gracioso... ¡Pepper! ¡PEPPER!
Tony se quedó quieto a mirar su radar y ver la señal de Pepper desaparecer, una enorme mancha devorándola mientras todas las alarmas en el Triskelion se encendieron con una voz anunciando una invasión. No se movió hasta que un brazo rodeó su cintura, pegando su espalda contra un pecho fornido con la voz de Steve en su oído.
-¿Tony, amor? ¿Qué sucede?
-Pepper... está muerta. No... no... no... ¡NOOO!
-Cariño, debemos movernos, están aquí. Hay que reforzar el escudo ahora. ¿Tony? -Steve dejó su escudo para girarlo, tomando su rostro entre sus manos- Mi amor aun no podemos decir que esté muerta, tienes que reforzar el escudo y alcanzarme luego, voy con los Comandos Aulladores a la playa.
-Steve...
-Sshhh -el rubio besó su frente- ¿Los cachorros?
-Con Mantis... tienen ya las pulseras. Steve -Tony se sujetó a sus manos- Todavía no he probado por completo el mecanismo.
-Tendremos que confiar si lo necesitamos. Debo irme ya, entre más rápido estemos frente a ellos menor será el daño. Prepara los búnkeres y ¿Tony?
-¿Sí?
-Quédate cerca de mí.
Prácticamente habían terminado la movilización de todos en Nova y el Colmenar hacia el Triskelion y los búnkeres más cercanos, quedando solamente unas cuantas caravanas que ya estaban bajo el área del escudo que Tony activó con toda su fuerza. Un temblor se dejó sentir, haciendo algunas cosas caer. El Doctor Banner llegó en esos momentos, mostrándole una pantalla con la simulación del escudo sobre el territorio.
-Lanzaron una bomba, la barrera resistió. ¿Tony?
-Pepper está muerta -gimió Stark con ojos húmedos- Y yo no...
-Tones -Banner le abrazó con fuerza, alterado- Esto no se puede quedar así, te lo prometo.
-Debemos alcanzar... a los demás. ¿Puedes terminar con lo del escudo por mí? Hay algo que debo hacer primero.
-Seguro, Tony.
Thor fue el primero en alcanzar la playa, observando la gran cantidad de naves de cascos negros encallando en la arena. Junto a ellas había otras de donde descendieron mujeres en armaduras al mismo tiempo que los soldados de HYDRA. Detrás del Patriarca estaban los guerreros de Nova, el grueso de los Devastadores y parte de los Comandos Aulladores, todos protegidos aun por el escudo al estar a distancia de su frontera. El rubio se giró hacia Rhodey, quien miraba con rabia y frustración una nave del Triskelion carbonizada cerca del mar, la nave de Pepper Potts.
-Hemos de cobrar venganza.
-La cobraré con muchas cabezas.
-¿Steve? -llamó Thor por el comunicador.
-Estamos por alcanzarlos.
-Saldremos del escudo, no vamos a permitirles el entrar más allá de la playa. Asegúrate que no se extiendan fuera de este punto.
-Entendido.
-¿Listo, Coronel?
-Como nunca. Por Pepper, por nuestro hogar.
Nathaniel elevó su nave, llevando consigo a Green Arrow y Cyborg. Oliver silbó al ver la mancha negra frente a la playa que se perdía en el océano, saliendo de la protección del escudo una vez que el último contingente de refugiados llegó al Triskelion.
-Deberíamos tener un arma que eliminara todas esas naves.
-La tenemos -respondió el pelirrojo, mirando su tablero el mensaje que había enviado a su Omega para ordenarle prácticamente que no se apartara de Tony Stark- Solo que no se verá hasta que sea realmente necesario.
-Van a seguir bombardeando hasta romper el escudo -Víctor leía todas las pantallas desplegadas frente a él- La prioridad serán esas bombas.
-Tenemos listo el refugio subterráneo en caso de que se rompa, ¿ustedes están listos?
-No sabes cuántas ganas tengo de patearles su trasero.
-Que sea una voluntad que no acabe porque estaremos ocupados el resto del día.
En el Triskelion, Hal terminaba de ayudar a las últimas personas a entrar al complejo directo hacia el centro que era la construcción más reforzada y con el acceso al búnker principal. El castaño buscó a Flash, a quien notó hablando con Mantis, preocupada porque había perdido al pequeño Jason y necesitaba tener a todos los cachorros reunidos, una orden muy particular de Tony Stark. Hal se unió a la búsqueda antes de que salieran del Triskelion para unirse a la batalla. Hubo otro sismo ligero que sacó unos gritos de angustia de todos los que corrían a refugiarse dentro, otra bomba más. Luego hubo otro. El piloto siguió buscando, llamando a Jason. Su instinto le hizo buscarlo en la zona de las habitaciones, encontrando al pequeño debajo de una cama, llorando aterrado. Hal se tumbó al suelo para mirarle, ofreciéndole una sonrisa.
-Hey, Jason, ¿qué sucede? -preguntó antes de sentir otro sismo.
-M-Mi lámpara... ya no tiene luz... vendrá la noche... -hipeó el niño, abrazando una lámpara pequeña contra su pecho.
-¿Puedo verla?
Jason se sorbió su nariz, estirando sus brazos para tendérsela, mostrando en una de sus muñecas una gruesa pulsera con un contador. Hal la revisó, notando que la batería de esa curiosa linterna se había terminado. Usando su anillo, pasó su energía a la batería. El juguete se iluminó por completo con una luz verde que calmó los sollozos de Jason.
-¿Lo ves? Ahora sal de ahí, la luz no se apagará.
Hubo una serie de bombardeos que hicieron temblar el suelo, Jason cayó de rodillas luego de salir de la cama, el piloto le sujetó a tiempo antes de que cayera, tendiéndole su lámpara de luz verde que el pequeño miró, luego a él. La levantó con una sonrisa, sujeto a Jordan.
-¿Nunca se apagará?
-Te lo prometo.
-En el día más brillante -recitó Jason mirándole fijamente- En la noche más oscura, ningún mal escapará de mi vista. Dejen a esos que adoran al mal temer mi poder ¡la luz de mi linterna verde!
-Muy bien, Jason -sonrió Hal ya habituado a esas cosas del cachorro- Ahora debes ir con Mantis, tienes que estar con tus hermanos y primos.
-Tú no permitirás que nos hagan daño, ¿verdad?
-Nunca.
Jason sonrió, limpiándose con su mano libre sus lágrimas antes de abrazarle con un beso en su mejilla, corriendo fuera de la habitación. Así le encontraría Barry, llevándolo aprisa con Mantis y luego volviendo por Hal quien ya salía de la recámara sintiendo un pequeño calorcillo en su pecho al recordar esas palabras del pequeño, tomando la mano del rubio apretándola con fuerza.
-¿Listo?
-Vamos, nos necesitan. Todos están aquí a salvo.
-¿Cómo en los viejos tiempos?
Barry sonrió de oreja a oreja. -Como en los viejos tiempos. ¡A correr!
La primera oleada de soldados fue rechazada por las fuerzas que Thor lideraba, lanzando docenas de soldados al mar con su martillo. Parecía que HYDRA no tenía más recursos que sus armas de mano y esas bombas, sin embargo, todos estaban conscientes de que estaban reservándose. Ningún Metahumano había aparecido. Steve apareció con el resto de los Comandos Aulladores, reforzando la parte más vulnerable de acceso. Era igual que el mar chocando con el acantilado, los soldados de negro junto con las amazonas siendo lanzados y rechazados por un número menor de combatientes que parecían doblarles en fuerza y táctica. Cuando la Milano apareció en el cielo, disparando contra las naves es que al fin vieron aparecer a Shazam junto con Diana, abriéndose paso entre la marea de combatientes. Rogers buscó por todos lados al tercero de ellos, Clark Kent. Las esencias de aquellos Metahumanos eran fuertes, pero nada que pudieran contrarrestar.
-¿Listo para unos buenos golpes? -bromeó Thor al alcanzar a Steve, mirando a amazona y aquel extraño hombre.
-¿Qué es una pelea sin sentir dolor?
Algo más veloz que una bomba o un proyectil cruzó el cielo, atravesando el escudo antes de que alguno de ellos pudiera parpadear. Viajó cual bólido en dirección sur, deteniéndose de golpe hasta encontrar una nave caza de guerra sobre una colina sobre la cual estaba un Omega en un curioso traje de combate. Kal-El levantó su mentón, descendiendo apenas para observar fijamente a Bruce, quien le apuntaba con un cañón, serio, casi sin respirar. Ambos permanecieron en esa posición hasta que el Alfa gruñó, sus ojos carmesí brillando más que nunca en furia. Una onda de choque haciendo vibrar el suelo bajo él, agitando los árboles alrededor.
-Espero tengas una excelente explicación para lo que has hecho.
-No tengo nada que decirte -respondió Bruce, su dedo en el botón del cañón.
-¿Dónde está Damian, Bruce?
-Tampoco eso voy a responderte.
-¿Crees que esa arma va a detenerme?
-Lo intentaré.
Bruce disparó, lanzando una carga explosiva además de la energía hacia el pecho de Kal-El quien recibió el impacto sin inmutarse, sonriendo lentamente al notar la incredulidad en su Omega, volando hacia él sin darle tiempo a moverse, sujetándole por su cuello que apretó con fuerza. Bruce jadeó, sus manos aferrándose a esa muñeca tan dura que comenzaba a ahorcarle.
-Clark...
-Clark Kent está muerto. Mi nombre es Kal-El. Superman -replicó este, atrayendo a Bruce hacia su rostro- Y tú, tú vas a arrepentirte de semejante herejía.
La respuesta fue una daga clavándose en un costado de Kal-El y una patada certera contra su pecho que liberó a Bruce de su agarre, cayendo sobre la nave, rodando hacia el suelo donde tomó sus siguientes armas para entrar en un combate cuerpo a cuerpo con aquel iracundo Alfa, evadiendo los puños que buscaron su rostro y pecho. Una microbomba lanzó a Kal-El colina abajo, rodando violentamente hasta chocar con unas rocas que se fracturaron, tiempo suficiente para que el Omega tomara su cañón de nuevo y le disparara con una carga diferente. Un boquete se creó a la explosión que siguió, luego una columna de humo. Nada se movió dentro del boquete. Bruce frunció su ceño al ya no sentir su esencia, algo imposible, aunque estuviese muerto, cosa que se le antojó imposible. Jadeó a los brazos que le sujetaron por detrás, quitándole el cañón que rodó por la colina, estrujándole contra el pecho de Kal-El.
-Tengo que admitir que es curioso que nuestros encuentros estén marcados por peleas. No le quita cierta diversión. ¿Creías que estas armas tan pobres me detendrían?
-No me he dado por vencido -jadeó Bruce, mirándole de reojo.
-¿Con que otro Alfa? ¿Quién te dio semejante idea tan idiota? -siseó Kal-El, apretándole otro poco más hasta escuchar al Omega gemir de dolor- Lo primero que haré es corregir eso.
-¡No!
Una mano del Alfa rodeó su pecho, sujetando por delante su cuello con una manaza que le impidió bajar su mentón mientras su mano libre rompía con suma facilidad la tela y protecciones de su traje para revelar esa nueva Marca de tres garras en su cuello, bajando esa misma mano hacia su entrepierna. La fuerza de Kal-El ya no era como antes, había aumentado como su agresividad. Un Alfa demasiado fuerte. Bruce gruñó, pataleando y golpeando esos brazos de acero que le inmovilizaban, aumentando su desesperación al sentir sobre su piel descubierta unos colmillos rozar la Marca en su cuello mientras aquella mano ya se había colado por su entrepierna, sintiendo claramente como le tocaba empujando un par de dedos contra la gruesa protección del traje.
-¡No!
-Soy tu amo y señor, no me ordenas nada, Omega.
-¡Clark! ¡Reacciona! ¡CLARK! ¡Éste no eres tú! ¡Tú no eres así!
-¿Así como, cariño? -ronroneó Kal-El, sus dedos presionando tan fuerte que Bruce gimió adolorido- Esto es lo que realmente soy. Lo que debo ser, y tú, mi traicionero Omega, vas a aprender la lección sobre lealtad a tu Alfa.
-Quítale las manos de encima.
Bruce jadeó, mirando entre los árboles a un tranquilo Logan, aparentemente con algo en la boca que humeaba lentamente de un punto rojo con aroma amargo. Kal-El llevó lentamente su vista hacia el otro Alfa, sus pupilas dilatándose y un rugido cada vez más sonoro al descubrir quién era.
-Tú...
-Lo estás lastimando y eso me ofende muchísimo. Tienes tres segundos para soltarlo o voy a castrarte tan lindo que cantarás como un ruiseñor.
-¿Trataste de cambiarme... por este? -bufó Kal-El, tumbando a Bruce al suelo y lanzándose contra Logan.
El Omega aprovechó para levantarse y subir a la nave, enviando un mensaje a Tony Stark sobre la intrusión de Kal-El al territorio del Colmenar, volando hacia donde la batalla en la playa. Realmente no llegó muy lejos, algo sujetó la nave por detrás y la lanzó contra el bosque. Bruce saltó antes de estrellarse, corriendo por entre los árboles, soltando algunas granadas, luego unos explosivos sensibles al movimiento, en tanto se acercó hacia uno precipicio, buscando en su cinturón la soga para bajar por aquella orilla a la que caminó, escuchando estallidos a lo lejos. Kal-El apareció volando frente a él, agitado con algo de humo sobre su traje que había resistido el ataque. Fue empujado violentamente contra el suelo, el Alfa poniendo el peso de su cuerpo como barrera para levantarse. Sus manos fueron apresadas por una que por nada estuvo a punto de fracturar sus muñecas.
-¡Clark, ya basta!
-Parece que estas tierras te han creado ideas erróneas. Tu mente ha cambiado.
-¡Clark, escúchame! ¡Clark! ¡NO!
Las piernas de Bruce fueron separadas de golpe, una mano apresando su cadera que fue levantada para dejarle sobre el regazo de Kal-El. Bruce consiguió zafar una mano que hizo puño, golpeando con todas sus fuerzas contra la mejilla del Alfa, lanzando un quejido de dolor por sus nudillos fracturados al contacto.
-Mira nada más cuanta rebeldía -dijo Kal-El con calma, tomando esa mano enguantada que besó en los huesos rotos, mirándole- Tan hermoso y perfecto que eras cuando estabas en la Atalaya.
-Clark... escúchame, tú estás siendo manipulado.
-¡HE DICHO QUE CLARK KENT ESTÁ MUERTO!
Una bofetada hizo ver puntos negros a Bruce, jadeando apenas desorientado por el golpe que dejó un sabor a sangre dentro de su boca. Su mentón fue sujetó por esa misma mano que abrió su boca a la fuerza para un beso forzado. Pateó los costados del Alfa sin resultado, empujando un pecho que no se movió ni un solo milímetro al comenzar a quedarse sin aire. Kal-El mordió su labio, sangrándolo al retirarse, relamiéndose sus propios labios al soltarle, notando como su Omega jadeó con fuerza, buscando traer de vuelta aire a sus castigados pulmones.
-Mira lo que me provocas hacer, Bruce, puedo ser gentil contigo y perdonar tu falta, pero no haces las cosas fáciles.
-C-Cla... Kal-El...
-Ah, ya vamos aprendiendo -rió este, mirándole detenidamente con una mano que se detuvo sobre su vientre- Aquí, no debe haber nada salvo mi sola esencia.
-Pues te jodes porque no he muerto -habló un reaparecido Logan con su traje maltratado, limpiándose su mentón de un hilo de sangre.
Kal-El rugió, volando hacia él. El mutante saltó prevenido ya en el ataque que Superman tenía preparado, un puño encontró otro, creando una onda de choque por dos Alfas enfrentándose con furia. La mirada desconcertada de Kal-El hizo reír apenas a Logan, arqueando una ceja en un gesto de cinismo.
-Oh, sí. Los que a ti te hicieron a mí me entrenaron. Sorpresa, sorpresa pedazo de mierda.
Superman saltó para evadir el otro puño, mirándole con ojos entrecerrados, cada vez más furioso. Logan sonrió esperándole, ampliando su sonrisa cuando aquel Alfa terminó estampado contra sus garras que atravesaron su pecho, como su corazón. Bruce jadeó, levantándose para ver la escena. Aquel Alfa lanzó apenas un quejido, mirando su pecho atravesado con su sangre escurriendo por las garras de metal, tocando el puño de Logan. Kal-El miró a este con una sonrisa, esperando por un efecto que no vio en Logan, mismo que chasqueó su lengua preparando su otro puño.
-Ah, querías que enfermara por tu sangre. Es una lástima que no suceda, ¿cierto? Uno de los tantos placeres que me da el follar a mi Omega.
Bruce se aferró con su mano sana a la orilla del precipicio al ser empujado violentamente por una onda de choque que Kal-El despidió al enfurecer contra Logan. Se balanceó aferrado de esa manera hasta que la piedra de la cual se sujetaba se venció por su peso, cayendo hasta que pudo aferrarse a una roca saliente apenas si alcanzando a no resbalar. La caída era muy alta, mortal era la palabra. Unas punzadas en su pecho le advirtieron de la paliza que Kal-El estaba dándole al otro Alfa, llevándose una mano a su oído, resistiendo el quejido de dolor al usar su mano fracturada.
-Tony, ¿estás cerca?
-¡Bruce! Tengo tu ubicación, puedes dejarte caer.
-No te veo por ningún lado.
-Confía en mí, Bruce Dos.
No tuvo más remedio, la pelea metros arriba parecía haberse convertido en una carnicería. Bruce se dejó caer, esperando por ese milagro que apareció debajo de él en la forma de una nave que nunca había visto, tan grande como la Milano, pero con un diseño diferente que gritaba a todas luces Tony Stark. Una compuerta superior se abrió, siendo ayudado al caer por Bucky, quien le ayudó a entrar rápidamente para alejarse de ahí a toda prisa. Tony manejaba ayudado por Clint Barton, sonriendo a su amigo al verlo acercarse a los controles que palmeó con orgullo.
-¿Te gusta mi nena?
-¿Cuándo...? Tú no tenías esto por ningún lado.
-Sorpresas, Bruce, sorpresas. Le llamo cariñosamente Quinjet.
-¿Le copiaste el diseño a Quill?
-No, lo mejoré -bromeó Tony, cambiando el rumbo hacia la playa- Tenemos que auxiliar. Clint se unirá al campo de batalla, Bucky se queda conmigo. Dime qué deseas hacer, Bruce.
-Clark... está loco, dice llamarse Kal-El -respondió tomando aire y mirando su mano herida- Lo mejor es que esté en la pelea.
-¿Estás seguro? El Quinjet es veloz. Podemos distanciarnos.
-No, o irá al Triskelion. La playa es una mejor opción.
-¿Qué te pasó en la mano? Se ve hinchada.
-Quiero ver tu mirada al frente o nos estrellarás contra un árbol.
-Te dijo mal conductor, Tony.
-Lo escuché, Clint, gracias.
Bruce apenas sonrió, ocultando la angustia creciente en su interior que dolía más que su propia mano que apenas hizo girar, comprobando el grado de movilidad de sus dedos. Kal-El iba a seguirle a donde fuera y lo mejor era en la pelea, no iba a permitir que lo tocara nadie, así que atacaría a su propia gente de ser necesario. Algo que necesitaba comprobar. La playa apareció ante ellos, un fuego cruzado con dos Metahumanos azotando a los Comandos Aulladores. Bruce señaló justo donde estaba Shazam, pidiendo que le bajaran ahí con armas para pelear que Bucky le tendió, mirándole fijamente al notar el siseo que dejó escapar por su mano al sujetar un cañón, negando a su expresión interrogativa. Clint bajó la plataforma para que saltara, Tony se giró para verle, esta vez completamente serio.
-No te va a lastimar.
-Procura que no dañen tu preciosa nave, es nueva.
-¡Bruce!
Saltó corriendo con el impulso necesario para caer rodando entre algunos soldados de HYDRA que trataron de atacarle y que noqueó con su cañón, abriéndose paso hasta Shazam. Pidió a toda fuerza de la naturaleza que los cálculos de Tony Stark fuesen acertados para que la energía del cañón realmente dañara a un Metahumano, esquivando un cuchillo que silbó cerca de su rostro, pateando con un salto y giro al soldado en cuestión. Shazam le detectó, rompiendo el cuello de un Aullador que lanzó sobre sus propios soldados para despejar el camino hacia Bruce, quien disparó entonces. Shazam le sonrió, confiando de que no le haría nada aquella arma, abriendo sus ojos al notar el error, gritando de dolor al ver su pecho quemado, la piel cayó como partes del músculo.
-Maldito Tony -murmuró Bruce, preparando otra carga.
El Metahumano caminó hacia él, cayendo conforme fue descargando todo el poder del cañón en él hasta que por fin no se levantó. Bruce tiró a un lado el cañón, sintiendo otra mirada muy a lo lejos. Diana. Una muy estupefacta amazona que entrecerró sus ojos, apuntándole con una espada. Justo lo que quería. Dio un paso hacia ella para correr cuando la mano de Shazam atrapó su tobillo, haciéndole trastabillar y caer en la arena antes de ser arrastrado en ella. El Omega se giró para enterrar su talón libre en una de las heridas en la pierna de Shazam quien aulló de dolor, soltándole. Bruce se le abalanzó, golpeando su rostro con puñetazos intercalados hasta que un rayo de energía atravesó uno de sus hombros, lanzándole lejos del Metahumano quien se irguió, lanzándole patadas de las que huyó rodando por la arena, dejando rastros de sangre en ella por su hombro herido. La mano de Shazam alcanzó su cabeza, tirando de su máscara para sujetarle por los cabellos, enterrando una rodilla en su espalda dispuesto a quebrarla.
La horrible presión se desvaneció, permitiendo a Bruce girarse y mirar no sin horror el cuerpo de Shazam ser abierto en dos por las manos de Kal-El. Las dos partes cayeron a los costados del Omega que fue alejándose del Alfa cuyos ojos eran completamente rojos, incluyendo las córneas dándole un aspecto tenebroso como su aura que incluso alejó a todos los que estaban cerca. El oscuro traje de Kal-El estaba manchado de sangre no precisamente de Shazam. Bruce tragó saliva, buscando armas que había perdido durante el combate con el ahora muerto Metahumano. Un disparo se dirigió hacia el Alfa, que no llegó porque levantó un muro de arena y agua salada a otro estallido de rabia, creando otra poderosa onda de choque. Wayne jadeó al ser levantado en vilo por su nuca en esos momentos, sin tiempo para entorpecer la intención de Kal-El de morder su cuello sobre la Marca, gritando ante la oleada de dolor que aquello provocó, sintiendo algo de gotas de mar caer sobre su rostro que fue perdiendo color mientras se desvanecía escuchando vagamente los gritos de los demás.
Cuando despertó fue por una súbita fiebre acompañada de un dolor en todo su cuerpo como si sus nervios estuvieran retorciéndose en su interior y sus músculos quemaran cual ácido. Bruce jadeó, encogiéndose apenas por el espasmo de su cuerpo agonizando en una reacción ante aquella mordida, siendo consciente de la lluvia cayendo sobre sus cabellos, su rostro pálido pero afiebrado que estaba apoyado en un grueso hombro. Estaba siendo llevado en brazos. No le fue difícil volver a recordar qué había pasado, respingando entre los brazos de Kal-El, quien giró su rostro hacia él al notar que volvía en sí, sonriendo tranquilamente mientras caminaba entre dos filas de soldados de uniforme negro con esa calavera roja con tentáculos en sus pechos, inmóviles cuales estatuas con máscaras cubriendo sus rostros.
-Sshhh, ya casi pasa -susurró Kal-El en su oído al inclinarse sobre su rostro, provocándole un escalofrío- Bruce, mi Omega. Tan perfecto para mí.
Bruce frunció su ceño, la garganta le ardía, la cabeza le daba vueltas, temblando ligeramente por la fiebre y el dolor en su cuerpo. Algo similar había pasado cuando había estado con Clark, esas pruebas para ver si resistía el virus. Notó que estaban caminando sobre una larga plataforma de lo que era un enorme submarino, cuya torreta estaba desplegada con un grupo de extrañas personas al frente de la puerta de acceso hacia donde se dirigió Superman, llevándole en brazos. Una mujer con una media máscara que simulaba la cabeza de una serpiente se acercó a ellos, mirando primero al Alfa y luego al Omega entre sus brazos cuyo mentón tomó para examinarle.
-El Omega Cero. ¿Dónde está el cachorro, Kal-El?
-Los han separado.
-No importa, si no podemos encontrar al cachorro, con este Omega es más que suficiente. Lo harás entrar en Celo para sustituir la cría perdida una vez que haya terminado de asimilar tu sangre.
-Siempre lo ha hecho bien -sonrió Kal-El, besando la frente de Bruce quien apenas frunció su ceño, quejándose no por dolor sino en rechazo.
-Esta pelea ha durado demasiado. Tenemos lo que buscábamos.
Kal-El asintió, mirando detrás de Madame Hydra a uno de los comandantes con un asentimiento de cabeza. Bruce levantó suficiente su rostro para notar el despliegue de proyectiles que fueron girando para su viaje directo hacia el Colmenar, no creyendo que ese Alfa estuviera tan dispuesto a exterminar a su propio hijo al no capturarlo. Trató de moverse, queriendo detener ese ataque, los brazos del Alfa se lo impidieron, bien pegado al pecho de este. La fina lluvia comenzó a ser más densa cuando Superman gritó la orden, enviando lo que apenas si pudo distinguir serían dos docenas de esos proyectiles que harían añicos el escudo como todo lo que estaba protegiendo.
-No...
-Sshh, descansa, mi Omega.
Los proyectiles salieron disparados, formando un arco que formaron al dejar una estela blanca detrás de ellos elevándose en el cielo y apuntando sus cabezas hacia la playa como el Colmenar. Bruce jadeó, levantando una mano que cayó débil, escuchando la risa de Kal-El en su oído con un beso en sus empapados cabellos. Madame Hydra acompañó aquel gesto, levantando su mentón orgullosa a la cuenta regresiva de impacto que dio un soldado, llegando a cero sin que nada estallara para asombro de todos ahí. El Alfa se giró, confundido. Las filas de soldados no pudieron evitar mirar la escena por demás increíble. Todos los proyectiles estaban suspendidos en el aire, metros arriba del mar y la playa como si se hubiesen congelado en el tiempo. Nadie habló ni tampoco hizo sonido alguno, dejando que la lluvia repiqueteando sobre la plataforma fuese el único ruido que acompañó a su confusión general. Bruce apenas sonrió, mirando a Kal-El.
-Aún no nos damos por vencidos.
Mordió su muñeca, sobre el guantelete al no tener fuerzas para hacerlo como debía. Sus dientes alcanzaron una delgada pulsera cuyo botón activó, desapareciendo de los brazos de Superman para caer de golpe sobre el musgo húmedo del bosque del Colmenar, llevándose una mano a su hombro herido antes de girarse por una súbita náusea que le hizo vomitar. Bruce respiró hondo varias veces, apoyándose en el tronco de un árbol para levantarse y girarse hacia la playa no muy lejana, a una carrera que tuvo muchísimas ganas de hacer.
-¿Brucie Dos?
-Funciona, Tony. Pero da náuseas.
-Hay que corregir la inestabilidad de campo, me preocupaba más que llegaras partido en dos.
-Esa broma no es agradable.
-¿Estás bien?
-La pelea apenas va a comenzar.
-Recuerda, Bruce, tienes un solo objetivo y es llevar a tu Alfa con Charles, deja el resto a nosotros.
-Suerte, Tony.
Bruce se giró hacia un costado, observando a Logan acercarse tranquilamente con sus garras listas para seguir cortando cuerpos. Su traje de combate ya no estaba en tan buenas condiciones, pero las partes desgarradas mostraban una piel sin heridas, si bien manchadas de sangre.
-¿Cómo es que no te mató?
-Por la misma razón que no te mató el contacto con ese súper virus. ¿Te asustaste? Qué lindo.
-Sabías que pasaría esto.
-Tú también, estamos iguales. ¿Cómo va ese hombro?
-Bien, tengo que seguir.
Logan arqueó una ceja, acercándose a Bruce para ladear su rostro con su mano sin pedirle permiso y observar la mordida algo amoratada todavía en su cuello.
-Ew, que asco.
-Voy a estar bien. Debo irme, ¿crees que HYDRA vaya a retirarse?
-Puedo olfatearlos desde aquí, están cagados de miedo. El día de hoy Erik se ha ganado mi respeto.
-¿Es que tú respetas a alguien?
-Anda, ve corriendo. Tengo cosas que hacer.
-No te mueras, Logan.
-Tú tampoco, Bruce.
El Omega solo gruñó, tomando aire para echar a correr bosque adentro, una zona especialmente planeada para que nadie interviniera cuando Kal-El fuese por él una vez más. Bruce no estaba muy seguro de que fuese a funcionar, sería la última oportunidad que le daría al autonombrado Superman de volver a sus cabales, de liberarse del virus. La angustia en su pecho crecía como un mal presentimiento, queriendo aferrarse a la tímida esperanza de rescatar a un hombre que una vez fue bueno y justo, sin pensar en la idea de pedirle a Charles Xavier que lo asesinara. No quería llegar a eso, pero cada minuto las cosas estaban dirigiéndose a ese final.
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