Silencio
GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel/DC
Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse
Parejas: de los arcos anteriores, con una sorpresota.
Derechos: Los personajes pertenecen a Marvel, DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.
Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas, tomando malísimas decisiones. Yo pensando mil locuras con eso. Este crossover es un completo gusto mío.
Para entender la historia hay que leer primero el Arco Marvel y el Arco DC. Ops.
Gracias por leerme.
***
Silencio.
"Cuanto más se ama más se sufre."
Henry F. Amiel.
-He conocido muchas tierras, diferentes y únicas por sí mismas. Más este lugar supera a todas ellas por su belleza creada a partir de todo lo que vive en ella.
-Gracias, Su Majestad.
-Arthur. Arthur.
-Thor. Thor. Espero tener el gusto de visitar Atlantis y hacer una comparación justa.
-Sería un honor tener al Patriarca en nuestro reino.
Ambos Alfas estaban sentados en la orilla de una roca plana sobre un risco mirando hacia el bosque que rodeaba el Triskelion, el sol comenzaba su caída por el horizonte a un costado, anunciando el fin de la tarde y el inicio de una noche fría al comenzar a acercarse el invierno. La tensión en el ambiente era cada día más creciente y los dos líderes de sus respectivas tierras buscaron en conjunto un lugar donde refrescar sus mentes para no caer en más agresiones que en las últimas semanas habían estado azotando al Triunvirato. Thor palmeó un hombro del rey de Atlantis, suspirando hondo con aquel paisaje lleno de naturaleza y las armas que estaban terminando de colocar igual que trampas para capturar ratones. No dejarían ningún punto flaco en el territorio ni en sus tácticas.
-Siempre creí que estaba solo, es decir, hablando de mi familia.
-Yo también lo creí, viviendo en las profundidades era imposible hacerme una idea de que tendría un primo perdido en el lugar menos pensado -comentó Curry con una media sonrisa- Al menos es grato compartir la pena por la suerte de los nuestros.
-Todas las mentiras dichas alrededor de sus muertes me dejan un amargo sabor de boca. Dime, Arthur, ¿tu madre también fue asesinada?
-Sí, Atlana. Quiso hacer una vida en la superficie y eso fue un alto precio.
-Me hierve la sangre de pensar que Ares siempre les mintió de la misma forma en que Richards nos usó para conseguir poder. Saberlo vivo fue otro pesar.
-Eran familia y ocurrió esa traición, sin embargo, mi padre jamás me lo hizo ver así, cosa que agradezco o no hubiera sido capaz de salvar a tantos si mi corazón hubiese estado lleno de rencor.
-Me pregunto qué hubiera sucedido si Hipólita no hubiera decidido quedarse para borrar los rastros de la huida de mi madre.
-No estuviéramos aquí -rió Arthur, mirando el atardecer- Así de simple, con Nueva Génesis no hay espacio para las debilidades. La reina de las amazonas lo supo siempre.
-¿Será una locura el ya no tener rencor hacia Diana?
El Metahumano negó. -Yo tampoco lo tengo ya, ella se ha ganado el volver a tener sus títulos con el sudor de su frente y la sangre derramada por cuidar del Triunvirato. Y honestamente, tampoco es que me guste cargar esos fardos.
-Realmente tenemos los mismos pensamientos.
-Primos.
El Patriarca miró hacia el Norte, donde la cadena de montañas, aquella tan alta que era visible desde donde se encontraban, donde reposaba el cuerpo de Clark Kent y no muy lejos, el de su abuelo, padre y madre. Bajó sus párpados, hablando en voz más baja.
-Cuando miro hacia la tierra donde nací, puedo ver a mis ancestros, prácticamente se recrea en mi mente el escenario que ellos vivieron. Bor apoyándose en Atlan y Ares para construir este lugar sin saber que uno de ellos ya estaba pensando en traicionarlo para usar a sus descendientes como conejillos de indias de sus experimentos genéticos, distrayendo a Nueva Génesis con otras tierras, ofreciendo al resto de los dioses que renunciaron a ser inmortales para vivir como lo que eran, seres humanos. Ares ha jugado bien sus cartas, apoyando ambos bandos según su conveniencia sin importarle las vidas que tendría que sacrificar por ello. Hace que mis decisiones como Alfa líder parezcan juego de niños frente a las suyas.
-Y también las mías -convino Arthur, asintiendo- Simplemente me dejé llevar por el sentimiento de que mi pueblo en el océano era el mejor y no tenía por qué preocuparme por la superficie. Hemos de tener cuidado con los rencores y dudas que nos han sido sembradas, son trampas hechas para que respondamos a los deseos de un dios amante de la guerra y el caos. Y de otro grupo más peligroso buscando volvernos a poner los grilletes.
-Fue bueno venir aquí -asintió Thor mirando alrededor- Mi mente ha descansado como mi corazón.
-Entonces es hora de volver. Hay más cabezas que aclarar y algunas me dice el instinto van a requerir unos cuantos puñetazos.
-Tal vez unas bocanadas de agua furiosa sean mejores y más inocuas.
-¿Y si le agregamos relámpagos?
Ambos se carcajearon a la idea, dejando ya aquel sitio para bajar de vuelta hacia el Triskelion. No habían dicho mal sobre el ambiente tenso, de vez en cuando brotaba una que otra pelea que rápidamente era sosegada ya fuese por el Comandante Rogers, por Erik o alguno de los dos. Su dominio Alfa estaba ayudando a controlar aquellas chispas para que no se convirtieran en fuego. Caso aparte eran los hijos de Bruce Wayne, quienes parecían necesitar de pelear una que otra vez entre ellos para estar en paz. Si bien estaban más tranquilos desde que se habían enterado de que su padre estaba gestando una vez más, eso no los había por completo para romperse la nariz en contadas ocasiones cuando surgía un desacuerdo. Tony se había asustado con eso, pero Charles lo calmó diciéndole que las peleas no tenían consecuencias, eran esas personalidades tan diferentes como sus esencias las culpables de los roces.
-Si es necesario, yo los calmaré -había dicho Charles a Tony.
-¿Por qué no mejor lo haces de una buena vez y nos ahorramos sustos?
-Porque Bruce me pidió no intervenir.
-¿Qué? ¿Y desde cuando obedeces a Brucie Dos?
-Desde que hay que consentirlo para que esté tranquilo.
-Hey, un momento, tú no hiciste eso conmigo.
-Lo hizo Steve.
-... el punto es que no lo hiciste.
-Si vuelves a quedar preñado, juro que lo haré.
-Ah, que gracioso. Mejor tú.
-Yo sé que quieres otro cachorro, Tony.
-Como Erik también quiere. No leas mi mente así, que descarado.
-Hagamos algo, si sobrevivimos a esto...
-Lo haremos.
-Los dos tendremos cachorros al mismo tiempo, ¿qué te parece?
-Suena tentador.
-¿Qué es tentador? -Quill apareció, abrazándolos a ambos por sus hombros- Me uno.
-¡No, tú no! -corearon ambos.
La mirada de Tony detectó a lo lejos a un recién llegado Sam Wilson que escoltaba a su amigo Rhodey luego de una inspección a los alrededores con sus Aulladores. Bucky no andaba muy lejos, recibiendo a esos comandos como era parte de sus deberes, inspeccionando las armas o aceptando los chips con información recabada. Aquel Beta se acercó al joven Aullador, con una sonrisa quieta que tuvo por respuesta una ceja arqueada y una mirada que claramente era una advertencia de no hacer ninguna tontería porque no estaba de humor para ello. Wilson simplemente sacó de uno de sus bolsillos de su traje lo que pareció ser una fruta que Red Wing había encontrado en el bosque y que había recolectado para el Omega en particular, mismo que no rechazó el obsequio, asombrado como honrado de tales atenciones. Stark pudo detectar la presencia de Nathaniel escondido entre transportes observando la misma escena con rostro tenso. Tony entrecerró sus ojos, pensativo mientras Quill le insistía a Charles en que deseaba ser parte del plan tentador del que nada sabía.
-¡Tooonyyy! ¡Di que sí! ¿Tony?
-¿Por qué no vamos a buscar a Víctor? Quisiera hacerle unas preguntas.
-Y después me dicen que traman.
-No.
-Charles, haz que diga que sí.
-No.
Una nueva pelea entre los chicos Wayne brotó, sofocada a puño de hierro por un poco paciente Alfred siendo observado por Bruce a la distancia. Erik vino al rescate del mayordomo, enviando a los muchachos a diferentes tareas con la esperanza de apaciguar sus ánimos lo que resultaría por unas horas, suficientes para ayudar al resto. Los ojos del Alfa captaron no lejos de ahí, también atestiguando semejantes alborotos a cierto mutante gruñón al que se acercó cuando todo se despejó, llamándolo para que le alcanzara en ese pequeño patio al que se dirigieron.
-¿Qué sucede, Lobezno?
-¿De qué?
-Te he notado distante estos últimos días.
-Todos están distantes.
-¿Es por lo del cachorro?
Logan gruñó. -Me fastidia su club cuando pasan los chismes a sus Alfas.
-Vamos, Charles me ha dicho que te siente demasiado inquieto. Podemos ayudarte, vamos a hacerlo, no debes perder...
-Deja la lástima para los enfermos, Erik.
-Logan.
-Estoy bien, tengo que ir a hacer unas cosas. Te veré luego.
El rey de Atlantis ofreció por la tarde una pequeña muestra de las costumbres de su pueblo con el fin de distraer a todos, elevar los ánimos, calmar ansiedad y no permitir que más estrés flotara en el Triunvirato ante la inminente llegada de Nueva Génesis. No era otra cosa sino una danza que contaba la fundación de todos los reinos que conformaban Atlantis, cómo fueron abandonando la superficie para ser uno con el océano y sus criaturas vivientes. Tal evento atrajo la atención de todos y pronto todos los Alfa pudieron sentir como un aura de paz empezó a brotar, en buena parte por el número aún cuantioso de Omegas sobrevivientes al primer ataque que se sintieron más que complacidos con la danza ritual de Atlantis. Thor sugirió un pequeño banquete y nadie se negó, terminando de alegrar rostros que anteriormente estuvieran ceñudos. No sabían si volverían a tener un descanso como aquel, charlar con sus Manadas o enmendar errores... sobre todo éstos últimos. Así llegó la noche que se llenó de cantos, algunas risas y silencios grupales alrededor de las fogatas que se prendieron cercanas al lago junto al Triskelion.
Bruce recostó a Damian, siendo el último de todos sus hijos en dormir luego de un día que pareció estar maldito porque esos cachorros se habían comportado de una manera que Bruce había terminado exhausto al lidiar con ellos. Sabía que era la histeria producto del estrés por la inminente guerra, no que eso excusara su comportamiento tan rebelde. Le había impedido a Alfred intervenir de nuevo porque había querido encargarse de ellos él solo, tenía que hacerlo como su padre si acaso quería mantener a su familia unida. Luego de eso, simplemente se fue arrastrando a su recámara para recostarse en la cama sobre las cobijas sin ánimos de moverse más, cansado de manera emocional más que física. Bufó al aspirar el aroma Alfa de Logan en la cama, que le reconfortó por mucho que combatiera sus instintos Omega, ya había pasado por ello. Se abrazó a la almohada con el aroma, haciéndose ovillo para quedarse hasta que sintió unos brazos rodear su cintura con una voz ronca en su oído despertándole.
-¿Todo bien, tesoro?
-... ¿dónde estabas?
-Ayudando como siempre -rió Logan, recostándose tras él, pegándole a su pecho- Escuché que hubo algunas rencillas entre los cachorros.
-Algunas...
-¿Se solucionaron?
-Mañana lo sabré.
-Hay un estrés general en todos, Bruce, no te agobies por ello, siendo jóvenes son más presa fácil de la incertidumbre.
-... okay.
Logan rió, cepillando sus cabellos para besar su cuello, dejando sus labios sobre su piel, sus manos acariciando lentamente su vientre. Bruce gruñó, pero no soltó la almohada ni tampoco le detuvo, signo que tomó su Alfa para ir bajando una de sus manos hasta su entrepierna.
-Logan...
-Necesitas relajarte, bebé, estás demasiado tenso. Pareces cuerda de instrumento.
-... qué comparación.
-Voy a relajarte.
-... ¿qué?
Bruce jadeó, juntando sus cejas y aferrándose a la almohada al sentir esa mano segura perfilar su miembro que comenzaba a despertar por debajo del pantalón. Unos colmillos rozaron su cuello encima de su Marca, estremeciéndose con una entrecortada maldición porque le fue claro que ese gesto le humedeció, reaccionando a los toques de su Alfa. Logan solamente rió, abriendo su pantalón para alcanzar su pene que masajeó descarado, endureciéndole y jugando con la punta con un pulgar suyo. El Omega quiso alejarse un poco, un brazo fuerte le impidió alejarse del pecho del mutante, sintiendo contra su trasero una erección que se restregó contra él. Cerró sus ojos, llevando una mano a la muñeca de aquella que le masturbaba, moviendo sus caderas al ritmo de ese toque, sus piernas inquietándose. La mano del brazo que le sujetaba se coló por debajo de su camiseta, alcanzando un pezón con el cual jugar, arrancándole un gemido poco discreto que luego le hizo gruñir por lo sensible que eso le estaba poniendo.
-Vamos, solo relájate.
-Logan...
-Un poco de tu Alfa te caería bien.
Bruce solamente bufó, jadeando con fuerza por la mano que dejó su miembro para deslizarse hasta su entrada húmeda que esos dedos tocaron. Se arqueó, sus piernas agitándose como su pecho por las caricias en sus pezones y una lengua recorriendo sus glándulas para estimularle por completo, haciendo que todo se viera borroso, casi doble. Apenas si se dio cuenta de las prendas que iban cayendo por la orilla de la cama, de ambos, siendo consciente hasta sentir la mordida en un hombro desnudo que le hizo quejarse. Buscó los labios de Logan para un beso largo, sin prisas, aunque sus lenguas batallaron por dominar. El mutante rió sobre sus labios que abandonó para ir recorriendo su mandíbula, bajando a sus pezones ya erectos que lamió, dejando una mordida sobre uno, delineando con su lengua los músculos de su vientre bajo la mirada del Omega cada vez más nublada, su rostro enrojeciendo al ver como tomaba en su boca su erección.
-L-Logan... ¡aahh!
Se sujetó a los cabellos de su Alfa, jalando aire hasta que le soltó para darle tiempo a respirar, no que se quedara quieto porque sintió su lengua ir bajando por su perineo hasta alcanzar la humedad que corría y que lamió, introduciendo su lengua sin miramientos. Bruce se arqueó por completo sobre la cama, sus piernas apretando los hombros del mutante en acto reflejo con sus dedos enterrándose en su cabeza, rodando sus ojos. Perdió esa capacidad de hablar de forma coherente, llamando a Logan entre gemidos cortados, sentía que iba a terminar si esa lengua continuaba serpenteando en su interior como lo estaba haciendo, una idea que coincidió con la de su pareja, temblando con una respiración agitaba conforme su orgasmo apareció apenas si pudiendo murmurar el nombre de su Alfa antes de terminar, sus mejillas ardiendo por la lengua que le bebió mientras su cuerpo quedaba flojo por aquel éxtasis.
-Sabes delicioso -escuchó a Logan decir, apenas si gruñendo en respuesta.
Respiró profundo, abriendo sus ojos al sentir al mutante erguirse de nuevo, liberándose de sus pantalones e interiores, las únicas prendas que le restaban. Sus ojos no perdieron detalle de ese miembro erecto, enrojecido y con unas gotas de líquido preseminal cayendo de su punta. Una mano de Logan atrapó su mentón, haciendo que le observara y viéndose reflejado en esos fieros ojos cuando se estremeció una vez que comenzó a penetrarle. Lento, sin prisas. Las manos del Omega fueron a esa espalda fornida, rasguñándole apenas hasta que estuvo bien enterrado en su cuerpo, ambos jadeando mientras terminaba de acostumbrarse a su Alfa. Cuando las piernas de Bruce rodearon las caderas de Logan, este inició un lento vaivén lamiendo su pecho, hombros, mordisqueando de nuevo su cuello, escuchándole ronronear complacido al apretarle.
Fue distinto esa vez, siempre tenían encuentros muy fogosos, apasionados que no eran tan cuidadosos como en esos momentos. Bruce tiró de los cabellos de su Alfa para que le mirara, extrañado de semejante comportamiento tan inusual en el mutante, no que se quejara de ello. Una sonrisa fue su única respuesta, besándole después con una poderosa embestida que le hizo apretar sus caderas con sus muslos. Lo hicieron lento, a veces deteniéndose para desesperación del Omega quien pedía que acelerara, pero el tonto de Logan estaba haciéndose el interesante, simplemente permaneciendo quieto, solo rodando sus caderas hasta rozar ese punto en especial que lo hacía arquearse de nuevo contra la cama, casi gritando, pero tratando de mantener algo de dignidad en todo aquello.
Con besos lánguidos igual que sus movimientos, continuaron así unidos. Las manos de su Alfa acariciaron su cuerpo lentamente, cepillando sus cabellos al volverle a observar de una manera que hizo a Bruce fruncir su ceño, llevando una mano a su rostro preocupado de esa expresión que no supo leer. El mutante solamente rió de mala gana, girando su rostro para besar la palma de su mano, empujando dentro. Las preguntas tendrían que esperar, prefiriendo enfocarse en disfrutar de aquel momento que se sintió muy íntimo, cariñoso... especial. Terminaron con sus manos entrelazadas en algún punto, pequeños besos en sus labios al ritmo de suaves embestidas que alargaron el momento hasta que ninguno de los dos pudo resistir más, buscando ese éxtasis en sincronía. Los brazos del Omega sujetándose a los hombros de Logan quien apoyó su rostro contra la curva de su cuello, sujetándole por su cintura y caderas al acelerar, martilleando su próstata para hacerle terminar con un grito ahogado, su cuerpo estremeciéndose y apretándole
El Nudo vino poco después, arrancándole otro gemido ronco al sentirlo acomodarse en su interior lentamente, quedándose ambos así, unidos, piernas entrelazadas y sus cuerpos sudorosos, pegados en un fuerte abrazo que no se rompió. Bruce abrió sus ojos, mirando el techo de su recámara que reflejaba las luces exteriores del Triskelion. Una de sus manos que descansaba en la espalda del mutante se contrajo un poco, tomando aire para hablar porque sentía una inquietud en su Alfa, algo que no tenía palabras, simplemente percibiendo ese sentimiento en su mente. Logan se irguió, mirándole y luego sonriendo de nuevo, besándole como para callarle. Bruce empujó suavemente su rostro para verle fijamente a los ojos, extrañado de aquellas maneras que sentían tenían un mensaje detrás.
-¿Logan?
-¿Qué pasa, bebé?
-¿Estás bien?
-Tremendo.
-Mientes.
-Alguien también ya está entrando en la histeria.
-Hablo en serio.
-Yo también.
Bruce frunció su ceño, tomando su rostro para que no desviara su mirada.
-Dime qué es.
-Nada, corazón, deja de angustiarte.
-¿Por qué no quieres decirme?
-Porque no hay nada que decir, estoy muy cómodo unido a ti, quisiera seguir disfrutando de haber anudado a mi Omega.
-Logan...
-Ssshh, no arruines el momento.
Gruñó apenas, todavía recuperándose con sus manos recorriendo esos brazos tan marcados, con algunas cicatrices que decían lo profundas y peligrosas que fueron si la regeneración no había podido borrarlas por completo. Logan le miró arqueando una ceja, siendo ahora su turno de levantar el mentón del Omega para hablarle.
-No estaba consciente en la mayoría de las veces, por si te preocupan estas cicatrices.
-¿Recuerdas cómo te las hicieron?
-Vagamente y en sueños, a veces no siempre.
-Podrías...
-¿Sí?
-Podrías pedirle a Charles que explore tu mente.
-Gracias no, yo sé que Charles no me haría daño, pero hay cosas que prefiero no recordar.
-¿No tienes nada de curiosidad?
-¿Para qué? En estos momentos estoy entre las piernas de un fiero Omega preguntón, se siente bien como exprime hasta la última gota de mi semen.
-Eres tan asqueroso.
-Realista. Dime, ¿qué fue lo que pasó con esos niños?
-¿Justo ahora quieres saberlo? ¿No que deseabas disfrutar el momento?
-Tengo deberes como tu Alfa.
Bruce entrecerró sus ojos. -Gracioso.
-Es en serio, tus cachorros me preocupan, aunque la mitad del tiempo quiera hacerme unos cinturones con sus cueros.
-Sólo son... los problemas de siempre.
-¿Cuáles son esos problemas de siempre?
Fue curioso hablar así con Logan, a veces tenía ese efecto de hacerlo hablar con una sola pregunta, unas cuantas palabras. Le escuchó atento, acariciando su mejilla con sus nudillos. Para cuando terminó el Nudo ya había desaparecido, permitiéndole descansar unos minutos sin dejar salir a su Alfa cuando quiso hacerlo.
-¿Bebé?
-Solo...
-Está bien, está bien.
Vinieron de nuevo los besos, caricias poco usuales que no renegó. Bruce suspiró, abrazándole con fuerza mirando hacia el ventanal.
-¿Crees que... mis errores son imperdonables?
-¿De qué jodidos hablas?
-A veces no sé si estoy en lo correcto. Hace tiempo que no sé si está bien.
-Bienvenido al mundo mortal, cielo.
-Logan...
-De eso se trata, de no saber, de no estar seguro. Es la mejor parte, la incertidumbre que antecede a lo que es bueno. Eso dicen.
-Evadiste la respuesta.
-Qué carajos, no, no tienes errores imperdonables, Bruce, ¿quién te ha metido esa idea?
Este se encogió de hombros. -Es lógico.
-Me vale un cuerno tu lógica, porque está mintiéndote.
-¿Cómo estás seguro?
-Lo estoy y tendrás que vivir con ello -sonrió su Alfa, besando sus labios con un ligero pero insinuante gesto de su cadera- Ahora, si no te importa...
-Logan, tengo cosas que hacer mañana.
-Tendrán que esperar.
-¿Qué...? Tú... e-espera...
-Ya he esperado mucho tiempo.
Lo hicieron hasta que al final Bruce quedó exhausto, prácticamente dormido sobre el pecho de Logan envuelto entre sus brazos. A la mañana siguiente, despertó ya tarde con una punzada en su espalda baja y en sus caderas, sintiendo las piernas flojas al intentar ponerse de pie. Tuvo que recurrir a la ayuda de Alfred para salir vestido decentemente de la recámara, sin muchas energías para hacer algo que no fuese comer algo ligero, atender a Damian o buscar donde sentarse a los pocos metros de caminar, maldiciendo esos bríos de cierto Alfa de modales inexistentes a quien vio a lo lejos atravesando uno de los jardines exteriores del Triskelion, hablando con Thor. Bruce le miró con el ceño ligeramente fruncido, tragando saliva con sus puños en su regazo. Sabía que ni siquiera tenía caso el sentirse mal por estar con Logan, era su único Alfa y...
Se sentía muy bien hacer algo tan malo.
Le chocó que por su Vínculo el mutante pudiese detectar su ansiedad, dejando la charla con el Patriarca para ir a verle en aquella banca, arrodillándose frente a él al examinarle sin ocultar su sonrisa de satisfacción por verlo así de cansado por sus actividades de la noche anterior. Ahí estaba esa oportunidad de poder hablar y decir algo que estaba muy escondido dentro de su ser, más lo dejó pasar una vez más en aquel mutis que no supo si tenía por cómplice a su Alfa o era uno de sus tantos secretos que guardaba con recelo por temor a que tocaran la luz de la realidad y los convirtieran en cenizas. Logan tomó una de sus manos, besándola por sus nudillos.
-¿Qué pasa?
-Nada.
-Ah, de nuevo las mentiras.
-No son... -el Omega cerró sus ojos- ¿Por qué haces que evada mis deberes?
-¿Será porque llevas un cachorro mío?
-Estoy bien, no estoy muriendo.
-Llámalo tonterías de Alfa.
-Ja.
-¿Bruce?
-Te escucho.
-Lamento no ser... un buen Alfa.
-¿Logan? ¿De qué...?
-Te mereces alguien más... humano que yo.
-No, estás confundiendo las cosas.
-Sé de lo que hablo y tú también, pero eres tan lindo que no lo cuestionas. Realmente eres único en eso, la forma en que aceptas a alguien que solamente es pedazos de una vida sin exigirle que esté completo. En silencio como la naturaleza.
-¿Te sientes bien?
Logan rió, bajando su mirada mientras buscaba algo en los bolsillos de su chamarra.
-Soy un asco para estas cosas. Creo que seguiré el consejo de Quill, ya sabes que le encanta repartir consejos y bueno, le pedí uno. Dijo que esto ayudaría.
-Si Quill te ha aconsejado algo, te recomiendo que no lo sigas.
-Creí que los Omegas del club no se traicionaban.
-No es traición, es prudencia -aclaró Bruce mirando el extraño aparato que el mutante puso entre sus manos. Ni siquiera sabía para qué era aquello- ¿Qué es?
-¿En serio no lo sabes?
-No.
-Vamos, bebé.
-No lo sé.
-Oh, olvidaba que ustedes allá no conocían nada de estas cosas, pero supuse que las rondas por Timely... okay, olvídalo.
-¿Para qué me has dado esto?
-Ya te lo dije, no soy bueno diciendo las cosas, apesto para hacer sentir bien a los demás, especialmente si se trata de mi Omega, así que esta cosa puede ayudarme.
-Si me explicas como funciona, te daré mi opinión.
Logan bufó, tomando lo que parecía ser una diadema con ambos extremos terminando en un par de extrañas bocinas. La puso en su cabeza, acomodando esas bocinas sobre sus orejas y tomando el aparato que lucía muy viejo y de colores que alguna vez habían sido brillantes para presionar uno de sus pequeños botones. Algo dentro se activó, apareciendo una pantalla con letras brillantes. El Omega arqueó una ceja al comenzar a escuchar música, sonaba muy vieja, antigua, entendiendo que aquel aparato era alguna clase de reproductor. Logan ya sabía que podía entender las lenguas antiguas, así que las líricas de aquella melodía le fueron claras. Bruce parpadeó al ir escuchando, casi a punto de preguntarle a su Alfa cuando una estrofa lo dejó de una pieza.
Your skin
Oh yeah, your skin and bones
Turn into something beautiful
You know, you know I love you so
You know I love you so
El mutante estaba mirando a otra parte, serio sin moverse con sus manos apenas descansando sobre los muslos de su Omega quien siguió escuchando la canción a la par que su corazón se aceleró conforme todas las palabras empezaron a tener un sentido, hablando las cosas que el famoso como viejo Lobezno no podía decir porque al igual que él, no sabía cómo hacerlo.
Your skin
Oh yeah, your skin and bones
Turn into something beautiful
And you know
For you I'd bleed myself dry
For you I'd bleed myself dry
Cuando terminó la melodía, Bruce se retiró la diadema y buscó las manos de Logan quien levantó su mirada hacia él, ambos quedándose en silencio.
-Sé que... -tosió el Alfa, aclarando su voz- Piensas que no hay nada bueno en ti, que no tienes nada bueno que ofrecer porque siempre te has rodeado de sangre, violencia, muerte y peleas que no terminan. Tan solo quería hacerte ver que eso no es del todo verdad, para evidencia están esos cachorros malparidos.
-Logan.
-Como te dije, no soy un Alfa muy bueno o que merezcas. Solo le pedí a Quill ayuda porque no sé de estas cosas de hablar acertadamente. Quería mostrártelo más tarde, se me olvidó que tengo un Omega con el cual no se pueden hacer planes precisos porque lo imprevisto está de su lado.
-Logan, hay...
Thor llamó al mutante, haciendo que se pusiera de pie, tomando la cabeza de Bruce para darle un beso en sus cabellos.
-No te esfuerces tanto, ¿quieres?
-Espera.
-Te veré luego, bebé.
Bruce frunció su ceño, tirando de una mano del mutante para que regresara sobre sus pasos, gruñendo al mirarle con severidad.
-Tengo algo que decirte.
-Okay.
-Realmente... deseaba que pasara. El tener tu cachorro.
Logan le miró largo, inexpresivo. Thor volvió a llamarle y sonrió a su Omega, soltándole para darse media vuelta sin decir nada más. Bruce tomó aire, quedándose en aquella banca preguntándose si alguna vez las palabras que deseaba pronunciar encontrarían una buena oportunidad para hacerlo. No lo había hecho con Clark y tenía miedo de que no pudiera hacerlo con Logan. Su mirada bajó a ese pequeño aparato que volvió a colocarse, escuchando una vez más esa vieja melodía que alguien debió componer en tiempos más alegres, para humanos menos oscuros.
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