Amazonas

GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel/DC

Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse

Parejas: de los arcos anteriores, con una sorpresota.

Derechos: Los personajes pertenecen a Marvel, DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.

Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas, tomando malísimas decisiones. Yo pensando mil locuras con eso. Este crossover es un completo gusto mío.

Para entender la historia hay que leer primero el Arco Marvel y el Arco DC. Ops.

Gracias por leerme.



***

Amazonas.

"Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado."

Martin Luther King.



Bucky miraba su plato entre sus manos, apenas si había probado algo cuando su garganta se cerró sin que pudiera o quisiera hacer algo por cambiarlo. No quería comer, no tenía ganas de comer, dormir o moverse de su habitación. ¿Para qué? Sentía que por cada intento que realizaba por cambiar su situación solamente se hundía más, resbalando en el fango que iba ahogándolo lentamente mientras la luz se marchaba. Así era como se sentía. Nathaniel se había marchado, no lo recordaba, tampoco lograba sentir algo porque su Vínculo se había roto. Ni siquiera tenía el consuelo de un cachorro porque lo había perdido, igual que su Marca, su brazo, su vida antes de que todo se fuera a la mierda. Era como estar en medio del hielo, con una tormenta azotando su cuerpo sin un refugio donde abrigarse, nadie que respondiera a su llamado, no al menos la persona que estaba esperando apareciera. Ya nunca más iba a tener esa vida.

-¿Tan mal sabe?

Respingó al escuchar la voz de Tony, soltando el plato que rebotó con la comida esparciéndose en el suelo, abriendo sus ojos al verle entrar y bajando su cabeza de inmediato. Quizá Bruce había cambiado de opinión y sí le castigarían por su traición. Se quedó quieto, apenas respirando mientras Stark llegaba, notando sus pies frente a él antes de inclinarse para recoger todo, dejándolo sobre la cama y mirándole con una mano recorriendo su barba, pensativo. Bucky cerró sus ojos, esperando por las palabras que se merecía. Las cosas ya nunca serían iguales, y era completamente su culpa el que fuese así, no podía quejarse de nada. El joven Omega abrió sus ojos de nuevo al sentir sus manos ser atrapadas por las de Tony, apretándolas gentilmente con una sonrisa, acercándose a él.

-Yo... no estoy enojado contigo, sí decepcionado, menos que antes, pero no te odio.

-Lo siento...

Tony negó, levantándose con un beso en la frente de Bucky a quien abrazó.

-Yo sé que lo sientes, cariño, fue muy estúpido de tu parte. Realmente muy estúpido. Has aprendido la lección de muy mala manera, ahora debes soltar eso. ¿De acuerdo? Porque no estás solo, hijo mío, aun nos tienes a nosotros, tu familia. Todavía eres nuestro y todavía eres de nuestra Manada.

Bucky levantó su rostro, mirándole con ojos húmedos con un llanto que no parecía acabar en sus ojos, abrazó a su padre por su cintura, enterrando su rostro en su pecho. Stark acarició sus cabellos, dejándole que se desahogara.

-Eso es, llora, llora todo lo que quieras, todo lo que necesites. Porque luego vas a limpiarte ese rostro, vas a vestirte y salir de aquí. Eres mi hijo, un Stark, un Aullador y un Omega. ¿Recuerdas lo que te dije un día sobre llorar por un Alfa?

-... ningún Omega... -sollozó Bucky- debe llorar... por un Alfa...

-Exacto, yo sé que amas a Nathaniel, pero no puedes cegarte a los hechos, cachorro. Quizá él llegue a recuperar sus memorias, quizá no lo haga, quizá vuelva a enamorarse de ti, quizá elija otra pareja. Eso ya no depende de ti. Lo que sí depende es que te levantes y luches. Quedarte aislado y castigándote de esta manera no cambiará las cosas, continuar con tu vida sí lo hará.

-No quise... exponerlos... no lo pensé... yo no quería eso...

-Un día, cuando Peter sea mayor y le contemos esto, vas a reírte por lo tonto que parecerá. Ahora no lo es, fue un golpe muy serio para todos nosotros -Tony levantó el rostro de su hijo, sonriéndole con una mano quitando sus lágrimas- Nadie resultó herido, a los bebés no les ocurrió nada, castigarte por lo que no pasó tampoco es el camino. Has perdido demasiado, lucha por lo que aun te queda, tu vida, nosotros. Tus amigos, yo estaré contigo protegiéndote.

-Perdóname, nunca quise que los lastimaran así.

-Te perdono -Stark despeinó sus cabellos, jalando sus brazos- Lo que no te puedo perdonar es que estés en este estado. Anda, al baño y saldremos a dar un paseo.

Steve les esperaba en el pasillo, dando un abrazo a Bucky cuando lo vio de nuevo inclinar su cabeza en gesto de sumisión ante él. Salieron del Triskelion hacia el lago donde Thor los esperaba con los demás, con el rey de Atlantis a su lado. Había convocado a todos cuantos pudieran ayudarle en la pelea que estaba por venir, pues no era solamente un asunto del Triunvirato vencer a Nueva Génesis, eran todos los que habitaban el planeta así desconocieran la situación. Afortunadamente Arthur Curry había traído consigo guerreros, soldados y simples personas que estaban dispuestas a pelear, algunos enterados de la situación por sus medios, otros lo habían sospechado. Quill miró a Bucky caminar detrás de Tony, alcanzándole para darle igual un abrazo, palmeando con fuerza su espalda, sentía ese frío y la sensación de vacío en él.

-No te des por vencido -le murmuró al oído, luego guiñándole un ojo.

Fueron presentándoles los grupos de apoyo que las naves de Atlantis habían traído consigo, Valkiria había hecho lo mismo como los Devastadores. Hubo un ambiente de alegría al ver tanta gente dispuesta a la que tendrían que darle techo y comida, algo en lo que también Arthur los apoyaría, animado como todos ellos por estos refuerzos. Charles se dio cuenta que varios poseían alguna característica mutante o Metahumana, la clara evidencia de los juegos de ingeniería genética de Nueva Génesis. Rocket le presentó a Quill un grupo de pilotos como se autodenominaban, los Comandos Aéreos. No era que manejaran naves, su característica tan peculiar eran sus trajes de vuelo que desplegaban alas, obviamente no podían alcanzar grandes alturas. Tener apoyo en el cielo sin duda iba a ser la diferencia en la batalla contra esos dioses.

-Él es el líder del escuadrón de avecillas -bromeó Rocket con Groot encaramado sobre sus hombros- Su nombre es Samuel Wilson, Falcon.

-Un gusto conocerlos -dijo el Beta de piel oscura, sonriente y estrechando la mano de Quill como la de Tony, los más cercanos a ellos.

-Falcon, bienvenidos al Triunvirato, espero que el viaje en la Milano no haya sido pesado.

-Para nada, estamos emocionados de pelear, como asustados. No voy a negarlo. En nuestra isla estábamos teniendo ya problemas cuya raíz no entendíamos hasta que vinieron esos Atlanteanos con su rey a explicarnos. Ahora todo tiene sentido y nosotros también queremos patear esos traseros.

-Bueno, creo que podemos armar una carpa para celebrar -opinó Tony con una sonrisa, volviéndose a Steve- Hace tiempo que no tenemos una pequeña fiesta.

-¿Exactamente que es pequeño para ti, cariño?

-Steve, ¿es una pregunta retórica?

El comandante rió, llamando a Víctor y Oliver con él, mientras Thor continuaba saludando al resto. Wilson notó al apagado Omega detrás de Stark quien no había sido presentado, adelantándose con su usual sonrisa y una mano que estrechar.

-Samuel Wilson.

Bucky frunció su ceño, a punto de darle la espalda. Una mirada de su padre lo disuadió de semejante grosería con un recién llegado, extendiendo su mano hacia el para saludarle fugazmente.

-Bucky Stark.

-Tienes un brazo interesante, he visto prótesis buenas, pero tu brazo las supera por mucho.

-Yo lo hice -sonrió Tony con orgullo.

-¡Wow! Creo que este lugar tiene muchas maravillas.

-Y eso que apenas estamos conociéndonos -Stark se giró al joven Omega, palmeando su hombro- Hijo, ¿por qué no guías a nuestros recién llegados al domo? Necesitan estirar las piernas y enterarse de cómo es la vida en el Triunvirato. Sé buen anfitrión mientras preparamos todo.

-Sí, padre.

-Muy amable, Señor Stark.

-Tony, llámame Tony. Vuelvo con ustedes en unos instantes.

Bucky esperó a que tomaran sus cosas para guiarles hacia el domo junto al lago, un sitio lo suficientemente grande para darles albergue temporal. Mientras caminaban, escuchó la narración innecesaria de Samuel Wilson sobre su Comando Aéreo, como se habían convertido en pilotos sin naves y una vez más ese agradecimiento por invitarlos a su hogar. El joven Omega apenas apretó sus labios, asintiendo una que otra vez sin decir nada, mostrándoles las que serían sus habitaciones en una de las alas dentro del domo, señalando el resto de las estancias. Levantó su mirada al sentir el escrutinio de Wilson sobre su persona, había olvidado que era probable el que aun tuviera ese aroma agrio propio de un Omega abandonado por un Alfa.

-¿Estás bien?

-¿Necesitan algo más?

-Estamos bien, muchas gracias.

-Me retiro, entonces.

-Am, ¿Bucky?

-¿Qué?

Sam resopló divertido. -¿Quieres ver un truco?

Bucky se encogió de hombros nada animado, esperando por alguna idiotez típica de ese tipo de soldados pilotos. Wilson rió, extendiendo su brazo izquierdo y silbando. El joven Omega alzó sus cejas, cruzándose de brazos al ver que nada sucedía, gruñendo al guiño que el Beta le dio. Un chillido suave se dejó escuchar dentro del domo, que le pertenecía a un halcón de alas rojas que surcó los altos techos entre las vigas de soporte a una tremenda velocidad sin chocar con ningún obstáculo, haciendo círculos cada vez más estrechos hasta aterrizar en ese brazo, agitando sus alas y picando juguetón la mejilla de Sam.

-Te presento a Red Wing. Amigo, él es Bucky Stark, haz el saludo.

Como si le hubiera entendido, el halcón se inclinó hacia adelante, extendiendo ligeramente sus alas simulando una reverencia que dejó sorprendido a Bucky, mirando a Wilson.

-Nuestras mentes están unidas, por decirlo de una manera. Él me enseñó a volar como lo hago. Puedo mostrarte después si tienes tiempo, claro.

-Tal vez -murmuró el joven Omega, mirando ese hermoso halcón.

-¿Quieres tocarlo? Red Wing es un coqueto, estaría encantado.

-¿P-Puedo?

-Claro.

Sam movió su brazo, poniendo al halcón delante de Bucky, quien levantó su mano derecha para acariciar apenas un ala de Red Wing, escuchando unos curiosos ruiditos del ave como gorgoteos. Más animado al ver que no le picaría ni tampoco se asustaba, acarició su cabeza, sintiendo esas plumas tersas, brillantes en color rojo oscuro.

-Le caes bien. No todos le caen bien a Red Wing, tiene un gusto especial por los humanos.

Bucky miró al Beta y luego al halcón, pasando su mano por su lomo suave, era un espécimen hermoso con ese color tan particular. Rojo como los cabellos de Nathaniel. El joven Omega retiró su mano, alejándose al mal recuerdo.

-Bienvenidos al Triunvirato, debo retirarme.

-Te veré luego, Bucky.

Éste jadeó, llevándose una mano a su pecho al darle la espalda a Wilson, retirándose del domo para buscar a Tony. Se topó con Thor, sucediendo lo mismo que con Steve, solo que el Patriarca rió bajito, levantando su mentón para que le viera.

-¿He pronunciado palabra alguna que te obligue a inclinar la cabeza así ante mí?

-... no, señor.

-Entonces no lo hagas. Ya he visto demasiados rostros tristes en poco tiempo, no es mi deseo el seguir encontrándomelos.

-¿Puedo ayudar... en lo que sea?

-Sí, de hecho, ahora que lo mencionas, busca a mi hijo Jason y que vaya con su hermana Meredith. Últimamente se nos escapa muy seguido para molestar a Hal y Barry. Ellos deben estar igualmente ocupados, encárgate de que vuelva a sus habitaciones con sus hermanos. Si tienes que meterlo en un costal para que te obedezca, tienes mi permiso.

-Sí, Patriarca.

-Thor. Somos familia.

Con una mano despeinando sus cabellos, Bucky suspiró largo antes de encaminarse a su misión. Tal como lo había predicho Thor, su hijo estaba con Hal y Barry en el comedor porque de nuevo tenía hambre. Se llevó al niño entre pataletas de este para que los otros dos pudieran seguir con sus actividades. Jason terminó con un puchero, abrazado al cuello del joven Omega, mirándole fijamente luego con una mano pequeña acariciando su mejilla.

-No es tu culpa, él no puede darte nada porque no tiene nada que dar, aunque quiera hacerlo.

-... okay.

-¿Vas a llenarlo con cosas?

-¿Llenarlo?

-Sí, como las canastas de cumpleaños que hace mamá, las va llenando con dulces y golosinas.

-Bueno... tal vez.

-Te puedo ayudar si quieres.

-Me parece que tienes deberes pendientes con tu hermana mayor. Te los has saltado.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyy!

-¿Qué son esos berridos? -habló Logan, encontrándoselo junto a Bruce en el pasillo- Ah, justo a quien buscábamos.

-¿Señor?

-Deja ese mocoso en el suelo, Dick te necesita para que lo ayudes con unos cargamentos.

-Llevaré al niño con sus hermanos -dijo Bruce, estirando una mano a Jason.

-¡No! ¡Cárgame! -el pequeño estiró sus brazos hacia aquel con ojos grandes.

-¿No estás muy grande para que te sigan llevando en brazos?

-Logan te carga y nadie dice nada.

El mutante se carcajeó, mientras que Bucky aprovechó para huir antes de verse inmiscuido en asuntos que no deseaba con Jason, desapareciendo para buscar a Dick en los hangares. Bruce entrecerró sus ojos, pero cargó de todas maneras al niño quien aulló feliz, estampándole un beso en su mejilla donde pegó la suya, sus manos aferrándose a su cuello.

-Hueles muy bonito.

-Se llama baño.

-No, hueles a mielecita como todas las mamás. ¿Es porque tienes un bebé en tu cuerpo?

Logan se detuvo, mirando a Bruce quien se quedó muy quieto, había olvidado esa extraña cualidad de Jason que ahora lo había delatado.

-¿Algo que desees decirme, tesoro?

-¡Bruce será mamá! Mmmm... creo que será una niña -Jason arrugó su nariz- A lo mejor una niña Alfa como Mere, ¿tendrá garras como las de Logan? ¿También sus cejas todas arrugadas siempre?

-Jason.

-No deberías tener miedo, tú eres muy fuerte. Así mucho, les das miedo a las personas porque nadie puede contigo.

-Jason.

-Y a Logan le gustas mucho. Dick te quiere mucho, Jason también, pero el gruñe cuando quiere algo porque no sabe decir las cosas. Tim te quiere mucho. Alfred te quiere mucho. Yo te quiero mucho. Estás cubierto con mucho cariño por todos lados y tu bebé lo sabe.

-Jason, hablo en serio. Suficiente.

-Siempre tienes hijos muy fuertes, y que hacen cosas muy valientes. A mí me da miedo la oscuridad, pero tú no le tienes miedo, aunque te hizo llorar primero. Hasta el dolor te tiene miedo.

-Eso me consta.

-Logan.

-¿Si es una niña como vas a ponerle?

-Laura -atajó Logan.

-¿Laura? ¿Como los laureles?

-Como los niños que deben ir a su lugar y dejar en paz a los adultos -gruñó Bruce, caminando más aprisa de lo que pretendía.

-De grande quiero ser como tú, sin temor a enfrentarme a los monstruos. A veces estás con mucho miedo, pero de todos modos peleas. Yo quiero ser así.

-Si aprendes a mantener el pico cerrado lo lograrás.

-¿Me enseñarás? ¿Seré un Robin Jason?

-No.

-¡¿Por qué?!

-Porque ya existe uno. No puede haber dos.

-¡Quiero ser un Robin! ¡Yo quiero ser un Robin! -Jason exclamó a gritos sin soltarse de Bruce, haciendo que los demás en su camino voltearan a verlos. Logan rió bajito.

-¿Lo estás disfrutando, verdad?

-No sabes cuánto, cariño. Le llamo justicia poética por no decirle a tu Alfa que estás gestando.

-Quita esa sonrisa de tu rostro o te la quitaré.

-Imposible -el mutante miró al cachorro- Jason, ¿quieres ser un Robin, eh?

-¡SIIIIIIIIIIIII!

-Todos tienen un nombre, ¿cuál sería tu nombre de Robin?

-Um... ¡Robin Hood!

-¿El príncipe de los ladrones?

-Woooaaaaoooooo, ¡tú sí sabes! ¿Cómo sabes?

-Soy viejo. Es un cuento antiguo el tal Robin Hood.

-Seré Jason Robin Hood, príncipe de los ladrones que no tiene miedo a los monstruos de la oscuridad, aunque le saquen los dientes.

-Tremendo título, campeón.

-¿Bruce?

-¿Ahora qué?

-¿Me quieres?

-... ahí está Mantis.

-¡¿ME QUIERES?!

-Si no le respondes te hará un drama -Logan estaba más que divertido con esa escena.

-Sí.

-¡BRUCE ME QUIEREEEE! ¡MANTISSSS BRUCEEE ME QUIEREEEE!

-Yo me encargo a partir de aquí -sonrió la chica.

Dejaron a un eufórico Jason en brazos de Mantis, continuando con lo siguiente en la lista que era ir a los laboratorios de Tony. Logan jaló a Bruce a un rincón, cruzándose de brazos y mirándole acusador por no haberle dicho sobre lo del cachorro. Wayne tomó aire, cruzándose de brazos también con una mirada similar.

-Acabo de enterarme.

-¿Cómo no podías enterarte?

-¿Cómo no podías saberlo tú?

-Usas Supresores, y además tuve un bloqueo. Estás evadiendo el tema.

-No lo sabía, Charles fue quien me dijo. Se suponía que... usaste una Caja Madre para un deseo tan...

-Es mi maldita Caja y hago con ella lo que se me da la gana.

-Así no es como funciona.

-Pues para mí sí.

-Tú...

-Vamos a tener que hablar largo y tendido, bebé, porque tú no vas a pelear bajo circunstancia alguna.

-No me vengas con tus estupideces de Alfa.

-¿Quieres ponerme a prueba?

Bruce gruñó de nuevo, frunciendo su ceño. -Mi familia va a pelear y no voy...

-Lo harás. Damian te necesita, no estarás en condiciones de pelear tal como quieres. Y aunque sé que te preocupas por mí, estaré bien.

-No fue el trato que hicimos.

-Bien, pastelillo, por no decirme con toda la propiedad que se merece tu Alfa, se rompe el trato.

-Tú ya lo sabías.

Logan rió, acomodando su traje y sacando sus garras. -¿Qué incertidumbre, no es así? Algo que te fastidia enormemente. No tener el control. Iré a charlar con Erik, no hagas nada malo o enviaré a mini Jason por ti para que cuente a todo pulmón tus más oscuros secretos.

-Eso es un chantaje, uno muy malo.

-Tu corazón se ha alterado, gané.

Bucky encontró a Dick en el hangar más lejano, hablando con Harleen sobre algunos contenedores cuando le alcanzó con las instrucciones de cómo repartir todo aquel cargamento según el Comandante Rogers. Dick le sonrió al verle acercarse, igual que Harleen quien le lanzó besos entre brincos suyos sin razón de ser y tendiéndole una tableta con la información que necesitaban para hacer su labor dentro del Triskelion. Una de las divisiones de los Comandos Aulladores solicitó que se les enviara un cargamento fuera del búnker, una tarea que Bucky pidió hacer en solitario no representaba ningún trabajo porque no era lejos y volvería tan rápido como se marchara. La chica estuvo de acuerdo, pero Dick no.

-Viajar solo en estos momentos no es buena idea.

-¡Iré con él! -se ofreció Harleen.

-Tú tienes un trabajo recopilando la información para los recién llegados. Iré con Bucky.

-¡Pero Dick...!

-No me pasará nada -quiso insistir Bucky.

-Déjame aumentar las probabilidades de eso acompañándote. Harleen será nuestra guía de camino.

-Bueno, siendo así, yo acepto la oferta.

-Mucho mejor.

Usando un dron de carga, salieron bajo una lluvia moderada de la estación otoñal, más fría que de costumbre porque se aproximaba ya el invierno. Bucky se imaginó la razón de Dick para acompañarle, lo agradeció silencioso mientras salían del Triskelion con sus armas y Harleen en los comunicadores dándoles los detalles sobre el clima y la lluvia. La división que solicitaba el cargamento estaba a unos cientos de metros, el viaje era relativamente corto. Dick miró de reojo a Bucky, tosiendo ligeramente para llamar su atención.

-He visto a Nathaniel, sigue... enfadado y frustrado.

-Es difícil despertar cada día sin respuestas a tu vida anterior.

-Lo vi sano en todo lo demás. Preguntó por ti.

Bucky levantó su mirada del camino hacia el otro Omega. -¿De verdad?

-No te diré que era una pregunta hecha con desesperación, pero fue curioso, ¿no?

-Prometí no hacerme más ilusiones.

-Hey, no es ilusionarse. Es decir, él se atrevió a enfrentar a tu padre en sus tiempos más agresivos como Aullador, esas cosas permean en tu esencia. Tiene que estar por ahí.

-O bien puede que no.

Llegaron con el grupo de Aulladores, quedándose unos minutos con ellos cuando la lluvia arreció. Una vez que se detuvo, se despidieron de ellos de vuelta hacia el Triskelion. A mitad de camino Dick se quedó quieto, mirando al cielo porque escuchó un sonido nuevo en el bosque. Bucky descubrió a Red Wing volando por el área, seguramente cazando para comer. Cuando le explicó al otro joven lo que era, siguieron con su camino, de vez en cuando levantando su vista al cielo para ver esas alas rojas volar como una bala entre las ramas. Dick aprovechó un momento de distracción de Bucky para brincar sobre un charco de lodo, lanzando una ola de éste hacia su compañero de viaje, riendo al ver su expresión atónita con puntos de lodo en el rostro. Una cacería inesperada apareció entre los árboles, Dick carcajeándose y Bucky persiguiéndole para hundirle esa cabezota hueca en un nuevo charco que no faltaban luego de la lluvia.

Red Wing apareció, chillando insistente sobre ellos. Bucky le ignoró pensando en que el ave no estaba acostumbrada a verlos pelear así, casi a punto de alcanzar a Dick. Un lobo de pelaje carmesí se estampó contra Dick, ambos rodando por el musgo empapado. Bucky jadeó, disparando al lobo. La bala rebotó en su pelo, girándose hacia él mostrándole sus colmillos. Cambió el tipo de carga, esta vez lanzando un rayo de energía por su cañón. El lobo carmesí gruñó al recibir la descarga, sacudiéndose para convertirse en una alta mujer Alfa que le miró con rencor. Dick abrió sus ojos de par en par, llamando a Harleen para que diera aviso de la presencia de aquella Metahumana que corrió hacia él, atrapándole por el cuello y levantando una mano donde cayó del cielo una enorme hacha que ondeó. Su intención de cortar a Dick se vio frustrada por Bucky quien le saltó encima, usando su brazo metálico para golpearla con fuerza.

-¡Huye! -le dijo a Dick, haciendo un candado a la guerrera.

Artemis rugió enfadada, forcejeando hasta que se liberó de Bucky a quien estampó contra un árbol, saltando frente a Dick para impedirle huir.

-Tú, me estorbas.

-¿Perdón?

-Jason será mío. Ahora muere.

Red Wing cayó en picada contra el rostro de la guerrera, sus alas fueron atrapadas por las manos de esta, lanzando al ave contra las ramas. Dick tomó sus bastones para pelear con ella. Artemis se carcajeó, dejando su enorme hacha en el suelo.

-Bien, te mataré a golpes si es lo que quieres.

Dick era rápido, más no tan fuerte como Artemis. Sus bastones fueron rotos, recibiendo una lluvia de puñetazos y por último una patada que lo estampó contra el suelo, casi asfixiándole al estampar su rostro contra el musgo y el suelo mojado con un pie.

-Omegas, siempre tan débiles.

Una piedra golpeó la sien de la guerrera, quien gruñó, levantando su mirada en la dirección de donde provino el golpe. Diana caminó hacia ella, sin quitarle la vista de encima.

-Seré tu rival.

-¿Tú? -Artemis le olfateó- ¿Una débil Alfa? También eres una desgracia que voy a remediar.

Tomó de su cinturón el látigo que portaba, haciéndolo ondear al aire sin quitar el pie de la cabeza de Dick quien ya forcejeaba al sentir que se ahogaba. Tomando con ambas manos el látigo, Artemis sonrió a Diana, llenando de energía el arma hasta convertir esa larga lengua en un filamento dorado que usó como arma contra la otra Alfa. Diana esquivó los golpes, terminando atada con el látigo que comenzó a quemar su piel cuando la guerrera apretó el agarre.

-Débil -murmuró Artemis, lanzando una descarga de energía hacia Diana por medio del látigo.

El cuerpo de esta cayó entre un humo blanco al suelo. La guerrera bufó, tomando los cabellos de un desorientado Dick al que arrastró contra una roca, dejándolo boca abajo antes de ir a buscar su hacha. Bucky peleó con ella con todas sus fuerzas, pero Artemis lo noqueó, comenzando a ondear su hacha de vuelta hacia donde Dick jadeaba tratando de llevar aire a sus pulmones.

-No te muevas, arrancaré tu cabeza con un corte limpio.

Una onda de choque sorprendió a Artemis, quien miró alrededor. Otro Metahumano. Frunció su ceño al no percibir otra presencia más. Dick levantó su rostro desde donde estaba, también percatándose de ese poder que cobró fuerza como un incendio devorando pasto seco. El Omega abrió sus ojos al darse cuenta de que era Diana quien estaba haciendo ese despliegue de dominio Alfa frente a la guerrera. Diana había recuperado su capacidad como Metahumana. Algo que no pasó desapercibido para Artemis, lanzando una exclamación airada con su hacha buscando el pecho de la otra Alfa. Nunca alcanzó su objetivo. Diana brincó con fuerza, cayendo desde cielo sobre la intrusa a quien molió a golpes. Varios árboles fueron cayendo conforme la pelea entre ellas fue escalando al punto de volar, caer en picada, chocar con brutalidad contra los troncos de los árboles o las rocas a una velocidad cada vez mayor.

-¡DICK!

Bucky recobró la consciencia, ayudando al otro Omega a levantarse, huyendo de la pelea. Diana no le tuvo misericordia a Artemis, arrastrándola por el suelo, tomando su lazo que usó como arma alrededor del cuello de la pelirroja a quien azotó de espaldas al tirar del látigo. Red Wing apareció para guiar a los jóvenes de vuelta al Triskelion. Artemis al notar que Dick se le escapaba, se deshizo del agarre de Diana, saltando y transformándose en lobo para ir tras los dos Omegas dispuesta a arrancarle la cabeza a ambos si era necesario. Otro par de alas, más grandes y mecánicas, aparecieron por el cielo, girándose para patear al lobo carmesí con todas sus fuerzas, interponiéndose entre la guerrera y los jóvenes. Bucky se sorprendió al ver a Sam Wilson en persona con ese traje con alas, acompañado de Red Wing. El halcón batió sus alas, llamándolo para continuar la carrera mientras la pelea terminaba.

Diana ya había alcanzado a la pelirroja, enfrascándose en un segundo forcejeo que incluso levantó boquetes en el suelo. Artemis tomó su hacha, haciendo un arco en el aire directo a la cabeza de su oponente, quien detuvo el filo del arma con sus dos manos, levantando una ola de choque por ambas esencias Alfa peleando por el dominio total. Artemis miró con ojos entrecerrados a Diana, ladeando apenas su rostro sin dejar de empujar el hacha hacia su cabeza. Su aroma había cambiado, dejándole notar la sangre tan particular por la que corría en Diana.

-Tú... eres una amazona.

-Como tú. Solo que yo no estoy a favor de los dioses. No más.

-¡Traidora!

-Creo que ya me he adaptado a ese mote.

Artemis rugió, usando toda su fuerza para mover el hacha que Diana giró con la guerrera al estar sujetando el mango, comenzando a dar vueltas con tal rapidez que incluso levantó algo de piedras y musgos que formaron un tornado ligero a su alrededor. Con un grito de guerra, Diana lanzó a la pelirroja lejos de ahí, lejos del Triunvirato en dirección hacia el lejano océano. Sus manos sangraban por el contacto con el filo del hacha, con quemaduras en sus brazos y piernas debido al lazo que sujetó para observarlo conforme perdía brillo. Wilson se le acercó, atónito ante su despliegue de fuerza, con una sonrisa cuando ella se giró, jadeando cansada.

-Eso es lo que yo llamo patear traseros. Samuel Wilson.

-Diana. Diana de Themyscira.

-Un gusto tenerte entre nosotros. ¿Ella volverá?

-Lo hará -Diana sonrió- Pero ahora tendrá temor. ¿Los chicos están bien?

-Red Wing ya los lleva al refugio. Gracias por ayudar.

-Debo confesar, es la primera vez en muchísimo tiempo que una pelea me ha dejado un buen sabor de boca. Un gusto conocerte, Wilson.

-Eres muy fuerte, pero creo que te puedo ofrecer un brazo de apoyo.

-Que es bienvenido. Tenemos que avisar sobre ella, no estaba sola. Puedo sentir al resto de ellas en la distancia, nada complacidas.

-¿Atacarán?

-No ahora, no mañana. Si son guerreras, planearán bien su nueva ofensiva.

-Tiempo, es lo que necesitamos. ¿Vamos?

-Con gusto.

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