Adivinos

GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel/DC

Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse

Parejas: de los arcos anteriores, con una sorpresota.

Derechos: Los personajes pertenecen a Marvel, DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.

Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas, tomando malísimas decisiones. Yo pensando mil locuras con eso. Este crossover es un completo gusto mío.

Para entender la historia hay que leer primero el Arco Marvel y el Arco DC. Ops.

Gracias por leerme.



***

Adivinos.

"El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo."

Alejandro Dumas.




Hal no podía evitar estar alerta por más bondades que les hubieran mostrado, simplemente era que no creía la amabilidad y confianza de esos Devastadores. O estaban muy seguros de sí mismos como de la chatarra que se rodeaban o simplemente habían perdido la cabeza. Luego de que su fiebre al fin desapareciera, los llevaron a una pequeña casona no muy lejos de las demás, estaba al final de la línea de todas ellas ya junto al bosque nevado. Solos. Les llevaban comida y el resto de los medicamentos que debía tomar para recuperarse, cobijas con algunas recomendaciones socarronas de cerrar bien puertas y ventanas porque los osos solían bajar a husmear. Tan solo eso, no guardias, no barrotes, no esposas o grilletes. Como si estuvieran perfectamente confiados en que no podrían escapar de la isla, no que tuvieran tampoco muchos ánimos de hacerlo cuando no sabían ni siquiera en dónde rayos estaban.

-Hal, ¿puedes sentarte? Me mareas.

-Debemos salir de aquí.

-No.

-¿No?

-Estamos cerca de una zona glaciar, si escapamos simplemente así, cierto Alfa en recuperación tendrá una grave hipotermia. No te voy a arriesgar porque tu orgullo no te permite aceptar que simplemente están siendo muy amables con nosotros.

-Barry, ¿te golpeaste la cabeza?

-Tú eres el que se la golpeó. Nos alimentan, nos abrigan, nos dieron una casita cuando se dieron cuenta que te dio por morderme y no nos han pedido explicaciones. ¿Quién es el necio aquí? ¿O es que acaso tienes miedo?

-Yo no tengo temor alguno.

-Bien, entonces vas a recuperarte y luego damos el siguiente paso.

-¿Qué será?

-Hablar con ellos. Ya saben que... ¿quiénes son esos niños?

Barry y Hal se acercaron a la ventana junto a su puerta para mirar a un par de niños que se acercaban a su casa, jalando tras de sí un trineo de ruedas en el que traían varios paquetes. Una niña de cabellos rubios ondulados con un niño de cabellos igualmente rubios, aunque más oscuros tan ensortijados que Barry comenzó a sospechar de quienes eran hijos, algo que el aroma de felicidad que irradiaban esos dos cachorros le confirmó. No sin antes intercambiar una mirada con Hal porque la niña tenía una esencia que los dejó boquiabiertos.

-Es...

-Alfa -Hal frunció su ceño, incrédulo.

-¡Señores forasteros! ¿Están ahí? -llamó la niña, acomodando su abrigo y gorro.

-Sí están, pero están escondidos tras la puerta -murmuró el niño haciendo un puchero.

-Um, qué groseros. ¡Señores forasteros! ¡Trajimos víveres!

La puerta se abrió con el rubio no creyendo que el descarado de aquel Omega llamado Peter Quill hubiese mandado a sus propios hijos sin protección a su casa. Todos estaban locos ahí, probablemente por el clima.

-Hola, pequeña.

-Soy Meredith y él es mi hermano Jason, somos los hijos de Thor Odinson, el Patriarca. Mamá nos dijo que les dijéramos eso.

-Creo saber por qué.

-Porque eres tú muy tonto como el tonto detrás de la puerta -musitó Jason, meciendo de un lado a otro con sus manos cruzadas por delante.

-Se parecen tanto a él.

-Señor... um... no nos dijo su nombre.

-Soy Barry Allen, pequeña.

-Señor Barry Allen, les hemos traído víveres para que coman y estén a gusto con otras ropas porque en esta isla van a tener un festival muy bonito y deben estar vestidos de acuerdo a la tradición Devastadora.

-¿Eso también te lo dijo tu madre?

-No, eso lo sé yo.

-Acércate, no mordemos porque todavía somos pequeñitos, no tenemos colmillos -dijo un muy seguro Jason que no dejaba de mirarle.

-Wow.

Barry rió, sobándose su mentón al salir de la casa, bajando los dos escalones que tenía para ir con los niños que sonrieron, volviéndose a su trineo para mostrarle las cajas que traían. No eran muy pesadas, más le llamó la atención que si bien la niña que estaba por entrar a la pubertad, era Alfa, de todos modos eran aún cachorros. Nunca había visto un par de niños ser capaces de tirar de un trineo que pesaba varios kilos a través de un terreno nevado y boscoso.

-¿Nos tiene miedo el Alfa? -preguntó Jason ladeando su rostro cuando se inclinó a tomar una caja.

-Lo dudo mucho -sonrió Allen.

-Qué bueno.

Meredith tomó otra caja, ambos niños siguiendo al velocista bajo su incrédula mirada por la confianza con la que entraron a su casa, saludando a un atónito Hal para dejar la caja sobre la mesa y volver por otra.

-¿Qué es todo esto?

-Niños ayudando.

Entre los tres terminaron de meter las cajas. Jason jaló una silla, subiendo en ella para alcanzar perfectamente la mesa y comenzar a abrir las cajas con su hermana mayor sacando el contenido que fue poniendo en su lugar, comida en la alacena, ropa sobre las camas. Hal miró a Barry quien se encogió de hombros con una sonrisa, acercándose para ayudarles.

-Creo que puedo subir esto.

-Gracias. ¿Cómo se llama tu Alfa? -Jason miró al castaño.

-Am... Harold Jordan, pero le pueden decir Hal.

-Hal.

-Sí, así.

-Todavía estás débil, porque usaste tu anillo cuando no debías.

-¿Cómo sabes...? -Jordan se le acercó sorprendido.

-Jason puede saber cosas -explicó como si nada Meredith- Cosas que la gente oculta.

-No lo estaba ocultando.

-Pero tampoco lo estabas diciendo.

-Barry, ¿de parte de quién estás?

-¿Cuál es ese festival al que debemos ir? -preguntó Barry, riendo.

-Se llama el festival de las Auroras, es cuando comienzan a aparecer las auroras boreales, entonces hay muchos postres y bailes. Se hace al pie de la montaña -explicó Meredith terminando de sacar las cosas y doblando las cajas.

-¿Podemos ir simplemente así, sin que nos vigilen? -quiso saber Hal.

-Ustedes no quieren ir a ningún lado -volvió a enunciar Jason, acomodando un abrigo sobre la cama que alisó.

-Este niño me da miedo.

-Hal.

-¿Meredith?

-¿Sí, Señor Barry Allen?

-¿Sabes cuánto tiempo piensan dejarnos aquí?

-Hasta que ustedes quieran estar aquí. Hay una regla en Nova y es que nadie puede decidir por los demás, si ustedes quieren vivir entre los Devastadores pueden quedarse, si quieren ir a Nova, pueden hacerlo.

-También pueden pedir ayuda -comentó Jason, sentándose en la orilla de una cama.

-Estamos... salimos de una guerra en contra de personas muy malas, Meredith, personas que posiblemente estén buscándonos. Que puedan encontrarlos a ustedes.

-Nadie puede encontrar el Triunvirato.

-¿El qué?

-El Triunvirato, así le llamamos a nuestro hogar. Arriba Nova, en el medio el Colmenar, abajo Genosha.

-Vaya... pero ¿por qué no pueden encontrarlo?

-Porque estamos escondidos.

Hal fue quien rió esta vez, mirando las ropas como los víveres en cantidad generosa. Jason estaba meciendo sus pies que chocaba entre sí, canturreando algo mientras su hermana mayor observaba paciente a los hombres, como esperando algo de ellos. Barry tosió un poco, acercándose a ella.

-¿Sucede algo?

-¿No van a invitarnos a comer? Tenemos hambre y caminamos mucho.

-Oh... bueno... ¿Hal?

-¿Por qué no?

Prepararon una comida luego de inspeccionar todo lo que les habían traído, Meredith tuvo que guiarlos con algunas cosas porque las desconocían en uso y sabor. Al final, tuvieron dos niños preparando la mesa y ayudándoles con las cosas moviéndose muy eficientemente en la cocina junto a ellos. Tenían un apetito voraz que estaba divirtiendo a Barry, mientras que Hal estaba sumamente sorprendido con la niña, siendo Alfa. Jamás había conocido una mujer Alfa además de Diana, pero la esencia de Meredith era todo lo contrario a la amazona. Ambas eran fuertes pero la de la niña tenía un aire que le hacía sentir a gusto, como si quisiera permanecer a su lado simplemente porque sí. Una auténtica Alfa, y apenas era una niña. El pequeño Jason aún no mostraba su casta, pero algo le decía que sería Alfa también, tenía una presencia demasiado fuerte. Meredith les recordó sobre el festival como sus ropas, los buscarían a la noche siguiente para ir con ellos al festival, como si no tuvieran algo mejor que hacer, al piloto se le figuró que esos niños adoraban las fiestas.

-Estás muy pensativo, Hal.

-Todo esto suena demasiado bien para ser realidad.

-Esta gente ha vivido en relativa paz, no tienen esa malicia como en Nueva Metrópolis.

-Por eso estoy pensativo, no quisiera que nuestra presencia sea perjudicial.

-Me parece que ellos están conscientes de que el mundo a su alrededor puede traerles problemas aún si nadie llegara a visitarlos como nosotros.

El festival era sencillo pero escandaloso entre esos instrumentos hechos a base de los desperdicios, pintados de diferentes colores. Otra cosa importante eran los bocadillos que se ofrecían, casi todos dulces, lo que le dio una pista a Barry del porqué los niños querían estar ahí además de la espectacular vista de las auroras boreales, fenómeno que jamás habían visto y les pareció algo imposible de no estar viviendo. Esa luz danzante con un silbido peculiar que los alcanzó en esa parte de las faldas de las montañas donde pusieron sus tiendas para compartir comida, baile y risotadas entre bromas que solamente los Devastadores entendían.

-Cárgame -pidió Jason a Hal.

-Como usted diga, jovencito.

-Te da miedo que ellos pongan cosas en tu mente, ¿verdad?

Hal giró su rostro a Jason, inquieto. -Sí.

-No tengas miedo, aquí no podrán hacerlo.

-¿Porque estamos escondidos?

-Charles es más fuerte que ellos.

-¿Charles?

-Hal...

Tanto el piloto como Barry se giraron al sentir una presencia Alfa impresionante, no era agresiva más no dudaron que podía aplastar a todos a su paso cuando lo fuese. Los Devastadores se hicieron a un lado, con una reverencia. Meredith corrió entre gritos de alegría para abrazar a su papá, mientras que Jason solamente rió, abrazando por el cuello a Hal a quien le dio un beso en su mejilla, esperando a que apareciera su padre. Un Alfa alto, de largos cabellos rubios con unos mechones trenzados, barba cuidada pero abundante con una mirada penetrante de ojos azules más una sonrisa tranquila, mientras avanzaba hacia aquel par que estuvo desconcertado entre hacer o no aquella reverencia que los demás hicieron. Jason aplaudió, estirando ahora sus brazos a su padre, quien asintió, tomándolo con una risa quieta, ronca.

-¿Qué haces importunando a los invitados?

-Estaba cansado, papi.

-Bienvenido a la isla, Patriarca -saludó Kraglin.

Patriarca. No era para menos el título, ese Alfa era muy fuerte sin demostrarlo aún. Su mirada se posó en ellos luego de los saludos.

-Espero que la estancia en esta isla haya sido tranquila, mi Peter tiene ideas curiosas de cómo lidiar con extraños.

-No podemos quejarnos, gracias por atendernos... Patriarca.

-Mi nombre es Thor Odinson. Prefiero mi nombre, Patriarca suena mejor para otras ocasiones más formales.

-Papá -Meredith tomó la palabra, presentándolos- Él es Hal Jordan y él es Barry Allen.

-Hal puede crear cosas con su mente y Barry corre más rápido que los sonidos -terminó Jason.

-Vaya. ¿Eso es cierto?

-S-Sí... -Allen sonrió nervioso.

-Tony había pronosticado que encontraríamos a más seres humanos con habilidades superiores, nunca creímos que vendrían de fuera. Hay mucho que aprender.

-No venimos a crear conflictos... Thor.

-Lo sé, no lo han hecho hasta ahora. De haber tenido esa intención no hubiera permitido que mis hijos los visitaran.

-Gracias por la confianza. Realmente no tenemos como recompensarlos.

-Pueden hacerlo con palabras que satisfagan mi curiosidad.

-Bueno... -Hal fue quien comenzó a explicarle.

Thor les escuchó paciente con Jason jugando con los cabellos de su padre, cuando llegaron a la parte de HYDRA, Barry quiso aclararle el nombre que una vez más el piloto rechazó.

-No, ellos no son.

-Hal... los viste.

-Sí, sé que traían ese símbolo, pero no son ellos el verdadero enemigo.

-¿Sabes su nombre? -inquirió Odinson.

-Sólo un par de palabras, Nueva Génesis.

-Ni uno ni otro nombre han sido escuchados en estas tierras -comentó Thor- Pero no hemos de olvidarlos, será necesario que vengan conmigo para hablarlo con quienes deben estar presentes. ¿Creen que puedan tener un viaje más?

-Seguro... ¿a dónde?

-Iremos al Colmenar, sin duda, quien mejor puede guiarnos es mi buen amigo Tony. ¿Qué dicen, cachorros? ¿Quieren ver a su primo Peter?

-¡Sí!

-Am... ¿Thor? -llamó Barry.

-¿Qué sucede?

-Hal... bueno, Peter Quill, se ha quedado con un anillo que le pertenece a Hal. No es que estemos diciendo nada malo, solo que...

Thor rió divertido. -Temo que eso tendrán que hablarlo con él, mi Omega suele tener una tendencia a quedarse con objetos que le gustan o por molestar a sus verdaderos dueños. Si no consiguen convencerlo, pueden decirme después.

-Gracias.

-Entonces ¿vamos?

Les esperaba un transporte, un navío que los transportó de la isla de los Devastadores que dejaron temporalmente -al menos eso habían entendido- a una tierra mayor, menos helada pero sí más boscosa. Jason volvió a colgarse de Hal, siendo el amable guía de aquel par de asombrados hombres que miraban la gran villa a la que fueron conducidos por un grupo de guardias que lanzaban aullidos de cuando en cuando con otros que les respondían a lo lejos. El pequeño niño notó la curiosidad de Barry, respondiéndole sobre lo que eran aquellos uniformados.

-Comandos Aulladores, protegen nuestro hogar.

-Bienvenidos a la capital de Nova -habló Thor, señalando la villa- Haremos una pequeña parada aquí antes de marchar hacia donde mi amigo. Un poco más de paciencia.

-Gracias, Thor.

-Jason, deja al Señor Jordan en paz.

-No hay problema.

-Él quiere cargarme mucho, papá.

-Sólo no abuses de su confianza.

-Okay.

Vieron a lo lejos el grupo de los Guardianes aparecer, con un Peter Quill sonriente y luego curioso de verlos llegar con su Alfa al que saludó con un beso en los labios, mirando de reojo a Hal.

-Espero no hayas tenido contratiempos, es tarde.

-No puede esperar, ellos tienen información que debo compartir con Steve y Erik.

-¿Un viaje? Los niños duermen.

-Temo que deberá ser así, a menos que quieras dejarlos con Mantis.

-No, mejor que Mantis venga con nosotros -Quill suspiró, frunciendo su ceño a Jason- Baja de ahí, jovencito.

-Nop.

-Jason, hablo en serio.

-Podemos hacer un cambio -sonrió Hal de pronto- Tu hijo por mi anillo.

Thor rió, esperando por la respuesta de un airado Omega que se giró a sus Guardianes quienes encogieron sus hombros en claro signo de que él debía resolver aquella encrucijada. Jason puso una cara inocente y él gruñó.

-Bien, pero no lo tengo conmigo.

-Cuando lo tengas, te devuelvo a tu hijo.

-Sólo quiero aclarar que es una broma, Hal jamás se robaría niño alguno -habló rápidamente Barry, preocupado de levantar la ira del Patriarca.

-Hay que preparar un viaje, además los invitados deben reposar unos momentos, aunque la noche es fresca y el viento favorable, ustedes aún están recuperándose.

-Gracias en verdad por preocuparse tanto por nosotros.

-Así es Thor Odinson -sonrió orgulloso Quill, enredando un brazo con él. Meredith se le pegó a un costado.

-Una Manada fuerte -comentó el piloto caminando más atrás, con los Guardianes escoltándolos.

-Papá y mamá se quieren mucho -asintió Jason, bostezando y acomodándose para dormirse en el hombro de Jordan- No hay nada que los separe ya.

-Valientes palabras.

-Ya pasaron por lo que ustedes todavía no.

-Mejor no discutas con el niño, Hal, porque vas a perder. Te lo digo por experiencia, no tengo canas porque soy un Metahumano pero los hijos de Bruce son un caso.

Esa noche en la villa principal de Nova fue tranquila como igualmente inquietante por las cosas y costumbres tan diferentes a Nueva Metrópolis. mientras que en la ciudad prácticamente peleaban todos los días por la comida, el agua limpia o medicamento contra el Régimen que los acaparaba, en ese territorio no tenían escasez. Barry supuso que por ello todo el ambiente era más tranquilo al no existir peleas entre ellos por los recursos cuando sobraban alrededor. Su habitación fue más amplia que en la casona, con Jason quedándose con ellos para sorpresa de Hal quien no daba crédito a lo relajado que era aquel niño como sus padres, los cuales no se opusieron a su deseo. Después de todo, estaban bajo el dominio de aquel poderoso Alfa, hacer una tontería era sentencia de muerte, cada vez se daban cuenta que todos ahí formaban una gran Manada, estaban interconectados. Algo tan imposible de ver en su perdido hogar.

Horas más tarde, cuando se estaban preparando para partir, un mensaje vino a interrumpir sus planes, llegaba luego de tiempo de no pisar tierra firme, un barco de caza a Nova que le pertenecía a una Alfa muy particular. Valkiria. Thor les pidió disculpas por el retraso, pero la llegada de aquella amiga suya también sería algo que necesitaba escuchar. Valkiria había partido recién cuando se había desposado con Quill, sin que le volvieran a ver. Navegante desde nacimiento, la guerrera Alfa era de las pocas descendientes originales de la tierra de donde provenía la Casa de Bor. Le habían creído perdida por tantos años de ausencia sin mensajes ni tampoco avistamientos de su barco ligero que sabía perderse en el océano.

Con tales noticias, fueron hacia la bahía que entraba cerca de la villa, notando aquel navío alargado de gruesos cascos con el claro signo de haber sobrevivido a tormentas y ataques. Hal y Barry se quedaron más atrás de todo el grupo que se acercó a la orilla del delta donde encalló el caza, abriendo la parte superior de donde salió una mujer de cuerpo atlético y largas trenzas que le sonrió al Patriarca, extendiendo sus brazos para un reencuentro de años, palmeando su espalda entre gruñidos de saludo. Quill fue el siguiente en saludarla, quejándose del furioso abrazo que recibió que por nada le rompe los huesos, haciendo bromas con Valkiria.

-Pensábamos que al final habías decidido obsequiar tu cuerpo a los peces, amiga mía.

-Qué va, Thor Odinson. Estuve explorando tierras en busca de más como nosotros, sobrevivientes. Algunas veces tuve que quedarme en algún rincón, cuando nos quedamos atrapados por una tormenta bestial o un malísimo clima. Me he quedado con la mitad de mi tripulación, temo decir.

-¿Y qué dice el exterior?

-Está jodido. Hay pocas tierras y las que hay no sirven de mucho, realmente hay muy pocos suelos como Nova donde se pueda vivir decente. Encontramos unas ciudades, algunas abandonadas, otras en un estado que parece una historia de miedo. Quería ir hacia una que nos habían dicho era grande como curiosa, pero hubo un sol que la destruyó, lo vimos de muy lejos.

-¿Una bomba?

Valkiria asintió. -No fue un viaje perdido, encontramos unos náufragos.

-¿En serio? -rió Quill mirando el navío- ¿Creerás que nosotros también?

-¿Ya estás saliendo, Peter?

-No podemos quedarnos encerrados por siempre.

-Me alegra escuchar el cambio de ideas. Permítanme introducir a estos curiosos personajes, también vine de vuelta porque necesitan atención.

-¡Los nuestros también la necesitaron! -el Omega se volvió al par que intercambió una mirada.

Valkiria silbó, su tripulación salió cargando en unas camillas un par de hombres malheridos. Barry olvidó los protocolos, acercándose al notar que eran nada menos que Víctor Stone y Oliver Queen. Hal fue tras él, para protegerlo de su imprudencia.

-¿Los conocen? -la guerrera los miró de arriba abajo- ¿Quiénes son ustedes?

-Sus amigos.

-¿Son como ellos? ¿Cómo él? -Valkiria señaló a Cyborg con sus prótesis robóticas maltrechas.

-Lo somos.

-Creo que estamos ante algo inusual, Thor -la guerrera miró a su amigo.

-Por ello vamos a partir hacia el Colmenar, pero este hombre no puede ser atendido aquí, debemos llevarlo al Triskelion. ¿Podrás cuidar Nova en mi ausencia, Valkiria?

-Honor me haces. No dejes de enterarme qué rayos está pasando allá afuera mientras descansamos un poco, el corazón me dice que viene una tormenta.

-Gracias -dijo Barry a Thor quien palmeó con fuerza su hombro- Y lo siento...

-Buscar refugio y ayuda no amerita una disculpa.

Ya era de mañana cuando salieron rumbo a la parte central de aquel continente, Oliver no tenía tan severas heridas, más estable una vez que en Nova lo atendieron. Víctor necesitaba que repararan sus prótesis, pero eso solamente un par de manos podrían hacerlo. Barry suspiró mientras viajaban en silencio al llamado Triskelion, cruzando bosques de árboles tan altos que le daban la impresión de tocar el cielo. Un aire limpio como tranquilo. Dulzón. Hal le codeó cuando el aroma de una cantidad considerable de Omegas inundó su olfato. El rubio asintió a su mirada, sorprendido ante aquella revelación. La Insurgencia siempre había peleado con uñas y dientes para proteger a los pocos Omegas de las garras del Régimen, especialmente a esos dos necios de Bruce y Dick. Aquí parecía que había por ramilletes si sus olfatos no estaban mintiéndoles.

-¿No es algo peligroso? -comentó Hal, en un susurro- ¿Qué sean tantos?

-¿Lo dices por HYDRA?

-¿Sabes lo que harían con tantos Omegas?

-Hal, no podemos permitirlo. Parece que han vivido en cierta armonía por largo tiempo.

-Nos hará falta recursos.

-Creo que ellos tienen los suficientes.

Les asombró el Triskelion, ni siquiera la sede del Régimen en Nueva Metrópolis tenía su tamaño ni tampoco esa arquitectura naturalista, refinada. Comandos Aulladores les escoltaron hacia el interior. Thor llamando a una persona en particular para que revisara a Víctor. Llegó el momento de la siguiente sorpresa para Hal y Barry cuando salió de unas puertas de cristal un hombre con lentes y sonrisa bondadosa con una esencia que los dejó perplejos porque no pudieron atinar qué era. El hombre saludó animado al Patriarca y a su Omega, escuchando su breve relato antes de mirarlos luego a Stone a quien se acercó, acomodando sus lentes.

-Tejidos dañados como prótesis inservibles. Puedo trabajar de momento en lo orgánico, pero me parece que el resto quedaría mejor en manos de Tony.

-Pensaba ir hacia su residencia, estos pacientes requerían primero tu atención.

-Qué bueno que van para allá, Tony también tiene una sorpresa que darles.

-¿Ahora qué es? Primero se robó los planos de mi Milano y luego... -se quejó Quill con un mohín.

-Pues... creo que estamos jugando a encontrarnos refugiados.

Barry parpadeó, girándose a Hal todavía sin decir nada. Thor les observó, recordando presentarlos.

-Olvido mis modales, él es el Doctor Bruce Banner, Bruce ellos son Hal Jordan y Barry Allen. Quill los encontró náufragos en una isla. Valkiria ha vuelto hace pocas horas con estos pacientes.

-Creo que necesitamos una junta urgente.

-Será aquí en el Triskelion, ¿puedes encargarte de los heridos mientras doy las instrucciones?

-Patriarca, estoy a sus órdenes.

Tanto Hal como Barry fueron con Banner al haberle escuchado decir que habían encontrado refugiados, notando que no les prohibieron moverse libremente dentro del Triskelion mientras todos descendían de los transportes.

-¿Doctor Banner?

-¿Sí?

-¿Puede decirnos sobre los otros refugiados?

El doctor sonrió a ambos, mientras personal médico llevaba a la sala de terapia a sus amigos.

-Bueno, hay un Omega con dos cachorros. Y apenas recién me enteré de que hay un joven Alfa que arribó por el Este.

-¿Omega con dos cachorros? -el velocista miró a Hal- Puede ser... ¿Bruce Wayne?

-Sí, ése es su nombre -rió Banner asombrado- ¿Es su amigo?

-Puede decirse.

-Tiene que ser, han estado cuidándolo mucho. Tiene traumas severos que han afectado su salud y estado de ánimo. Verlos a ustedes puede mejorar eso.

-¿Está bien? ¿Está malherido? -preguntaron ambos.

-No, al menos no físicamente. Tengo que atender a sus dos amigos, luego seguiremos esta charla. No se preocupen, están a salvo.

-Doctor Banner, no quiero sonar grosero, pero siempre están diciendo eso con una seguridad que realmente me preocupa porque nosotros... bueno tuvimos una guerra que destruyó nuestro hogar. Nos hemos quedado sin nada. Y...

Bruce rió bajito, tomando aire. -Ustedes no son los únicos con poderes sobrehumanos. Aquí hay otros más, yo, por ejemplo. Creo que ya lo notaron en mi aroma.

-No quisimos...

-Sabemos de guerras, prisioneros y destrucciones. Todavía estamos recuperándonos de ello, por eso entendemos sus angustias y preocupaciones, solo tengo que aclararles que no deben subestimarnos. Tal vez haya muchos Omegas aquí, pero más de la mitad están entrenados para matar y la otra mitad sabe qué hacer en caso de una guerra.

-Disculpe nuestra ofensa, doctor -dijo Hal en voz baja.

-Como dije, solo tienen que acostumbrarse a nosotros. Ahora, deberían descansar un poco. Vendré a darles informes sobre sus amigos. Si Tony viene para acá, atenderá las prótesis de su amigo y les aseguro que no habrá alguien mejor haciéndolo.

-¿Cree que... pueda decirnos también sobre Bruce?

-Seguro, pero los pacientes primero.

-Je, sí, disculpe.

-Muchas disculpas por una mañana -rió Banner- Con permiso.

De manera inconsciente, Barry buscó la mano de Hal para entrelazar sus dedos con él, apretándolos un poco con un suspiro, siendo guiados a una sala donde esperaron. Jason volvió a ellos una vez que despertó, pidiendo que jugaran con él y luego quedándose dormido en los brazos de Hal, un lugar que bien parecía comenzar a ser su favorito. El doctor Banner apareció más tarde con buenas noticias sobre Víctor y Oliver, el primero aún requería intervenciones, pero el arquero no tardaría en despertar una vez que pasara el efecto de la anestesia. También les habló sobre Bruce, escuchando que lo habían trasladado a Genosha, donde estaría más seguro. No tenían ni idea sobre aquel lugar más el tono del doctor indicaba que era el mejor sitio, a donde probablemente ellos también terminarían, dependiendo de la reunión que tuvieran a cabo.

-Van a traer al joven Alfa -comentó Banner luego de su informe- Temo que el Aullador que lo descubrió fue algo... apasionado en su deber y tiene uno que otro hueso roto que atender. ¿Creen que lo puedan reconocer si les muestro su rostro?

-Trataremos, doctor.

Bruce desplegó una pantalla desde su tableta, mostrando una imagen que hizo jadear a ambos, Barry poniéndose de pie de golpe al reconocer ese mechón blanco en esos cabellos oscuros.

-¡JASON!

-Sí lo conocen.

-Su nombre es Jason Wayne, es hijo adoptivo de Bruce, otro de sus cachorros.

-Parece que este amigo suyo tiene muchos cachorros.

-Tiene un carácter horrible comparado a su afán de adoptar huérfanos -bromeó Allen, asombrado- ¿Está vivo, cierto?

-Sí, como dije, solo fue que el Aullador lo dejó ligeramente noqueado.

-Es un alivio verlo... tan solo faltaría otro cachorro más para que Bruce completara su familia.

-Jason debe saber dónde está Dick -habló Hal, sentando con el pequeño Jason babeando su hombro- Esos dos no se separaban.

-Cierto. Doctor Banner... ya no sé qué más decir.

-Diría que pueden decir más, no ahora. Esperen a que llegue el resto, ¿quieren ayuda con Jason?

-Oh, no, el chico adora a Hal.

-Cuidado con eso porque no lo soltará -rió Bruce- Me retiro, debo preparar todo.

-Gracias, doc.

-De nada, Señor Allen.

-Barry. Dígame Barry.

-Hal.

-Barry, Hal, no se preocupen, comenzaremos a resolver este acertijo. Con permiso.

El rubio se volvió al piloto, quien suspiró hondo asintiendo a su mirada. Todos parecían estar coincidiendo en esa tierra, por diferentes motivos de diferentes maneras. Y lejos de ser una noticia que les aliviara la mente como el corazón, solamente aumentaba su preocupación. Si ellos estaban coincidiendo en ese lugar, ¿qué impediría que HYDRA no lo hiciera también?

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