Vigilia
GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA
Autora: Clumsykitty
Fandom: DC
Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse
Parejas: Superbat, JayDick, Halbarry como principales.
Derechos: Los personajes pertenecen a DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.
Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas. Yo pensando mil locuras con eso. Inspirado en la saga "Injustice".
NOTA CLUMSY: Por las dudas, esto que leeréis aquí no es una oda al canon, hay cambios de hechos y circunstancias para mi complacencia pura y vil. Si no estáis cómodos con eso, os invito a partir en busca de mejores historias que os hagan sentiros a gusto.
Gracias por leerme.
***
Vigilia.
"A la gente no se la conoce bien hasta que no se ha tenido una verdadera pelea con ella. Solo entonces puede uno juzgar el carácter que tienen."
Anna Frank.
El símbolo original de los petirrojos.
Jason se lo había devuelto como regalo de no cumpleaños.
Dick tomó aire, acariciando aquel broche ahora pequeño entre sus manos. Cuando había decidido no ser más un Robin, su padre había pasado el broche a Jason quien jamás lo devolvió pese a abandonarlos. Por más que Tim o él mismo se lo pelearan, nunca quiso cederlo. Negó, guardándolo de vuelva en el cinturón que traía, prefiriendo mirar hacia las calles atestadas de gente tratando de ir de un lado a otro antes de que cayera la nevada. Aquel idiota siempre hacía lo que se le diera la gana sin tomar en cuenta a los demás, le impresionaba la cantidad de problemas en los que Jason se metía prácticamente por deporte. Sin contar sus estúpidos acercamientos de Alfa que comenzaban a darle dolor de cabeza.
-Esta guardia es individual, Jason.
-Los seguidores del Guasón rondan cerca.
-De todos modos, puedo arreglármelas solo.
Jason se quedó parado a un lado de la cornisa junto a él, Dick le dedicó una mirada prefiriendo ahorrar su saliva en algo más fructífero que tratar de ahuyentar al idiota de su hermano. ¿Por qué Bruce había adoptado a un Alfa como hijo? ¿En qué estaba pensando? Posiblemente en arruinarle la existencia a Dick. Soldados del Régimen aparecieron en tres vehículos blindados, bajando y disparando sin más contra la gente. Nightwing se levantó para intervenir, notando que aquel bueno para nada de Jason ya se había adelantado en su muy mala costumbre de entrar en acción de la manera más llamativa posible. Fue tras él porque siempre tenía la costumbre de hacer explotar cosas, estaban en un distrito concurrido muy cerca de una base del Régimen. Llamar la atención no era una buena idea.
-¡Red Hood, maldita sea!
Las dos rápidas y ligeras armas de Jason atravesaron manos o rodillas, recién que había aprendido a controlarse para no hacerle agujeros a los cascos. Dick bufó notando que estaba abriéndole paso. Alfa al fin. Presumido. Sus bastones quizá golpearon con más fuerza a los soldados que de costumbre, lo que era directamente la culpa de alguien más. Pronto todos esos uniformes en negro y rojo estaban en el suelo. Todas las personas alrededor corrieron para robarles lo que pudieran antes de que llegaran los drones o el equipo de recuperación. Dick esperó a que la gente terminara para llevar a los inconscientes soldados de vuelta a sus transportes, buscando el autopiloto para enviarlos de regreso a su base. Los vehículos se marcharon entre algarabía de los ciudadanos alrededor, algunas chicas queriendo acercársele, arrepintiéndose al segundo siguiente por un rugido de advertencia de Jason.
-¿Quieres dejar de hacer eso? -se quejó Nightwing.
-¿Hacer qué?
-No te hagas el idiota conmigo.
-Realmente no sé de qué estás hablando.
-Vuelvo con los demás. Busca en qué entretenerte.
Con un gruñido de molestia, Dick se giró, retirándose de ahí lo más pronto posible para continuar con su ronda en realidad.
-Nightwing, ¿me escuchas?
-Fuerte y claro, Cyborg.
-Todo está tranquilo en el perímetro, deberías tomar un descanso.
-Estoy bien.
-Has pasado ya las cuarenta y ocho horas activo, tienes que dormir.
-Aún hay mucho que hacer. En cuanto termine te prometo hacerlo.
Víctor ya no le respondió, conociéndole. Lo cierto es que con los grupos moviéndose bajo tierra, habían estado muy atareados, recopilando información sobre un tercer jugador en esa pelea entre la Insurgencia y el Régimen. Dick no había pegado el ojo en todo ese tiempo, en parte se debía a su conmoción luego de haber visto a su padre. Al menos estaba bien, ya lo había imaginado encadenado en los puros huesos con horribles heridas por todo el cuerpo. No era que le pareciera tan buena la idea de que un Metahumano como el Alto Consejero le hubiera puesto las manos encima, todavía tenía ganas de decirle a Clark Kent unas cuantas cosas que esperaba tener oportunidad de hacerlo. Ocupado con esos pensamientos, había estado yendo de refugio en refugio para ayudar a Barry con los demás, con Jason pisándole los talones.
Unas risas lejanas llamaron su atención, trepando un edificio para ver mejor. Era Tim con ese amiguito suyo llamado Conner. Éste le divisó a lo lejos, saludándole y codeando a su hermano menor que se puso rojo como su traje antes de ir caminando hacia él como si les hubiera atrapado haciendo algo malo. Dick solamente arqueó una ceja, esperando paciente a que se diera esa formal presentación con aquel Duplicado. Otra cosa que estaba de cabeza, pero al menos estaba distrayendo a Tim de extrañar a su padre. Parecía como la familia Wayne tuviera apetito por las cosas más extravagantes que a otros ya hubiera vuelto locos. Conner le sonrió, abrazándole sin pedirle permiso apenas si estuvo a pasos de él.
-¡Hola!
Dick miró a Tim quien se encogió de hombros.
-Él es así. Hermano, él es Conner, Conner él es Dick, mi hermano mayor.
-Que bien hueles. ¿Quién es el Alfa de allá?
-Oh...
-Su nombre es Jason y no le hagas caso -gruñó Dick, palmeando la espalda de Conner- ¿Qué están haciendo por aquí?
-Le mostraba a Conner el barrio de antigüedades.
-No estén paseando de aquí para allá, los del Clan del Guasón pueden verlos y atacarlos.
-Estamos tomando nuestras precauciones.
-Conner, espero que mi hermano no esté enseñándote las cosas malas que ha aprendido.
Aquel rió, negando. -Tim solo me enseña cosas buenas.
-No me quiero imaginar qué cosas serán.
-¡Dick! Solamente jugamos.
-Es en serio, tengan cuidado, ¿okay?
-No hay problema, si tratan de lastimarnos, protegeré a Tim. Soy un Alfa.
-Me lo suponía -Dick suspiró, dando un tirón a un mechón de cabellos de su hermanito.
-¡Auch! -Tim le empujó, recordando algo después- Ah, hermano... Conner, ya sabes, él se ve con papá.
-¿Lo has visto recién, Conner? ¿Puedes decirnos cómo está?
-Pues está bien, ya no está tan triste como antes. Y tiene una pancita, pero no le gusta que le digan que tiene una pancita. Le gustan mucho las frutas nuevas que cosecharon, rojas con puntos blancos. Me dijeron el nombre... solo que lo olvidé.
-¿Te ha dicho algo?
-Casi no hablamos, supongo porque siempre hay alguien escuchando. Tim me ha dicho que le de muchos abrazos de su parte y él los recibe en silencio.
Dick sonrió apenas. -Gracias por ello, también dale abrazos de mi parte.
-Está bien, aunque luego tendré que hacerlo con más cuidado.
-¿Ya saben... qué es?
-Sí -Conner se llevó un dedo a su mentón- Es un niño. Mis médicos que también son los suyos dicen que es probable que sea un Alfa.
-El cielo libre a la Familia Wayne de tener otro Alfa entre sus miembros.
-Dick...
-Sería un fastidio.
-¿Yo soy un fastidio?
-No, Conner. Serás la excepción a la regla de los Alfas.
-Bueno, ya tenemos que irnos -Tim torció su boca, jalando a Conner consigo- Deberías dormir, hermano, las ojeras se ven hasta debajo de la máscara.
-Lejos del peligro, hablo en serio, Timbo.
-Ya te escuché. Te veré luego, hermano.
-Hasta pronto, Conner.
-¡Me dio mucho gusto conocerte, Dick!
Dick les despidió con un saludo de su mano, suspirando. El cansancio comenzaba a golpear su cuerpo, pero todavía terminaba. Gruñó al escuchar los pasos de Jason aproximarse, girándose a él para verle con una mirada poco amistosa.
-Deja de seguirme, deja de estarme cuidando.
-¿O qué?
-Jason, basta con esos juegos.
-Yo no estoy jugando.
-¿Qué quieres de mí?
Jason le miró fijamente, sus ojos descaradamente recorriéndole de arriba abajo. Dick sacó los bastones de su espalda para hacerle retroceder.
-¡Te dije que basta con eso!
-No estás siendo sincero.
-Mírame cuando sincero soy.
Sin previo aviso, Dick le pateó en el pecho, tumbándolo al piso antes de marcharse de aquel edificio y perderse en la multitud en el callejón abajo, cubriéndose con una capa impermeable. Fue al búnker más cercano para darse un baño, reabastecerse de municiones y revisar sus armas antes de volver para terminar sus rondas. En el baño del espejo se miró, realmente tenía ojeras de no haber dormido, uno que otro moretón con cortadas que estaban sanando por sí solas al ser superficiales. Limpio con algo de merienda en el estómago, se recostó sobre un sofá mirando el techo y pensando en cómo rayos traer de vuelta a su padre sin despertar más revueltas. Su mente le recordó que había olvidado hacer algo, hizo una rápida lista de cotejo mental sin que encontrara el faltante, casi a punto de quedarse dormido cuando su comunicador se activó con la voz de Cyborg.
-Distrito 04, el Clan del Guasón ha tomado todo un edificio entero como rehenes.
-Voy para allá.
-Dick, no te he...
-He dicho que voy para allá.
Aquella zona era de refugiados de las islas pequeñas alrededor de los puentes de unión en Nueva Metrópolis que trataban de encontrar una mejor vida lejos de tierras donde nada crecía y había muchos peligros como tsunamis o inundaciones constantes. Envió un mensaje a Tim para que se alejara de ahí al tener a Conner consigo. No le extrañó enterarse de que no había soldados tratando de solucionar el atentado, esa gente poco le importaba al Régimen, era un distrito muy pobre. Barry, Oliver, Víctor con otros Insurgentes estaban ahí ya haciendo un plan para rescatar a los rehenes. Una vez más, Cyborg trató de persuadirlo de no intervenir, pero Dick se negó. Ya habían asignado a Jason a otro equipo, así que estaba más tranquilo con eso, no tendría encima ese aroma Alfa rodeándole mientras luchaba con esos maniáticos.
-A mi señal en cuatro... tres... dos...
Green Arrow lanzó una flecha granada hacia la entrada del edificio, iniciando la pelea que pronto se volvió sangrienta por las armas nuevas del Clan del Guasón, dirigidos por una desquiciada Harley Quinn. Dick logró acercarse, infiltrándose en el edificio por el techo, bajando sigiloso por los conductos de aire hacia el piso donde tenían a todos reunidos, abriendo paso al resto de su equipo. Los silbidos de los cañones precedieron a los huecos en las paredes. Barry se acercó por un flanco y Oliver por el otro, comenzando a presionar al grupo terrorista a refugiarse en el edificio. Otros dos equipos de rebeldes entraron por el techo para apoyar a Nightwing. El grupo de Jason por la entrada, cercando a los terroristas. Un movimiento que aparentemente estaba concluido con una derrota inminente sobre aquellos atacantes. Dos vehículos pesados llegaron a toda prisa, soldados saltando de su interior hacia el edificio.
De pronto, los Insurgentes estaban lidiando con dos enemigos, por un lado, los del Clan del Guasón y por el otro, con los soldados del Régimen. Dick maldijo para sus adentros, llamando a Barry con el resto para retirarse por la azotea, la salida más cercana que les quedó, entrando al piso de los rehenes. Fue un compañero de equipo quien notó algo raro con las personas sujetas con grilletes de manos y pies al suelo, todos de pie mirando hacia las ventanas cubiertas con papeles y telas viejas. Cuando la luz los iluminó notaron lo que sucedía. Habían sido infectados. En ese momento los grilletes se abrieron solos, el sonido alerto a esos enfermos que parecieron despertar de su sopor para ir tras ellos. El caos brotó, pues aquellos infectados se abalanzaron sobre todos sin importar quiénes eran, mordiendo a sus víctimas para infectarlas.
Corrieron por sus vidas por las escaleras de emergencia, Barry ayudando a sacarlos aprisa con las flechas de Oliver deteniendo la marea que crecía con mayor rapidez. Un equipo de insurgentes se había quedado atrás. Dick regresó por ellos pese a las órdenes de Cyborg de no hacerlo. Los infectados estaban ya subiendo, persiguiendo a los últimos Insurgentes. Con los bastones liberando fuertes descargas eléctricas, Nightwing retrajo ese amasijo de dientes, garras y ojos afiebrados. El edificio era demasiado viejo, las escaleras se vencieron por tanto peso de los infectados, llevándose consigo a Dick. Barry estaba por entrar y bajar por él, cuando Jason le detuvo. Se dejó caer en el hueco de las escaleras directo hacia el hoyo que habían abierto con la caída en la entrada. Dick se había golpeado la cabeza con unos raspones en hombro y piernas, pero seguía con vida.
Jason gruñó, echándoselo al hombro, quitando el cañón fino de sus armas para dejarlas más cortas, pero con una potencia mayor, disparando a los primeros infectados en levantarse e ir hacia ellos, comenzando a rodearlos, formando una muralla. Soltó una de sus bombas, no para los infectados sino para ellos. Conocía la estructura de esos edificios, abriendo un agujero hacia el sótano, desde donde lanzó más bombas a la marea de infectados. Rompió su comunicador a los gritos de los demás en su oído. Preparando otra carga mientras disparaba. Todos los soldados del Régimen eran ya infectados, no quedaba nadie por salvar de ellos ni tampoco del Clan del Guasón, los Insurgentes ya estaban cruzando otros techos. Alzando una columna de fuego con los escombros, Jason dejó el resto de las bombas pegadas a los cimientos del edificio, tomando un conducto ancho de ventilación por donde escapar entre humo que le ayudó a confundir el olfato de aquellos enfermos.
Un estallido subterráneo y el edificio colapsó en vertical, aplastando todos esos infectados entre los gritos de las personas alrededor que no entendieron de pronto que había sucedido. Jason salió por una puerta trasera del edificio contiguo entre la columna de polvo y nieve que se levantó. La tercera alarma de la lluvia nieve sonó. Dick estaba volviendo en sí, aturdido por el sonido de las explosiones y la caída. No llegarían al refugio, los drones del Régimen ya comenzaban a inspeccionar la zona. El joven Alfa miró al barrio siguiente, edificios que eran diminutas habitaciones donde se atiborraban de pobres ciudadanos que no tenían suficiente para alquilar más metros de vivienda. Fue a ellos, por entre callejones y escaleras de emergencia, sujetando por el torso a Dick, un brazo de este sobre sus hombros.
-Jason...
-Espera.
-La alarma.
-Te dije que esperes.
Con un disparo, lanzó la cuerda que los subió hasta uno de los pisos superiores de un edificio cuyo piso olfateó aprisa, los relámpagos anunciaron las primeras gotas de lluvia. Pateó la puerta para volar el seguro que se venció, entrando a ese departamento cuyo aroma a podrido despertó por completo a Dick, llevándose una mano a la nariz.
-¿Qué es ese olor?
Jason no le respondió, dejándolo en una esquina para tomar las sábanas sobre la que descansaba un cuerpo en descomposición de una persona que murió de hambre o enfermedad. Como fuera, su olfato entrenado lo había detectado justo cuando la lluvia nieve cayó. Lanzó sin miramientos ese bulto apestoso por la única ventana estrecha hacia la calle, nada que alterara abajo cuando era tan común arrojar cosas, hasta cadáveres que los perros salvajes comían. Con el aroma libre, dejando esa ventana abierta, hizo a un lado la basura y cajas para buscar con qué atender las heridas de Dick, quien se recargó contra la pared, sujetándose el hombro, una mano sobre su muslo izquierdo, jadeando pesadamente. Jason estaba en iguales condiciones, dejando un rastro de sangre al ir husmeando por todos lados en esas cuatro paredes que eran cocina, baño, recámara a la vez.
-No debiste hacerlo.
Un gruñido fue la respuesta de Jason, Dick se quitó la máscara, jadeando un poco más.
-Jason, explotaste el edificio.
-La única solución.
-Barry...
-No podemos depender todo el tiempo de los Metahumanos.
-Destruir tampoco es la respuesta.
Jason trajo ropas que mojó y rasgo para usarlas como vendajes. Dick gruñó, dando un manotazo.
-Estoy bien, atiéndete tú.
-Estás sangrando más que yo.
-Tienes una cortada en el costado. Y en el hombro.
-Lo resistiré luego de que...
-¡Que no!
-¡Deja de ser tan idiota! ¡Hay que detener el sangrado!
-¡No uses tu tono Alfa conmigo!
-¡Dick, tú eres quien necesita atención!
-¡No la quiero de ti!
Jason rugió, tomando su muñeca buena para tirar de él, Dick alcanzó un traste que estrelló en su cabeza, comenzando ambos a pelear, salpicando las paredes de sangre al hacerlo. Jason le miró rabioso, desesperado. Su mano derecha sujetó sus cabellos por la nuca, tirando de su cabeza a un lado sin darle tiempo a Dick de reaccionar. Un par de colmillos se clavaron en su cuello, haciendo que abriera sus ojos al sentirlos perforar sus glándulas. Toda esa adrenalina y agresividad de pronto se esfumaron, haciendo de su cuerpo solamente un bulto sin fuerzas que Jason sujetó pasando su lengua por uno de sus colmillos para cortarla y combinar su sangre con la de Dick, quien cayó inconsciente sin saber más que esa horrible punzada en el cuello que pareció matarle.
El sonido de la lluvia como el aroma de humedad lo trajeron de vuelta, horas más tarde. Estaba sobre unos cartones y una frazada que apestaba a vieja. Tenía vendajes en el cuerpo, una mano y en su cabeza, sin sus ropas que estaban no lejos de él, solamente en interiores. Dick frunció su ceño llevándose una mano a su cuello que dolió, sintiendo inflamadas todavía sus glándulas por aquella mordida. Jason lo había marcado. Así nada más. Hubiera clavado uno de sus bastones en el pecho del bastardo de no haber sido porque estaba cansado. Permaneció recostado de lado tal como estaba, dando la espalda a Jason a quien sintió removerse, posiblemente alertado de sus movimientos. Gruñó, sintiendo sus ojos rozarse.
-Esto no te lo voy a perdonar.
-Te habías vuelto loco, no había mucho que pudiera hacer para calmarte.
-Pudiste simplemente noquearme.
-Y al despertar querrías seguir peleando. Tienes que descansar.
-Jason, me marcaste.
Éste bufó, con la vista en el techo enmohecido. -Ya eras mío desde hace mucho tiempo.
-Creí que había sido yo quien se había golpeado la cabeza.
-Allá tú si lo quieres seguir negando. Sabes que no es así.
Dick cerró sus ojos, su cabeza le martilleaba por la Marca. Jason siempre había estado tras él, probablemente. Primero lo había tomado como los gestos de un hermano celoso de otro. Luego que trataba de humillarlo. En todas las peleas, Jason terminaba peor con tal de ser quien las terminara para que Dick no tuviera más heridas, justo como en esos momentos. Despreciaba comidas que sabía eran sus favoritas así estuviera muriendo de hambre. Desde que se conocieron así había sido, hasta que pasó el accidente de Jason. Su ausencia le dolió, buscando refugio en cuantos brazos le abrigaron. Le dolía esa actitud de fanfarrón descuidado, oler la sangre de sus heridas que no deseaba le atendieran. Distantes uno del otro como si nunca se hubieran conocido.
-No soy tu Omega.
Se quedaron callados, con el sonido de la lluvia llenando el silencio entre ellos. Dick gruñó, girándose lentamente para ver a Jason. Estaba como él, igual solamente en interiores con un feo vendaje rodeando su torso subiendo a su hombro, también tenía otro más cerca de su rodilla derecha. Cansado. Herido. Un lobo que ha perdido a su Manada.
-Jason -le miró fijamente, esperando hasta que este al fin giró su rostro a él- ¿Por qué me has devuelto el broche?
-Es tuyo.
-¿Por qué ahora?
-Quise hacerlo, ¿por qué todo debe tener una explicación para ti?
-Siempre haces las cosas por una razón.
-Entonces no hay necesidad de preguntar. Lo sabes, siempre lo has hecho.
-Jason, estoy cansado de esto -Dick cerró sus ojos.
-¿Por qué todos los demás, pero yo no?
Dick negó, llevándose una mano a sus ojos húmedos. -Ya basta, estoy cansado de pelear contigo. No hay manera de alcanzarte.
-Jamás me alejé de ti.
-Tú no me quieres, solamente tienes una obsesión.
-Claro -Jason gruñó, girándose a él para tomar su mentón, besándole a la fuerza- Tú me obsesionas, me vuelves loco. Estás tan cerca pero tan lejos.
-Jason...
-Lo peor es que te mientes a ti mismo. Para mentirme a mí.
Una mano de Dick tocó el rostro amoratado de Jason que casi arañó, pero sin hacerlo en realidad, volviéndose el gesto más una caricia. La Marca le punzó. Jason le besó de nuevo, esta vez suavemente. Un beso que correspondió. Sus lenguas se encontraron, brazos y piernas entrelazándose desesperadas. Manos de uno recorriendo el cuerpo herido del otro. Dick miró el pecho de Jason, esa horrible marca en su pecho de aquel accidente. Jason negó, levantando su rostro para llenarlo de besos. De pronto ya estaban completamente desnudos, con sus caderas restregándose entre sí. Dick se recostó sobre su espalda, pero Jason de nuevo negó, sujetándole por sus codos para atraerle hacia su pecho, siendo él quien se quedaba boca arriba para no hacer presión sobre sus heridas por el peso de su cuerpo. Siempre protegiéndolo. Dick fue quien buscó sus labios, apoyándose sobre sus manos al montarle, restregando su trasero contra el miembro duro de Jason, ambos gimiendo ronco y adolorido.
Jason le sujetó por sus caderas mientras él tomaba su erección que guió dentro de su cuerpo, siseando al ardor de la penetración, sin detenerse. Ninguno de los dos lo hizo, sin pausas o respiros. Dick gimió cuando Jason se irguió, su pene encajándose por completo dentro, iniciando un vaivén entre besos, rasguños. Sus cuerpos fueron empapándose de sudor, de saliva con un sonido obsceno de sus pieles chocando. Una mirada llena de desesperación de Jason, otra de dolor de Dick, quien se aferró a sus hombros, mordiéndolo con fuerza hasta sangrarle cuando aceleró tan fuerte hasta que su Nudo entró en él, los golpeteos de un semen caliente invadiendo su vientre. Jason le había preguntado un día a Bruce, cuando eran inocentes cachorros, si podía marcar a Dick. Alfred les respondió que solo eso el tiempo lo diría. Jason prometió que sería el mejor Alfa para que su Omega no tuviera duda de que era digno de él.
Había pasado todo lo contrario.
Y Jason no le había querido devolver el broche por una razón tan infantil pero tan importante. Cuando tuvo el manto de Robin, Dick había depositado un beso sobre el broche antes de ponerlo en la palma de la mano de un atónito Jason cuya sonrisa de oreja a oreja jamás volvería a ver. Por eso no se lo había dado a Tim ni tampoco devuelto a Bruce. Tenía algo que había querido por siempre con una promesa de hacia tantos años que parecía ya más un sueño que algo real. Ambos se quedaron de nuevo en silencio, jadeando pesadamente. Dick miró hacia la ventana, adolorido, exhausto, sintiendo que al fin había encontrado una pieza que siempre le había faltado en su vida pero que jamás se había percatado de ello. Jason empujó apenas contra él, el Nudo terminándose de acomodar. Entonces, y solo entonces, ahora que su mente estaba más libre de tantas tormentas interiores, es que al fin recordó que era lo que había olvidado.
-Jason...
Éste entreabrió sus ojos, levantando su rostro del hombro donde lo había dejado recostado.
-¿Qué sucede?
-Olvidé inyectarme.
La risa súbita de Jason le hizo gruñir, dando un manotazo a su costado herido que cambió la carcajada por un quejido de dolor.
-Esto es serio.
-¿Más que una Marca?
-Sí, Jason...
-No estás en Celo, no estoy en Celo. En cuanto regresemos al refugio, te inyectarás y nada malo habrá pasado. Y si sucede...
-Te castraré.
-¿Qué cosas pensabas que no recordaste algo tan importante?
-Fue tu culpa, ahora lo veo. Tu aroma de Alfa estaba molestándome.
-¿Sabes por qué?
-Porque eres el Alfa más molesto de todo el planeta.
-Dick, tienes una mala memoria.
Éste arqueó una ceja, confundido. Jason tomó su muñeca derecha que le mostró, acariciando dos pequeñísimos puntitos justo debajo de su palma.
-Te marqué desde hace mucho tiempo, cuando me dijiste que serías mi Omega.
-¿Yo cuando dije eso?
-El primer día que llegué a casa.
Dick parpadeó, incrédulo. Su rostro que fue de la negación a la realización hizo sonreír a Jason, besando ese ceño arrugado.
-Eso...
-Pasó hace mucho, justo como ahora. Dijiste que me querías, me abrazaste para que no tuviera miedo y dormiste junto a mí. Lo olvidaste porque estabas muy emocionado con otras cosas, te convertiste en Nightwing, trataste de olvidarme luego del accidente. Y luego... simplemente has peleado en cada oportunidad para alejarme. Sé que es por el rechazo, ahí tuve culpa, después de lo que me pasó ya no sentí que podía seguir siendo tu Alfa, pero siempre dolía, y dolía cada vez más. Tuve que hundirme en otras cosas para no sentir ese dolor.
-Jason.
-¿Ya lo recuerdas?
-No.
-Que mentiroso eres.
Dick tomó aire, quejándose un poco. Todo el cuerpo le punzaba en claro reconocimiento de un Alfa que había perdido y volvía a él.
-Nada va a pasarte, solo olvidaste inyectarte.
-Mi cuerpo te recordó entonces al ser libre del Supresor.
-Lo hizo. Ya era la maldita hora.
-Quiero dormir. Cuando se vaya el Nudo -aclaró porque ya presentía las ideas de Jason al respecto.
-Vaya, estamos entendiéndonos.
-¿Jason?
-¿Ahora qué?
-Padre va a matarnos.
-Primero vamos a rescatarlo para que pueda matarnos luego, ¿te parece?
-De acuerdo.
-Mi Omega.
-Aún tienes que hacer méritos.
-Pero ¿qué...?
-Ssshh, ya no quiero hablar, todo me duele. Cierra el pico. Quiero escuchar la lluvia.
-Bien.
-Bien.
-No hablaré.
-Pues cállate.
-Acabamos de hacerlo.
-Ahora no, Jason.
-Estoy dentro de ti, no puedo evitarlo.
-Suenas tan pervertido como desagradable.
-Te gusta.
-¿Qué dije sobre callarte?
-...
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