Injusticia

GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA

Autora: Clumsykitty

Fandom: DC

Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse

Parejas: Superbat, JayDick, Halbarry como principales.

Derechos: Los personajes pertenecen a DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.

Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas. Yo pensando mil locuras con eso. Inspirado en la saga "Injustice".

NOTA CLUMSY: Por las dudas, esto que leeréis aquí no es una oda al canon, hay cambios de hechos y circunstancias para mi complacencia pura y vil. Si no estáis cómodos con eso, os invito a partir en busca de mejores historias que os hagan sentiros a gusto.

Gracias por leerme.



***

Injusticia.

"Preferiría la paz más injusta a la más justa de las guerras."

Cicerón.




-¡CON UN CARAJO, TIMOTHY NO TENEMOS TU JODIDO TIEMPO!

Jason maldijo para sus adentros, caminando en zancadas hacia Tim a quien tomó por su cintura para arrancarlo de la computadora en la que estaba sacando información. El chico jadeó, tirando la tarjeta insertada en una entrada que metió dentro de su traje, dejándose llevar por su hermano hacia la salida de emergencia del refugio donde Dick ya los esperaba más que nervioso. Todo estaba cayéndose a pedazos por el tsunami nada normal que engulló media ciudad, dejando ver luego un monstruoso submarino de donde salieron varias naves justo cuando el rey de Atlantis hizo su aparición para hacerles frente en medio de una carnicería entre esos soldados con el símbolo de la calavera en sus pechos contra los Atlanteanos.

Mientras tanto ellos huían en una nave acuática que subió a la superficie cuando el agua los alcanzó, esquivando los escombros que traía con ella. Era un escenario que ninguno de los tres iba a olvidar, la marea furiosa con infectados aún vivos tratando de aferrarse a algo o de comerse a alguien, edificios colapsando y uniéndose a la pesada corriente. Drones del Régimen disparando contra ellos, la gente huyendo despavorida hacia los últimos barcos que estaban zarpando. Dick sudaba frío tratando de llevárselos a uno de esos pesados cargueros, pero los drones estaban haciéndoles difícil el camino. Uno en particular se puso frente a ellos, disparando sus metralletas. Jason fue quien tiró del volante, girando bruscamente la nave que casi se volteó. No llegarían a tiempo. El dron fue destruido y creyeron que eran sus amigos, sin embargo, Tim les mostró una pantalla.

Una inesperada Harley Quinn con sus mercenarios estaba en un techo alto destruyendo los drones.

Se habían presentado cuando el tsunami apareció sin previo aviso igual que aquella bomba que destruyera la isla Stryker. Cyborg, Green Arrow y Flash se habían marchado para ayudar a la gente a subir a los barcos, todos los que pudieran. Ellos se habían quedado para terminar de dirigir al resto de los Insurgentes, estaba claro que no iban a pelear contra el Régimen, era la última de sus preocupaciones. Aquel enorme submarino era su nuevo enemigo. O mejor dicho el auténtico. Dick llamó a Barry, escuchando sus coordenadas para alcanzarles en el mar mientras surfeaban por entre las calles inundadas. Jason revisó el traje de Tim entre maldiciones, ajustándolo como asegurándose de que estuviera bien equipado antes de hacer lo mismo con Dick. Su nave fue golpeada por algo, haciéndolos estrellar contra un muro de concreto que partió la nave. Los tres salieron volando, Jason alcanzó a sujetar a Dick, pero Tim había sido lanzado más lejos.

-¡TIM! ¡TIIIIIIIIIIM!

El adolescente jadeó, tratando de nadar entre los escombros, notando un deslizador que flotaba sobre ellos en color negro y que fue hacia él. Un dron diferente con un escudo que le dio más escalofríos que el agua helada en la que nadaba. Se aferró de un arco de piedra, subiendo medio cuerpo para no ser golpeado por los escombros, mirando al dron apuntarle. Tim cerró sus ojos esperando el disparo, nada ocurrió, salvo el sonido de metal rompiéndose en dos.

-¡CONNER!

Tim sonrió, estirando una mano a Conner quien saltó del dron que cayó al agua hacia el arco donde estaba, sujetándole con fuerza en un abrazo angustiado. El muchacho lucía herido con su ropa desgarrada en espalda y extremidades como si hubiera escapado de algo.

-¡Te encontré!

-¡Estás vivo!

-¡Claro! -Conner rió, mirando su rostro y estampándole un beso- ¡Escapé! ¡No querían dejarme ir, pero luché muy fuerte! ¡Tenía que encontrarte!

-Mis hermanos... ¡Dick! ¡Jason!

-¡Tenemos que movernos, vienen más!

-¡Pero...!

Conner se lo echó al hombro sin más, saltando con esa fuerza sobrehumana que le caracterizaba entre escombros, buscando refugio en edificios antes de encontrar un trozo de techo que les sirvió de improvisada balsa. Tim buscó su propio comunicador entre los brazos de Conner, llamando a sus hermanos sin tener respuesta. Una docena de esos mismos drones negros les alcanzaron, igual que lo hizo un robot que los destrozó en el aire ante la mirada atónita de los adolescentes antes de que Tim se diera cuenta de quién era.

-¡Luthor!

El casco del robot se abrió, revelando el rostro del hombre quien le sonrió.

-Vengan niños.

Se acercó a ellos, bajando lo suficiente para que tomaran sus manos. Conner asintió, levantando a Tim para que subiera él primero al hombro de Luthor, al verlo seguro, tomó impulso para saltarle con la mano de Tim esperándole. Una mano que se quedó vacía cuando un cañón de energía azul lo envió demasiado lejos, estrellándolo contra una columna que se venció, perdiéndose en la marea.

-¡COOOONNEEEEEEEEEEEEEER! ¡NOOOOOOOOOOOO!

-¡Maldita sea, son demasiados! ¡Sujétate Tim!

-¡NO, CONNER! ¡TENEMOS QUE IR POR ÉL! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR! ¡CONNER! ¡NOOO!

Una lluvia de disparos los separó de la marea y Conner perdido en la distancia. Las nubes relampaguearon y una lluvia fría comenzó a caer. Luthor voló lo más lejos de aquellos cañones con un Timothy llorando rabioso, golpeando su armadura.

-Lo siento, hice una promesa.

-¡DEJASTE A CONNER!

Luthor negó, girando su rostro. -Lo tengo, Arthur.

-Tráelo.

Tim le pateó y golpeó, aunque todo fue inútil estando cubierto por su armadura robótica, volando tan aprisa como pudo hacia lo que quedaba de los edificios de la Élite. El rey de Atlantis miró al lloroso chico cuyo rostro tomó por el mentón antes de guiñarle un ojo y cargarlo ahora, levantando un muro de agua a modo de deslizador que conduciría con un tridente que ayudaba a su poder. Luthor le detuvo por un hombro.

-Di mi palabra.

-Ningún hijo de Bruce Wayne ha de morir, Luthor. Ve por los otros dos cachorros.

-Lo siento, Tim, así debe ser.

Éste no le miró, apenas si forcejeando con aquel brazo como cinturón alrededor de su cintura, trepando al agua junto con Arthur Curry, quien lo llevaría a una de sus naves de escape, donde esperaría por sus hermanos. El Metahumano limpió su rostro cuando le quitó su máscara, cepillando sus cabellos.

-Una guerra siempre nos quita lo que más amamos, pero la esperanza nos lo devuelve.

-Conner está muerto.

-Eso no lo sabes, confía en el mar, pequeño. Jamás toma una vida que no lo merezca. Ahora espera aquí, tus hermanos vendrán pronto.

Una vibración provino del submarino a lo lejos, derribando por completo los edificios que habían sido alcanzados por el tsunami. Nueva Metrópolis estaba partida en dos y parecía que la segunda mitad tampoco iba a salvarse. Arthur miró alrededor, maldiciendo. Se giró a Tim que sollozaba, limpiándose con rabia su rostro.

-Cambio de planes, buen viaje cachorro.

-¡¿Qué?! ¡Espera!

Con un gesto de su tridente, el rey de Atlantis lo envió al fondo del mar cuando cerró la nave, girándose hacia los drones en forma de insectos que dispararon sus cañones azules contra él. Levantó un muro de agua, desapareciendo de ahí. Luthor se abrió paso en un fuego cruzado entre los últimos miembros del Clan del Guasón y los drones de HYDRA, buscando desesperado los rastros de Dick y Jason, a quienes encontró escalando una columna. Los pescó por el cuello de sus trajes, sacándolos lejos de la pelea, girándose hacia donde había llevado a Tim. Sus monitores le mostraron los drones nuevos que estaban atacando esa zona, gruñendo en frustración. Jason pateó, llamando su atención.

-¡¿Qué crees que haces, imbécil?!

-¡Jason!

-¡No soy un jodido muñeco!

-¡LUTHOR! ¡A TU IZQUIERDA! ¡HAWKGIRL!

Shayera lanzó su mazo, perforando el pecho de la armadura como el de Lex, quien casi tiró a los muchachos al gritar de dolor, sujetándolos de vuelta antes de huir de ahí en dirección contraria. Con la vista cada vez más nublada y oscura, Luthor los arrojó sobre el techo de una de las naves de Atlantis, arrancándose el mazo de Hawkgirl del pecho, cayendo sobre sus rodillas metálicas junto a los jóvenes. Dick se le acercó, notando que era una herida fatal.

-Es curioso -rió Luthor con sangre escapando de entre sus labios- Como en un momento así puedes tener los pensamientos más extraños.

-No hables, no hables...

-De verdad creí que un día... ustedes serían mis propios hijos... lo creí... antes de saber tantas cosas... luego de saberlas... de todos modos lo quería... una familia de lindos cachorros...

-Lex...

El Alfa tosió sangre con coágulos, asintiendo y poniéndose de pie, recuperando el mazo al hacerlo.

-Pórtense bien.

-¡Lex!

Luthor miró a un par de Atlanteanos que salieron por el techo, observándole. Señaló con un dedo a Dick y Jason antes de girarse hacia la Metahumana que ya volaba hacia ellos. Sonrió mareado, activando sus propulsores, disparando hacia Shayera al lanzarle su mazo, desconcertando a la guerrera al abrazarla con fuerza, sin detenerse. La mano de Luthor buscó el cinturón de Hawkgirl, pese a los golpes que recibió, la sangre perdida. Cerró sus ojos al activar un control en aquel cinturón, un campo que le hizo quedar pegado a ella por su armadura. Shayera gritó al ver que volaban directo hacia la Atalaya, pasando el escudo de protección y estrellándose de lleno contra la parte baja en una explosión de pulso que activó el cañón. Luthor ya había preparado ese plan, nunca había visualizado el salir vivo de ahí, una vez aseguradas las vidas de los tres hijos de Bruce, lo que restaba era activar el cañón para que se autodestruyera junto con la torre. Era una lástima que Clark Kent no estuviera ahí dentro ni tampoco otro Metahumano, pero sería una linda manera de decirle a HYDRA que no iban a ganar.

Hawkgirl le golpeó, pero el dolor no importó cuando la explosión de su armadura les alcanzó a los dos, usando el poder restante del cinturón de Shayera para crear una onda de reacción en cadena. Había participado en la creación de aquel cañón, así que conocía perfectamente como funcionaba, cómo se podía activar. Sonrió mientras su cuerpo era consumido por el fuego radiactivo. Cosa curiosa haber sido un hombre poderoso deseando cosas tan banales como una familia poco común con un Omega tan extraordinario. Al menos había ganado su confianza en el más de los reacios, hostiles y poco amigable de los Omegas en el mundo. Ahora viajaba a gran velocidad por el océano, encubierto por el poder del rey de Atlantis a una tierra donde nadie le lastimaría. Ese fue su último pensamiento antes de cerrar los ojos, riendo victorioso.

-¡¿Pero qué...?! ¡LUTHOR!

-Deben entrar si quieren vivir -dijo uno de los guerreros Atlanteanos a los muchachos.

-Dick.

-Pero...

Jason bufó, jalando por un brazo a su Omega, entrando a la nave que se sumergió apenas ellos entraron. No era muy grande pero sí increíblemente veloz. Algo que tenía Atlantis era ya el conocimiento de transportes submarinos eficientes, cosa que en la superficie estaban apenas aprendiendo. Con estructuras entrelazadas que parecían más el interior de algún ser marino, tanto Dick como Jason solo se miraron, acercándose a los dos guerreros que habían vuelto a los mandos de la nave, como si no estuvieran con ellos.

-Am...

-Tomen asiento, nos sumergiremos. La Atalaya está a punto de caer.

-Oigan -Dick sonrió amigable- Necesito encontrar...

-Toda comunicación se interrumpirá en los siguientes minutos, el pulso que liberará el cañón es demasiado agresivo. Atlantis se retira para evitar daños.

-¿Qué carajos están diciendo? ¡Tim está allá afuera! ¡Necesitamos...!

Un tercer guerrero apareció sin que lo escucharan, apuntando su arma a la cabeza de Jason. El joven rugió y hubiera atacado de no ser por Dick quien le detuvo, sujetando sus brazos.

-Se harán las cosas a nuestra manera o podemos echarlos al océano ahora mismo -murmuró aquel tercer guerrero.

Ambos se quedaron callados, tomando asiento donde les indicaron, aunque Jason estaba a punto de sacar sus armas y dispararles a todos. Dick tenía una mano suya entrelazada para mantenerlo quieto y que no hiciera algo de lo que fuesen a arrepentirse. Las luces de la nave se apagaron quedando en penumbras cuando aparentemente entraron en un modo furtivo, notando en la pantalla al frente como iban hundiéndose cada vez más en el océano, dejando atrás escombros y la luz de un día nublado para dar paso a la oscuridad. El viaje fue silencioso hasta que llegaron a una zona que parecía ser como un paso de túnel que daba a un día brillante cuando se acercaron a un domo brillante de luces multicolores que traspasaron, un escudo protector. Frente a ellos apareció una enorme ciudad con forma geométrica perfecta, campos de cultivos cubiertos por otros domos más pequeños, edificios, incluso calles.

Con una ligera inclinación, la nave se dirigió a la zona de aterrizaje, entrando por un hangar para ser desinfectada antes de que pudieran abrir las compuertas y salir. Los tres guerreros les hicieron señas, para que salieran con ellos a donde esperaban más guerreros con esos mismos trajes y esa misma actitud hacia los muchachos. Jason pasó un brazo por la cintura de Dick, pegándole a él cuando notó varias esencias Alfas alrededor. Si bien parecía que ahí abundaban más los Betas que cualquier otra raza, los aromas eran muy claros, notándose la ausencia del uso de químicos o vacunas para ocultar o controlar sus naturalezas. Ambos terminaron dentro de una sala luego de pasar una vez más por otra zona de limpieza, sentados en uno sillón adosado a la pared circular, mirando por un alto ventanal el océano oscuro.

-Tendríamos que haber salvado a padre -murmuró Jason.

-¿Y cómo? Apenas si pudimos salir y...

-De alguna manera, aquí no podemos hacer nada.

-¿Crees que seguía en la Atalaya?

-Esperemos que no.

-Ni siquiera sé ya qué pensar o sentir -Dick exhaló agotado- Primero estábamos listos para contraatacar, luego de pronto todo se venía abajo con un tsunami y ahora estamos aquí sin Tim ni tampoco con padre. Siento que algo escapó de mis manos sin darme cuenta.

-Somos dos.

-Y no me quiero quejar, todo está muy limpio y ordenado, pero no nos han dicho absolutamente nada de lo que ha pasado allá arriba. Me dará algo estar acá abajo. ¿Cómo han podido vivir tanto tiempo enterrados en el océano?

-Tengo la impresión de que lo sabremos. Ven conmigo.

-De verdad, Jason, no tienes vergüenza.

-No es para eso, idiota. Apestas a estrés.

-Lo haré si prometes no hacerme nada más que relajarme sin que involucre actividades sexuales.

-Dick, hazlo o ya verás.

Soltando un largo suspiro de cansancio, Dick se deslizó por el sofá para recostarse en el regazo de Jason cuya mano fue a su cuello, masajeándolo para calmarle. Casi se quedaron dormidos de esa manera, de nuevo habían hecho una vigilia y el caos que repentinamente llegó a sus vidas les robó lo último de sus energías. Despertaron al sonido de las puertas abriéndose luego de un par de horas, con el rey de Atlantis entrando. Su armadura estaba dañada con algunas heridas en brazos y piernas, pero relativamente estaba intacto como el Metahumano que era. Jason de nuevo tomó esa actitud de Alfa protector, empujando a Dick para alejarlo de Arthur cuando se sentó a su lado, apoyando sus codos sobre sus muslos.

-Tienen preguntas, háganlas ahora.

-¿Por qué nos han traído aquí como si fuésemos prisioneros? -preguntó Jason de inmediato.

-No lo son. Son invitados de Atlantis.

-Nuestro hermano Tim -habló Dick- Le perdimos en el ataque.

-Está a salvo.

-¿En dónde?

-No lo sé.

-¿Cómo jodidos no puedes saberlo? ¡Eres el rey del mar!

-Jason.

Arthur apenas sonrió. -Salvar a miles de personas te deja lo suficientemente exhausto como para rastrear una nave que se pierde en la distancia. Lo que puedo ofrecerles es el consuelo de que su pequeño hermano Timothy se reunirá con su padre.

-¡Papá! -Dick casi saltó de su lugar- ¿Dónde está? ¿Todo está bien?

-Me lo supongo, Luthor hizo un buen trabajo.

-Sí, pero ¿a dónde lo llevó? -rugió Jason.

-A una tierra donde estará protegido.

-¿Esa tierra tiene un nombre?

-En Atlantis le llamamos Terranova.

-Solo estamos dando vueltas al tema -Jason golpeó el sofá con un puño- ¿Por qué...?

-Lo que tienen que realmente saber es esto: Nueva Metrópolis ha dejado de existir -cortó Arthur clavando su mirada en ambos- Varios miembros de los Insurgentes han muerto para salvar a inocentes como a ustedes. No podría dar informe de sus más cercanos amigos porque la Atalaya disparó de lleno contra su ciudad antes de explotar en el cielo. En estos momentos esa zona es altamente radiactiva, ni siquiera nosotros nos podemos acercar, pero creo que no hay nada que salvar ahí, como dije, no ha quedado nada. Ustedes por otro lado, están vivos y estarán a salvo en esta parte de Atlantis hasta que sea el tiempo de que puedan volver a la superficie.

-¿Qué carajos...?

Dick sujetó el pecho de Jason, frunciendo su ceño a Curry.

-¿Por qué nosotros?

-Son los hijos de Bruce Wayne, Alfred Pennyworth me solicitó un favor particular que Lex Luthor también hizo y el rey de Atlantis tiene un alto honor para las promesas.

-Te golpeaste horrible la cabeza.

-Jason.

-Lex Luthor fue un hombre de principios cuestionables con actitudes dudosas, pero si algo bueno puedo decir de él, es que sacrificó su vida para salvarlos a ustedes. Así que pueden comportarse como unos completos estúpidos o como los hijos de Batman.

-Auch.

-Tú...

-¿Alfred? -cuestionó Dick, sintiendo un aguijonazo de dolor al imaginar lo más horrible.

-Vengan conmigo.

Arthur los llevó por un largo pasillo hasta lo que les pareció un ala médica. Dick sintió que la sangre abandonó su rostro al distinguir en una camilla amplia a su mayordomo, despegándose de Jason para correr a su lado. Alfred parecía dormir tranquilamente a pesar del collarín, una mano enyesada y una que otra puntada en su rostro. Jason también se acercó, frunciendo su ceño al verlo, pasando su mirada al otro Alfa, cuestionándole con la mirada sobre lo que había ocurrido. El rey de Atlantis buscó donde sentarse, visiblemente cansado.

-No puedo decirles mucho, quizá lo más importante es que él está bien. Le encontré a tiempo antes de que el cañón disparara. Todo lo que Alexander Luthor pudo decirme fue que habían encerrado a Clark Kent en una bóveda antes de ambos separarse, Alfred buscándolos igual que Luthor. La bomba que lanzó Harley Quinn fue lo que dejó así a Pennyworth cuando había localizado a Timothy, dejando a Luthor a cargo y llamándome a mí para ayudar a su pequeño hermano. Me envió las coordenadas de Alfred, fui por él antes de ayudar a las personas aún atrapadas en los restos de la ciudad. De los demás nada puedo decir, pero estoy seguro de que todos ellos están a salvo, aún no regresan todas las naves a Atlantis, alguna de ellas tendrá noticias del resto.

-Todo esto fue muy abrupto... y doloroso.

-Lo sé -Curry miró a Dick, suspirando luego- Pero aquí estarán a salvo hasta que sea tiempo de volver a la superficie. Luthor hizo un milagro al echar a perder los planes de HYDRA, no creo que se den por vencidos más nos ha obsequiado tiempo precioso para reorganizarnos. Nos superan en número como en tecnología, sin mencionar que saben cómo exterminar a un Metahumano que les estorba -miró su hombro herido por uno de esos cañones azules- Obligados a mostrar su rostro para tener éxito, ahora tenemos la certeza de su existencia. No son un cuento perdido en algún libro o en una historia de ancianos. Son tan reales como ustedes o yo.

-Gracias por salvarlo.

-Como dije, es un Pennyworth, un clan que ha preservado el conocimiento que nos hizo Atlantis y ayudó mucho a entender lo que pasa con el mundo.

-Dijiste que padre y Timothy estarían a salvo -Jason no le miraba, pendiente de la respiración del mayordomo- En una tierra que no sabes dónde se encuentra.

-No he mentido sobre ello.

-¿Es realmente seguro ese lugar?

El rey de Atlantis sonrió de lado, encogiéndose de hombros. -No lo negaré, cachorro, ignoro como será la situación en Terranova, estoy confiando en lo que Pennyworth nos ha confiado de la misma forma en que confío en ese lindo Omega que tienen por padre. Dudo mucho que no de pelea en caso de que deba luchar.

Dick levantó su mirada, girándose apenas al Alfa.

-¿El bebé...?

-Oh... -Arthur rió bajito, confundiendo a los muchachos- Algo tan importante se me ha olvidado mencionar. Tienen un nuevo hermanito, fuerte e inquieto que lleva por nombre... Damian.

-¿Ya nació?

-Hasta donde tengo entendido, sí.

-¿Padre huyó con un recién nacido? -Jason estaba incrédulo.

-Bruce Wayne es... ¿cómo le llamaban? Oh, el Caballero de la Noche. Un parto no será nada ni tampoco ponerse a salvo con su cachorro. Sus cachorros. El pequeño Tim lo alcanzará.

-Más te vale que ellos estén bien o me valdrá un cuerno tu Metahumanidad.

-Dick.

-Entiendo la preocupación y acepto las amenazas de buen grado porque en nada me ofenden -rió Arthur poniéndose de pie- Les dejo unos momentos con él, luego enviaré alguien para que los atiendan. Deben estar cansados y hambrientos como yo. Esto no ha terminado, cachorros, más el momento de la furia en batalla debe reservarse para tiempos futuros.

-Señor... Rey, gracias -murmuró Dick.

-No hay de qué. Me retiro.

Volvieron a quedarse en silencio, Dick recargándose sobre la almohada de Alfred a quien abrazó, Jason solamente apoyando sus codos sobre la camilla.

-Ellos están vivos, Dick, deja de estresarte.

-Lo siento, ni siquiera pude saber si Barry consiguió llevarse a Jordan o...

-Aquel rey ése dijo que ya nos informarían de todo lo que pasó en la superficie. ¿Superficie? Suena tan estúpido.

-Y henos aquí ocultos bajo el mar. ¿Jason?

-¿Qué?

-Tenemos un hermanito.

-Lo escuché la primera vez.

-Es raro... viniendo de Bruce.

-Ojalá el estúpido del Súper Alfa aquel se haya muerto ahogado en la bóveda y luego rostizado por el cañón.

-Eso no es gracioso.

-Para mí lo es. Sólo nos engañó con su actitud de idiota aquella noche.

-¿Tú lo crees?

-Sería un imbécil si creo lo contrario.

-Yo lo creo.

-Tú estás alterado, cálmate que me duele ya la nariz.

-Deja de olfatearme.

-Te olfateo cuando se me pegue la gana.

-Jason...

-Está bien, todo está jodido ahora. Tendremos que empezar de nuevo, pero antes necesitamos que Alfred despierte.

-Y nos vea bien a nosotros.

-Okay.

Dick sonrió, sus párpados comenzaron a sentirse pesados. -Tengo miedo, Jason.

La mano de éste alcanzó la de Dick, apretándola por encima del pecho del mayordomo que seguía durmiendo inalterable sobre la camilla.

-Estaré contigo todo el tiempo. No te perderé de vista, duérmete.

-¿Tú no vas a descansar?

-Luego.

-Me fastidia tu vanidad del Alfa.

-No era lo que escuchaba no hace mucho.

-Idiota.

-Descansa ya. Hemos llegado al límite, hay que hacer una pausa.

-Prométeme que dormirás también.

-Cierra el hocico, Dick.

-Buenas noches, días... tardes, lo que sea.

Jason le observó hasta verlo quedarse dormido, suspirando luego y tallándose el rostro con las manos, al fin liberando su propia tensión. Había sido como repetir aquel momento espantoso en el que casi murió. Solo que ahora estaba perdiendo a todos de golpe y sin explicación, sin un Guasón de por medio, pero sí una HYDRA que parecía un monstruo saltando de uno de esos libros de Tim para hacerse realidad. Bruce se había marchado a una tierra que nadie conocía o tenía idea donde estaría a salvo, donde Tim le encontraría. Con un bebé. Le dio la sensación de que todos olvidaban que su padre era un simple humano y no un Metahumano que lograra maravillas. Jason jaló aire, cerrando sus ojos al recargar su frente muy apenas sobre una mano arrugada de Alfred, observando su rostro con preocupación. Tan solo una pausa, una maldita pausa en la tormenta que los azotaría con más fuerza, separados como perdidos. El cansancio también llegó a él, comenzando a quedarse dormido, una mano entrelazada con Dick, otra sobre el brazo de Alfred donde se cayó agotado.



La verdadera guerra apenas iba a comenzar.

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