El Súper Hombre
GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA
Autora: Clumsykitty
Fandom: DC
Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse
Parejas: Superbat, JayDick, Halbarry como principales.
Derechos: Los personajes pertenecen a DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.
Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas. Yo pensando mil locuras con eso. Inspirado en la saga "Injustice".
NOTA CLUMSY: Por las dudas, esto que leeréis aquí no es una oda al canon, hay cambios de hechos y circunstancias para mi complacencia pura y vil. Si no estáis cómodos con eso, os invito a partir en busca de mejores historias que os hagan sentiros a gusto.
Gracias por leerme.
***
El Súper Hombre.
Nubes oscuras radioactivas se arremolinaban entre relámpagos sobre la tierra que había sido empujada ante el golpe del cañón de la Atalaya, fragmentos de suelo que iban subiendo conforme la marea se retiraba luego del tsunami, revelando lentamente una isla desierta cuya única constante era la tierra húmeda amarillenta que cubría toda su superficie. El viento sopló sobre el relieve, comenzando a secar la arena. De pronto, un golpe sordo del subsuelo estremeció una parte casi en el centro, seguido de un muro de arena que se levantó cuando un puño se abrió paso entre rocas y algo de escombros de lo que alguna vez fue Nueva Metrópolis. Un segundo puño se unió al primero para trepar a la superficie, trayendo consigo la figura de un hombre con un traje destruido, apenas si cubriéndole, manchando la amarillenta arena con su sangre de heridas no del todo cerradas.
Aquel hombre se arrastró unos metros antes de sentarse sobre sus pantorrillas, dejando caer sus hombros y escuchando el silbido del viento como los rugidos del cielo encima suyo. Permaneció en aquel estado catatónico por largo tiempo pues su mente estaba aún perdida, desorientada de los últimos hechos que habían ocurrido. No se inmutó cuando unas figuras se acercaron por un costado, caminando sin prisas como si ya supieran de él. Delante de la fila de soldados en un traje negro que cubría sus cuerpos de la radiación, portando un emblema de una calavera roja con tentáculos en su pecho iba una mujer alta, ataviada en un traje en color verde con toques dorados que simulaban una serpiente. Los soldados se detuvieron en cuanto estuvieron a una veintena de metros de distancia, pero la mujer siguió caminando hasta terminar a un costado de aquel hombre de hombros caídos, rodeándolo hasta quedar al frente.
La mujer sonrió debajo de su máscara, estirando su brazo para hacer una lectura de su cuerpo. Al estar satisfecha con lo que leyó en su monitor, dio un paso más a él.
-Kal-El -pronunció con fuerza.
Fue como si activaran algo en el hombre que se irguió de golpe, poniéndose de pie en un solo movimiento para mirarla con un par de ojos carmesí. La mujer asintió, haciendo un gesto a uno de sus soldados que le tendió una capa roja que ella puso tranquilamente sobre los hombros del Alfa, cubriendo su cuerpo y traje maltrechos.
-Ése es tu nombre ahora. Kal-El. No eres más un hombre ordinario, eres un súper hombre. Un dios entre mortales. Superman.
-Superman -murmuró ronco este.
Madame Hydra sonrió complacida por debajo de su máscara, sonriendo complacida antes de girarse y hacer una seña con su mano derecha en alto para que acercaran a los dos Metahumanos que venían con ellos. Una amazona con una nueva y más poderosa armadura, seria al ver a Kal-El, un hombre joven con expresión de niño cruzado de brazos, asintiendo a la mujer quien se volvió a Superman, señalando a los dos únicos sobrevivientes de aquel desastre.
-Kal-El, tenemos a tu amazona guerrera, tenemos al niño hombre. Tenemos a varios de tus soldados fieles a tu causa. Sólo nos hace falta algo para que comiences la era de tu reinado: a tu Omega y tu cachorro. Puedes encontrarlos, Kal-El.
-Mi... Omega.
-Con tu cachorro. Usa tu poder, Kal-El. No hay distancia ni protección que pueda separarte de aquello que es tuyo para siempre. Búscalos, Kal-El.
Superman cerró sus ojos, apenas si respirando mientras dejaba que su mente fuese tranquilizándose, igual que aquellas tierras nuevas y desérticas, sus memorias también lo hacían al nombre que ostentaba ahora. Su sentido Alfa se disparó, levantando una columna de arena que lo rodeó como a la mujer, corriendo frente a él hasta el mar donde se perdió. Los soldados se inquietaron unos segundos antes de quedarse de vuelta quietos como estatuas negras sobre tierra amarilla. Diana y Shazam únicamente intercambiaron una mirada. Kal-El frunció su ceño como si estuviera dirigiendo algo en su mente hasta que abrió sus ojos, sus pupilas dilatándose como sus fosas nasales.
-¿Lo has encontrado, cierto?
Kal-El asintió apenas, sonriendo lentamente.
-Sé dónde están.
FIN DEL ARCO DC
(Esta historia continúa en el Crossover)
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