Capítulo 5

—Dime un gran filósofo de la historia italiana— preguntó Judy, ayudándome a estudiar.

Yo acomode mis anteojos con una de mis manos y con la otra golpeaba el lápiz contra la cama.

Fruncí mi ceño, tratando de concentrarme.

—Ehh... ¿Benedetto Croce?— respondí, un poco dudosa.

—¿Por qué destacó?— remató a mi desconcentración.

—Fue una figura destacada del liberalismo y su obra influyó en otros pensadores italianos— respondí. —¿Está bien?

Estábamos en mi habitación, mientras Judy me ayudaba a estudiar para un examen importante que tenía.

Judy leyó el libro de texto y una sonrisa se formó en su rostro, respondiendo a mi pregunta.

—¡Si!

—Si— célebre. —Por fin terminamos de estudiar— hable, exhausta, mientras cerraba el libro de texto y mi cuaderno.

—Tu carrera es algo complicada— se queja Judy.

—Dices eso porque a ti no te gusta, pero a mi si y no está tan complicada— analizo.

—Claro que está complicada, son las— tomó su teléfono de la cama y reviso la hora. —Son las tres y media de la tarde y empezamos a estudiar a las doce en punto— me reprocha.

—Pero ya terminamos, ya relájate— le digo.

Tomo los libros y cuadernos que yacen esparcidos en mi cama y los coloco en el escritorio.

—¿Podrías abrir la puerta?— le pido.

—Tu estás más cerca— reprocha, con flojera.

Ruedo los ojos y abro la puerta, inmediatamente esta es impulsada hacia mi, dejando ver a un gran perro correr hacia la cama y saltar a ella.

—¡Hola, Peter!— exclama emocionada Judy, mientras acaricia a mi Golden Retriever. —¿Quién es un buen chico? ¿Quién?— le habla en tono aniñado.

—¿Verdad que tú?— hablo de la misma manera que lo hace Judy, mientras le acaricio la barriga y el mueve la cola animadamente.

—Algún día lo robaré y no volverás verlo— bromea Judy.

—Jamás, Peter es mi bebé, ¿verdad que si?— le hablo a Peter, con voz de bebé.

—Lynette— escuchó a mi madre gritar desde la planta baja.

—¿Si?— preguntó, en respuesta a su llamado.

—Tienes que sacarlo a pasear, prometiste sacarlo una vez a la semana— me acusa mi madre, mientras me mira determinante.

—Bien, ya lo haré— respondo, mientras busco la correa de Peter en mi habitación. —¿Quieres acompañarme a pasear a Peter?— me dirijo a Judy, quien esta acostada con una almohada en el rostro.

—¡Si!— responde, entusiasmada.

—Si quieres ir, entonces, ayúdame a buscar la correa— insisto.

Judy busca por debajo de mi cama, mientras yo busco en el armario.

—La encontré— grita Judy.

—Bien, ahora vámonos.— le digo y salimos de mi habitación con Peter caminando a nuestro lado.

*

Después de cambiarme a ropa deportiva -y vieja-, Judy, Peter y yo salimos a pasear al parque que estaba frente al Dolce Mattina.

—Vamos Judy, vamos a correr seis vueltas al parque, es hora de ejercitarse— digo, con motivación.

—No quiero, tú hazlo— dice cansada. —Déjame aquí en la acera, quiero dormir— demanda, mientras se recuesta en la acera.

Rió divertida, acercó a Peter a donde yace recostada Judy y él le lame la cara.

—¡Lynette, quítamelo!— grita, y empieza a acariciar su hocico. —No es cierto, ¡ven bebé!—exclama, haciendo que Peter le lama de nuevo el rostro.

—Está bien, puedes quedarte aquí sentada pero después de las seis vueltas, volveré por ti— cedo.

—¡Gracias!— exclama, y se levanta del piso. —Iré al café.

Simplemente rió y me cercioro que tenga la correa bien agarrada para poder empezar mi recorrido.

Empiezo a trotar de manera moderada, mientras Peter jadea con su lengua de fuera y mueve sus patas en sincronización con mis pies.

—Necesitabas correr, ¿verdad, Peter?— le pregunto, como si pudiera responderme.

El solamente mueve su cola de un lado a otro como respuesta.

Después de dar otras cinco vueltas al parque, pequeñas gotas empezando a caer y Peter queriendo perseguir a una ardilla, me detuve para descansar.

Jadee tratando de recuperar el aliento, mientras tomaba mi botella de agua y bebía. Posteriormente acune mis manos e hice que Peter también bebiera.

—¿Donde estará Judy?— me pregunte, acariciando la cabeza del perro y posaba mi atención en el.

El me miro y ladeó su cabeza, haciéndolo ver muy tierno.

—Ay, ¿verdad que eres el perro más tierno del mundo, verdad que si?— le preguntaba, con voz chillona.

—¿Hablas sola?— pregunto una voz delante mío.

—No habló sola— dije, sin mirar a la persona que había preguntado. —Habló con mi perro, es alguien.

El hombre soltó una risa.

—Tienes razón— concordó.

Levanto mi vista, esperando ver a algún extraño pero para mi sorpresa, estaba Benjamin de pie observándome con una sonrisa y las manos en los bolsillos de sus jeans.

—Lynette.

—Benjamin.

—¡Burro!— exclamó Judy llegando de repente, arruinando el bello momento.

Bravo, Judy.

Rápidamente me puse de pie y me acerqué a Benjamin para saludarlo.

—Hola, Ben— salude, dándole un beso en la mejilla.

—Hola, Lynette.

Me separé de él, quedando hipnotizada por sus ojos marrones y lunares.

El también me veía a los ojos, ignorando todo lo demás.

Pero... Judy tenía que venir y arruinarlo.

Cof... Cof — tosió Judy, tratando de evadir el incómodo momento.

—¡Ah, si! Ella es Judy.— la presente.

—Hola, un gusto Judy— dijo Benjamin, ofreciéndole su mano.

—Hola, ¿Ben, cierto?— saludo, preguntando.

—Si.

—He escuchado mucho sobre ti— respondió, mirándome con expresión pícara.

Yo solo atiné a sonrojarme.

—Vine por nuestra cita— respondió Ben. —Pero si te encontré en mal momento, no te preocupes puede ser otro día— me dijo.

Y por fin reaccioné.

¡Mierda! Olvide nuestra cita.

Y tan la había olvidado que estaba vestida, con ropa deportiva y sudada.

Súper hermosa, amiga. Te ves divina con ropa deportiva y el cabello sudado— susurro en mi oído Judy.

—¡Cállate!— la hice callar, hablando entre dientes.

Pero debía admitir que tenía razón, no estaba lo mejor presentable en ese momento.

Pero... ya que.

—¿Nos vamos?— pregunto el, ofreciéndome su mano para tomarla.

Yo mire a Judy de reojo y ella solamente asintió.

—Ve, yo me llevaré a Peter— me tranquilizo.

—Gracias pero no es necesario, Peter puede quedarse, ¿verdad?— le dije a Ben.

El sonrió.

—Claro que si, fue un gusto Judy— dijo, en modo de despedida acercándose a Peter para acariciar su cabeza.

—Igual— respondió ella, mientras me hacía señas con los pulgares hacia arriba y guiñaba el ojo.

Yo rodeé los ojos y le hice una seña de silencio para que parara.

Ben me miro y ambos empezamos nuestro recorrido alrededor del parque. Nuestra cita improvisada.

➶➶➶➷➷➷➶➶➶

¡Hola!

¿Que les pareció el capítulo?💛

¿Que opinan de Peter?🐶❤️ Yo lo amo😍

Espero les haya gustado🥰💜

Angie_D☔️✨

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top