Un trueno me hace despertar sintiéndome todavía un poco aturdida por el medicamento, me levanto y noto que me quedé dormida hasta con zapatos, voy al baño dando pasos lentos y lavo mi rostro para tratar de quitar lo somnolienta que estoy.

Reviso mi celular, buscando algún mensaje de Leo y no había nada, eran la una de la madrugada, eso quiere decir que tenía unas cuantas horas que me había quedado dormida y todavía mi cuerpo y mis ojos estaban pesados.

Salgo de mi habitación para ir a ver a mi madre, voy agarrándome de la pared porque sentía que todo al rededor mío daba vueltas, ya me estaba preocupando sentirme así de mal, nunca ese medicamento me había dado ese efecto antes.

Me esfuerzo por llegar a la habitación de mamá, ayer fue un día agotador para ella y solo quiero saber si está bien.

Llego a su cuarto y las luces estaban apagadas, los relámpagos que alumbraban me dejan ver a mi madre en su cama, entro a la habitación y me acuesto a su lado, sonrió y intento abrazarla en la oscuridad.

Me llama la atención al sentir mi mano tocar humedad en su pecho, por la oscuridad no sabía que era, así que comienzo a llamarla.

— Mamá, mamá despierta — ella no hacía nada estaba muy tranquila y fría, enseguida me invade la preocupación.

Me levanto de la cama con el corazón acelerado, mientras la lluvia y los relámpagos hacían ruidos aterradores, enciendo la luz y lo primero que veo es mi mano llena de sangre.

El terror invade mi cuerpo, mis ojos expresan todo el miedo que sentía en ese momento, no me atrevía ni siquiera a voltear, tenía miedo de lo que vería si volteaba hacia la cama.

Mi pecho subía y bajaba muy rápido, mis manos temblaban y sudor corría por mi frente, al final me lleno de valor y llevo mi mirada angustiada hacia la cama de mi madre.

Me senti morir cuando la veo bañada en sangre con una herida mortal en su cuello, mis piernas pierden fuerza y caigo al suelo llorando, no podía creer que esto estuviera pasando ¡no puede ser, a mi madre no, esto debe ser un sueño!.

Casi arrastra llego al borde de la cama y coloco mi mano en su pecho, mi miedo se profundiza cuando no siento su corazón latir ni su pecho elevarse al respirar, tenía que aceptar la realidad, así no quisiera y me doliera mucho, ella está muerta, la habían asesinado.

Siento que todo da vueltas en la habitación, mi cuerpo pierde fuerzas y caigo a un lado de la cama, trato de abrir mis ojos y solo puedo ver una figura borrosa acercarse a mí lentamente.

Esa figura que no detallaba bien me hace alertar, trato de levantarme pero no se me hace posible, mi cuerpo estaba muy pesado igual que mis ojos.

Los truenos y relámpagos en ese momento parecían cómplices del asesino que cada paso que daba hacia mí me aterrorizaban aún más.

Mi corazón se acelera y lágrimas de miedo caen por mis mejillas al ver a ese hombre acercarse, estaba vestido todo de negro y no se le podía ver su rostro, con su mano acaricia mi mejilla y luego mi cabello, quisiera poder levantarme empujarlo y salir corriendo, pero no puedo, sentí que el también me mataría a mí.

Ese hombre se dirige hacia la cama donde estaba mi madre y saca algo de la sudadera que llevaba puesta, no pude detallar bien que era lo que dejó en la cama, mi vista borrosa y mareada no me dejaba ver.

Él se vuelve acercar a mí muy despacio y  susurra a mi oído :

— Ya vamos a estar bien, ahora sí vamos a poder ser felices — al terminar de hablar pasa su asquerosa lengua por mi oreja y mejilla, era como si lamiera mis lágrimas y le gustará.

Solo pude cerrar mis ojos con una expresión de asco mientras que él lamía mi cara, al llegar a mi cuello lo olió profundamente como absorbiendo el olor de mi perfume, desabrocha mi blusa y con perversidad se saborea al observar mis senos, trato de cubrirme con mis manos, él las quita y las sigue observando, lloro con más desespero al pensar que este loco va abusar de mí.

Con el mismo cuchillo con qué mato a mi madre lo pasa por encima de uno de mis senos haciéndome una herida poco profunda Pero de dolorosa. Mi miedo se profundiza más al sentir la sangre bajar a mi costado.

— Termina de matarme, maldito desgraciado, hazlo — gruño al sentirme ya cansada de esta situación, solo quería que terminara conmigo y no sentir el dolor que estaba sintiendo.

Al verme como lloraba soltó una risita que apenas se pudo escuchar y se alejó de mí.

— No te mataré aún, todavía no es el momento, tienes que sufrir un poco más antes de que mueras.

Esa voz, la había escuchado antes, pero todavía no sabía a quien, no podía recordar bien, debe ser por el efecto del medicamento en mi organismo.

Él se retira saliendo de la habitacion  despidiéndos con su mano antes de cerrar la puerta, me sentía terrible por la impotencia de no poder defenderme, mi madre estaba muerta y yo no pude ayudarla, no se qué carajo le pasa a mi cuerpo que no puedo reaccionar bien.

¿Por qué nos haces esto? . Grité comenzando a sentir mi cuerpo más débil, ahora sangraba y el dolor era insoportable, cada vez que respiraba podia sentir como mi sangre tibia fluía fuera de mí hasta el suelo por medio de la herida.

Después de tanto luchar por no cerrar mis ojos,  por no perder las fuerzas que me queda, tenía mucho miedo, estaba en pánico. Al final mi cuerpo cedió y se rinde  perdiendo el conocimiento.

Nota de la Autora : 🌹

Que lamentable hecho, pobre la madre de Amanda, ¿Quién sería capaz de tan horrible acto?, que opinan ustedes mis queridos lectores ¿Quién será el asesino de la señora Clara? dejen sus comentarios con el nombre del quien ustedes creen que es el culpable.

¡Pobre Amanda ahora que va hacer sin su madre!