Estaba decidida dejar todo en este pueblo y irme a la cuidad para que mi vida fuera como antes, tal vez mi madre si tenía razón y ya en este lugar no estábamos seguras.

Voy caminando fuera del hospital mientras mi mirada busca un taxi y lo único con que pudo chocar mis vista fue con los ojos azules de Leo.

— ¡Amanda, por favor déjame que te lleve a casa, estás lastimada y no quiero que andes sola! — súplica Leo sosteniendo mi mano.

— Si, tienes razón, estoy lastimada porque tú me lastimaste, entiende, Leo, ya no quiero esto para mí, déjame tranquila, ya tomé la decisión y me voy con mi madre mañana mismo.

— No puedes irte, lo estás diciendo por que estás molesta conmigo, Amanda lo acepto metí la pata contigo perdoname por ser un idiota, pero yo estoy tratando de cambiar por ti, estoy luchando contra lo que soy por ti — los ajos de Leo se nublaron con lágrimas que él trataba de limpiar antes que yo las viera — Amanda no te vayas.

— Un momento Leo, no estoy entendiendo nada, ¿Por qué dices que estás tratando de cambiar por mí? — vocifero extrañada.

— Lo estoy tratando de hacer, porque tú — Leo agacha la cabeza y cierra sus ojos sin terminar de decir la frase — Tu me gustas.

Mis ojos se abre como plato tras oir las palabras de Leo, no estaba segura si creerle,   pero tal vez si podría ser cierto que él está luchando con sus demonios porque de verdad le gustó y no me quiere perder.

— Amanda, déjame llevarte a casa — insistía al cuál yo acepto y me subo a su camioneta.

Ahí estaba yo otra vez, actuando como una marioneta que Leo controla ¡Que estúpida soy después de lo que me hizo!.

— Amanda, ¿En que piensas? — pregunta Leo al verme que me había quedado mirando por la ventana sin decir nada.

— No estoy pensando nada, solo quiero estar tranquila.

— No mientas, de seguro que debes estar pensando que soy extraño.

No es que lo piense, es que eres extraño, me provoco decirle, pero me contuve para ya no seguir peleando.

— Leo, tienes que cambiar esa actitud, no se qué pasó con tu vida que te dejo así, pero ya eso pasó y deberías olvidarlo.

Leo frena la camioneta de golpe haciendo que mi cuerpo casi chocará con el vidrio del frente de la camioneta.

— ¿Dijiste que olvidara?, ¿Crees que es fácil olvidar lo que me sucedió?, ¿eso crees? — me asombro al ver a Leo llorar como un niño.

— No se si será difícil o no olvidar, tal vez si me cuentas te podría ayudar, pero tú solo te cierras conmigo y no me permites que te ayude — le digo entre lagrimas al ver cómo Leo se destruye por culpa del pasado.

— No lo entiendes Amanda, no lo entiendes.

— Entonces explícame tú.

Leo se baja del camioneta y tira la puerta con furia, pensé en no bajar, no me sentía segura a fuera del camioneta después de ver cómo él se baja muy agresivo.

Inclino mi cuerpo hacia delante para ver que estaba haciendo y lo veo sentado en la hierba con la cabeza agachada, sus rodillas un poco flexionada, con su manos limpiaba sus lágrimas.

Decido bajar y ir con él, me partió el alma verlo así tan frágil, me le acercó y me siento a su lado.

— Leo, ya no llores — le digo mientras limpio sus lágrimas, él me mira y acomoda su cabeza en mi pecho quedando como un niño indefenso que tiene miedo.

Lo abrazo y beso su cabeza, en ese momento estaba tan débil frente de mí que lo único que me provocaba era abrazarlo y mimarlo como a un bebé.

— ¡Amanda, ayudame a cambiar, ayudame!.

Las palabras de Leo se escuchaban sinceras, todavía no sabía de que lo iba ayudar ni de qué forma lo podía hacer, pero le intentaré ayudar como sea.

— Claro que te ayudaré, ya no estás solo, ahora estás conmigo — él levanta su cara hacia mí, sus ojos enrojecido por el llanto hacen que los míos se humedezcan, sus labios carnosos estaban mojados por sus lágrimas que no pude resistir a besarlo con  ternura.

¡Que locura hace un momento estaba furiosa con él y ahora lo estoy besando, definitivamente nuestro amor viene con un grado alto de toxicidad o estamos realmente locos!.

Nos separamos para tomar aire y veo como él ya está más calmado, nos volvemos a subir en la camioneta para ir a casa, de seguro mi madre estaba preocupada por mí y no quería preocuparla más.

Llegamos a la casa y veo la patrulla donde vino Andrew afuera, me sentí aliviada que por lo menos estaba con él y no sola.

Entramos a la casa y veo a mi madre sentada junto a Andrew en el mueble de la sala, al vernos entrar se levantan rápidamente hacia nosotros. por un momento me volví a sentir nerviosa tras las miradas de odio que no disimulaban Andrew y Leo.

— Amanda ¿Estás bien? ¿Qué te dijo el médico? — pregunta mi madre mientras me abraza.

— Estoy bien, no te preocupes mamá.

Mi madre voltea a ver a Leo y su rostro cambio, se dirige hacia él y le da una fuerte cachetada que nos sorprende a todos.

— ¡Lárgate de mi casa, no te quiero cerca de mi hija, no eres el chico que pensaba, Leo, eres un tipo agresivo y no quiero eso para mí Amanda!.

Mi madre estaba tan molesta que temblaba de la rabia, ella le había tomado cariño a Leo, pero al ver como actuó contra Andrew y conmigo ya no iba hacer la misma con él.

— Señora Clara, tranquilice eso no es bueno para su salud — dice Andrew sosteniendo a mi madre por los hombros.

El rostro de Leo apenado me hacía sentir mal, pero si se mereció esa cachetada, él ya tenía que cambiar.

— Amanda, mañana mismo nos vamos de este pueblo — indica mi madre mientras se va a su habitación.

Fijo mi mirada en Leo y veo un rostro triste y apagado, Andrew solo estaba ahí parado con una expresión burlona que trataba de disimular, pero a leguas se le notaba.

Leo abre la puerta y se va, intento ir tras de él, pero Andrew me detiene sujetando mi brazo.

— Amanda, déjalo que se vaya, ya fue suficiente por hoy no crees.

— Sueltame Andrew, él no me lastimó con intención solo fue un accidente.

— ¿Por qué lo justificas? no te das cuenta que él no está bien, cuando te mate lo vas a seguir justificando.

Andrew estaba alternándose al hablar sobre Leo, se retira un poco de mí, respira profundo y se vuelve acercar.

— Amanda, por favor convence a tu madre para que no se vayan, no quiero que te alejes de mí.

— De qué hablas Andrew, tú y yo no tenemos nada como para que me digas eso.

— Pero podríamos tener, solo dame la oportunidad de demostrarte que soy mucho mejor que Leo.

Esto si que era el colmo, ahora este tipo también declarándose, pero yo estaba muy enamorada de Leo y no lo iba a cambiar por Andrew.

— Eso ya no importa, mañana nos vamos de este pueblo y ya no nos volveremos a ver — le digo bajando mi mirada para que no notará mi nostalgia en ellos.

Andrew me mira y hace una pequeña sonrisa que me parece extraña ¿por qué sonrió de esa manera si lo que le dije fue que nos íbamos?, en este pueblo las personas si que son extrañas.

— Amanda, me tengo que ir, ten cuidado, asegura las puertas y ventanas como han estado haciendo, si tengo tiempo vendré más tarde — Andrew se dirije a la puerta y antes de salir toca muy sutil mi mejilla, quitó su mano de mi rostro y agachó mi mirada.

Él se va y aseguró las puertas y ventanas de la casa. subo al segundo piso y veo a mi madre en su cuarto preparando la maleta. ya estaba oficial, mañana nos iríamos de este pueblo quiera o no.

Entro a mi habitación y abro la ventana, Leo no se veía por ningún lado de la casa, así que cierro la ventana y me acuesto a descansar.

Mi mano me había empezado a doler, tomo un medicamento que suelo tomar si tengo algún dolor, el cual extrañamente me dio mucho sueño, eso me pareció raro ya que siempre lo he tomado y nunca me había dado sueño, mi cuerpo se sentía pesado e igual que mis ojos, no pude evitar cerrarlos quedándome profundamente dormida.

Nota de la Autora :

🌹¡Dios! que locura con este amor tan tóxico, Amanda se enamoró de un loco, definitivamente Leo está mal y si ustedes piensan que las cosas están horribles prepárense para lo que viene. así que el próximo capítulo no es acto para cardiacos jajaja absténgase a las consecuencias. Les dejo mi instagram por si me quieren seguirme ya que no tenemos mensajes en Wattpad, siganme por Yeligg se les quiere mucho mis queridos corazones  💖