4| No quiero problemas

Arya miraba con ojos muy abiertos lo que su hermana acaba de decir.

-Pero... ¡Es una guerra!- exclamo la chica y nego- ¡Sabes lo que amo ir a las guerras!

-Arya, no- contesto Sansa mientras se veía frente el espejo y se acomodaba su capa negra.

La menor frunció el ceño y dio media vuelta saliendo de la habitación de su hermana, cruzó el pasillo solitario hasta llegar a la salida, se recargo en el barandal donde pudo apreciar a todos listos para enfrentar a los caminantes blancos.

Observo el pequeño carro de madera tirado por caballos donde las armas que usarían estaban listas. Miro de un lado a otro observando que cada uno estaba distraído, sonrio lentamente y comenzó a caminar hacia el carro, dio un último vistazo hacia atrás y se propuso a entrar.

-¿A donde crees que vas?

Arya se quedó con un pie arriba del carro de madera y con uno abajo, se giró hacia el hombre que la miraba con desaprobación.

-Vamos Jon, ella no se enterara- rogó Arya mirandolo- Estaré en las filas de atrás, no me verá.

Jon nego y señalo el piso, ordenando que bajara.

-Es muy peligroso Arya, puede pasarte algo- hablo Jon.

Arya bajo y miro a su hermano mayor, lo miro a los ojos esperando que aquello cambiara y le dijera si.

-Vamos Jon, como en los viejos tiempos cuando me ayudabas a robar dulces de la cocina.

Jon nego.

-Robar dulces de la cocina e ir a la guerra es algo muy diferente- comentó, luego sonrio ante la cara de enojo de su hermana- Veras que te divertirás sin nosotros, podrás usar tu espada en la sala y Sansa no te dirá nada.

-Pero...

Ambos fueron interrumpidos por dos personas que venían discutiendo casi a gritos haciendo que la atención de todos se posaran en ellos, Daenerys no se veía de buen humor y su hermano la perseguía.

-...Puedo hacerlo, no me pasara nada, no creo que volar un dragón sea difícil.

Daenerys se acomodaba el guante negro en su mano izquierda mientras su hermano la seguía.

-Por favor- rogó Aerys mirandola.

-No- solto la madre de dragones- No puedo protegerte y lograr un triunfo en la batalla.

Dio media vuelta y se alejó del chico, Sansa sonrió al mirar a Daenerys acercarse.

-¿Todo listo?-pregunto la pelirroja.

-Si- afirmo la rubia- Me adelantare por aire para inspeccionar el lugar- luego miro a su hermano- El se quedará aqui- regreso sus ojos a Sansa- ¿No hay problema?

Sansa nego.

-Me encargaré junto con Tyrion en llevar las tropas, tu llévate a Jon.

Ambas asintieron y comenzaron a trepar sus caballos mientras que el  gran ejerciro de inmaculados salía.

-No quiero problemas- ordeno Sansa mriando a su hermana Arya quien sentada en las escaleras solo rodo los ojos.

Daenerys sonrio y miro a su hermano sentado en la nieve.

-Lo mismo va para ti.

Aerys hizo una mueca y nego.

Ambas chicas salieron seguido de un gran grupo de inmaculados y soldados que la seguían, Arya se levanto y miro como todos se alejaban, murmuró una maldición y se alejó internándose en la casa. Aerys la miro alejarse y se quedo ahí sentado sin hacer nada.

                                ⚜⚜⚜

La lluvia cayó con intensidad haciendo que la frialdad del lugar se intensificará, Aerys miraba con atencion la fotos que había en las paredes de las casas mientras caminaba por el pasillo. Una fotografía llamo su atención, era de la familia Stark por obviedad, la familia estaba abrazada, en ellos estaban dos niñas, dos niños, un adolescente y estos sonreían con amplitud.

Los ojos violetas del chico se entrecerraron, al lado del hombre unos centímetros más lejos estaba otro adolescente de cabello semi largo y rizado. Sin poder imaginar quién era dejó de ver la fotografía y siguió caminando por el pasillo hasta que llegó a la cocina.

A diferencia de toda la casa, la cocina estaba caliente, se asomó con lentitud y miro a las mujeres que estaban ahí susurrando y riendo en voz baja. Fruncio el ceño e intento escuchar algo,cosa que le fue imposible, comenzó a inclinarse más quedando parado únicamente de un pie pero este se tambaleó y cayó al piso.

La mujeres dejaron de hablar y posaron sus ojos en el recién llegado que estaba tirado en el piso.

-Lord Targaryen- hablo una mujer de cabellos castaños y con una sonrisa amigable- Ha encontrado la cocina.

Aerys levanto su vista del piso y sonrio con timidez.

-Una disculpa- susurro y sonrio lentamente-  estaba dándole un vistazo a la casa y me he perdido.

Una de ellas río y señaló la silla del pequeño comedor.

-Por favor, siéntese, debe tener hambre.

Aerys camino con lentitud he hizo lo que la mujer le ordenó, rígido miro a las mujeres sin saber que decir

-Daenerys jamás habló de usted- hablo una de las mujeres y le sonrio- Se parecen demasiado.

Aerys le sonrio sin mostrar los dientes. Un plato hondo y humeante se posó frente a el, miró a la mujer de más edad.

-Gracias- susurro.

Tomo ambos cubiertos y comenzó a comer, había creido que ese momento jamás llegaría, luego otra de las mujeres le puso un vaso lleno de vino y agradeció con una sonrisa.

Un golpe en la mesa lo sobresaltó, Arya Stark había entrado y había dejado en la mesa un arco junto con sus flechas.

-Sabes lo que me disgusta las armas en la mesa Arya- regaño una de ellas, de nombre Margarett.

-Sabes lo que me disgusta que me digan lo que les disgusta- contestó Arya y se sento en el otro extremo de la mesa cuadrada, frente al rubio, los ojos negros de la chica se posaron en el y luego los aparto- ¿Que hay de cenar?

Margarett se cruzó de brazos y le sonrio.

-Sopa, pan horneado, vino y arroz con leche.

Arya hizo una mueca.

-¿Quien come arroz con leche?- pregunto.

-Lady Sansa- hablo una de las mujeres y sonrio.

Arya nego.

-Eso no engorda, ¿Donde queda la dulzura?

La mujeres rieron y le pusieron un plato hondo frente a ella llena de sopa, agradeció con una sonrisa y comenzó a comer el silencio.

-¿Que edad tienes?- pregunto Ana, otra de las chicas de cocina.

Aerys levanto la vista del plato y la miro, después de varios segundos contesto.

-Veinte

La mujer le sonrio.

-¿Haz montado ya un dragón?- pregunto otra chica.

Aerys nego.

-Una lástima, deberías hacerlo, eres un Targaryen.

La chicas rieron y luego se alejaron haciendo sus cosas.

-Arya adora los dragones-hablo Margaret mientras recogía los trastes.

-No creo que sea algo importante...

-Tal vez deberían tomar uno y volar.

Arya la taladro con la mirada haciendo que la mujer riera. Un relámpago  iluminó la sala y la mirada de todos se posó en la ventana, acto seguido un gran golpeteo se escuchó en el lugar.

-Por todos los dioses ¿Que ha sido eso?- pregunto una  de las mujeres tocandose su pecho

Aerys se levantó de la mesa y camino hacia la ventana, afuera el viento soplaba con rudeza impidiendo ver algo. El chico entrecerró los ojos y miro entre la nieve algo gigante.

Luego se escuchó un gruñido.

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