♡ - 21


Eran las primeras horas del día y me encontraba en la estación de autobuses de Gimpo con mi equipaje a mi lado, listo para viajar hacia Incheon. El lugar estaba lleno de personas, pero aún así, el ambiente era tranquilo. Los rayos del sol comenzaban a filtrarse por las ventanas del techo y había un aroma agradable que provenía de una cafetería al otro lado de la estación.

En el momento en que me acomodé en mi asiento al lado de la ventana del bus, sentí que la emoción recorrió todo mi cuerpo, ya que conocería a Jisung por primera vez. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras imaginaba todos los posibles escenarios que podrían suceder.

De repente, un chico de cabello oscuro se sentó a mi lado, sacándome de mis pensamientos. Su presencia me llamó la atención y no pude evitar fijarme en cada detalle de su rostro, especialmente en sus ojos brillantes. 

—No sé por qué me miras tanto, pero hola —dijo, rompiendo el silencio.

—Oh, lo siento. No quería incomodarte. Soy Lee Minho, ¿y tú? —respondí con una sonrisa nerviosa.

Él sonrió con amabilidad, pero parecía reservado en cuanto a decirme su nombre. A pesar de ello, mantuvimos una conversación agradable mientras el autobús avanzaba por la sinuosa carretera.

Fue entonces cuando me preguntó por qué viajaba.

—Visitaré a alguien que conocí por Internet —respondí un poco nervioso—. Lo amo, pero él no lo hace porque no me conoce en persona. ¿Y tú?

—Yo visité a mi novio, pero ahora tengo que ir a Incheon por un asunto personal.

Sacó un teléfono de su mochila y lo encendió, dándome cuenta en ese momento de que estaba buscando una imagen en su galería. Apenas la encontró, me la mostró y mi boca se abrió por la sorpresa. Era una imagen de Bangchan, mi amigo. Estaba bastante sorprendido ya que ni siquiera sabía que tenía pareja.

—¿Cómo lo conociste? —pregunté con curiosidad.

—Publiqué un video cantando en Twitter —respondió con una sonrisa—. Pensé que nadie lo vería, pero él sí lo hizo y le gustó mucho. Lo subió a YouTube e hizo todo lo posible para que ese video se volviera viral. Luego me envió un mensaje diciendo que era mi fan y nos hicimos amigos.

La historia me resultó extrañamente familiar y traté de recordar dónde la había escuchado antes. Después de unos momentos, lo recordé y grité.

—¡Tú me pediste consejos para confesarle tus sentimientos!

—¿Qué? —preguntó, aparentemente confundido—. No recuerdo haber hecho eso. Digo, se los pedí a un robot, pero... ¿tú eres un robot?

—No, tonto —respondí, riendo—. Fui el Asistente de Google y te recuerdo perfectamente. Siempre me pedías consejos para conquistarlo.

—Si hubiera sabido que estaba hablando con una persona real, no te habría pedido nada —dijo avergonzado—. Bueno, no importa, ¿puedes darme otro consejo ahora? —Asentí con mi cabeza—. ¿Qué debo hacer cuando conozca a su familia? En un mes viajaremos a Australia, pero me da miedo que no les agrade.

—En primer lugar, debes tener mucho cuidado. Es una situación de vida o muerte —dije, haciendo que me mirara aterrorizado—. Necesitas informarte sobre sus vidas. Para eso, tu novio debe decirte sus intereses. Sé educado, vístete adecuadamente, háblales de "usted", lleva regalos, evita tocar temas sensibles, muestra interés y sé tú mismo, pero tampoco demasiado.

—Wow, haces un buen trabajo siendo el Asistente de Google —dijo mientras me abrazaba con fuerza—. Supongo que todavía lo eres, ¿verdad?

—En realidad, renuncié —respondí con una risa nerviosa—. Aun así, creo que fue lo mejor, mis amigos ya estaban cansados de que les hablara como un robot.

—Bueno, en cualquier caso, gracias por los consejos. Definitivamente los pondré en práctica.

Me alegré de haber podido ayudar, pero también me sentí un poco triste al recordar que ya no era el Asistente de Google. Había sido una gran experiencia y había ayudado a muchas personas.

—Si necesitas más consejos, siempre puedes contar conmigo.

Asintió con la cabeza y me dijo que dormiría durante el viaje, y que lo despertara si llegábamos a una parada. El problema fue que yo también me quedé dormido.

(...)

Desperté de golpe al sentir un fuerte impacto en mi cabeza. Me la froté con una mano y noté el cristal de la ventana contra mi mejilla, lo que me hizo reír para mis adentros. Miré a mi alrededor y vi que el paisaje era montañoso y lleno de árboles frondosos. 

Volví mi atención hacia el asiento de al lado y vi que el desconocido con el que compartía el viaje todavía dormía plácidamente, lo que me hizo sonreír. Estaba a punto de despertarlo cuando escuché un sonido extraño que provenía del asiento de atrás. Giré mi cabeza para averiguar de qué se trataba y vi a un chico de piel extremadamente pálida inclinado sobre su asiento, vomitando sin control. Parecía tener unos veinte años.

El olor del vómito me llegó de inmediato, provocándome una arcada involuntaria. Me levanté de mi asiento y saqué una bolsa de plástico que tenía guardada en mi mochila. Me acerqué al chico, tratando de tranquilizarlo mientras le pedía que se inclinara hacia la bolsa. Pude ver su rostro demacrado y sus ojos cerrados con fuerza mientras continuaba vomitando. A pesar del desagradable olor, mi única preocupación en ese momento era ayudarlo.

Después de que terminara de vomitar, acaricié su espalda con movimientos lentos. Sentí sus temblores mientras lloraba y pensé en lo terrible que debía sentirse en ese momento. El bus se detuvo y entonces me levanté para despertar a mi nuevo amigo, explicándole la situación.

Los tres bajamos del bus y me acerqué al conductor para informarle de lo que había sucedido. Afortunadamente, él entendió y dijo que limpiaría el asiento. Fuimos a sentarnos en un banco de madera cercano y el desconocido se disculpó, comenzando a llorar, razón por la que el chico sin nombre lo abrazó.

—¿Quieres que te consiga un pañuelo? —preguntó, y yo le di un pequeño empujón.

—Primero deberías preguntarle si te autoriza a darle un abrazo y si quiere ir a un lugar más privado —Me miró raro por lo que bufé—. Lo siento, es la costumbre, siendo Asistente de Google aprendí muchas cosas.

El chico sin nombre asintió en comprensión y se acercó al desconocido con un pañuelo en la mano.

—No lo necesito, gracias... —respondió—. No entiendo por qué me ayudan, no me conocen y soy una persona horrible.

—No eres horrible, simplemente tuviste un momento difícil. Todos lo tenemos. No te preocupes, estamos aquí para ayudarte —dijo—. Por cierto, él es Minho —Me señaló—. ¿Y tú cómo te llamas?

El chico mordió su labio inferior, parecía incómodo y nervioso. Después de un breve silencio, respondió.

—Uhm... Me llamo... —titubeó—. Tengo sed y mi boca sabe mal, perdón.

Me levanté de inmediato y corrí hacia una tienda que cercana para comprar una botella de agua. Al regresar, le recomendé que bebiera en pequeñas cantidades para evitar vomitar de nuevo.

—Perdón por no haber respondido hace un rato —dijo después de tomar un sorbo—. Soy Kim Seungmin, también perdón por molestarlos.

—No has molestado a nadie, Seungmin. Y si te disculpas tanto, solo harás que te sientas peor. No creo que eso sea lo que quieras —respondió el chico sin nombre con una sonrisa tranquilizadora.

Seungmin pareció comprender, aunque todavía se veía un poco apenado. Para cambiar de tema, el de cabello oscuro le preguntó por qué estaba viajando.

—Estoy escapando —Seungmin sonrió algo incómodo—. Me están persiguiendo y no bastó con irme de mi ciudad natal, me han seguido hasta Gimpo. Por eso estoy viajando hacia Incheon.

El desconocido pareció preocupado y le preguntó si había llamado a la policía.

—Claro que lo hice, pero no me creyeron y se rieron de mí —dijo con la voz temblorosa—. Tengo miedo de que me hagan algo, me han llamado millones de veces por teléfono y me han dicho muchas cosas, pero ya no les contesto por miedo.

—La policía es estúpida —Bufé—. Pero no te preocupes, Seungmin. Si quieres, puedes quedarte conmigo en Incheon, así no estarás solo.

Seungmin pareció sorprendido y me abrazó con fuerza, dándome las gracias.

El conductor del autobús nos llamó para que subiéramos, ya que se había acabado el tiempo de descanso. Los tres nos levantamos y regresamos al transporte.

(...)

Finalmente, después de un largo viaje, llegamos a nuestro destino, y Seungmin y yo tomamos un taxi para llegar a la dirección que Jisung me había mandado previamente. Como el chico sin nombre y yo nos hicimos muy buenos amigos, intercambiamos nuestros números de teléfonos y luego nos separamos.

Una vez que llegamos, vimos un edificio moderno de apartamentos con una puerta principal de vidrio. Subimos por el ascensor y no tardamos en llegar al apartamento de Jisung, por lo que toqué la puerta y después de unos segundos se abrió, haciendo que viéramos a un Jisung con el pelo desordenado y los ojos casi cerrados.

—Creí que vendrías más tarde —Rio—. Espérame un poco, ya vuelvo.

Lo vimos correr hacia un lado del apartamento y, después de unos minutos, volvió con la ropa cambiada. Su cabello desordenado le daba un aspecto juvenil y un tanto descuidado. Era demasiado tierno.

—¡Oh, Minho! —gritó emocionado—. ¡Puedes pasar sin ningún problema!

Le di las gracias, pero luego le expliqué que había traído a alguien más y que después le explicaría por qué.

—Está bien, no te preocupes —Sonrió y miró a Seungmin—. Me llamo Han Jisung, ¿y tú?

Kim miró de un lado a otro e hizo que entráramos rápidamente para después cerrar la puerta. Su celular comenzó a sonar y los dos nos asustamos un poco. Vi que Jisung estaba confundido, así que lo llevé a un cuarto que vi cerca y le expliqué toda la situación.

—Sé que vine para que me conocieras y todo eso, pero estoy preocupado por él igualmente —dije algo avergonzado—. Perdón por todo esto.

—Hyung, tranquilo —Hizo una mueca—. No saldremos de aquí hasta que sepamos que esas personas dejen de seguir a ese chico.

—Se llama Seungmin, y no, no creo que sea buena idea —confesé—. Hay que escapar a algún lugar o algo por el estilo, yo qué sé.

—Hazme caso, Minho —dijo algo molesto—. No, olvídalo, deberíamos ir a la estación de policía, él ya avisó una vez y no le creyeron, pero hay que hacerlo de nuevo.

—Ya te dije que no le van a creer, Jisung —Hice una mueca.

—Creí que eras inteligente ya que fuiste el Asistente de Google, pero ahora no parece ser así —Salió del cuarto y lo seguí—. Vámonos, Seungmin, yo te ayudaré.

Los dos salieron del apartamento haciendo que me quedara solo. En realidad, mi intención no era hacer enojar a Jisung, pero supuse que mi idea realmente no le había gustado.

Suspiré y me acosté en el sillón, sin saber qué hacer. Poco a poco fui quedándome dormido, tratando de relajarme y dejar que las cosas se resolvieran por sí solas.

(...)

Sentí que alguien me movía y abrí mis ojos lentamente. Cuando mi vista se enfocó, noté que era Jisung quien estaba allí, dándome una sonrisa cálida y abrazándome. Me sentí un poco confundido y le pregunté qué había sucedido mientras me despertaba.

—¡Wow, tu voz! —exclamó sorprendido—. Deberías dormir más a menudo, así puedo escuchar tu voz ronca y hermosa más seguido, hyung.

—¿Estoy soñando? —Lo miré extrañado y lo alejé un poco de mí—. ¿Cómo puedo despertar?

—Hyung, gracias por venir y por haber salvado a Seungmin —dijo feliz—. La policía nos creyó y encontraron a los idiotas, parece que los van a arrestar.

—¡Eso es genial! —exclamé con una gran sonrisa en mi rostro mientras me ponía de pie y comenzaba a saltar de alegría—. ¡Te amo mucho y no me arrepiento de haberlo dicho porque esto es un sueño! 

Jisung me miró fijamente y me pellizcó suavemente la mejilla.

—No lo es, esta es la realidad —dijo con una sonrisa en el rostro—. En fin, quiero confirmarte algo. En realidad, me gustas desde hace un tiempo, pero no estaba muy seguro por lo que no quise decir la verdad. ¡Pero ahora estoy completamente seguro! ¡Me gustas, hyung!

Mi corazón latía a mil por hora mientras procesaba lo que acababa de escuchar. No podía creer lo que estaba pasando, pero sabía que tenía que actuar rápidamente antes de que la oportunidad se me escapara de las manos.

—Jisung... —dije con una sonrisa mientras me acercaba a él—. ¿Puedo besarte?

Asintió con la cabeza y me acerqué lentamente a su rostro. Datos de Google comenzaron a llegar a mi cabeza por lo que pensé en realizar lo que una página de Wiki How decía. Al recordar el primer paso, me detuve y corrí hacia el baño, debía lavarme la boca.

Cuando volví, acaricié su mejilla y miré sus ojos confundidos. Me incliné lentamente, siguiendo los pasos que había leído, y acerqué mis labios a los suyos para darle un beso tierno. Me sentí nervioso al principio, pero después de un momento, dejé de pensar en lo que decía la página y simplemente hice lo que sentía que debía hacer. Al terminar de besarnos, me alejé de él y le sonreí.

—¿Quieres ser mi novio? —pregunté con una sonrisa esperanzadora.

Su respuesta fue casi inaudible, pero supe que había dicho que sí. Me sentí feliz en ese momento, sabiendo que ahora éramos oficialmente pareja. Todo lo que me importaba era Jisung, nada ni nadie más.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top