18
Jungkook estaba recostado en su cama, perdido en sus pensamientos mientras miraba por la ventana el cielo nublado de febrero. Habían pasado semanas desde la última vez que vio a Taehyung fuera del colegio, y su ausencia pesaba sobre él cada día con mas intensidad. Quería llevarlo a visitar parques, comenzar una colección de hojas de arboles o empezar a buscar a su próxima mascota juntos. Sin embargo, desde aquella noche en que lo vio llorar, Taehyung le hizo saber que su madre estaba muy preocupada, así que el joven Mendoza tuvo que irse de inmediato a su hogar todas las tardes después de clases.
Decidió poner música para distraerse, así que encendió la radio que descansaba en la mesita de noche de su habitación. Después de unos minutos de sintonizar diferentes estaciones, una melodía familiar comenzó a sonar a través de los altavoces. El pelinegro sonrió al mismo tiempo que bajaba corriendo por las escaleras para sintonizar la misma estación en la radio principal de la cocina.
"Soy un Desastre", cantada en la voz de Timbiriche, acompañada por un ritmo contagioso que llenaba la habitación. Jungkook no pudo evitar sonreír al reconocer la canción. Era una de sus favoritas, y siempre le levantaba el ánimo.
Se incorporó en la barra del comedor y comenzó a mover la cabeza al ritmo de la música, dejando que la melodía lo envolviera. Era viernes por la mañana y nada iba a desanimarlo. Sus padres habían salido temprano por compromisos del vecindario y SeokJin seguramente habría ido a las rebajas del cine al centro de la ciudad como solía hacer siempre. Podía bailar y sentirse cantante en gira sin preocuparse por ser juzgado.
Así que, al compás de la canción, Jungkook comenzó a cantar en voz alta, dejando que la música lo llevara lejos de sus preocupaciones y lo transportara a un lugar donde todo era posible. Donde Taehyung vivía con él y lo dejaba solo por un trabajo científico que le habían ofrecido en Guerrero. Así que debía hacerse cargo de la casa y de sus 3 gatos como buen esposo samaritano que era.
Estaba exagerando de nuevo.
Ademas, ¿por qué precisamente Guerrero?
Dejo un par de flores en un jarrón y después con cautela los subió para dejarlos frente a la puerta de su hermano menor. Le preocupaba la lejanía que había mostrado desde hace una semana.
Regresó a la cocina justo cuando el coro de la canción se escuchaba en las bocinas del radio:
"Soy un desastre cuando tú te vas de casa. En el armario ya no encuentro las corbatas Soy un desastre, y no entiendo lo que pasa. Ya estoy cansado de comidas enlatadas"
Seungwoo apareció minutos después con los ojos hinchados y 3 tazas de café sucias que dejó en el fregadero con pocas ganas. Jungkook alzo una ceja antes de encender la estufa y colocar la tetera con agua sobre uno de los pilotos encendidos.
- ¿Sucedió algo? ¬- Preguntó. Su hermano se removió incomodo, colocó las tazas boca abajo sobre la barra.
- Cansancio. Mi grupo tiene exámenes finales hoy.
- ¿Eso se supone que explica tus ojeras? - esta vez Jungkook fue quien se movió para bajar el volumen de la radio. Podía hacerlo ahora que su canción había terminado de sonar.
- Estuve repasando hasta tarde anoche. - Respondió. Ambos se asintieron y SeungWoo le mostro una sonrisa como agradecimiento cuando su hermano le ofreció una taza nueva de café.
- Sabes que no puedes mentirme, ¿Cierto?
Ambos tomaron asiento y el menor tuvo que dejar de lado su falso agradecimiento.
- Sabes demasiado sobre mi. Es injusto.
- Solo lo necesario si me lo preguntas. - SeungWoo se burló de el en silencio. - ¿Quieres contarme?
Su hermano menor tenía 16 años, cursaba el segundo año de la preparatoria y Jungkook no podía sentirse menos orgulloso de él cuando sabía lo mucho que se esforzaba por mantener sus notas altas.
Él mismo sabía lo difícil que eso era porque alguna vez lo intentó e incluso le ofrecieron saltarse un año cuando acababa de ingresar. Pero seokjin había reprobado y él jamás dejaría que ambos estuvieran en el mismo curso, aunque tuvo que amenazarlo porque prefirió eso a que su hermano menor estuviera un año por delante.
Jungkook después tuvo que recuperarse y dejo de pelear por el mejor promedio cuando se dio cuenta de que si lo hacía terminaría con una paliza por parte de su padre y su hermano mayor.
Seungwoo, por su parte, no era un genio. solía estudiar todos los días después de clases y no participaba en clases extracurriculares de deporte a diferencia de sus hermanos. Por su parte había preferido la pintura y las tutorías de Ecología Biológica que tomaba con otros alumnos porque recientemente había descubierto husmeando entre las cosas de Jungkook los proyectos que él había comenzado. Su hermano nunca hablaba de eso con nadie.
Jungkook tenia inteligencia nata para muchas áreas, pero su destreza se fue por la borda cuando su madre dijo que él no necesitaba trabajar tanto porque era dotado. Eso rompió el orgullo de SeokJin quien dejó golpes en el cuerpo de su hermano mismo que se vio obligado a mentir diciendo que había peleado con unos compañeros.
No, seokjin no era ningún genio, era más bien impulsivo, Jungkook no destacaba por su talento "dotado", pues su verdadera cualidad era su curiosidad y SeungWoo, por más que lo intentara, jamás sería inteligente, pero si un perfeccionista.
- ¿Es sobre Daniel, cierto? - Jungkook supo que había dado en el blanco cuando los ojos de su hermano parpadearon tratando de contener sus lágrimas.
- ¿Es demasiado evidente?
Valla que lo era...
Y principalmente no lo decía por sus notables ojeras o por la hinchazón de sus ojos que delataba el hecho de que había llorado, sino por el hecho de que SeungWoo jamás estudiaba para un examen. Sobre todo, porque él mismo le había dicho que cuando no podía dormir era porque algo no le había salido como esperaba. Y la mayoría de veces, su insomnio tenia que ver con su forma poco sana de manejar sus emociones.
Así que para Jungkook las cosas estaban claras: algo no había salido como esperaba.
- ¿Quieres hablarme de eso?
En el interior de SeungWoo, un vendaval de dudas y recuerdos se agitó con ferocidad. La pregunta de Jungkook fue como una afilada aguja que perforó su corazón, desenterrando viejas heridas y temores.
Estaba de más decir que no lo obligaría, esa jamás había sido su intención con él. Era mas bien preocupación, esa misma que le gustaba mostrar solo cuando se trataba de su hermano menor y la calidez que buscaba transmitirle para recordarle que siempre estaba ahí y que nunca lo dejaría.
- No quiero. - le dijo en un tono suave. Jungkook comprendió en seguida y decidió desistir tomando las manos del menor.
- Oye. - busco su mirada mientras hablaba, pero el más joven pareció bajarla más y esconderse en su cuello. - eres maravilloso Seung. - le dijo cuando lo escucho llorar contra su pecho.
Siempre quiso ser un héroe. Durante mucho tiempo anhelo cuidar de alguien tan bien como le hubiese gustado que cuidasen de él. Sin embargo, ahí frente a su hermano, deseó no equivocarse y no perder la fortaleza para sujetarlo con fuerza sin que ambos cayeran.
- Sabes que esto no tiene nada que ver contigo ¿cierto? No puedes esperar que todo salga como esperas siempre. - le dijo.
SeungWoo alzo la vista mientras limpiaba sus lagrimas y lo miro a los ojos. Buscaba en ellos algo que le hiciera saber que no estaba loco, que era cierto todo aquello que había sentido y que la reciprocidad que había creído encontrar en Daniel si era real. A pesar de saber que, si seguía buscando, más decepcionado estaría.
- Pero yo creí que ambos sentíamos lo mismo. Lo veía en sus ojos, en la forma en que me sonreía. - Las palabras de SeungWoo salieron con dificultad, como si cada una fuera un puñal que lastimaba su propio corazón. Jungkook sintió la necesidad de abrazarlo. Verlo romperse lo llenó de una empatía que no supo cómo manejar. - No pueden simplemente pedirme que crea que todo fue un malentendido y esperar que lo acepte. Yo... yo creí que ambos podíamos ser valientes. Juntos.
Ambos se abrazaron.
Seungwoo lo sabía. Sabia que el mundo en el que vivían era mucho más dificil para las personas como ellos. Sin embargo, y a pesar de todo ello siempre aguardó la esperanza en su interior de que ambos fueran valientes, de que algún día Daniel tomara su mano y lo llevara entre sonrisas por la calle bailando con ese montón de canciones cursis que siempre guardó para él en un caset barato.
Porque ambos siempre supieron que su relación no se limitaba a una simple amistad, pero si por todos esos roces que Daniel siempre escondió como accidentes y esas cartas que nunca le entregó pero que seungwoo siempre supo que eran para él.
Tan condenados, y, sobre todo: tan cobardes.
- No puedo pedirte que no estes triste por esto, Seung. Pero no quiero que te quedes aquí y detengas tu vida de esta forma. No por una persona.
Jamás supo cómo consolar a alguien, porque Jungkook nunca aprendió a expresar sus propias emociones dolorosas. A pesar de su inexperiencia, Jungkook creía que consolar a alguien no significa simplemente abrazarlos y darles la esperanza de que todo pasará, porque él no podía garantizar que sería así realmente. Él creía que era mucho mejor ser honesto, decir las cosas clares y después, si en verdad lo sentían, consolar. Aunque siempre considero que esto último era más un gesto que algo real.
Si. Él te ha hecho sentir muchas cosas que probablemente no vuelvas a sentir con alguien más. - su hermano menor finalmente lo estaba viendo a los ojos. - Al menos no de la misma forma... - aclaró. SeungWoo quiso sonreír. - pero esperar por alguien de esta forma va a hacerte daño.
La espera. Un dilema eterno para la humanidad, comparado a abrir una caja de Pandora. Como sugiere el antiguo mito, la esperanza perdura hasta el final. Y aunque a menudo se la asocia con sentimientos positivos, paradójicamente, puede causar más daño del que se espera a largo plazo. Es una emoción delicada, caótica y traicionera, capaz de desgastar el alma y dejar cicatrices profundas.
- ¿Crees que realmente él nunca sintió algo así por mí? - preguntó con inocencia. Jungkook lo miró y medito antes de responder.
- Lo que haya pasado entre ustedes, es solo de ustedes. No puedo asegurar algo sin saber de ello. Simplemente, creo que hay muchas cosas que no podemos evitar.
Por supuesto que no iba a darle esperanzas. No podía, por mas doloroso que eso fuera y por mucho que Daniel fuese amigo suyo.
- Significa que tendré que redimirme.
- Oh, vamos Seung. Aún somos jóvenes... y sé que el primer amor duele como el infierno, pero... la tierra sigue girando y... ya no es el centro del universo. - su tono había cambiado a uno más relajado, SeungWoo agradeció aquello en silencio y decidió seguirlo.
- Oh, no. Jeon Jungkook intelectual, no aparezcas tan temprano.
Ambos sonrieron cálidamente y el mayor se dejó caer en las sillas del comedor.
- Oye, Seung... - hizo una pausa y cuando supo que su hermano menor lo estaba escuchando continuó. - lo siento.
Si. Ambos eran jóvenes. Pero Jungkook alguna vez en su niñez había jurado que lo cuidaría. Incluso si era de él mismo.
¡Las clases comenzaban a las 7!
KuanLin sintió el impulso de golpear a su amigo cuando lo vio entrar a mitad de la segunda clase del día con la excusa de que "era viernes y el cuerpo lo sabía". No, esa era su personalidad, no podía permitir que se la arrebataran tan fácilmente.
- ¿Algún dato interesante de clase? - Preguntó cuando logró deslizarse en un asiento vacío sin ser notado por los profesores.
- Si quisieras saber hubieras llegado temprano. - respondió con molestia. Jungkook frunció el ceño con una pizca de diversión.
- Parece que alguien aquí amaneció con el pie izquierdo.
El taiwanés le devolvió la mirada y ambos chocaron los puños después de un rato.
- Tengo un conflicto con los entrenadores del equipo. - dijo de pronto. Jungkook dejó los apuntes de lado por un momento y después respondió.
- ¿Pasó algo?
- Tenemos un problema con los chicos de Derecho... ellos quieren que yo...
Dudó por un instante.
- ¿qué tú...?
- Quieren que deje el equipo. - dijo finalmente. - y no solo ellos, también varios compañeros de Pedagogía.
- Dime que tienen una buena razón. - imploro. KuanLin sonrío como tratando de decir: "eso creí yo también". Habían pensado lo mismo.
- Es la misma mierda de los pasillos. Dicen que voy a manchar la reputación del equipo.
- ¿Por salir con alguien menor? Porfavor, como si ellos no lo hicieran. He visto personas coqueteando con chicos de Primaria.
KuanLin en verdad iba a golpearlo. Era cierto que agradecía el hecho de que desde que se conocían ni Jungkook ni ningún otro de su grupo de amigos lo había tratado con malicia a pesar de conocer su orientación sexual y su lugar de origen. Pero había momentos en los que la seriedad era necesaria. Como en esta ocasión.
- No es por eso. - dijo atreviéndose a darle un golpe leve en la nuca. Jungkook sonrío como respuesta. - Es por salir con hombres. Dicen que un "sodomita" como capitán del equipo terminará de arruinar la reputación de la institución.
- Pero si los baños ni siquiera tienen puertas. - exageró. - deberían preocuparse por eso en lugar de nosotros.
- Eso no es lo peor. - el pelinegro resoplo con cansancio. - Quien llevó la queja a la dirección... fue tu hermano.
Jungkook se congeló en su lugar. Sintió como si le hubiesen arrojado un balde de agua fría en pleno invierno y su respiración se aceleró al mismo tiempo que fruncia el ceño con notable enojo.
- ¿SeokJin? Ese hijo de...
- Supongo que él y "los de mi tipo" no nos llevamos bien. - KuanLin estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones y aunque estarlo no significaba que no le disgustaran tenía que mantenerse estable para no ser suspendido por agresión a una cara bonita.
Las cosas con SeokJin eran distintas porque era mayor que él y sobre todo porque era uno de los mejores en cuanto a problemas. Pero esa misma razón era la que hacía que no pudiese avanzar en su acusación. KuanLin no podía retirarse del equipo, porque después de Jungkook, él era el mejor jugador.
- No es eso. - escuchó decir a su compañero. - Él y yo discutimos.
- Supongo que eso tiene mucho más sentido. Espera... - ambos se miraron con preocupación - ¿Eso significa que él sabe que tú y Taehyung están...?
- ¡OYE! Él y yo aun no estamos en esa etapa.
KuanLin sonrió con diversión cuando lo vio asustado de pronto.
- Pero, van a estarlo, ¿Cierto?
Jungkook le dio un golpe que el más alto trató de esquivar sin éxito.
- No me presiones Lai.
KuanLin le sonrió genuinamente y ambos volvieron a concentrarse en las clases.
La tercera hora comenzó justo cuando el cielo se nubló y una llovizna obligo a todos a usar las mesas con techo. Jungkook bromeo cuando vio a Felix atravesar la cancha de basquetbol desde la ventana del salón de Cálculo.
KuanLin guardó silencio a su lado y cuando el timbre marcó el inicio del receso los dos bajaron las escaleras hacia el comedor.
- ¿Has visto a Daniel? - pregunto de pronto el mas alto. Jeon negó tratando de buscarlo por todos lados con la mirada. - quedó en que hoy me invitaría el desayuno.
- Probablemente se quedó dormido en la biblioteca. - sugirió KuanLin quiso darle la razón. - ¿notaste algo extraño en el durante la primera hora?
El taiwanés se encogió de hombros.
- Estuvo más callado de lo normal. Dijo que iría al baño, pero no volvió. ¿crees que tuvo problemas en el trabajo?
Oh, claro que sabia lo que pasaba, Jungkook conocía la historia y aunque Daniel no solía faltar al colegio, si había un lugar al que iría si no se sentía con ánimos de lidiar con la presión social de estudiar. Después de todo, seguía siendo su mejor amigo.
- Daniel no suele pelear en el trabajo. Te lo aseguro.
- Supongo que solo está cansado. - ambos se asintieron sutilmente. - Por cierto. Parece que tu casi novio no vino hoy al colegio.
Jungkook lo miró con interés. Guio su vista hacia la misma dirección que su amigo y reconoció la figura de David a lo lejos. El joven sujetaba una de las plantas de Taehyung que contenía una tarjeta con datos colgada de una de sus ramas. Lucía preocupado y parecía estar repasando un diálogo.
- ¿Ese es tu chico? - Le dijo y KuanLin sonrió sin ninguna pizca de maldad.
- El rumor se esparció demasiado pronto, supongo.
- Lo importante aquí es si es real, ¿Lo es?
El rostro tranquilo de Jungkook logró hacer sonreír al más alto, después, con una sonrisa se encogió de hombros y ambos rieron cómplices.
- Supongo que eso es un sí.
KuanLin se alejó después para ir a comer con aquel chico y la maseta de Taehyung. Seungwoo apareció después siendo arrastrado por Felix quien arrastró a los dos hermanos a probar el desayuno que su madre había preparado para él.
Ninguno de los dos preguntó por Daniel y Jungkook decidió en silencio que era mejor así para ambos, sobre todo para SeungWoo.
El segundo periodo de clases llego justo en el momento en que la campana sonaba.
Las clases de física eran interesantes, el problema radicaba en el profesor que la impartía. Jungkook siempre estuvo de acuerdo en que el tono de su voz y su apariencia eran de las cosas mas aburridas y una de las razones por las que siempre terminaba dormido 10 minutos después de la hora de entrada.
No pensaba ir.
De todas formas, hoy no tendría entrenamiento gracias a las quejas del grupo de derecho y las próximas dos horas habían muerto por la inasistencia del docente. Era digno de un viernes escolar, como siempre.
Saltó la barda trasera y cuando estuvo a kilómetros de la calle decidió cortar camino entrando por el mercado. Sabía que no había nadie en casa a esa hora y dado a que seungwoo regresaría más tarde, él podía darse el lujo de utilizar la cocina a sus anchas.
Era bueno en la cocina según sus amigos, así que pensó que cocinar un poco para Taehyung era una idea brillante.
Se detuvo en los puestos de verduras y compró jitomates porque la mujer que los ofrecía le había hecho una rebaja que no podía rechazar. Definitivamente parecía una señora comprando.
Tuvo que arrojar su mochila por la ventana cuando se percató de que la puerta estaba cerrada y después de saltar él mismo abrió por dentro para después recoger las 2 bolsas con productos para la cocina.
Las luces de la sala estaban apagadas y la televisión encendida en el canal de lucha libre. Jungkook frunció el ceño cuando se percató de que había bolsas de frituras en el sillón de madera que su abuelo les había regalado hace 11 navidades. Solo había una persona en toda la familia que amaba ver peleas de lucha libre.
Y detestaría mucho que estuviera en casa a esa hora.
Caminó por el comedor dejando de lado la sala y se dirigió a la cocina tratando de concentrarse en la imagen de Taehyung elogiando su comida, pero se vio interrumpido cuando la imagen de su hermano mayor apareció por la puerta que dirigía al baño.
Traía una camisa negra que Jungkook reconoció en seguida como propia y unos zapatos de salón que eran de la colección "cara" de su padre.
- ¿Qué haces en casa a esta hora? - preguntó el mayor mientras vertía agua en un vaso.
- Que ti...- Su hermano mayor rodó los ojos y él sonrió con gusto. Amaba molestarlo y sabía que eso solo lo conseguía con su presencia. - Apestas a perfume... ¿Tuviste otra cita?
- Que ti... - respondió de igual forma. Jungkook río escandalosamente.
El mayor dejó el vaso en el lavadero y después se retiró a la sala con pereza.
Iba a preguntarle sobre el problema con el equipo de baloncesto y por su camisa que había tomado sin permiso. Sin embargo, ya había discutido con él en la semana y sabia que si volvía a hacerlo definitivamente tendría que enfrentarse a un problema más grave la próxima vez, o bueno, una paliza mas grave, en realidad.
Así que decidió que por hoy seria un buen hermano mediano.
Sacó los productos de las bolsas y los dejó sobre la mesa al mismo tiempo que encendía la radio.
Las noticias resonaron por toda la casa y Jungkook se maldijo cuando recordó que el volumen seguía alto desde su pequeño concierto por la mañana.
Preparar un arroz con verduras seria un gesto muy amable de su parte pensó. También incluiría una salsa y una ensalada de frutas porque él quería que Taehyung se sintiera especial.
Así que tomó un delantal con flores amarillas y comenzó con la preparación del arroz.
Las noticias ahora estaban en un volumen mas bajo y él, que parecía concentrado tuvo que ahogar sus gritos cuando la estación colocaba al aire una de sus canciones favoritos.
Taehyung tenia que saber de sus habilidades culinarias y elogiarlas.
- ¿Qué demonios estás haciendo?
Si existiera una competencia sobre el más inoportuno entonces SeokJin definitivamente se llevaría la corona.
- No te inte...
Un golpe y Jungkook observó como la salsa de su cocción quedó arruinada por todo el piso.
- ¿Qué te pasa?
- Creo que no entendiste lo que quise decirte. - El tono de su hermano no era amable. Recién ahí Jungkook pudo notar que una de sus mejillas estaba levemente hinchada, como si lo hubiesen golpeado. - Pregunté ¿Qué demonios estás haciendo?
Pero él ya no quería pelear. Estaba cansado y en verdad lo único que quería para ese día era poder llevarle comida y pasar una tarde tranquila con Taehyung. Golpear a su hermano mayor por ser un imbécil no estaba en sus planes. Nunca lo estuvo.
- Comida. ¿tienes un problema con eso? Estoy pensando en tu maldito estómago, idiota. - le dijo.
- No me jodas con eso Jung. Hay suficiente comida para nosotros en el congelador.
- Bueno, yo que...
Sus palabras fueron interrumpidas por el repentino agarre de su hermano. Su cuello ardió cuando las manos el mayor lo tomaron con brusquedad arañándolo con sus uñas. ¿Estaba volviéndose loco o es que siempre lo estuvo?
- Además, tu madre jamás dejaría que su hijo muriera de hambre, ¿cierto? Ella siempre se encargará de que no te falte nada. Así que dime qué es lo que estás haciendo realmente.
Jungkook quiso seguir insistiendo en su punto, quiso seguir diciendo que estaba cocinando para ellos, porque en verdad también lo había hecho, también se había preocupado por ellos, pero ya no le pareció necesario hacerlo. Había algo en la forma en que su hermano mayor lo miraba que lo hizo sentir tan pequeño, tan miserable y tan asqueado de sí mismo que sintió ganas de vomitar.
Entonces, aunque intentó convencerse de que todo era una alucinación suya recordó el conflicto con el equipo de futbol y el uso de aquella camisa suya en particular.
SeokJin lo sabía... y estaba demostrándole que no lo aceptaría.
Tomo las manos del mayor tratando de soltarse, pero eso solo provoco que el mayor lo sujetara con mas fuerza.
- Todos sabemos que eso es lo que más me disgusta. - le dijo. SeokJin escupió con burla.
- Talvez esa sea la razón por la que eres así, ya que ella nunca te dejo hacer algo.
- No creo que entiendas lo que estas diciendo.
Su voz se cortó cuando el agarre en su cuello se intensificó y su espalda chocó contra el lavamanos haciéndolo jadear por el dolor.
Juraría que había escuchado su columna fracturarse.
- No necesito entenderlo para saber que eres un maricon de mierda.
Y es que Jungkook siempre se aferró a la ilusión de que, con el tiempo, SeokJin cambiaría. Aunque no le gustara admitirlo aún aguardaba la esperanza de que un día su hermano volviera a sonreírle con cariño genuino y ambos pudiesen tener una conversación normal sin terminar peleando amargamente.
Porque también quería sentir que podía aprender y seguir los pasos de alguien. Sentirse valorado y amado por él y que al menos él se sentiría orgulloso cuando ganara algún partido.
Ahora, podía decir con seguridad, que eso nunca sería más que un sueño inalcanzable. Jamás pasaría.
- Y por tu culpa, el idiota de SeungWoo terminó llorando en uno de los baños porque tu estúpido amigo creyó que podía rechazarlo tan tranquilamente.
Benevolencia. Era su hermano y él estaba cansado de pelear.
Así que ni siquiera se molesto en impedir que una lagrima se escapara de sus ojos y mojara los nudillos de aquel con el que compartía sangre cuando sintió que era igual de imbécil que él.
- Estoy harto de que pienses que por alejarlo de mi él va a estar bien cuando ni siquiera sabes cómo sobrellevar tu vida de marica enfermo.
- Jin...
- Solo tenías que ser tú y tu maldita manía de salir por las noches con el maquillaje de mamá para hacer lo que quisieras. ¡No tenias que meter a SeungWoo en esto!
Sus lágrimas cayeron haciéndolo hipar.
- Maldición. El lo eligió por si mismo.
- ¡No! El lo eligió porque tú permitiste que lo hiciera.
Había cosas en esa casa que siempre se mantuvieron en silencio para perseverar la felicidad que nunca existió. Y para un joven Jungkook que corrió todas las noches a la cabaña en compañía de Marco y Nic significó no saber que la única razón por la que sus padres jamás supieron de sus salidas fue porque un joven SeokJin descubrió entre sus cosas aquella carta en la que su hermano confesó que probablemente jamás se sentiría atraído por ninguna mujer.
Y en su intentó por ser un buen hermano terminó siguiéndolo y encubriéndolo solo porque lo escuchó decir que SeokJin era el único que probablemente jamás lo aceptaría.
No se había equivocado.
- Déjame. - pidió cuando sintió que su cabeza daba vueltas y el dolor de su cuello se hacía insoportable.
SeokJin lo soltó haciéndolo caer al suelo con brusquedad. Después, golpeó las cosas sobre la mesa y lo dejó ahí con la cabeza gacha, los ojos hinchados y el cuello sangrando.
Su maldito viernes estaba arruinado.
Se obligó a ponerse de pie y cuando escuchó la puerta principal ser cerrada con fuerza tomó su mochila de una de las sillas y salió por la puerta trasera.
El sol estaba por encima de su cabeza, pero cuando abordó el autobús en compañía de una bolsa con galletas que se detuvo a comprar el cielo ya había comenzado a tornarse naranja.
Probablemente no sabia que era lo que le estaba ocurriendo a su cerebro. Sin embargo, sabia que en ese momento lo único que quería era estar con Taehyung y sentir que el mundo podía ser un poco mejor a su lado.
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