15
Me quiere.
No me quiere.
Me quiere.
No me quiere.
Me quiere.
-Me quiere.
El último pétalo de la flor cayó al suelo.
-Acabas de hacer trampa.
-No cuenta, era práctica.
David dejó a un lado su maqueta. Había tenido una oportunidad más para obtener una calificación más alta y por suerte la maestra había estado de muy buen humor aquel día como para calificarlo y darle un punto extra por su diseño.
-Pero da igual, ¿Quién te quiere? O ¿También era de práctica?
Si, David estaba de muy buen humor aquel día como para permitir que alguien lo molestara y le arruinara su felicidad. Talvez, era él quien estaba molesto consigo mismo ahora, por la persona que tenía mirándolo fijamente.
-¿Qué estás haciendo aquí? Creí que después de los partidos irías con JiHoon a dar vueltas o a algún cine.
-En realidad prefiero las peleas de gallo.
-No creo que JiHoon quiera ir a un palenque.
Kuanlin sonrió, David podía ser unos años menor que él pero actuaba muy maduro, al menos con él y en una situación como esta.
-Si, tienes razón. Yo soy el adicto a las apuestas.
-Creí haberte dicho que dejaras eso... no siempre podrás ganar y tener a la suerte a tu lado, no es apropiado, ni bueno que gastes tu dinero en lugares como esos. Hay personas y pueden hacerte daño. - Mientras hablaba movía los brazos con exageración, una clara evidencia de que estaba nervioso además de su cabeza gacha.
Cuando eran más jóvenes, Kuanlin había tenido que acudir a uno de esos lugares por primera vez. A su padre se le había ocurrido que podía apostar su anillo de bodas cuando se quedó sin efectivo y la noticia se esparció tan rápido que un hombre llegó a golpear la puerta de su hogar.
Su madre no quiso entrometerse por miedo a salir lastimada, así que Kuanlin como hijo único tuvo que enfrentarlo.
Esa fue la primera vez que su padre perdió una apuesta, pero fue la primera noche en la que su hijo ganó una, así que su tristeza se convirtió en orgullo y pronto ambos frecuentaron esos lugares. Hasta que JiHoon apareció y declaró que las apuestas no eran seguras, eso y que su padre descubrió que era homosexual.
Kuanlin volvió ahí solo para desquitarse consigo mismo y beber alcohol, aunque el grupo de fútbol ya no le permitía hacerlo con tanta frecuencia como antes.
-¿Por qué siento que te preocupas por mí?
-¡Porque lo hago! Me preocupo por ti porque sé cómo funciona la suerte. Son matemáticas aunque me niegue a reconocer que sea así y no son estadísticamente buenas cuando de por medio está el alcohol.
Kuanlin frunció el ceño encantado.
-¿Investigaste eso?
-Taehyung no deja de decirlo desde que lo leyó en sus anotaciones.
No iba a admitir que él también se había interesado en el tema después de que el superdotado de su amigo hubiese mencionado las apuestas, el póker y las peleas de gallo, sería demasiado evidente y no quería verse como un acosador porque no lo era, ¡Para nada!
-Entonces ven conmigo... creo que tu suerte es mucho más buena que la mía - Extendió su mano para que el menor la tomara con una sonrisa en su rostro.
-Creo que esos lugares tampoco van conmigo.
-¿Prefieres ir al cine entonces? - ¿Por qué hoy el sujeto alto estaba siendo demasiado insistente? ¿Le había hecho daño juntarse con Jungkook? ¿Por qué estaba culpando al pelinegro si no tenía nada que ver?
-¿No deberías ir con tu novio?
-¿No deberías tomar mí mano? Comienzo a cansarme.
O todos hoy se sentían mal o el estaba delirando.
David se dio la vuelta con pocos ánimos de seguir la conversación y se alejó un pasó para recoger sus cosas de la mesa contigua en la que repasaba antes de la aparición del chico.
-No soy del tipo que sale con el novio de alguien más.
-¿Saldrías con alguien soltero entonces?
¿Por qué? ¿Por qué justo ahora que se suponía que no tendrían ningún encuentro y lo evitaría para olvidarlo? ¿Por qué su maldita oportunidad tenía que presentarse cuando ya había renunciado?
Se sentía tan mal, las cosas que una vez anheló pero que tuvo que dejar ir porque era lo mejor ahora estaban ahí frente a él, suplicando que la tomara de la mano y le diera la bienvenida. Se sentía patético.
-Depende si es de mí agrado ¿Entiendes? Tiene que gustarme.
Porque cuando anheló ser recordado, abrazado y consolado nadie acudió a él con una sonrisa en su rostro o una propuesta romántica, pero ahora que parecía ya no necesitarlo más todo su esfuerzo se derrumbaba. No lo había olvidado, ese sentimiento aún estaba dentro de él y se negaba a desaparecer a pesar de ser unilateral.
Se negaba a abandonar su cuerpo tanto como la imagen del capitán del equipo y su sonrisa encantadora que se acercaron a él robándole el resto de espacio que había puesto entre ellos y su poca confianza construida.
-Yo...
David quiso bajar la mirada. Quiso huir de ahí y dejarlo todo para encerrarse en algún salón, abandonar la escuela, salir de la ciudad y posteriormente del país.
Aunque ya no podía, aunque sus pies se negaran a escucharlo y aunque la mirada de Lai Kuanlin fuera todo lo que necesitara para ser feliz.
-¿Yo te gusto?
Quizá sus sentimientos no eran unilaterales... quizá...
Cuando él horario de visita terminó y Jeon tuvo que despedirse de Mari algo dentro de su corazón se sintió tan cálido. Era el mismo sentimiento que tenía cada vez que veía a SeungWoo preparar su mochila y alisar su cabello con el peine que él le había comprado con el sueldo de su primer empleo.
Y entonces comprendió a lo que se refería Marco cuando Nic dijo que quería formar una familia y en como saltó de emoción cuando Marco pretendió que Jungkook era hijo suyo y lo llenaron de abrazos y golosinas.
Jungkook nunca se sintió tan amado como aquella noche en la que los tres corrieron persiguiéndose y pretendiendo ser una familia normal, porque lo eran a pesar de que el mundo gritara lo contrario.
-¿Te agradó? - Taehyung a su lado tenía un semblante más tranquilo. A diferencia de Jeon que sonreía cada que recordaba la mirada de Mari cuando le mostraba los avances de lo que sería su retrato familiar, Taehyung se detenía entre pausas de tres minutos a suspirar.
-Es una buena niña, además... tiene un buen talento con los dibujos.
-Su cuidadora dice que ha dibujado desde que llegó ahí. Es algo así como su fuente de defensa.
El tono en la voz del contrario se hizo más grave, Jungkook se permitió observarlo cuando notó un sollozo quebrar lo que quedaba de su voz.
-Sería muy imprudente de mí parte preguntar: ¿Cómo llegó ahí?
-No lo sabemos con certeza, sus padres desaparecieron y ella se perdió. Tampoco los recuerda muy bien. Ese día salí a entregar papeles del colegio, la encontré y después la llevé ahí.
-Es por eso que ella te llame padre.
-En realidad es porque le dije que la adoptaría cuando fuera mayor de edad.
-Eso... ¿No es pronto? Quiero decir, no estoy en contra de que lo hagas, pero falta poco para que cumplas la mayoría de edad... ¿Crees poder hacerlo?
Taehyung sonrió finalmente después de su silencio. Sacó de uno de sus bolsillos la identificación del colegio y se la extendió. Jungkook la tomó con confusión.
-Tengo medio año aún. Y además, pasar de los 17 a los 18 no suena tan aterrorizante.
-¡¿Bromeas?! Un día antes de los 18 de mí hermano, mí madre quiso experimentar con su cabello. Aún recuerdo esa cita a la foto de su identificación, fue tan vergonzoso. Hasta siento mí piel chinita.
Taehyung sonrió.
-¿Tienes miedo de ser un adulto?
-¡Para nada! - Elevo sus brazos en son de paz. Taehyung pareció divertirse cuando su contraparte exasperó con miedo. - Quiero decir, aún soy joven y me niego a aceptar que seré un adulto dentro de poco.
-¿A qué le tienes miedo en realidad?
-No me creerías si te digo que no lo sé bien...
-No puedo creerte si no me lo dices.
Jungkook vaciló. En realidad tampoco estaba seguro de eso, era simplemente que pensar en papeles de identificación, independizarse y vivir fuera de casa lo aterrorizaba. No porque no pudiera hacerlo. Pensaba en sus cosas de infancia, en la colección de discos viejos y en los posters de su habitación, sus partidos de fútbol y saltarse las clases para ir a lanzar latas de refresco con Daniel a la cancha donde solía entrenar con sus amigos. Si se iba de casa ¿Quién cuidaría de SeungWoo? ¿Quién regañaría a SeokJin por convertir la cena familiar en una conversación sobre sus calificaciones promedio en su carrera? O ¿Quién detendría a su padre cuando llegara ebrio y quisiera comer como Rey por la madrugada?
Pensar en dejar su vida juvenil y sus libertades para reemplazarla por preocupaciones de dinero, la renta de la casa, el recibo de la luz o la despensa en la alacena lo atemorizaba. Porque sabía que podría manejarlo, lo que no sabía es si podría sobrellevarlo. No quería convertirse en sus padres, ni quería perder su felicidad.
-Tal vez tengo miedo de volverme amargado...
-No creo que seas un adulto amargado Jungkook.
-Pero... ¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿Cómo puedes saber que tu vida adulta será buena si aún eres joven?
Taehyung le sonrió. Su miedo no era tan tonto después de todo. Jeon temía que con su adultez llegará su redención ante las reglas, porque una vez que fuera adulto las personas esperarían algo más de él que solo buen comportamiento y buenas calificaciones. Jungkook estaba ansioso de enfrentar las grandes expectativas que los adultos tenían sobre ellos cuando formaran parte de ese grupo. Porque las nuevas generaciones debían estar más preparadas y debían alcanzar metas más altas que ellos.
Jungkook no quería vivir así, atento a las expectativas.
-¿Y si no soy bueno cuando sea adulto? ¿Y si no puedo cuidar de alguien?
-¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?
-Creo que fuiste tú quien me pidió que dijera mis miedos.
-Pero estás sobrepensando...
-Es lo mismo que estar asustado..
-Pero el temor aún no existe, Kook...
-Precisamente porque no existe es que aterra. ¿Nunca has pensado en ello? En si cuando seas adulto podrás ser igual, cuando tú padre y madre mueran, cuando tus hermanos crezcan, formen sus familias y partan por su rumbo. O cuando regreses a casa y la cena familiar solo sea una plática de cuánto ganas, cuántos hijos tienes, cuánto has hecho... No creo poder cumplir ninguna de esas expectativas.
-Kook...
-Y está bien ¿Verdad? Está bien si no cumplo sus expectativas, pero entonces ¿Qué tendré para ellos? ¿Qué podrán esperar de mí si ni yo mismo puedo esperar mucho? Solo pienso que ser adulto es frustrante y sus expectativas sobre nosotros muy altas.
Taehyung lo abrazó.
No podría decirle que la adultez no era así porque el tampoco estaba seguro de poder llenar todos los moldes que habían puesto para ellos ni quería pensar en buscar una solución a los pensamientos que atormentaban a Jeon por las noches tanto como a él.
Vivir a la expectativa de alguien más se sentía tan frustrante, tener que levantarse todos los días con la intención de sonreír mientras matas a alguien cuando quizá quieras salvar su vida aterrorizaba
"Serás Doctor", "Serás Policía", "Un ingeniero". ¿Qué pasaba si simplemente queríamos quedarnos siendo nosotros mismos? ¿Qué pasaba si en realidad no queríamos mucho más que sobrevivir? ¿Seríamos cobardes entonces? ¿Habríamos fracasado si fuera así?
Por qué éramos humanos, pero debíamos hacer sacrificios por otros y sacar energías de entre las piedras cuando lo único que queríamos era tomar un descanso y decir: "está bien, quiero descansar un poco".
-Oye, ¿No fuiste tú quien me pidió que fuera valiente?
Jungkook sonrió amargamente sobre su hombro, llevó su vista hacia la espalda del joven y se permitió soltar una risa burlona cuando percibió los hilos de lágrimas que habían manchado la ropa de Taehyung. Esta era la primera vez que lloraba con alguien.
-Creo que... soy el menos indicado para hablar de ser valiente cuando lo que más me aterra es el mundo.
Taehyung lo separó de su cuerpo, extendió la tela de su sudadera y secó las lágrimas del otro con cuidado de no lastimarlo.
-Oye... yo seré quien adopte a Mari ¿Si? - Jeon le sonrió. ¿Ese era un reproche por sus lágrimas? Tal como esperaba, Taehyung era más valiente de lo que el mismo estaba consciente.
-No puedo hacerte cambiar de opinión con eso...
-Pero puedes apoyarme
-Lo hago Taehyung...
-Lo sé. Simplemente no quiero que creas que soy valiente por adoptarla o que el futuro no me asusta. Esa sería una idea errónea de cómo funciona mí mente...
Jungkook le sonrió cuando notó la tenue forma en la que el más joven se balanceaba entre sus brazos, su contacto físico no se había perdido del todo. Aquello calmó un poco su corazón.
-Creí que los inteligentes solo podían pensar en números y Teorías...
-Hablas de mí como si fuera un fenómeno o una máquina...
-Déjame lo de fenómeno a mí, Taehyung. Tú eres mí máquina... - Dejó un pequeño beso en su frente que hizo a Taehyung sonreír con nerviosismo.
-No es muy romántico que digamos... - Jeon frunció el ceño y Taehyung continuó. - Quiero decir, las máquinas no tienen sentimientos...
-¡Oye! Es un gran insulto al cine estadounidense... ¿No has visto ninguna película de robots? Ellos también se enamoran.
-Es ficción.
-Yo también creo que eres ficción Taehyung...
-Soy real - Cuestionó con molestia.
-Pero tu belleza es tan irreal que parece ficción.
Taehyung tosió cuando la mirada del pelinegro se detuvo en sus labios. No iba a cuestionar lo que había pensado para decir algo como eso, ni iba a preguntar el motivo de sus palabras, pero si iba a admitir que aquello lo había sorprendido, en sobremanera.
-¿Soy lo suficientemente romántico ahora? ¿Deberíamos bailar para hacerlo más romántico?
-¡Jungkook!
Taehyung soltó sus brazos tratando de ocultar su sonrojo. Porque si, Jungkook podía ser demasiado bromista a veces, pero solo él podía cambiar su humor tan rápido y hacerlo sentir importante con lo que era y no por lo que podía dar o demostrar.
Probablemente por eso la sutil manera en la que el pelinegro lo persiguió por toda la calle tratando de disculparse por hacerlo sonrojar lo hicieron entender que no era tan distinto a él. Eran tan humanos y tan temerosos del mundo como cualquiera, sin embargo, se tenían entre ellos... Al menos eso sentía.
-¡No eres romántico! - Le gritó sobre un banco mientras el otro bajaba por la calle.
-Solo admite que estás sonrojado, nadie va a morirse si lo haces.... - Taehyung rodó los ojos cuando lo vió reírse tan cerca de él.
-Convenceme... ¿Por qué debería admitirlo?
-Primero, baja de ahí Taehyung... me haces sonreír y eso no será bueno.
Si Jungkook hubiera sido más valiente no hubiese tenido miedo de gritar como se sentía frente a él...
Si hubiera sido más valiente hubiese sujetado su mano y lo hubiese acercado a su cuerpo para abrazarlo.
Si lo hubiera sido, hubiese admitido que Taehyung no era extraño, solo era lindo y demasiado tímido a veces...
Hubiera admitido que le gustaba...
Que Taehyung le gustaba.
Si hubiera sido más valiente esa tarde...
Si hubiera sido más libre.
La noche llegó tan pronto como el sol se ocultó y el frío se hizo presente conforme avanzaron por la calle.
Ninguno habló por las siguientes cuadras y solo se dedicaron una mirada cálida cuando Jeon reconoció el bazar en el que se habían conocido por primera vez.
Cuando Taehyung lo dejó avanzar unos pasos y Jungkook lo esperó a dos metros de distancia para retroceder y volver a alcanzarse ambos se sonrieron por segunda vez en esa noche. Y solo cuando Taehyung estuvo lo suficientemente cansado para tomar asiento en la acera y Jungkook lo acompañó tomando asiento a su lado fue que intercambiaron miradas nerviosas antes de acurrucarse en el hombro del otro.
-Oye Tae... - llamó el mayor después de unos minutos en silencio.
-Dime - Respondió el otro.
-Tú crees que... en el futuro, las personas como nosotros... ¿Podamos ser más libres que ahora? Quiero decir, de esa forma no sentiría que cada vez que hablo contigo debo fingir ser un poco más cuerdo... o que cuando te ves lindo tenga que callarme para que los demás no se espanten. Un futuro dónde pueda abrazarte por el tiempo que quiera sin tener que preocuparme por si alguien nos ve. ¿Crees que pueda existir?
Taehyung sonrió en su hombro. Jungkook acarició su cabello cuando lo sintió removerse buscando más calidez para ellos.
-¿Crees que soy lindo?
Estaba bien, Jungkook estaba tan asustado de esas cosas que por un instante había olvidado que todo aquello era mucho más nuevo para Taehyung que para él.
Se permitió sonreír con alivio ante su pregunta porque no se sentía rechazado. En lugar de preguntarle por qué debían ser raros o esconderse, Taehyung había preferido destacar su elogio.
Definitivamente ninguno era valiente, pero podían serlo un poco si estaban juntos.
-No lo sé... - Escuchó finalmente. - Aunque tampoco creo que me importe mucho.
-¿No? - Taehyung negó volviendo a recobrar su postura.
-Creo que somos jóvenes hoy, y ya que a ti te asusta no cumplir con las expectativas de un adulto y a mí me asusta morir olvidado creo que estaremos bien...
Jungkook sonrió con ternura, Taehyung era tan lindo cuando pensaba en voz alta.
-¿Cómo podríamos estar bien?
-Piénsalo. No importa lo que pase mañana. Estamos aquí ahora, creo que eso ya es lo suficientemente bueno para ambos.
-Algo así como ¿"Vivir un día a la vez"?
Jungkook alzó la vista al cielo.
¿Cuánto tiempo había pasado? Su paz y su redención se sentían más lejos a medida que daba un paso todos los días. Cada fibra de su ser se sentía lejano, deshecho y olvidado, nunca se cuestionó la importancia de sus segundos.
Pero ahora, teniendo a Taehyung a su lado, contemplando el mismo cielo que él era extraño, pero mejor o peor aun, se sentía bien.
Cómo la sensación que despertaba en el observar a su hermano sonreír, o como se sentía cuando Nic solía darle abrazos.
Calidez.
Jungkook había encontrado calidez en los brazos de otro ser humano.
-Creo que es algo así. - Ambos se miraron entonces.
-Eso quiere decir que...
Ambos se reconocieron en la mirada del otro.
-Que si sucediera algo ahora... ¿No importaría mañana?
Taehyung ladeó la cabeza con el ceño fruncido.
-Creo que depende de la importancia del suceso.
No estaba lejana la brisa nocturna, las gotas de lluvia que pronto caería y la temperatura que eventualmente bajaría.
-¿Y si yo...?
Pero para dos cuerpos en medio de la calle oscura, sin destino fijo al futuro eso no era para nada relevante.
-Y si yo intentara besarte justo ahora... ¿Eso te importaría?
Ya sea por la falla de un sistema, una vena rota o una neurona muerta. O simplemente porque había mucho más que cariño entre ellos.
-Creo que... no.
Lo más importante justo en ese momento... Era la persona que tenían frente a ellos.
-¿Puedo hacerlo?
Taehyung parpadeó. Permitió que su mente se concentrara en ello y olvidara su corazón que latía desenfrenado. Solo que hubo un problema, pues su corazón no era el único emocionado y su mente terminó por hacer que asintiera a la petición.
-¿No te importara mañana?- Ambos se sonrieron.
-Creo que si eres tú... entonces será importante.
Porque la lluvia no fue impedimento para que ambos pudieran encontrarse y reconocerse como humanos amando en los labios del otro.
Oh, México. Deja que ellos sean felices hoy.
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