03


Apenas a comenzado a amanecer y el cuerpo de Jungkook ya se siente cansado. Bueno, más exactos, su pensamientos y su dolor es cada vez más insoportable.

- Princesa, ¿Puedes bajar de una jodida vez a comer?

- ¡¿Qué demonios...?! ¿No sabes lo que es tocar acaso? Con un carajo. - El pelinegro se puso de pie, sus ojos antes cristalizados volvieron a el estado "normal".

- ¡'ta bien, 'ta bien princesa! - Su hermano mayor intentaba contener su risa mientras retrocedía burlándose del mediano de los Jeon.

- ¡Deja de llamarme princesa! - Jungkook tomó su sudadera y salió de la habitación con el mayor rodeando su cuello mientras golpeaba su pecho.

- Ahh... la princesa se queja de su apodo.
Y es que a Jeon Jungkook como el mediano de los hermanos era el que sin duda le tocaba poner en su lugar a SeokJin quisiera o no... aún si nadie se lo agradecía después.

- A la mierda la princesa... - se rindió. - El Patán le gana en estupidez...

Y con esas palabras abandonó el pasillo para ir en dirección a la última puerta en donde se encontraba su hermano.

Jeon SeungWoo... a diferencia de sus dos hermanos mayores que la mayoría del tiempo trataban de ser extrovertidos (SeokJin era la definición exacta de extrovertido) se aseguraba de evitar a toda costa ser el centro de atención... a veces lo conseguía con éxito, y otras no tanto.

Sus manos delgadas -por no decir huesudas-, se encontraban sujetando un pedazo de papel arrugado mientras sus lágrimas caían por sus mejillas. SeungWoo no hizo ruido y no dio ninguna señal de vida mientras veía a un punto exacto apretando el objeto como si fuera la cara de todos aquellos tipos y con eso pudiera acabar con ellos. No se movió ni un centímetro. No hasta que alguien golpeó la puerta de su habitación.

- SeungWoo... ¿Puedo pasar? - Jungkook había terminado de lavar su rostro y destruir todo lo que sirviera como evidencia para descubrir sus propias grietas, cuando tocó aquella puerta.

- Oh, hermano, Adelante. - ordenó la voz débil de su pequeño hermano.

- ¿Estás bien?

La habitación era fría, las ventanas cerradas y las cortinas cubriendo por completo. Además de la lámpara de mesa no había nada más que iluminara la habitación.

- ¿Dormiste bien? - No quería presionarlo, era que simplemente siempre se preocupaba por el, por lo que su familia podría hacerle. Un viento fuera logró abrir una de las ventanas, el cuarto se vio iluminado repentinamente y Jeon descubrió aquellos ojos hinchados escondidos en la oscuridad. - Woo... ¿Qué pasó?

La mano del menor apretó con más fuerza aquel pedazo de papel, sus nudillos estaban blancos y comenzaban a entumecerse debido a la falta de circulación. Sus ojos picaron y las lágrimas que ha estado reteniendo volvieron a caer en un sollozo apenas audible pero que ahuyentó a Jungkook para abrazarlo demostrándole que estaba ahí para el. Ah, Jeon Jungkook, Jeon Jungkook. Siempre salvando a otros menos a el mismo.

- Tranquilo, estoy aquí. Shh.

SeungWoo rodeo las caderas de su hermano y lloró en su pecho. comprendió que lo mejor era no preguntar, cada quien debía sanar heridas propias y merecían privacidad. Pero como las últimas semanas deseó nuevamente ser fuerte para ser capaz de proteger a alguien.

No quería ser un perdedor.

- ¿Te sientes bien para ir a la escuela? - El menor siguió sin responder. - Woowoo... ¿Quieres que te cubra?

- No . - La sola mención de aquella intención lo hizo recobrar la cordura y deshacer el abrazo. - No, estoy bien, estoy bien. Yo... iré a cambiarme.

El pelinegro de mandíbula marcada salió de aquel círculo vicioso y fue en busca de su camisa para el uniforme escolar. Jungkook lo observó de brazos cruzados, parecía querer retarlo sobre su estado de ánimo y de cierta forma le resultó cómico jugar al héroe cuando el también necesita al propio para que lo salvara.

SeongWoo revolvió su pelo con frustración cuando las mangas se desacomodaron y lo hicieron tardar más. Jungkook se ofreció a ayudarlo.

- E-estoy bien hermano...

«hermano»

Esa palabra resonó casi como un eco en su cabeza y sonrió tontamente recordando algo o a un alguien. Pero pretendamos no saber, pensar que solo es su tonta cabeza jugándole alguna broma como la mayoría de las veces.

- Baja rápido... te espero.

Y con eso salió de la habitación del menor. En el pasillo no se oía más que los murmullos de la pequeña cocina, su madre platicando con su padre y seguido de ellos la voz cantora del hijo mayor "SeokJin". Instintivamente Jeon chasqueó la lengua. "gran desperdicio de semen y 9 meses en barriga".

El frío aún se sentía un poco, metió sus cosas en la mochila -esta vez sin olvidar los libros de química-, aún si lo hacía la profesora Lee ya no estaría para matarlos.

De vuelta a la sala Jungkook pasó a tocar la puerta de la habitación del menor. El pequeño terminó de apurarlo con un "adelántate", Jungkook no hizo más que obedecerle y salió por la puerta trasera evitando la principal que daba vista directa desde la cocina.

- ¿Ya te irás Jung? - Preguntó su madre sin mover sus muslos de la posición en la que comía. Su hijo se congeló antes de poder abrir, como si hubiera cometido el peor error de su vida y se lamentara gravemente por ello.

- Y-ya...? - Temía, y odiaba temer.

- La florecita cayó de la cama por eso despertó tarde... - Comentó su hermano en coreano con su madre.

- Oh cariño, me desperté más temprano que tú. -Imitó el en un tono irritante que logró hacer muecas en la cara de a quien debía pero no consideraba hermano mayor.

- Quédate a comer. - Ofreció, o mejor dicho ordenó su madre.

- Ya voy tarde. - Cortó la conversación y sus ojos se iluminaron cuando vio a SeungWoo bajar por las pequeñas escaleras de su habitación

- Pero... - Su voz sonó estresante e irritante que por instinto sintió la necesidad de acatar su orden. Observó en dirección a la mesa donde descansaba el lugar de los dos menores. Y oh gran error. Pues se encontró con la mirada de su padre. Y sintió que caería.

- Solo... - y se cortó a si mismo dándose cuenta que realmente no sé sentía mal por rechazarla, de hecho se sentía bastante bien. De vez en cuando quitarse la soga al cuello y ponérsela en el pecho.

SeungWoo reconteo las hojas de su bitácora como por milésima vez antes de aceptar entrar a la escuela con su hermano. Una vez los dos ingresaron cada quien tomó su rumbo, Jeon Jungkook entró a su clase de matemáticas mientras Jeon SeungWoo esperaba a que como siempre el profesor de inglés se dignara a aparecer.

Un olor a flor inundó sus fosas nasales y ahí fue donde abrió los ojos y alzó la vista para tomar el pequeño lirio que se le ofrecía. Sus mejillas se colorearon.

- ¿Mateo volvió a tardarse? - El igual pelinegro se sentó a su lado en el poco espacio de banco y colocó el lirio en su oreja mientras preguntaba.

- El profesor Pérez seguramente llegará en estado de embriaguez. - No parecía muy sorprendido de la actitud de su profesor y siguió jugando con sus manos que sudaban sin un porque.

- De todos modos mi Honguito es muy bueno en el inglés. - Acarició el pelo del menor dejando que un par de hebras negras quedaran en sus manos. Que gran fetiche tenían con el negro. Aunque solo Daniel y SeungWoo sabían que el primero quería hebras blancas.

- ¿Honguito? - Daniel sonrió con satisfacción y notable ternura en sus ojos. Le provocaba felicidad y alegría saber que a pesar de usar ese mote durante tiempo SeungWoo aún no terminaba de acostumbrarse a el y siempre preguntaba lo mismo con el ceño fingidamente fruncido y un sonrojo evidente.

- Si. Mi Hongi. - Y a SeungWoo le pareció que su manera tierna era el mejor que había visto. Al menos entre SeokJin y Daniel: ganaba el ultimo.

Un grupo de chicos salieron del salón de Historia, entre ellos se encontraban varios chicos del equipo de fútbol listos con su uniforme o simplemente sacándose la camiseta para mostrar sus abdominales y hacer arder a las chicas. Daniel los miró con asco y subió una pierna al asiento para -según el- sentarse más cómodo.

- Estúpidos rivales del Vaticano... Dios perdona, la resurrección ya viene. - ambos rieron desganados por la religión.

En el fondo de su estómago algo se revolvió cuándo uno de los tipos lo vio por encima del hombro mientras seguía canturreando con sus amigos. SeungWoo sintió picar sus ojos recordando aquel pedazo de hoja que sostuvo la mañana antes de venir.

- Escuché que hoy los dos equipos de fútbol del colegio se van a retar para seleccionar a los mejores y formar el equipo oficial. - Comentó Daniel remangando su sudadera de líneas blancas. - ¿Quieres ir a ver el partido? Pienso ir... uno de mis amigos estará ahí.

SeungWoo sonrió pequeñamente y guardó sus cosas en la mochila poniéndose de pie para ingresar sus cosas en su casillero. Daniel lo seguía preocupándose muy poco por las clases.

- No has respondido. - Se detuvo recargando sus botas en el casillero de alado dejando espacio para que el menor guardara sus cosas con comodidad. - Hongi...

SeungWoo apretó sus ojos con disimulo, sus párpados se contrajeron y su visión se obscurecido cuando cerró sus ojos con fuerza. "Hongi", era el apodo que tantas veces le dijo y al que comenzó a acostumbrarse, pero al igual que había hecho con varios recuerdos tuvo que reemplazarlo por una golpiza, un insulto o una burla.

Y Dios, esa cancha, ese equipo de fútbol... eran lo que el deseaba tanto olvidar...

- Vayamos.

Daniel no trató de ocultar su sorpresa como otras veces y dejó ir su cuerpo hacia atrás por la sorpresa. Notable sorpresa.

- ¿Estás seguro? - El casillero se cerró y Daniel contempló la mirada seria de el más joven.

- Seguro. - «𝘊𝘰𝘯𝘵𝘪𝘨𝘰». Y su mundo no pudo ser más feliz cuando una sonrisa sincera y enorme de esas que pocas veces veía apareció en el rostro de Daniel.

El pelinegro anhelante de mechas blancas tomó su mano con delicadeza de no dañarlo y caminó a toda prisa ocultándose entre los otros aficionados que iban en la misma dirección. Y antes de salir por la puerta que daba a esta se permitió tirar esa hoja de papel arrugado a uno de los basureros. Todavía dolía, pero debía soportarlo.

«𝘔𝘢𝘳𝘪𝘤𝘢»



- La antigua profesora de Química renunció debido a un problema familiar... así que a partir de ahora yo seré su maestra. - Una mujer de por lo menos unos 32 años comunicó mientras trazaba en la pizarra la fecha del día actual. 27 de Enero de 1985.

Jeon Jungkook sonrió satisfactoriamente cuando se encontró con que Kim Taehyung tenía el asiento a su lado vacío. Así que a falta de Daniel tomó ese lugar como suyo. El pelo azabache-negro no protestó y acomodó sus lapiceros en fila junto a su libreta de química y algunos libros necesarios,. No parecía tener el estrés bajo el hombro, al menos así lo veía el.
La mujer mayor procedió a presentarse y dar nombre y seña de quién era, de donde era y que hacía ahí. Esas cosas eran de poca importancia para la mayoría de los estudiantes, que simplemente escucharon o fingieron hacerlo por cortesía y respeto.

En la pizarra se escribió un par de cosas más y todos comenzaron a presentarse. Jungkook agradeció estar entre las últimas filas y guío su vista a su compañero de pupitre: Taehyung sostenía su lápiz y comenzaba a anotar alguna información en su pequeña bitácora. Su letra era pulcra, casi perfecta y Jeon por primera vez consideró sus garabatos como algo demasiado bajo en el arte de la escritura.

- ¿Escribes Hangul? - Preguntó con curiosidad. Sus ojos solo habían alcanzado a ver la fecha y está estaba escrita en el idioma natal de ambos.

- Solo un poco. - Contestó el cerrando la bitácora y guardándola en su mochila para esta vez hojear la libreta de química.

- ¿Hablas coreano? - preguntó el con un acento muy bien pronunciado.

- Algo. - El timbre de voz de Taehyung se volvió un poco más grave.

- ¿Tus padres no hablan coreano a menudo? - Preguntó. Había llegado a la conclusión de que quizá el padre de Taehyung fuera un Kim y hubiese llegado a México tras conocer a la madre de Taehyung , una mujer mexicana seguramente bastante hermosa. 𝘛𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘶 𝘩𝘪𝘫𝘰.

- Mis padres... - Kim llevó su vista a su mesa perdido en algún pensamiento. Jeon notó eso.

- ¡Joven! - La mujer frente a ellos interrumpió su conversación. Taehyung la miró y ella sonrió tiernamente - Es tu turno de presentarte.

Jungkook se mantuvo recto y con la mirada clavada enfrente cuando el de pelos cafés pasó, acomodó su camisa y habló.

- Mi nombre es Taehyung Mendoza, mucho gusto.

La mujer asintió y esta vez señaló a Jungkook, este no esperó a que Taehyung tomara asiento y fue a su lado al frente.

- Jeon Jungkook. - Sonrió y después guío a su compañero al asiento.

Se consideraba algo vulgar no esperar tu turno para pasar, pero para Taehyung fue como sentirse apoyado en medio de esa jaula de leones, no responder a esas preguntas de toda la vida y al parecer Jeon no necesitó hacer ninguna para saber que dolía.

𝘓𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘦𝘹𝘪𝘰́𝘯 𝘺𝘢 𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘯𝘦𝘷𝘪𝘵𝘢𝘣𝘭𝘦...

Cuando la campana sonó todo el salón se llenó de caos, la mayoría olvidó su faceta obediente y comenzaron a gritar sobre algo de partido y una que otra cosa, Taehyung solo alcanzó a entender pelota y dos bandos lo cual a juzgar por la vestimenta de los chicos se trataría del encuentro entre los mejores jugadores de fútbol del colegio.

- Taehyung... - Kim giró para ver en dirección a la puerta del salón, ahí se encontraba Jungkook con su mano al aire saludándole mientras se recargaba en la barda. - ¿Irás a verme jugar?

- T-tú... ¿Estás en un equipo? - Pareció sorprendido por la repentina invitación que resultó más una confesión para el. Le hecho otro vistazo al pelinegro y efectivamente no venía vestido con uniforme deportivo.

- Bueno, en realidad planeó unirme al último segundo. - Rasco su nuca mientras sonreía y Taehyung pensó que guardaría esa imagen en su mente por siempre. Era guapo, cualquiera diría eso ¿O no? - Entonces... ¿Irías a verme?

A Taehyung no le gustaba mucho esa parte de la escuela. Antes podría ir ahí con tanta constancia que el conserje terminaría por confundirlo con un alma pura que se apiadaba de el para ayudarlo a mantener la cancha estable y en condiciones para el juego.

Cuando en realidad fue en ese lugar donde una vez encontró sus tan preciadas plantas y olvidó por completo lo importante de ese día y ese lugar después de que su rostro terminó molido a golpes.

Pero aquí estaba Jeon Jungkook, alto, guapo y de sonrisa perfecta, que le pedía de la forma más amable posible que fuese a apoyarlo en su partido. Y por simple curiosidad quiso preguntar.

- Es importante para ti ¿Cierto? - O fue una pregunta retórica porque conocía la respuesta a ella.

- Lo es. - Y Taehyung se dejó convencer yendo detrás de él después de asegurarle que David quizá ya estaría ahí.

Y con efectiva razón, las gradas se encontraban repletas de personas , alumnos, familiares y maestros que acudieron al encuentro.

Los dos jóvenes bajaron por las gradas a petición del mayor quien contaba los pasos hasta llegar donde el entrenador y rogarle para que pudiese entrar al juego.

- ¿Tienes ropa deportiva? - Preguntó el hombre haciendo sonar su silbato para llamar al resto de jugadores.

- No. - Sus ojos brillaron con decepción, odiaba no haber podido esquivar a su madre aquélla mañana. Divisó a Daniel a lo lejos junto a SeungWoo que sujetaban pequeñas hojas con los nombres "Jungkook" y "Félix" respectivamente .

Unos cuantos minutos después de sonar el silbato vio llegar a su amigo rubio a su lado, su pelo casi blanco se dejaba ver estaba atado en una coleta despeinada.

Instintivamente buscó a Taehyung con la mirada y lo encontró sentado en una de los asientos apartados, parecía nervioso, sus manos apretaban con fuerza sus pantalones, Jungkook sintió miedo de que pudiera lastimarse cuando lo vio morder su labio inferior con fuerza. Alzó la mano saludándolo y el pareció captarlo porque sonrió. Pequeñamente pero lo hizo.

Con eso se dio la vuelta y buscó a alguien que pudiese prestarle un uniforme deportivo extra. Ojalá Dios enviara una de esas cosas que llaman milagros para él.

En el extremo este por dónde estaban los vestidores se encontraba David, sus ojos cristalizados volvieron a revisar en dirección a la cancha desde la ventanilla de una puerta, comenzaba a entrar en pánico.

- Creo que tendré que hacerlo yo mismo...

- ¿Estás seguro de que puedes?

- Si no lo hago se infectará y entonces tendrán que emputarte la pierna. - El rostro del más alto palideció de golpe, dio tres palmadas en la zona afectada y asintió con algo de dolor

- Es solo un raspón, no puedo morir ¿Verdad? - David se rió entre dientes.

- No confíes mucho en mí.

Tomó una pequeña toalla de uno de los estantes y untó un poco de alcohol antes de colocarlo sobre la pierna.

- ¿Saldrás a jugar? - Se atrevió a preguntar mientras colocaba dos curitas en la herida, era demasiado larga como para ser cubierta por una.

- Tengo que. - Fue la respuesta que recibió. - Necesito ganar un puesto en ese equipo.

Las puertas se abrieron de par en par dejando ver el cabello sudado de Jeon Jungkook, sus ojos cruzaron con el accidentado jugador al que reconoció como amigo de Daniel.

- Eduardo. - Señaló con su dedo índice, el mencionado se puso de pie con dificultad haciendo a David a un lado.

- Edward para ti... ¿Daniel te dijo que vinieras?

- Lo hizo... Eduardo. - Remarcó. Los ojos del chico se pusieron en blanco y buscó algo en su casillero. Una mochila de color azul se dejó ver. Un uniforme deportivo.

- No lo ensucies

- KuanLin... - Susurró el rubio en reproche.

- Bueno... si lo haces, lávalo.

- ¡Lai! - Los dos más altos rieron por la conversación mantenida.

El público ovacionó desde afuera y el pitido del silbato se escuchó llamando por última vez a los jugadores.

- No fuerces mucho la pierna, iré a buscar a Taehyung. - Escuchó Jungkook mencionar al par que aún se encontraban junto a el en los vestidores. El por lo visto taiwanés le asintió y el rubio se dispuso a salir.

- ¿Taehyung? - David giró para verlo.

- ... Si.

- ¿David no es así? - El joven rubio asintió
- ¿Te conozco?

Jeon sonrió, levantó uno de sus brazos, extendió la muñeca: - Jeon Jungkook, mucho gusto. Taehyung está en las gradas.

- ¿Las gradas?

La confusión en el rostro del menor era evidente.

- Así es... el me está apoyando.

En la cancha de la preparatoria los gritos seguían subiendo de nivel al igual que la euforia. La jugadores ajustaban las cintas de sus tenis y otros se dedicaban a animar al público con sus volteretas o algo por el estilo.
Kim se encontraba quieto, no apartó la vista de los vestidores hasta que vio salir al pelinegro que corrió al centro con los demás jugadores. Su corazón latió con prisa cuando anunciaron el inicio del juego.

Sus ojos capturados completamente en atención a Jeon Jungkook jugando con la pelota. Era su amigo, debía apoyarlo ¿No era así? Eso es lo que hacían todos.

- Creí que no vendrías. - David apareció a su lado. Se veía agotado, el también lidiaba su propia carrera.

- Talvez lo hice porque mi mejor amigo me abandonó antes de mi verdadera clase de química y vino aquí. - el menor chasqueó la lengua y miró en la misma dirección que su amigo.

- No creo que sea por eso.

- Si... yo también lo creo. - Ambos guardaron silencio nuevamente.

Frente a ellos el partido seguía avanzando, a la orilla al inicio de las gradas se encontraban los profesores calificando a cada uno de los jugadores mientras comentaban sobre sus habilidades.

- ¿Lai KuanLin? Escuché que su familia viene de China, al parecer sus padres son comerciantes por esa zona y más...

- El es guapo.

- Su familia logró comprar un boleto de avión en primera clase... que afortunado.

- ¿Qué dices? Eso no es cierto.

Las dos mujeres que conversaban se sonrojaron cuando el chico mencionado apareció frente a ellas en primera fila para recoger la pelota. Sus ojos negros profundos y esa mirada se desvió de las dos pequeñas fans que conseguía y observó los asientos como si buscara a alguien. Taehyung lo notó.

- Creo que tu amigo te está buscando... - Dijo. David miró en esa dirección y en efecto ahí estaba Edward con su raspón en la pierna. - Saluda.

A veces no se sabe muy bien. Si Kim Taehyung está apoyando o animando a alguien o si muy por el todo lo está envidiando y ayudando de mala gana. Pero Kim Taehyung notó de inmediato aquella incomodidad en los ojos de su compañero cuando el jugador número 8 se resignó a corresponder el saludo y se alejó echando una última vista a los demás asientos.

David bajo la cabeza y se dedicó al silencio de ahí en más. Taehyung quería hacer algo por el.

- ¿Quién es? Nunca me has contado de el...
- Tú tampoco me contaste nada de un tal "Jeon Jungkook" y resulta que estás aquí apoyándole. - Las mejillas infladas fueron la advertencia de que haría un puchero. El azabache mayor sonrió buscando al mencionado en la cancha. Jungkook hacía una jugada para lanzar la pelota a la portería que los profesores elogiaron.

- Bueno... se llama Jeon Jungkook y fue quien me ayudó a escapar del bazar cuando me abandonaste... - Le dio un codazo a su amigo.

- Nada que no sepa. - inflar mejillas.

- ¡David! - Ahora los papeles estaban siendo contados por los profesores mientras seleccionaban a los mejores.

- Lo siento, lo siento. Todavía no me acostumbro a el... quizá deba agradecerle...

El partido finalizó, los espectadores gritaron cuando el director pasó al frente para llamar a los seleccionados por el altavoz.

Jeon Jungkook retiró el sudor de su rostro con ayuda de la playera, daba igual si después tenía que lavarla, estaba contento, había dado lo mejor de sí ahí adentro. Llegando a las gradas buscó a su hermano, SeungWoo estaba casi encajado a Daniel quien reía por algún comentario ajeno, ni siquiera se sorprendió cuando vio un lirio en la oreja de su hermano sabiendo que Daniel se había esforzado mucho para mantener aquella flor con vida a pesar del frío. Había veces en las que se preguntaba la razón del comportamiento de su mayor por su hermano... simplemente llegaba a la conclusión de que lo quería tanto como el mismo.

- ¿Qué piensas? ¿Crees que entremos? - Sintió un brazo rodear su cuello con elegancia.

- Preocúpate tu, cometiste falta.

- Oh vamos. El idiota de Jefferson y sus perras me hicieron cometerla. - Se quejó el pecoso con asco al instante que veía hacia donde el tipo estaba.

- Y pensar que Daniel antes era su amigo...

El chico de tintes llamativos en el otro lado de las gradas continuó besando a las chicas que tenía a su lado sin preocuparse mucho por su reputación, ese era Jefferson Sánchez. Jungkook chasqueó la lengua y lo dejó pasar para ir a escuchar los nombres.

- Jeon Jungkook. - Anunciaron.

Sería mentira decir que no había soñado con esto, incluso se imaginó a si mismo rodeado de gloria y trofeos, sonando egoísta en sus sueños. Recordó alguna vez que alguien le dijo que dejase de soñar, que comenzará a hacerlo realidad.

Jeon Jungkook miró las gradas, observó primero a su hermano, a Daniel y a Félix que también celebraban su entrada.

Instintivamente sus ojos fueron guiados a la parte alejada de las gradas, donde dos ojos profundos cafés lo observaban con felicidad y orgullo.

Ojalá fueran sus padres...

Pero a pesar de que no lo era, se sentía en familia con esa mirada...

Una simple mirada.

En otro universo seguramente se quedó a lado de la celebración con sus amigos, pero en este universo prefirió ir directo hacia el, ofrecer su mano e invitarlo a unirse a la celebración y Kim Taehyung se sintió feliz de poder pertenecer a algún sitio. No se preocupó si las plantas se convertían en extraterrestres o si caía un meteorito. Era feliz en ese momento.

Daniel desbloqueó la entrada a aquel taller abandonado del que solo El y Jungkook conocían. SeungWoo aceptó ir una vez sintió la mano del mayor sobre la suya. Y Jungkook lo ayudó a pisar correctamente seguido de Taehyung, David, Félix y KuanLin.

- Creo que estamos todos... - Contó el mayor.

- ¿Es una secta de chicos raros o algo así? - David le echó un vistazo en todas las direcciones que pudo?

- ¿Quién invitó al güero? - Félix se carcajeo ante el comentario del mayor al observar como David se revisaba la ropa y la cara.

- Es amigo de Taehyung. - Comunicó Jeon. - Que a su vez es mi amigo.

El peli azabache-negro lo observó con sorpresa cuando los demás se alejaron para tomar Coca-Cola.

- Somos amigos... - Su sonrisa fue notoria.

- Lo somos. - Comentó Jungkook entre risas antes de soplar burbujas de jabón.

Lo eran.



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Nuevo capítulo, no había podido publicar ya que no tenía luz, cuatro días sin luz /llora/; pero aquí lo tienen, espero que lo disfruten...
Sin más, chaíto🌾


-yoonngd

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